Política

El espejismo de los estados-nación

2 Oct, 2014 - - @egocrata

El debate sobre la (posible) secesión de Cataluña me ha hecho recordar un mini-debate que tuvimos por Politikon hace unos meses sobre la vigencia del estado-nación. El punto de partida estaba relacionado, en cierta medida, con este artículo sobre soberanía y la capacidad de maniobra de los estados en decisiones económicas. La idea básica es que cuanto más pequeño es un país, menor es su margen para tener una política fiscal y monetaria realmente independiente, y mayor la necesidad de mantener una disciplina presupuestaria estricta.

Los independentistas, como de costumbre, o bien tienden a minimizar las consecuencias de este hecho, o bien dicen que es algo positivo, ya que mantendrá a los políticos en su sitio («I for one welcome our new bond market overlords«, supongo). En eso son inasequibles al desaliento. Lo que merece cierta discusión, y que va más allá del contexto de los debates sobre Cataluña, es la idea que los estados nación europeos, en cierto sentido, quizás viven bajo el espejismo sobre su propio relevancia.

Tras 1945 los estados europeos han disfrutado de dos redes de seguridad que disimulaba su progresiva perdida de poder. Por un lado en política de defensa los europeos poco menos que externalizaron todas sus responsabilidades a Estados Unidos con la excusa de la guerra fría. Aunque los ejércitos seguían ahí, era la disuasión nuclear americana y las (a menudo alocadas) intervenciones militares estadounidenses por todo el planeta quien realmente se encargaba de mantener la seguridad en el viejo continente. Franceses y británicos respondieron a la descolonización poco menos que disolviendo sus ejércitos y construyendo un arsenal nuclear casi testimonial, los alemanes se quedaron sin ejército (por su propio bien) y nadie va a confiar en los italianos en defender nada relevante. Los europeos, gracias a la enorme subvención implícita americana, podían vivir en un mundo peligroso sin tener que hacer nada para protegerse.

La otra red de seguridad ha ido variando desde el final de la guerra, pero en esencia ha sido también constante: un orden económico internacional construido para proteger a los estados nación de los terrores de la globalización. Durante los cincuenta y sesenta, fueron los Estados Unidos y su garantía implícita del sistema internacional vía Bretton Woods. A partir de los ochenta ese papel pasaron a ocuparlo las instituciones europeas, primero informalmente alrededor del Bundesbank, después explícitamente con la llegada del Euro.

Lo que hemos visto estos últimos cinco o seis años tras la gran recesión es un dramático debilitamiento de estas dos seguros de vida. Estados Unidos parece haberse hartado de ejercer de hermano mayor de los europeos, y está cada vez menos por la labor de ejercer como policía. Aun con la intervención en Siria e Iraq,  no están ya de humor para invasiones, y ven la crisis de Ucrania como un problema en la misma frontera de la UE que los europeos parecen no tener ganas de resolver. El mundo es ahora mismo mucho menos peligroso que en 1950, pero a Europa le toca empezar a defenderse a sí misma.

Respecto a la política económica, las instituciones europeas que debían ser un muro para aislar a los estados de los terrores de la globalización (una moneda fuerte y estable, un mercado grande y protegido) han acabado por convertirse en una cárcel deflacionaria. El torpe diseño de la eurozona, lejos de eliminar la necesidad de mantener una ferrea disciplina presupuestaria a largo plazo,  ha acabado por hacerla aún más importante.

El resultado es que la obsolescencia del estado-nación, largamente aplazada en Europa, sería finalmente una realidad. Defensa y seguridad ya no es cosa de los americanos, y la eurozona no protege a las economías de las crisis. El estado-nación clásico, durante siglos el actor dominante en el sistema internacional, es ahora un actor vulnerable a las depredaciones y agresiones de terceros con cada vez menos capacidad de maniobra. Vivimos en un mundo donde sólo los superestados (China, India, Estados Unidos, Brasil, etcétera) son los únicos con verdadera autonomía Apostar por una secesión para formar un estado nación en este contexto sería, de ser esto cierto, apostar por un modelo del pasado.

¿Es esta visión correcta? La verdad, no estoy seguro que lo sea. Para empezar, es importante recalcar que a los mercados les importa bien poco cómo un país organice su economía y estado de bienestar, siempre no gaste lo que tiene. No importa lo pequeño que seas, un estado puede decidir aún en gran medida como se gobierna. Segundo, es fácil exagerar la peligrosidad del mundo estos días, pero vale la pena recordar que ni el terrorismo es realmente una amenaza existencial para Europa, ni Rusia es tan fiera como la pintan. Los actores no-estatales son irritantes, y Putin quizás tenga petroleo y gas, pero el PIB ruso es equivalente al de Italia. Las guerras entre estados pueden ser extraordinariamente letales, pero con armas nucleares son ya una cosa del pasado. Tercero, y no menos importante, por muy malo que sea el diseño de la eurozona, sus problemas no son imposibles de solventar. Los estados-nación europeos pueden construir mecanismos que realmente les protejan de las tormentas de la globalización algún día cuando todos los implicados de harten de vivir en una recesión perpetua.

La ironía, claro está, es que para conseguir ese resultado la eurozona deberá profundizar su integración política y económica, sacrificando aún más soberanía, y moviendo la UE más cerca de convertirse en un superestado. Llegado a ese punto, y si la UE consigue hacer esta transición con éxito, una hipotética Cataluña independiente no estaría en un lugar muy distinto a donde esta ahora. Las reglas vendrían de Bruselas, no de Madrid; en vez de ser la segunda comunidad autónoma más importante de un estado con poderes menguantes, se pasará a ser una pequeña provincia periférica de otro. El problema, en todo caso, es que la primera transición tiene pocos riesgos, nada garantiza que Cataluña pueda hacer la segunda sin quedarse fuera de la UE o comerse una crisis económica en el proceso.


22 comentarios

  1. Alatriste dice:

    De momento, solo un comentario al margen: Roger, creo que ese mantra tan típico de que los europeos son parásitos que dejan que los estadounidenses carguen con el peso de defenderlos siempre ha sido falso.

    Allá por los años de Reagan – el halcón por definición – Alemania Occidental por sí sola aportaba a la defensa de Europa bastantes más hombres, tanques y aviones que los Estados Unidos. Si añadimos la contribución de Gran Bretaña, los demás aliados europeos y «last but not least» la de Francia, que aunque no participase en la estructura militar de la OTAN tenía un poderoso ejército que los soviéticos sencillamente no podían ignorar, la aportación estadounidense a la defensa de Europa probablemente no llegase ni siquiera al 15% de los efectivos totales en ningún campo… excepto en uno: la marina y más en general las fuerzas anfibias y aerotransportables desplegables a escala global.

    Lo que de verdad ocurría era precisamente que los europeos se concentraban en la amenaza del Pacto de Varsovia y dejaban a los Estados Unidos el resto del planeta, con la excepción del «imperio extraoficial» de Francia en África; en esto como en otras cosas si Francia y Estados Unidos chocan con frecuencia es sobre todo porque se parecen demasiado.

    Esto es precisamente lo que ha ido cambiando lentamente desde la caída del Muro de Berlín, que los estados europeos están reduciendo sus fuerzas en tanques, buques antisubmarinos, etc, y a cambio están construyendo cosas que no se podían permitir durante la Guerra Fría, como aviones de transporte cuatrimotores y grandes buques anfibios. El Juan Carlos I es un ejemplo evidente, pero es solo uno de una larga lista que incluye a los Mistral franceses, los Rotterdam holandeses, los Albion británicos, el nuevo «Juan Carlos I» que ha encargado Turquía… y hasta podríamos incluir, irónicamente, los Mistral que compró Rusia. Pero hoy en día el tiempo necesario para construir un gran buque o desarrollar un nuevo avión desde el primer esquema en el tablero de dibujo a la realidad está más cerca de los 20 años que de los 10…

    • Vellana dice:

      Bien,
      eso no es así. La URSS no invadía Europa porque era un protectorado de los EEUU. No basta con contar soldados y material desplazado a Europa, sino contar todo el presupuesto militar de los EEUU que era lo que paraba a la URSS. Si la URSS amenzaba a Europa occidental, todo el ejército de los EEUU se movilizaba para su defensa.
      Un saludo.

  2. […] El espejismo de los estados-nación […]

  3. Jorge dice:

    Interesante entrada, enhorabuena.
    Me cuesta creer de todas formas que el proyecto político de los federalistas europeístas que trabajan por una Europa más fuerte desde el cosmopolitismo llegue realmente a converger con el proyecto político del nacionalismo secesionista.
    Yo diría que en Europa hay dos instituciones que tienen su futuro asegurado: La Unión Europea por la necesidad de unión en un mundo globalizado; y el municipio como lo más inmediato al ciudadano, ejerciendo de contrapeso político y respondiendo a la necesidad cultural de diversidad.
    De lo que queda entre medias (estado-nación, comunidad autónoma, etc.) sólo incertidumbre… yo invertiría nada y menos en su defensa sentimental.
    Cosmopolitismo, federalismo y cabeza, y lo que esto nos traiga, bienvenido sea.

    • Vellana dice:

      Estando de acuerdo contigo, lo que dice RS es lo que dicen los nacionalistas: que quieren «depender» directamente de Bruselas sin pasar por Madrid.

      Puede que eso sea así o no, pero a mí resulta difícil creer a alguien que dice a la vez que no quiere estar en una estructura más grande, España, porque no son libres, no pueden expresar su ser y todas esas zarandajas y mientras tanto decir que sí quieren pertenecer a una aún mayor, la UE. Una explicación para esta aparente contradicción es que no quieren estar en la primera estructura porque se consideran mejores que los españoles y sí en la segunda porque se consideran iguales al resto de países europeos, es decir, supremacismo en estado puro.

      Un saludo.

      • Tim dice:

        Decir eso es ignorar la tercera opción, y es que, la mayor parte de los nacionalismos de España se han formado por oposición a otro nacionalismo, que en su momento les quería aplastar.

        Así, la respuesta a la pregunta «¿Qué son los independentistas?» no es «Europeos», sino «No Españoles», el resto, tanto da.

        Por supuesto, esto tenía sentido hace una pila años. Si bien el discurso «No Españoles» sigue en boga, yo por lo menos, no puedo evitar pensar que en muchos entornos sigue siendo mantenido de forma artificial por intereses que no tienen nada que ver con una «realización identitaria cultural», o como quieran ponerlo.

        • Vellana dice:

          Es cierto, se me pasó la tercera opción: inventarse un cuento que maquille el SUPREMACISMO en estado puro.

          Lee a los padres de los nacionalismos periféricos y verás que su defensa es la de unos valores superiores frente a los de la mierda española, andaluza, castellana, etc. Los dos principales nacionalismo no tenían que defenderse de España, porque tanto vascos como catalanes estaban en el núcleo del poder político y económico de España.

          Un saludo.

  4. alex dice:

    Espera, quieres decir que los problemas de los catalanes no se van a arreglar colgando trapos de colores de mi balcón?

    Me cago en la puta. ¿Ahora qué?

  5. javi dice:

    El artículo tiene, en mi opinión, un fallo garrafal: el asumir que todo estado-nación debe necesariamente funcionar bajo el actual modelo pseudoliberal que exime a la élite financiera de contribuir, bien mediante exenciones fiscales bien mediante rescates, debiendo por tanto el Estado financiarse a crédito en los dichosos mercados.

    Un Estado que cobrase los impuestos correspondientes a todo el mundo, en vez de servir como cortijo privado de unos pocos súper-ricos, probáblemente podría financiar sus gastos sin tirar de deuda, siendo por tanto inmune a los vaivenes del mercado de bonos.

    Sé que la respuesta automática va a ser «¡pero si les cobras impuestos a (los ricos/las empresas), se llevarán su riqueza y moriremos todos!» y ante tamaña falsedad, sólo cabe una pregunta retórica: ¿De verdad creemos que empresas como Apple, Toyota, El Santander o Bosch van a renunciar a un mercado de millones de personas con buen poder adquisitivo sólo porque han de ganar un % menos de lo habitual en dicho mercado?

    Dicho de otra forma: las reglas actuales de juego no han sido escritas por Dios en tablas de piedra, por lo que hacer un análisis asumiéndolas absolutas es necesariamente erróneo.

    • feriurgo dice:

      Esas empresas no van a renunciar a nuestro mercado, seguirán vendiendo aquí.
      Lo único que harán será fabricar o ubicarse en otro sitio.
      No creo que sea una falsedad. La competencia fiscal es uno de los principales factores en el establecimiento de las empresas, aunque no el único.

      • javi dice:

        Pues a lo mejor las empresas deberían pagar impuestos en los países en los que operan y no sólo en los que (supuestamente) están establecidas.

        Si empresas como Apple pagaran impuestos en España sobre los beneficios obtenidos en España, en USA sobre los obenidos en USA, en Francia los respectivos, etc. entonces dejaría de tener sentido ubicar la empresa en paraísos fiscales y demás artimañas que se consienten, sobornos directos o indirectos mediante, desde las altas esferas políticas.

        Lo que quiero decir es que las reglas del juego son arbitrarias y no tendrían por qué ser así. A fin de cuentas los pueblos son soberanos, por el momento.

        • Manuel H dice:

          Eso ya se hace, lo que ocurre es que declaran que en los países más «impositivos» declaran gastos superiores, de modo que sus beneficios desaparecen. Como eso se ha logrado a base de facturar costes desde otras filiales en lugares con impuestos más bajos, el resultado es que cada filial paga por sus beneficios oficiales pero en global la empresa paga menos.

    • antonio dice:

      Con los impuestos ni las empresas ni los ciudadanos pierden % a alguno de sus beneficios.SOLO PAGAN con ellos bienes y servicios que TAMBIEN deberían pagar a una empresa privada.Nadie se va.Al reves.Nadie se ha ido de países con economías publicas al 60% del pib durante décadas y lideres planetarios en competitividad. No nos enteramos La economía publica solo es un cambio de escala.Como, en el 19,lo fue la empresa privada capitalista con respecto a la empresa familiar.Cambio de escala.Por eso mismo se impondrá.

    • Estilpon dice:

      Es tu comentario el que probablemente tenga un fallo garrafal, y es el supuesto del 1er párrafo.
      Lo demás son corolarios: el tipo de estado que propugna suele gastar más que lo que ingresa, con independencia de si se endeuda con bonos o con emisión de moneda (inflación aka venezolana, argentina…).

      En cualquier caso, SI hay que modificar la competencia fiscal y el trato a las multinacionales.

  6. Santiago dice:

    Sobre los comentarios relativos a Cataluña, creo que no estáis teniendo en cuenta qué competencias tiene uno de los Estados actualmente miembros de la unión europea, y qué competencias tiene una CCAA en España. Si Catalunya se independiza y pasa a «depender directamente» de Europa en vez de «depender» de España, es probable que nadie le vuelva a intentar hacer una Ley limitándole la política lingüística ni educativa, y previsiblemente podrán tener mayor poder de decisión sobre sus impuestos, y controlar directamente una parte mayor de lo recaudado. Incluso si se lleva a cabo la famosa unión fiscal que nunca acaba de llegar.
    Aparte, les permitiría tener sus propias instituciones (policía, tribunal supremo, embajadas, etc.) y sus propios símbolos nacionales sin que tuvieran que competir con los de «otro estado».

    De todo esto que «ganarían» de capacidad de maniobra, sólo el último punto puede ser más emocional que real.

    Por supuesto, siguen existiendo las incógnitas sobre si podrían unirse a la UE tras haberse separado de España (ahora mismo parece que no). Y parece claro que se comerían una considerable crisis económica en el proceso de ajuste (a las empresas no les gusta lo imprevisible, y muchas ya han dicho que se mudarían a España o Francia), y España posiblemente también, a menor escala.

    • Pescador dice:

      Si, solo que cuando la UE establezca una regulación que le dé dos patadas, tipo «cualquier espumoso se podrá llamar cava» , su poder de negociación se va a ver bastante reducido. En un 80% aproximadamente…
      De los conflictos comerciales, las empresas transfronterizas ( que se van a volver transfronterizas en un plis-plas) y los costes de las diferentes regulaciones que el nuevo Estado va a imponer dentro de sus fronteras y de la resolución de conflictos jurisdiccionales hablamos más tarde. Porque esto se va a convertir en un «hoy no se fía, mañana veremos» durante mucho tiempo.

    • Pescador dice:

      Por ejemplo, en una gráfica que he visto hoy, de balanzas comerciales entre comunidades, Cataluña vende 44.000 millones y compra 24.000. Cálcula el IVA que va a perder, aún manteniendo las relaciones comerciales al mismo nivel – ja…- y cálcula lo que va a pasar cuando las restricciones a la compra en el exterior se eliminen porque Cataluña pasaría a ser «exterior» y no pueden imponerte comprar en la «delegación para España, sita en Barcelona»…
      Si no fuera porque vivir tiempos interesantes es una desgracia, hasta yo votaba por la independencia de Cataluña. Y eso que soy astur-gallego.

      • Santiago dice:

        Desde luego no serían todo ventajas.
        Pero actualmente, Cataluña aporta más por habitante a los impuestos del Estado español que la media de España. Si esa diferencia compensaría las pérdidas por otro lado no se puede saber con certeza. A largo plazo probablemente sí, y a corto plazo seguramente no.

        Pero la cuestión es que Europa en general se mete menos en la política interna de sus miembros, de lo que España se mete en la de sus CCAA. Obviamente, una norma europea la tienen que cumplir tanto formando parte de España como siendo un Estado propio miembro de la UE. Pero siendo un estado propio se ahorrarían tener que cumplir las normas españolas.

        Es previsible que las normas económicas europeas pasen a ser más estrictas para todos. Pero no todo es la economía.

        • Pescador dice:

          Te equivodkas, muchacho.
          Ahora mismo en las Galicias – y en parte del Norte de España- andan a prohibir un arte de pesca tradicional y no masivo- el xeito, una red de enmalle para la sardina- que ocupa a un par de miles de familias. E incluso em contaron que una vez quisieron incluir en el catalogo de especies protegidas a ¡La aliaga!, porque aunque aquí andemos a patadas con ella, en Europa se estaba extinguiendo.
          En lo único que no se van a meter contigo es en la lengua, en el resto miraran con lupa ( ayudados por Restoespaña, estos con microscopio) cada normativa que se te ocurra sacar, para ver si afecta al libre mercado y a la libre circulación de bienes y capitales. Y te meterán por el alma cada regulación que le venga bien al nucleo protestante. Si crees que seis millones de sureños y un PIB de 200.000 millones van a representar algo, despierta. Ya 40 millones y un PIB de billón y poco se la trae bastante relajada, salvo por la función de guardafronteras, así que imaginate. A lo mejor incluso traducen la documentación al catalán, siempre que la pague la R.C.I

          • Santiago dice:

            Lo que pasa es que esas limitaciones ya existen para Catalunya, sea independiente o no, por el hecho de pertenecer a la UE. No serian nuevas en el caso de independizarse de Espanya. Vienen con el carne de miembro de la UE, y en Catalunya tienen claro que les merecen la pena esas limitaciones a cambio de los beneficios que trae (apertura de fronteras, mercado unico y moneda comun principalmente).
            Sin embargo, con la independencia podrian quitarse la normativa espanyola que afecta a ambitos que a la UE no regula de manera especialmente restrictiva en sus paises, y que no solo es la lengua (que por otro lado en catalunya tiene un gran peso), tambien es, por ejemplo, el sistema educativo, la ley electoral, parte de sanidad, o parte de infraestructuras.

  7. Yann dice:

    En mi opinión, el artículo es correcto pero incompleto. Es cierto que Cataluña pasaría de ser una región de peso dentro de un estado menor a una pequeña región (en la práctica) dentro del superestado europeo. Pero eso, lejos de ser un inconveniente, representa una ventaja para los catalanes. Las motivaciones para la independencia no son económicas ni geopolíticas, sino emocionales. Aunque la postura oficial oficial a favor de la independencia trata de minimizar las consecuencias económicas (el voto de unos cuantos indecisos puede cambiar el resultado de un referendum) la mayor parte de los catalanes que desean la independencia, la desean debido a los problemas de convivencia dentro del estado español. No debido a, sino a pesar de las posibles consecuencias económicas. Ser una gran zona económica en España les situa constantemente en el foco de atención de Madrid haciendo que muchas políticas sigan el patrón de premio-castigo o se deban a la búsqueda de votos conservadores en el resto de la península o a la necesidad de homogeneización cultural en España. Ser una pequeña zona económica en Europa les colocaría bajo el paraguas de políticas de Bruselas, pero sin que esta les prestase excesiva atención. Que es, básicamente, lo que quieren.

    • s4nt1r dice:

      Voy a poner un ejemplo sencillo. Chipre es pequeño. Bruselas y Berlín se los f… Les impusieron el rescate bancario más duro de los posibles, casi se saltan el seguro de depósitos hasta 100K€, con la excusa de que sus bancos guardaban depósitos de mafiosos rusos. España ahora es la quinta economía de Europa, la cuarta de la eurozona. El rescate se ha limitado a las Cajas y Draghi afirmó que haría todo lo necesario para salvar el € y convirtió al BCE en prestamista de última instancia para los países… Entonces a mí me parece que Cataluña aspira a convertirse en Chipre… por un sentimiento… creía que los catalanes valoraban más la pela que los sentimientos 😉 aunque hay que reconocer que los sentimientos son tan volátiles como la pela… uy! ¿qué moneda tendrá Cataluña el 10-N, el € o la pela?

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