Internacional

Insurgencias e intervenciones: ¿qué puede salir mal?

22 Sep, 2014 - - @egocrata

Tony Blair tiene mucha experiencia combatiendo insurgencias y llevando a cabo ambiciosas intervenciones militares. Para desgracia de muchos esa experiencia es la historia de un fracaso, la invasión de Irak. Es curioso, por tanto, que el buen hombre vuelva de entre los muertos estos días supongo que siguiendo la estela de Gordon Brown para dar su opinión sobre ISIS, y lo haga sugiriendo enviar tropas de nuevo a Oriente Medio a combatir la nueva amenaza.

Dejando de lado lo incomprensible de pedir consejos a Tony Blair y Dick Chenney sobre cómo solucionar los problemas de Irak (algo así como pedir a Nerón que te organice un departamento de bomberos), tampoco estaría de más echar un vistazo a qué dice la evidencia empírica sobre cómo combatir insurgencias. Por suerte o por desgracia, ejemplos no faltan: el mundo ha visto cientos de guerras de guerrillas e insurrecciones armadas en los últimos 200 años, así que es posible analizar estrategias a nivel comparado.

Jason Lyall, de Yale, y el Coronel Isaiah Wilson III, de West Point, precisamente tienen un artículo respondiendo esta pregunta. Utilizando una base de datos con información detallada de 286 insurgencias en todo el mundo entre 1800 y el 2005, los autores evalúan la tasa de éxito de los estados combatiéndolas, las estrategias más efectivas para derrotarlas y la duración de media de los conflictos.

Los autores llegan a varias conclusiones: primero, las guerrillas pierden a menudo, aunque la tasa de éxito de los estados ha disminuido considerablemente desde la Primera Guerra Mundial. La progresiva mecanización de los ejércitos debería haber aumentado la ventaja de los estados respecto a milicias irregulares, pero esa misma capacidad destructiva hace que las fuerzas armadas tengan menos interés en recabar información o controlar el territorio a la vieja usanza, con tropas sobre el terreno interactuando con los locales. Segundo, las guerrillas que reciben apoyos externos, o tienen acceso a santuarios seguros en estados vecinos, son mucho más efectivas. Tercero, y más importante, los ejércitos de ocupación son singularmente incompetentes combatiendo insurgentes, al enfrentarse a un enemigo que no conoce escondido entre una población a la que no entiende. La magnitud de la desventaja de los ejércitos de ocupación es considerable. Los autores estiman que una intervención exterior tiene una probabilidad de éxito un 59% menor que un ejercito «nativo», algo que debería dar sudores fríos a cualquier general que reciba la orden de pacificar un estado fallido.

La evidencia empírica, por supuesto, no siempre es del todo fiable, y hacer estimaciones estadísticas sobre algo tan volátil y cambiante como la guerra es siempre complicado (por muy buena que sea la base de datos, codificar conflictos debe ser una pesadilla), pero las conclusiones de este artículo son lo suficiente claras como para ser muy prudente antes de meterse en cualquier jardín invadiendo estados fallidos. La experiencia de estos últimos años es muy significativa: los Estados Unidos han sido muy efectivos derribando gobiernos a base de apoyar insurgencias (Libia, Afganistán, Kosovo, incluso Siria) pero excepcionalmente torpes manteniendo el control de los países que han ocupado. Los terrores tecnológicos en forma de ataques aéreos pueden hacer de una grupo de milicianos con apoyo popular una revolución exitosa, pero Estados Unidos no tiene suficientes soldados de infantería (y suficiente estómago para sufrir cientos de bajas cada mes durante años) para controlar un territorio de forma efectiva.

Intervenir en Irak enviando soldados a combatir sobre el terreno, entonces, es casi seguro una mala idea. Poner delante de ISIS miles de soldados occidentales con aspecto de ciborgs hipertecnificados recién llegados de otro planeta lo único que conseguirá será cabrear a los nativos cuando los americanos empiezan a demoler edificios con armas pesadas. La opción escogida por Obama quizás parece menos decisiva y enérgica, pero al menos servirá para limitar la capacidad de ISIS para controlar territorio o concentrar tropas.

Insisto: es muy fácil sobreestimar a ISIS. Es también muy fácil responder a esta amenaza respondiendo de forma desmesurada intentando responder un problema que exige soluciones de baja tecnología y mucha paciencia (infantería, inteligencia, flexibilidad) con tanques y tipos vestidos como Robocop. Tony Blair, más que nadie, debería ser consciente de las limitaciones de los ejércitos occidentales, capaces de derrotar a cualquier enemigo siempre que tenga la decencia de organizarse en regimientos, divisiones y batallones y utilizar tanques, pero completamente confundido cuando ese mismo enemigo renuncia a vestir uniformes.


15 comentarios

  1. […] Insurgencias e intervenciones: ¿Qué puede salir mal? […]

  2. Huber Matos dice:

    Uno se pregunta como es posible que haya gente que siga pensando que la invasion es la solucion… Como no sea que haya un interes en amortizar los tanques y seguir ofreciendo rentabilidad a una industria poderosa… Pero eso seria caer en la teoria de la conspiracion, aunque seguro que buscando, algo de evidencia empirica habra. Lectura interesante y amena como siempre. Gracias

    • Vellana dice:

      Quizás porque esa gente tiene un punto de vista distinto al tuyo, más y mejor información que tú y más y mejor conocimiento.
      Un saludo.

  3. Jesus dice:

    El tema es que todavía no se ha ganada ninguna guerra desde el aire y posiblemente no se gane en un futuro. O vas por tierra o eso es un sumidero de bombas y dinero.

    Aunque otra forma más efectiva que tirar bombas sea ver de dónde sale su financiación y cortásela, aunque haga falta meter mano a «los amigos del Golfo»

    No obstante, una vez iniciada la guerra no hay más narices que mojarse. Bien sea con tropas propias o con moderados de verdad (y precisamente Occidente no se a caracterizado por apoyar a los más progresistas)

    saludos

    • Carlos Jerez dice:

      Comparto mucho de lo que has dicho pero con matices. Si hay una excepción, se ganó la guerra de Kosovo desde el aire. Por otro lado, la lucha contra EI no es solo a base de ataques aéreos, sino que Kurdos e iraquíes luchan sobre el terreno.

      Lo que piden algunos militares es que fuerzas especiales participen ayudando a fijar objetivos, coordinarse mejor con las fuerzas iraquíes sobre el terreno, mejor el trabajo de los aliados y participar en misiones concretas. Es decir, que las fuerzas iraquíes pongan la presencia y los americanos la potencia.

      ¿Funcionaría esa estrategia? No, para conseguir acabar con el EI necesitas un contrato social que ahora mismo está roto y aunque se esta poniendo algunos cimientos para restablecerlo en Irak, que ya veremos como acaba, sin duda no se conseguirá en Siria mientras permanezca Assad, y las posibilidades de que EEUU u otros países hagan lo necesario para acabar con él a corto o medio plazo, son pocas. Es más, la fuerza con más posibilidades de deponerlo, por ganas, sería el Estado Islámico.

      En definitiva, cuando Obama dice lo de contener y «eventually» acabar con el EI, lo segundo simplemente lo dice por no reconocer su derrotismo. El plazo de 3 años está estratégicamente pensado para pasarle el marrón al siguiente.

      Lo peor de todo esto es que la situación va a seguir generando odio (yo siendo europeo me pregunto como es que el asesinato de dos periodistas ha supuesto un mayor acicate para la intervención que los 200.000 muertos y millones de desplazados) y esto servirá para eternizar la lucha contra el terrorismo y el llamado choque de civilizaciones.

      Saludos.

  4. José Jarauta dice:

    Lo más útil para evaluar la finura del análisis es consultar directamente la base de datos.

    «Intra-State War Data (v4.0)» en correlatesofwar.com.

    Encontramos episodios como las guerras carlistas, la insurrección cantonal, los khmeres rojos, el aplastamiento de los kurdos por Sadam o la guerra del Yaqui.

    Nada sobre «derechos humanos», lógico.

  5. heathcliff dice:

    Perdona, Roger, y perdonadme todos, pero la razón por la que desde la I Guerra Mundial sea más difícil ganar guerras contra insurgentes es la autocontención.

    Los países tecnificados entienden la guerra como una competición deportiva, donde hay acciones aceptables y otras que no lo son. O dicho de otro modo, no emplean todo su potencial, porque está feo.

    El ejército colonial belga del siglo XIX derrotaría hoy fácilmente al ISIS, ¿y sabéis por qué? Porque si necesita matar para ello un millón de civiles, lo hace y listos.

    Lo que se da mal a los ejércitos modernos,es la operación quirúrgica.

    Por el método romano empleado en Cartago, se les gana de calle. La cosa es que alguien, un día, se decida a emplearlo. Y veréis entonces si las invasiones funcionan o no.

    No son sus fuerzas lo que tememos, sino nuestra incapacidad de emplear realmente las nuestras.

    Triste, pero real.

    • ninguen dice:

      deberías leer el artículo, al final incluso compara el rendimiento de dos divisiones en Irak, la que menos se contuvo (mecanizada, incluyendo M1A1 y tal) tuvo peores resultado que la que hizo un trabajo más selectivo (escuadras patrullando a pie) Inciden en el punto «obtención de información», si los ciudadanos ven a la misma gente paseando por sus calles poco a pcoo se va ganando confianza, y, al final, te ven como alguien que está dispuesto a mojarse para cambiar y mejorar las cosas… y colaboran (mira este guarda fusiles, mira el hijo de la Zaida suele andar con malas compañías). Si eres un extraterrestre en armadura robocop que lo único que hace es tratar de meter miedo pues ocurre que simplemente esperan lo que hacen es esperar a que te marches, porque está claro que lo vas a hacer

      • PaulJBis dice:

        Creo que lo que viene a decir Heathcliff es que un ejército «antiguo» no necesitaría ganarse la confianza de los ciudadanos, porque directamente los pasaría a cuchillo a todos, como hacían los romanos y Genghis Khan.

        No necesitas preocuparte por lo que piense o deje de pensar la población civil, si después de que pases por ahí ésta ya no existe.

        • heathcliff dice:

          Gracias. Era eso exactamente lo que quería decir.

          Y no digo que sea lo deseable, pero ganarse la confianza del enemigo, para los antiguos, era cosa que se dejaba a quienes no confiaban en sus fuerzas. Si eres lo bastante fuerte, no te hace ninguna falta.

  6. Absimiliard dice:

    La verdad es que la solución no deja de ser compleja.

    Pero no debe ser articulada por los estados europeos sino por los árabes.

    Por un lado Turquía debe de cejar su apoyo en intentar de desorganizar el movimiento Kurdo, deben de integrarlos en su país y no mantenerlos como una etnia diferente.

    Por otro lado las monarquías del golfo tienen que cejar su cruzada contra el Chiísmo y otras doctrinas no suníes, de forma que el EI no tenga más financiación y el dictador Bashar al Assad siga gobernando en Siria, aunque duela decirlo ahora es la mejor opción.Además impedir que el Estado de Iraq desaparezca del mapa a manos de los fundamentalistas del EI.

    Al Irán Chíi, esa república islámica que se está convirtiendo en un remanso de paz comparado con sus vecinos, se la debe de rehabilitar internacionalmente.

    No hablemos de los intereses Israelíes que desde hace décadas se unen y separán al albur del momento con las monarquía fundamentalistas del golfo.

    Una vez que se le haya retirado el apoyo financiero al EI, solo queda darle el golpe de gracia que lo harán los propios iraquíes y sirios mucho mejor armados, pero con muy pocas intenciones de combatir por intereses de terceros, de lo cual tienen una moral por los suelos.

    El EI es el mayor fracaso occidental desde Iraq, y se debe hacer responsable a quienes intentar destruirlo directamente, ya que nace de dos grande errores cometidos en los últimos veinte años. La invasión de Iraq destruyendo el régimen Baasista de Saddam Hussein sin posibilidad de ser sutituido por nada. Y el intento de destruir el régimen, curioso, Baasista de Siria sin intentar poner un régimen estable posterior de ahi que haya nacido en el lado Sirio de la frontera el ISIS ahora reconvertido en EI. Esto lleva a la conclusión de descrubir la insana intención de los gobiernos anglosajones, ya que curiosamente son los más instigadores de esta situación, de crear un área en el planeta rico en recursos petrolíferos que esté controlado por estados fallidos (Siria e Iraq lo son), para posiblemente extenderlos al estado de Irán. De forma que los recursos pretrolíferos no tengan un propietario fuerte sino que sean dominios temporales de facciones fatricidas. Lo que otros llamarán una balcanización del área.

    Como bien apunta las máquinas de guerra modernas no pueden contra la insurgencia por que no comprende la misma, como se forma, adoctrina y sobre todo se mantiene. La experiencia de la guerra de Afganistán es un botón de muestra más de 40 años de conflicto bélico sin aun estabilizarse el país, que sigue siendo un estado fallido donde campan a sus anchas todo tipo de personajes, desde narcotraficantes a «yihadistas» . Con una población adoctrinada en el rechazo al extranjero, dependiendo de que etnia tienen su propio «extranjero».

    Un saludo.

  7. navarta dice:

    Curioso que alguien afirme por estos lares que usando la fuerza militar tecnológica de occidente al 100%, este tema estaría liquidado en un plisplás, y más curioso aún que se recurra a ejemplos coloniales del siglo XIX y a Roma para argumentarlo.
    Lo del periodo colonial se contradice con la política seguida en África por el nombrado por aquí ejército belga, cuya principal baza para dominar aquellos territorios, más que la crueldad propia (eran pocos para tanta sangre) fue la creación de alianzas con etnias o tribus locales favoreciendo a unos sobre otros, ¿le suena a alguien el conflicto de Ruanda hutus contra Tutsis?.
    Y de Roma, bueno ahí tenemos miles de ejemplos de como se domina un territorio enorme economizando fuerzas, entre ellas la clásica traición incentivada, ¿le suena a alguien el nombre de Viriato?.
    En definitiva, nadie jamás ha conseguido dominar completamente y por un largo periodo de tiempo un territorio sin contar con apoyos locales, y en el siglo XX debemos añadir una limitación a estas operaciones militares de represión tan exitosas hasta la 1ª Guerra Mundical, y esa limitación son las «bolsas negras» de cadáveres que fueron la razón de que EE UU abandonara Vietnán, y es la razón por la que ningún Estado occidental democrático está dispuesto a emprender aventuras militares imperiales como la Guerra de Crimea, una sangría que hoy haría al Primer Ministro británico salir corriendo de las islas y buscar refugio en la Fosa de Las Marianas, algo que habría pasado a Margaret Thatcher, si en la guerra de las Malvinas el ejército británico hubiera tenido en frente un ejercito de guerrillas apoyado por la población local y con apoyo externo de Argentina.

  8. José Jarauta dice:

    A mi juicio el problema de la intervención es que necesita un objetivo claro, unos aliados claros y unos costes económicos y en vidas «razonables».

    Objetivos y aliados claros no existen, primera premisa que falla. Hay un maremágnum de divisiones «tribales» y religiosas que dificultan la necesaria unidad de acción entre «aliados».

    Los países que rodean el problema tienen intereses contrapuestos, coinciden en que hay que eliminar a ISIS y se acabó. Quién y cómo se debe gestionar después, palos a a mansalva.

    La violencia necesaria para calmar un conflicto sectario debe ser rápida, decisiva y sin contemplaciones. Eso no va a ocurrir.

    Se procurará exterminar a ISIS a fuego lento, con todos los jugadores observando el tablero mientras estudian detenidamente el nuevo equilibrio de fuerzas.

    Será todo lo quirúrgico que se pueda y las vergüenzas se taparán como mejor estimen. No pueden ser demasiadas o el equilibrio que se pretende saltará por los aires.

    Eso es todo, no creo que haya mucho más, por ahora.

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