Internacional

Militantes enfurecidos: la caída de Eric Cantor

11 Jun, 2014 - - @egocrata

El líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes y número dos del partido, Eric Cantor, perdió ayer las primarias en su distrito. Su verdugo es un tal David Brat, profesor de economía en Randolph-Macon College, amante de Aynd Rand. Un completo desconocido hasta hace unas horas. Para que os hagáis una idea, esto es el equivalente a que alguien como Alberto Ruiz Gallardón o  o Soraya Saenz de Santamaría fueran derrotados en las primarias de Majadahonda o Alcobendas por un profesor de la universidad Camilo José Cela obsesionado con Hayek.

Decir que la derrota de Cantor ha sido una sorpresa descomunal es poco. Ningún líder de la mayoría en la Cámara de Representantes había perdido unas elecciones primarias desde 1899 – y ese fue el año en que se creó ese cargo, así que no podemos hablar de precedentes. Los jefes de los partidos en ambas cámaras siempre han sido miembros respetados dentro de sus respectivas formaciones, gente que ha recibido el apoyo de una mayoría de sus pares para dirigir la estrategia y agenda de la organización. Que el número dos de los republicanos muerda el polvo perdiendo unas primarias por doce puntos tras haberse gastado 25 veces más dinero en campaña que su oponente es algo bastante increíble. Los medios, comentaristas y élites políticas conservadoras están ahora mismo en estado de shock intentando entender qué demonios ha pasado, mientras que los demócratas o están sufriendo un profundo ataque de Schadenfreude o andan muertos de risa.

La respuesta más sencilla y rápida para entender el resultado, y la que muchos expertos han lanzado desde el primer momento, ha sido simple: inmigración. La campaña de David Brat se ha centrado de manera obsesiva en acusar a Eric Cantor de querer trabajar con Obama para aprobar una reforma migratoria con amnistía para los millones de inmigrantes indocumentados del país.  Eso, junto con acusaciones de no querer demoler el gobierno federal con suficiente ahínco pactando acuerdos presupuestarios para evitar destruir la economía mundial, ha sido todo lo que ha dicho Brat en campaña. Estas acusaciones habrían bastado para llevar tea partiers enfurecidos a las urnas en unas primarias con alta participación para derrotar a Cantor.

La derrota de Cantor es, en cierto, sentido, profundamente irónica. Primero, aunque Brat haya machacado a Cantor en inmigración, lo cierto es que el majority leader ha estado trabajando con entusiasmo para sabotearla mientras intenta echar la culpa a Obama del fracaso. Cantor también tuvo un papel crucial en la crisis presupuestaria del 2011 volando por los aires un acuerdo entre Obama y Boehner para negar al Presidente una victoria. Del equipo dirigente del partido en el Congreso, Cantor era probablemente el más conservador, a menudo fingiendo estar por la labor de cerrar acuerdos mientras trabajaba para cargárselos. Para las bases del GOP en un distrito conservador en Virginia, la ambigüedad estratégica ha sido motivo suficiente para echar a su congresista a los leones.

La tentación ahora para cualquier analista es ponerse delante del teclado y liarse a sacar conclusiones. Es una derrota del establishment del partido en un año en que estaban intentando recuperar el control ante la creciente fortaleza del tea party, por ejemplo, algo que he visto ya varias veces. La prensa llevaba unas semanas señalando que el sector montañés no se había cargado a nadie importante este ciclo de primarias, y debatían sobre si el tea party estaba perdiendo poder o si el partido había girado a la derecha para satisfacer a las bases. Hoy, completamente de improviso, un líder del partido que llevaba años dando coba y animando al sector conservador ha sido derrotado en las urnas, dejando todo ese debate patas arriba.

¿La verdad? Creo que la idea que el GOP ha sido ya tomado por el tea party es correcta, y que la derrota de Cantor es más la combinación de una campaña excepcionalmente incompetente (mención especial a sus encuestadores) y los efectos de tener una minoría enfurecida extraordinariamente movilizada combinadas con unas elecciones con una participación relativamente baja. En el 2012 más de 380.000 personas participaron en las elecciones generales en el séptimo distrito; en estas primarias, 65.000 votantes acudieron a las urnas. La «mediocracia» conservadora en Estados Unidos (talk radio, Fox, la blogosfera conservadora, etcétera) llevaba semanas repitiendo machaconamente que Cantor era un amigo de la reforma migratoria y que ya era hora de dar una lección a esas élites de Washington sobre el tema. Sabiendo   el enorme poder movilizador de este tema en particular (que no tiene ningún componente o subtexto racial ni nada por el estilo. Qué va) sobre gran parte de las bases republicanas y la singular falta de inteligencia de Cantor para ver que estaba en un aprieto (ejemplo), el hachazo es bastante comprensible, aun siendo inesperado.

Esto no quiere decir que la derrota del majority leader no vaya a tener consecuencias políticas. Si hasta ahora los republicanos ya eran increíblemente reacios a llegar a acuerdos con Obama, este resultado directamente provocará que huyan ante la sola mención del presidente. De forma más específica, el GOP no va a acercarse ni siquiera a una reforma migratoria (por mucho que Lindsey Graham, que sí defendía una reforma, haya ganado su primaria holgadamente hoy):  si hay algo que puede movilizar a las bases como nadie son traiciones en este tema.

Si el partido reacciona de este modo, los republicanos corren el riesgo de caer en una trampa demográfica de difícil salida. La inmigración no es, en contra de lo que pueda parecer, la principal preocupación del electorado latino, asiático o afro-americano, pero actúa como una señal muy clara para muchos votantes no-blancos sobre la actitud de un candidato hacia minorías. El partido republicano cuando se opone a la reforma migratoria parece racista – y esa actitud hace que el electorado «de color» desconfíe profundamente de ellos (con toda la razón del mundo). Como he dicho más de una vez, la composición demográfica de Estados Unidos están «marronizandose» a marchas forzadas, con las minorías ganando peso. Si el GOP insiste en perder la cabeza y echarse al monte cada vez que alguien saca el tema migratorio (y los demócratas, obviamente, lo sacan a menudo) corren el riesgo de ser cada vez más irrelevantes.

Unas cuantas notas finales, para terminar:

  • Eric Cantor es judío, y el único representante republicano en Washington no-cristiano. Dice mucho de la diversidad del partido.
  • John Boehner, Speaker of the House y número uno del GOP en el Congreso detestaba a Eric Cantor a nivel personal. Hoy debe estar contento. Su comunicado oficial  sobre el resultado es digno de una funeraria.
  • Eric Cantor se ha gastado una cantidad descomunal de dinero en paridas durante esta campaña. Ejemplo: más de 160.000 dólares en steakhouses.  El presupuesto total de la campaña de Brat eran 200.000 dólares.
  • Esta es la clase de mensaje constructivo que los indignados profesionales de la mediocracia conservadora han lanzado respondiendo a la derrota de Cantor. Todd Barnes, por cierto, es tertuliano en Fox News.
  • Cantor iba a ser el sucesor probable de Boehner como Speaker el año que viene. El tipo estaba buscando apuñalar a su jefe por la espalda desde hacía tiempo. Algo me dice que la carrera sucesoría va a ser de los más entretenida.
  • Lo bonito de tener un profesor de universidad como candidato es que podemos leer todas sus publicaciones en su currículum. Digamos que es bastante mejor académico que Pablo Iglesias, pero que tiene algunas ideas peculiares.
  • Su oponente en las generales, por cierto, es Jack Trammell – otro académico y profesor en la misma universidad que David Brat, Randolph-Macon. Es historiador económico, escritor ocasional y  está preparando una novela de vampiros. Aquí tenéis su lista de publicaciones. Randolph-Macon es una universidad pequeñita, así que va a ser una campaña divertida. Siendo como es un distrito conservador, Brat es el gran favorito.
  • Por mucho que todo esto sea una enorme sorpresa y todos nos lo estemos pasando muy bien mofándonos de Cantor, es probable que le estemos dando más importancia de la que tiene. Pero ya se sabe.


10 comentarios

  1. aldelgadog dice:

    Y en España todavía hay gente que fabula con que Susana Díaz controla los votos de los 46.000 afiliados del PSOE-Andalucía.
    Aparte de que ya no saben a quién colgar las etiquetas de «favorito», «oficialista», etcétera.

  2. Javier dice:

    La «reforma de la inmigración» es básicamente amnistía y ciudadanía para los que ya están + un brindis al sol acerca de la tarea imposible de brindar la frontera.

    Para el GOP es «damned if you do, damned if you don’t». Si no lo hacen, pasa lo que ya habéis dicho. Si transijen, dan derecho al voto a una multitud que votará demócrata porque es de izquierdas, aunque les odie un poco menos. Es dar pan a perro ajeno.

    • Alatriste dice:

      Ah, pero ¿Votan demócrata porque son de izquierdas? ¿O más bien lo hacen porque perciben a los republicanos como racistas y anti inmigración, y por lo tanto contrarios a sus intereses?

      A mí por lo menos me resulta bastante extraña la idea de que el inmigrante a los Estados Unidos es izquierdista. Son por definición emprendedores e independientes (vamos, se lo han jugado todo a una carta), aparte de fuertemente religiosos y socialmente muy conservadores. Deberían ser un regalo del cielo para el GOP en su batalla contra los parásitos, los liberales, los gays y los ateos… y sin embargo votan demócrata. Creo que alguien debería preguntarse muy seriamente por qué.

  3. […] El bipartidismo en USA puede tener los días contados […]

  4. Javier dice:

    Una pena lo de Cantor. Escribió unos artículos magníficos por aquí.

  5. Fenix dice:

    Por no hablar de sus trabajos sobre transfinitos.

  6. vellana dice:

    Qué tramposos son los demócratas, o eso dicen

  7. efnbsbun dice:

    Hasta los mismísimos de Ayn Rand y los libertarians.

  8. Korth dice:

    http://www.politico.com/story/2014/06/eric-cantor-poll-immigration-lose-107704.html

    Entre ese tono de amargura y ese pregonar a los cuatro vientos que viene el lobo del racismo, me vas a hacer creer que Cantor era demócrata.

Comments are closed.