Política

Renovando un partido sin hablar de política

23 Jun, 2014 - - @egocrata

Un político milita en un partido político porque quiere cambiar las cosas. En el fondo, esto de los partidos es una cosa muy sencilla, sin demasiado misterio; tenemos un grupo de gente con una idea parecida sobre qué está mal en el mundo y cómo debe ser la sociedad que trabajan juntos para intentar llegar al poder y poder cambiarla. Los partidos son opinión organizada*, simple como eso.

Me parece curioso entonces que el PSOE esté afrontando la mayor renovación vista por un partido político español en más de una década (al menos en teoría) sin que nadie esté hablando sobre esas opiniones. Los dos candidatos a la Secretaria General viables (Madina y Sánchez – lo siento por Sotillos y Tapias, pero ahora mismo no cuentan) llevan dos semanas concentrándose en explicar a todo el mundo lo importantes que son las primarias y lo poco miembros del aparato que son, pero han evitado decir nada sobre qué quieren hacer si algún día llegan al poder.

La entrevista a Madina este fin de semana en El País es casi deprimente. Dejando de lado el hecho que el periodista no es que se dedique a preguntar cosas demasiado relevantes («¿se siente parte de una casta?», «¿Es usted el hijo político de Zapatero?, «El cine porno, ¿doblado o subtitulado?»),  lo único que el candidato llega a decir remotamente cercano a un programa político es esto:

Un partido con participación, volcado en un proceso de transformación histórico, con un programa corto que vaya a los núcleos de los problemas esenciales del país: cómo produce nuestra economía, cómo crea empleo, cómo redistribuye para cohesionar y cómo avanza en derechos y libertades. Un partido que recupere la vocación de mayoría.

Podemos decir que Madina está en contra de lo malo y a favor de lo bueno, pero poco más. No es que Pedro Sánchez sea mejor, por otro lado:

Sánchez está convencido de que va a ser él quien suceda a Rubalcaba al frente del partido y explica que sus dos grandes objetivos pasan por «una transición económica» y «una democracia mucho más limpia, intransigente con la corrupción». Como doctor en Economía, ve en las energías renovables y la innovación el centro de un nuevo modelo económico que puede generar muchos puestos de trabajo y, a la vez, combatir el cambio climático.

Querer una economía mejor, estar a favor de la innovación y estar en contra de la corrupción es también oponerse al mal y estar a favor del bien, ciertamente. Y está es una de sus entrevistas substantivas; en El Mundo decía aún menos, con el periodista preguntando bobadas. Aparte de afirmar  que ambos candidatos están en contra de Hitler y aman a los gatitos, de esta campaña no podemos sacar gran cosa.

No debería ser así. Los candidatos pueden escudarse en que estas elecciones son para Secretario General, no para candidato, y que el programa electoral lo redacta el partido todo lo que quieran, pero lo cierto es que el líder de una formación política que aspira a gobernar España no puede acceder al cargo sin haber dado una sola propuesta u opinión concreta en voz alta. El Secretario General de un partido es el líder de una estructura nacida y diseñada para agregar preferencias y organizar opiniones. Su cargo es ser el jefe de un grupo de individuos que aspiran a convencer a una mayoría de votantes que sus ideas y sus propuestas políticas son las mejores posibles para el país. Que la persona que va a ocupar este cargo no crea conveniente explicar cómo debe ser la financiación autonómica, qué aspecto debe tener una reforma fiscal (no, «subir los impuestos a los ricos» no cuenta), por qué la tasa de paro en España es tan absurdamente alta o qué principios van a marcar las decisiones de un hipotético gobierno del PSOE es completamente absurdo. Madina y Sánchez están actuando como si el cargo al que aspiran es una especie de gerente de un club de petanca con problemas para montar torneos de jubilados.

Es una campaña corta. No espero que Madina y Sánchez me vengan con una programa económico de 200 páginas, una reforma laboral de 50 y un sistema de financiación autonómica con balanzas fiscales calculadas de antemano, eso es obvio. Pero estamos hablando de dos tipos que llevan décadas en política. No tengo ningún problema con los políticos profesionales (en Politikon, de hecho, acostumbramos a apreciarlos bastante), pero yo supongo que alguien que se haya chupado todos estos años en partido habrá hablado y leído sobre políticas públicas alguna vez, y alguna idea tendrá. Quizás no será algo no tan coherente como el artículo de Juan de Ortega hace unos días, o quizás algo menos esotérico que los cuatro principios que escribía el año pasado, pero sí lo suficiente como para poder contar a los votantes por qué votar al PSOE sirve para algo. Si a partir de los principios, ideas, decálogo o propuestas del candidato puedo imaginarme qué clase de políticas puedo esperar de él me basta. Hasta ahora, no han dicho nada relevante.

Para terminar, no estaría mal que el PSOE se quitará de la cabeza está idea absurda de separar el candidato a la presidencia y la Secretaria General del partido. En una democracia parlamentaria, el Presidente del Gobierno está en el cargo gracias al apoyo del grupo parlamentario. Separar la condición de candidato de la de líder de los legisladores del partido supone poner a la voluntad del partido por encima de la de los votantes. Es absurdo, y abre la puerta a divisiones internas completamente irracionales.

En fin. Sigo pensando que las prisas, lejos de facilitar la renovación del PSOE, la están obstaculizando.  Debatir de forma honesta qué diferencia el partido del PP, IU, UPyD o Podemos debería ser el primer paso, no el último. El PSOE va camino de escoger su futuro sin haber hablado nunca sobre él.

*: cito a Disraeli constantemente, lo sé, pero es la mejor definición no técnica sobre qué es un partido político que conozco. Disraeli tiene decenas de frases estupendas, por cierto; no sólo fue un gran Primer Ministro, sino que además era un orador brillante. Algunas favoritas: «Justice is truth in action», «Colonies do not cease to be colonies because they are independent» o «Finality is not the language of politics«.  Su gran rival, William Gladstone, está al mismo nivel. No conozco dos políticos que se hayan insultado mejor durante sus carreras.


16 comentarios

  1. Roger Senserrich dice:

    Una cita más, ya que estamos:

    “Once at a social gathering, Gladstone said to Disraeli, «I predict, Sir, that you will die either by hanging or of some vile disease». Disraeli replied, «That all depends, sir, upon whether I embrace your principles or your mistress.»”

    • guition dice:

      Escribir una entrada sobre los candidatos a liderar el PSOE y terminar citando a Disraeli y Gladstone es crueldad.

      Crueldad con el lector.

  2. Cruz Alarcia dice:

    La mayoría de los políticos llevan años hablando sin decir nada. Recuerdo cuando vi el famoso debate entre Rajoy y Zapatero. Me dije: «nunca más»…
    Aún les queda mucho por aprender para ser los líderes que necesitamos (aunque dudo que, directamente, quieran serlo).
    A propósito del tema:

    http://codigonuevo.com/por-que-no-es-lo-mismo-ser-un-jefe-que-ser-un-lider/

  3. Mario Díaz dice:

    A mi entender la estrategia de Pedro Sánchez y Eduardo Madina es muy calculada, en el sentido que, sabiendo que éstas serán unas elecciones entre los militantes con vistas a unas primarias muy cercanas, no les conviene tomar unas posiciones políticas muy radicales, ya que, aunque las bases del partido estén muy ideologizadas y prefieren candidatos que se «mojen», ambos candidatos no pueden perder de vista que ante unas primarias abiertas e incluso unas elecciones generales no pueden presentarse como unos candidatos muy radicales ya que «asustarían» a los votantes con unas ideas más moderadas, perdiendo por ello un gran nicho de votos para el PSOE.
    En resumen, sus posiciones de ambigüedad lo son porque su fin (entiendo yo que gobernar) pasa por explotar mejor su imagen que posicionarse políticamente de cara a futuras primarias y elecciones generales.

    • David dice:

      El problema es que al parecer esa es la estrategia del PSOE en general, no sólo de sus candidatos.
      Estrategia que cada vez cuela menos, y por eso se están llevando los palos que se están llevando.

  4. Carlos Jerez dice:

    De esto había que hablar, yo aún no tengo ni idea sobre que ideas tienen los candidatos, más allá de discursos etéreos. Si alguno puede iluminarnos sobre lo que piensan estos candidatos (Sanchez y Madina) se lo agradecería, pero parece algo muy difícil.

    Salvo sorpresa, si has sido votante socialista pero estás desencantado solo te queda volcarte hacia alguna de las alternativas a ambos lados, IU/Podemos o UPyD. Para alguien como yo, que no soy neocomunista ni antinacionalista, es algo jodido, quedándome deseando a que al PSOE llegue algo parecido a Renzi, pero ni se me ocurre un nombre parecido dentro del partido.

    Saludos y gracias por el acertado artículo.

    • Ferrim dice:

      Eso me sirve en el caso de Sánchez, que me ha parecido que se mordía la lengua en alguna entrevista. Pero Madina me parece la vacuidad absoluta.

  5. Absimiliard dice:

    A tenor del artículo, y de las entrevistas citadas, es verdad que los dos candidatos poco o nada tienen que argumentar ya que el PSOE no se va a renovar ideológicamenta ya que les es imposible. Ningún cargo del partido va a permitir que se replantee la ideología del PSOE ya que no existe más allá de un liberalismo económico (no se escucha nada que sea contrario) e ideológico(no veo avance alguno más que un tímido republicanismo para nada transgresor).

    El PSOE, como el PP, se escudan en la constitución de 1978 para dejar las cosas tal cual, y los «candidatos» Madida y Sánchez ni tan siquieran se plantean algo asi. Es un partido, lamentablemente a mi juicio, «apolillado» en ideología sin programa económico, político o social, ya que la «era» Zapatero destruyó todo ese bagaje obtenido tras la derrota del 2004 al PP.

    Por extraño que parezca además estos dos candidatos en modo alguno van a demostrar sus cartas políticas ya que hacerlo asustará a sus posibles apoyos, reformismo implicará perdidas de cuotas de poder de alguno/as dentro del PSOE y sus entidades satélites o las administraciones controladas por ellos.

    Así que asi está el patio … o eso creo yo.

  6. aldelgadog dice:

    Es un congreso extraordinario (en el sentido estatutario) sin otro contenido político que el poder.
    Aparte es un congreso extraordinario (en el sentido literal) porque puede acabar siendo aprobada una reforma de reglamentos por la que se extienda el sufragio universal, libre, directo y secreto para la elección de todos los secretarios generales en todos los niveles, lo cual sería un terremoto de proporciones cataclísmicas por cuanto saltaría por los aires el actual modelo de aparato: los líderes provinciales (y autonómicos mediante ascendencia sobre los anteriores) ya no controlarían los votos (delegados a congresos).

  7. Shine dice:

    ¿Socialismo es libertad se presenta a las primarias? 😉

  8. luis pérez dice:

    Es cierto lo que señala Roger Senserrich: si los dos candidatos a dirigir el PSOE y, por tanto, con razonables probabilidades de gobernar un día este país y de sentarse a negociar con la señora Merkel, son dos personas que no consideran necesario aventurarse a exponer sus puntos de vista sobre los grandes problemas, es que, una de dos: o nos toman el pelo ocultando lo que realmente piensan, o es que sencillamente no han pensado nada relevante hasta ahora.

    La cuestión es que, guste o no, los partidos son las «fábricas» donde se preparan nuestros próximos dirigentes políticos y es ahí donde habrá que dirigir nuestra atención para ver qué cambios habría que hacer en su «maquinaria» para que mejoren sus productos. En este sentido, me ha parecido interesante este artículo: http://www.otraspoliticas.com/politica/%c2%bfque-politicos-para-el-2030

    • gerion dice:

      Luís, creo que habría que considerar una tercera posibilidad: que consideren al votante medio un lerdo sin interés en sus propuestas. En este caso, para qué molestarse exponiéndolas a gente que ni las entiende ni se esforzará en entenderlas.
      Esta posibilidad, por respeto al electorado, no es real. A nadie se le ocurre votar a un partido sin conocer perfectamente la forma en la que va a llevar a cabo su programa. Por eso es tan alto el porcentaje de abstención, aunque se empeñen en mostrarnos esta opción como un atentado a la legitimidad democrática. Y los que votan, no me cabe duda de que saben lo que están votando, sobre todo tras más de cuarenta años de (oclo)democracia.

  9. José María dice:

    Roger, tienes fijación contra la hipótesis de la bicefalia. En si misma no presupone mucho, como lo de república (¿argentina?) o monarquía (¿Suecia?). Pero es algo consustancial al modelo elegido: en la medida en que el secretario general se elige por los militantes el candidato por primarias con simpatizantes, cabe la posibilidad cierta de que no sean coincidentes. Y más aún en el escenario actual, donde gane quien gane, Chacón espera agazapada la convocatoria de primarias. Por tanto, la posibilidad de bicefalia está ahí, y no es un problema de que ‘alguien la tenga en su cabeza’. Alguien debería pensar como gestionar esa posibilidad… ah, no, espera, mejor improvisar sobre la marcha.

  10. Josei dice:

    «Un político milita en un partido político porque quiere cambiar las cosas.»

    Al ver esta frase he dejado de leer. Los políticos militan por la poltrona, nada más.

    Ahora ya más en serio: Ciertamente, flaco favor le hace al país que los candidatos a liderar uno de los grandes partidos, tanto si es para la secretaría general o otra cosa, tengan esa tendencia (y desde hace tiempo) a la vacuidad. Rubalcaba no era muy diferente…

  11. […] Renovando un partido sin hablar de política […]

  12. […] Sé de sobras que son elecciones a Secretario General, no a candidato a Moncloa. Me da igual. Esto es un partido […]

Comments are closed.