Internacional

La mayoría de Venezuela

18 Feb, 2014 - - @jorgegalindo

En los últimos días Venezuela vive momentos de disturbios, protestas y creciente violencia. Hoy mismo hay una marcha convocada por uno de los líderes de la oposición para entregarse a las autoridades que han dictado orden de captura. Con la necesaria cautela que requiere comentar un proceso en marcha cuyo resultado es incierto, me gustaría poner sobre la mesa unas pocas ideas, casi ninguna de mi cosecha, para poder interpretar mejor lo que está sucediendo.

De entre todo lo leído, publicado y compartido me quedo con una frase que he visto repetida en boca y en teclado de varios manifestantes: «un Presidente que no ha estudiado no puede entender a los estudiantes». Esta idea, pensada como un doble eslogan que muestra las supuestas carencias de Maduro y el abismo que media entre él y la juventud, se antoja amarga porque ejemplifica el rasgo principal del drama político venezolano: la polarización política del país y el bloqueo de la mayoría. Igual que los estudiantes universitarios pueden clamar y de hecho claman que Maduro no es su presidente, millones de personas, que hoy por hoy constituyen una mayoría de voto, de organización y de fuerza, gritan y piensan lo contrario. Muchos incluso dicen que por primera vez tienen a un Presidente. Que a día de hoy, por lo que podemos saber, la mayoría es el PSUV y el PSUV es la mayoría parece obvio, pero se observa demasiado poco a menudo en los comentarios informados sobre la situación venezolana.

A la muerte de Chávez escribíamos esto sobre Venezuela. Nuestro argumento central (mucho mejor explicado por Toni Roldán aquí) era relativamente simple: la existencia de una fuente de ingresos ajena a los impuestos facilitó al chavismo la reducción de la pobreza sin costo y financió la construcción de una red de influencia tan amplia y con una estructura tan jerárquica que acabó por bloquear la alternancia y la rendición de cuentas. Las rentas del petróleo, al ofrecer una fuente de recursos que no genera costes aparentes, han posibilitado la construcción de una mayoría de «todos más uno» de la cual nadie quiere salirse, porque fuera de la coalición hace frío y la capacidad de la oposición para seguir ofreciendo el mismo esquema redistributivo es incierta.

Pero llevar esta lógica hasta sus últimas consecuencias sin tener en cuenta el equilibrio de fuerzas políticas que ha provocado haría imposible explicar la situación actual. Si el Gobierno actual se sostuviese exclusivamente sobre el clientelismo empleando las rentas del petróleo, lo que cabría esperar es que al desaparecer dichas rentas todos los que hasta ahora se beneficiaban del intercambio por votos dejasen de ofrecer su apoyo. Y no es eso lo que hemos observado.

En nuestras conclusiones anteriores no nos atrevimos a aventurar el efecto tan desastroso que la inflación y la escalada lenta pero segura de la delincuencia común podrían tener en el deterioro institucional del país. La inflación es una consecuencia directa del modelo de desarrollo escogido por Venezuela (p. 233). La violencia no lo es necesariamente, pero sin duda contribuye de manera determinante a poner en duda los logros del Ejecutivo. Alimenta la oposición. Las expectativas económicas negativas terminan por montar el cóctel que prende la chispa. Y todo estalla. Partidarios y opositores del Gobierno se enfrentan en las calles y en las redes de una manera feroz. No se observan fisuras importantes ni en el Partido, ni en el Ejército, ni en el aparato estatal. De hecho, es la oposición la que sí se muestra dividida. No hay manifestaciones unánimes y pacíficas ante una militancia indecisa. La oposición es, aún hoy, una minoría que no parece capaz de conseguir construir una coalición

Esto quiere decir que la coalición, esta sí parece que mayoritaria, forjada por el chavismo no se basa ya exclusivamente en políticas de tipo clientelar. A través de los resultados de la gestión y distribución de los recursos obtenidos y de todo el aparato ideológico y simbólico en torno al Partido/Gobierno/Estado se ha construido una mayoría social a quien la dimensión «deterioro institucional» no le importa demasiado. Y no le importa mientras se mantenga (la percepción de que) la dimensión «resultados y redistribución» es mucho mejor que antes de 1998 para quienes forman esta mayoría. Que a pesar de todo salen ganando. En definitiva: hay, como bien apuntaba Xavier Márquez ayer en Twitter, bastante más que patronage. El mismo paper de Levitsky y Way que citaba Márquez (a cuya conversación con Jay Ulfeder en realidad debo toda esta argumentación, como el lector puede ver) viene a argumentar que cuando la coalición que apoya a un partido dominante se basa en aspectos que van más allá de lo material y entran en la ideología el cambio en el poder se hace mucho más difícil. Trasladando esta idea a Venezuela, la coalición en la cual se basa el PSUV puede ser también explicada (de hecho, así se explican ellos a sí mismos) como la causa y el producto de una «revolución», la que según ellos mismos llevó adelante Chávez desde 1998 en Venezuela. Como tal, se produjo contra alguien (la oligarquía, la derecha, el fascismo) que, dentro del argumentario oficialista, bloqueaba anteriormente el bienestar y el acceso al poder de quien ahora lo detenta. Citando a Lissette González, a quien enlazaba más arriba:

Claro que esa mayoría vive con cruda dureza nuestros problemas; de hecho, la inflación y la inseguridad castigan mucho más a la población pobre. El problema es que no sienten que el liderazgo opositor los represente a ellos o sus intereses y, por lo tanto, su descontento no se traduce de forma automática en apoyo a la oposición.

Porque se trata de eso para la oposición: robar la mayoría a la actual mayoría construyendo una coalición distinta a la existente. Si solo dependiese de la situación económica, ahora que la inflación se come los beneficios del petróleo, resultaría sencillo conseguir abrir brecha en el oficialismo. Pero hoy por hoy esto no está siendo así, al menos aparentemente. Y no lo está siendo porque la mayoría chavista está fuertemente consolidada en torno a una ideología, a una figura (la de Chávez) que se ha empleado como mecanismo de creación y reiteración identitaria y grupal («Chávez no es un individuo, es el Pueblo»), y en contra de quienes antes, en comparación, no proporcionaban un incremento en el bienestar comparable.

En resumen, es posible que (permítanme el toque marxista) el deterioro de las condiciones objetivas abra una ventana de oportunidad para un cambio en Venezuela. Sin embargo, la dinámica política del país es tal que existe un bloque cohesionado apoyado por una mayoría que no tiene demasiados incentivos para confiar en una oposición minoritaria, dividida y por tanto incierta. El bloque fuerte dispone, además del monopolio estatal de la violencia, así como de herramientas alternativas formadas por grupos bien organizados y coordinados (los llamados «colectivos«). La oposición carece de poder y, lo que es peor, carece de credibilidad a la hora de prometer que un hipotético cambio de Gobierno será distinto a la situación anterior a 1998. De ahí la insistencia de Capriles en la campaña electoral en separarse de la vieja Venezuela. La pregunta es por cuánto tiempo puede seguir aguantando el oficialismo un empeoramiento de las condiciones que dañe su credibilidad hasta poner en duda de una manera clara la ideología dominante entre la mayoría, provocando una «crisis de autoridad». Dado su nivel de cohesión y la forma en que los éxitos del chavismo son ofrecidos y percibidos contra el fondo del (supuesto) fracaso de una larga opresión oligárquica, parece que esa brecha tardará aún en abrirse.


35 comentarios

  1. Étoile dice:

    Me parece increíble el análisis José. Pero para mi gusto como venezolana le sobra biblioteca y le falta calle. Mucha gracias por escribir sobre la situación. é.

  2. Francesc dice:

    Amigo: Venezuela es un estado que oprime a su gente. La adhesión que tiene no se explica en un 100% por el voto libre, sino por la opresión. Es sólo que declama ideas que te quedan cómodas. A mí me pasa lo mismo con los autócratas que declaman ideas parecidas a las mías. Si hubiese elecciones libres y el gobierno dejara de perseguir y encarcelar a los opositores, si a los votantes del chavismo se les dieran oportunidades para salir realmente adelante, si realmente hubiese prensa de todos colores en ese país, probablemente Maduro no estaría en el poder.

  3. Pablo Ortega dice:

    Saludos, soy venezolano. Personalmente, creo que el análisis peca de generalizar los motivos por los cuales sobrevive un fuerte apoyo popular al chavismo -que no son precisamente mayoría, no se olvide el fraude electoral de 2013 en beneficio de Maduro-, atribuyendo los motivos de la masa dura del chavismo (que no pasa del 20-25% de la población) a todo el chavismo.

    Una cosa es decir que no todo es clientelismo y otra que TODOS los chavistas son movidos por una «ideología». Afirmación por otra parte muy discutible.

    Es un conflicto más que todo social -aunque, por más que le pese a los teóricos marxistas, no es una guerra de clases, nosotros los estudiantes universitarios somos en nuestra mayoría de origen humilde y universidades públicas-, motivado más que todo por el resentimiento hacia las clases altas y un pensamiento general de «mejor que nos joda uno de los nuestros». Eso sumado a echarle la culpa al empresariado de la crisis económica en plan Allende…

    No obstante, parte del fracaso de la oposición en construir una gran coalición que supere el 60%, por ahora -pues el cambio es posible si asume un mejor liderazgo-, se debe a que nuestros líderes provienen precisamente de las clases altas. Para que se hagan una idea, la mayoría de los presidentes de la vieja democracia venezolana, procedentes del partido socialdemócrata Acción Democrática, eran de orígenes mucho más modestos que Leopoldo López y Henrique Capriles. Tan solo los dos presidentes democristianos nacieron en cuna de oro.

    El mérito de Chávez fue lograr mezclar la socialdemocracia venezolana -que fueron los creadores del clientelismo en Venezuela- con el militarismo sociológico de un país que había vuelto a añorar la última dictadura militar en los años 90. Para que se hagan una idea del fenómeno, imagínense a la extrema izquierda pensar que «Franco no fue tan malo, nos reprimió terriblemente sí, pero…».

    En fin, que el triunfo o fracaso de nuestras protestas (por que quién habla acá es uno de los estudiantes que ha salido a protestar a la calle), depende de que si logramos atraer a las clases populares. Y para eso es clave dejarnos -al menos hay más consciencia de ello que en 2002- de insultar a los chavistas como vi en ciertos momentos de las marchas.

    • Jorge Galindo dice:

      Muchas gracias por el enriquecedor comentario, Pablo. Mi idea es que clientelismo e ideología se refuerzan. Si miras el primer artículo al que me refiero, el que escribimos a la muerte de Hugo Chávez, verás que nuestro argumento se basa en que existen, por así decirlo, dos dimensiones de competición política: calidad en la gestión y capacidad de redistribución. Si la segunda se consigue maximizar sin costes para el elector (sin impuestos), la primera le va a dar un poco igual mientras el deterioro en la segunda no sea igual a superior al esperado con la oposición. La ideología se construye en torno a esa diferenciación («siempre vamos a estar mejor que lo que estábamos») y gracias a la dejadez en la dimensión de gestión («clientelismo? al menos no somos ignorados los pobres!»).

      Respecto a tu conclusión, no podría estar más de acuerdo.

      • Dámaso dice:

        Muy buen post y mejor concatenación de comentarios, pero me gustaría añadir un matiz. Hay un elemento que es clave para entender la revuelta y es el conflicto intergeneracional. Los estudiantes se lanzan a la calle porque su experiencia vital y política es dentro de los gobiernos del PSUV, mientras que la mayor parte de la gente que se encuentra en ese amplio número de «indecisos» (yo creo que la masa dura del chavismo, aún así sobrepasa el 30%) compara entre un modelo que redistribuye y uno previo a la Constitución de 1999, con una estructura estatalista en desmantelamiento y observan, entre otros aspectos, la corrupción como algo «normal».

        En cierta medida, es comprensible ese voto «de agradecimiento» por mucho que la inflación se dispare (tampoco es que nunca haya sido demasiado baja) porque las consignas de las elecciones de 1998 eran la de acabar con el modelo de recortes y que el dinero del petróleo vuelva a regarlo todo. Ahí es donde entra adecuadamente la apreciación del Sr. Galindo: «siempre vamos a estar mejor de lo que estábamos».

        Con respecto a la construcción de un bloque por parte de la oposición, decir que Capriles intentó hacerlo (y en cierta medida lo logró) en los últimos años, pero su derrota contra Maduro volvió a generar fisuras en la confianza en un líder, que si bien había modificado su discurso hacia posiciones más próximas a la conciliación nacional, no había podido vencer en ninguno de los dos comicios presidenciales.

    • rort dice:

      El problema de las marchas de estos días y del liderazgo de Leopoldo López y María Corina Machado es que se percibe claramente su origen elitista, de ahí que las manifestaciones se den casi exclusivamente en los sectores residenciales pudientes y abunden los insultos y desprecios a los chavistas, de gente que quince años después no ha comprendido que el chavismo como religión del pueblo llegó para quedarse. Al no pedir nada más que «la salida» de Maduro se lo están poniendo a huevo al gobierno para que éste use una estrategia victimista y quejarse de golpe de estado imperialista.
      La estrategia de Capriles era la correcta,tras varios años de «guarimbas» (manifestaciones como las de estos días que no llevaron a nada): ganarse al pueblo chavista de los barrios con propuestas concretas, haciéndoles ver que el gobierno no se ocupa de ellos más allá de la retórica. Quizá el momento de haber salido a la calle y ejercer presión hubiera sido tras las elecciones de abril, reclamando fraude. No sé qué pasará en estos días, hay tantos rumores de militares hartos de Maduro, pero estoy de acuerdo con Jorge Galindo en que nadie dentro de la coalición dominante tiene nada que ganar saliéndose del guión; además, una reedición del 11 de abril de 2002, y abriría una inestabilidad impredecible.
      La ingenuidad de muchos de los manifestantes es pasmosa; ¿se imaginan un chavismo en la oposición y dolido por ser desalojado así del poder? A ver quién sería capaz de gobernar en esa situación.
      Saludos desde Caracas

  4. Francesc dice:

    Lamento haber dicho «… es sólo que declama ideas que te quedan cómodas», porque tu análisis tiene las ventajas y las desventajas de estar a la distancia. Quienes estamos en medio de estos complejos problemas muchas veces no soportamos que se nos hable con aquello que no queremos escuchar. Lo que sí me animo a decir -en todo caso- es que el clientelismo del que hablas no es solamente «toma esto para la cena» o «vente al espectáculo de beisbol bolivariano gratis». Es que no puedes salir del esquema clientelar porque el esquema político te convierte en paria y te quita del sistema (quizá hasta te maten). Y desde esa perspectiva, sumado al miedo generalizado a disentir, a la ausencia de prensa multicolor, etc., encuentro muy difícil que cualquier movimiento, por muy estudiantil que sea, pueda «atraer a las clases populares» (¿o sí?, quien piensa que sí utiliza otra estrategia, como Pablo Ortega, los escépticos sólo podemos sumirnos en la desesperación). Gracias

    • Jorge Galindo dice:

      Nada que lamentar. Escribo esto desde un despacho a muchos miles de kilómetros de distancia, no puedo llegar más allá, tienes razón.

      Y también tienes razón en que el elemento represor juega un rol en todo esto. Me he permitido el lujo (espero que no excesivo) de dejarlo de lado en el artículo porque lo que pretendía subrayar es la existencia de una coalición mayoritaria de apoyo a Maduro que desde fuera de Venezuela no se ve o no se quiere ver. Por descontado, el trabajo del vuelco se hace más difícil cuando uno está sometido a represión (por eso al final menciono a los «colectivos» como ejemplo). De lo que no estoy nada seguro es de que la coalición que apoya al actual gobierno se sostenga principalmente gracias a la amenaza.

    • Pablo Ortega dice:

      Yo no sería tan pesimista. Si nosotros los estudiantes estamos arriesgando nada menos que la vida (por que si hay algo que debería analizarse en el exterior es el fenómeno del exilio venezolano, al punto que podría decirse que todo aquel que podía irse con cierta comodidad se fue) por un mejor futuro, ¿por qué no pueden hacerlo las clases bajas? Sobre todo los que tienen aspiraciones, los que no son meros conformistas. Pensar que todos los pobres son conformistas mediocres es algo clasista.

  5. Francesc dice:

    Muchas gracias.

  6. Arturo dice:

    Tan importante como analizar los efectos del clientelismo es examinar sus causas. El pueblo de Venezuela debe de estar curado de espantos pre-1998, y los resultados electorales muestran que, aun con los serios problemas que atraviesa el país, la oposición no convence con sus promesas de tranquilidad y orden. Quizás, y en palabras de Galeano, «el orden de la cotidiana humillación de las mayorías, pero orden al fin y al cabo; la tranquilidad de que la injusticia siga siendo injusta y el hambre hambrienta».

    Un tema complejo el de Venezuela, cuya discusión remite a antiguos debates en torno a la democracia. ¿Qué puede hacer la mayoría y qué no? Porque son mayoría, aunque los medios pasen de puntillas sobre ese matiz.
    Y, si bien no es una lucha de clases al uso (identificar a la entera oposición como «burguesía» es de un infantilismo extremo), sí que parece una lucha entre dos formas de concepción del Estado y de la economía. Por eso es Venezuela una suerte de laboratorio para los teóricos de la ciencia política, allí se vive en el día a día los debates que en otros países no dejan de ser marginales (véanse las pancartas pidiendo capitalismo, «libertad»..). Y el hecho de que Venezuela ande casi sola en esta aventura (y debate) socialista hace presagiar un futuro difícil para el chavismo.

  7. Solo un pequeño detalle. Ante las denuncias de organizaciones de DDHH como Provea (Programa Venezolano de Acción-Educación en Derechos Humanos) sobre torturas realizadas por militares y policías, nuestra Ombudsman está en su cuenta de twitter con cosas como esta:https://twitter.com/gabrieladelmarp/status/435787098399186944

    Hay que ver que la progresiva colonización del mayor partido chavista (MVR, ahora PSUV) ha sido una constante, facilitada por decisiones como aquella retirada de las elecciones por parte de la oposición en 2005 que dejó al parlamento totalmente a favor del chavismo, y también por actuaciones propias, como la modificación de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo para rellenarlo con jueces adictos en 2004, y las extrañas designaciones reaizadas inmediatamente después de la Asamblea Constituyente de 1999. Amén del proceso de gerrymandering hecho para las elecciones parlamentarias de 2010. El diseño institucional le dió poderes al Parlamento para permitir la confomación de comisiones especiales para la designación de los cargos a la judicatura, el tribunal de elecciones y los órganos de control, e igualmente, la misma Constitución de 1999 amplió los poderes de la Presidencia.

    Ante esto, no nos es extraño que todas las ramas del poder público actúen de esta manera. No solo es (presumible) mayoría popular (las denuncias de fraude formalmente no fueron ni siquiera admitidas por el Tribunal Supremo) sino más importante en este preciso momento, es el control institucional extensivo sobre las instituciones del Estado Central (Venezuela es en la práctica un Estado muy poco federal -antes de 1999 no es que haya sido mucho mejor en este aspecto-).

    De allí las denominadas salidas «constitucionaes» que promueven líderes de la oposición, para acabar con esta colonización del poder de parte del PSUV (se ha propuesto hasta la convocatoria a una nueva Asamblea Constituyente)… Cosa que ni se ha aclarado lo suficiente, ni tampoco están claros los medios para hacer cambiar de políticas al gobierno, como no sean protestas continuas, facilitadas (eso sí) por el mal manejo de la economía y la seguridad de parte del mismo gobierno; amén de otros factores estructurales que causan distorsiones (v.g. petróleo).

  8. Efelson dice:

    Muchas gracias Jorge por el artículo y por intentar informar en un medio español de lo que sucede en Venezuela. Es posible que el análisis sea imperfecto como nos lo indican algunos de los compañeros venezolanos que han enviado sus comentarios. La realidad venezolana es, en mi opinión, complejísima por lo que alcanzar un diagnóstico certero no es tarea fácil. El tratamiento por una gran parte de la prensa española de todo el espectro ideológico está muy politizado y en ocasiones llega al esperpento por lo que es de agradecer un artículo como este que nos proporciona una óptica distinta más tranquila, fría y despojada de prejuicios políticos. Gracias también a los comentaristas por un intercambio de ideas plural, razonable y razonado. En conjunto, muy enriquecedor.

  9. juan dice:

    Olvidamos que:
    – En Venezuela hay distritos importantes gobernados por la oposición
    – Existe la posibilidad de referendum revocatoria (que en España echamos de menos) a mitad de mandato.
    – Los 2 bloques de cambios constitucionales fueron rechazados en referéndum, y así lo confirmó el poder electoral.

    No hay que confundir que no gane «el de uno», con que todo es tramposo. Aquí también tenemos que tragar a un gobierno que imcumple todas las promesas por las que fue elegido (menos la del aborto al parecer), convierte a la policía en un cuerpo de represión, cambia a los directores de los medios de comunicación, quiere prohibir protestas como las de las víctimas del accidente del metro en Valencia, renuncia a penalizar la apología del Franquismo etc etc.

    Y sinceramente, no se si es mejor tener inflación o tener un alto paro y de larga duración.

    • Moisés dice:

      Solo para poner las cosas en perspectiva, no estoy diciendo que Venezuela es una dictadura abominable ni España un ejemplo de democracia (ni harto de vino!!) Pero me parece que no tiene comparación la represión policial en uno y otro sitio, el control de los medios en uno y otro sitio (no cambian a los directores: los cierran directamente), el «quiere prohibir» con disolver muy violentamente algunas manifestaciones. Y comparar el paro a la inflación en contextos tan diferentes es como comparar manzanas con gambas. Con toda la que está cayendo en España ya hace años y todos los programas sociales en Venezuela si te miras las estadísticas de desarrollo no te queda duda de que no hay comparación posible. El hecho de que el modelo de desarrollo en España haya fallado mucho, cree desigualdad, lo hayan implementado pésimamente y esté dando unos resultados muy jodidos para una gran parte de la sociedad no hace que el modelo de Venezuela sea mejor, simplemente lo hace imperfecto y con enorme necesidad de reformas estructurales si se quiere llegar a alguna parte. Incluso puedes decir que el modelo no sirve en lo absoluto, pero el venezolano no es mejor. Por cierto, cualquier informe de observadores internacionales en las últimas elecciones de uno y otro país te dirá que, promesas cumplidas o no, uno y otro gobierno están en el poder con diferente legitimidad. No es que no gane el de uno, es que la gente que ve ganar al que gana, levanta las cejas. Cosa que hasta donde yo sé no es el caso en España. No estoy hablando de preferencias políticas. No voto en ninguno de los dos países y si lo hiciera no hubiera votado por ninguno de los dos que hoy gobiernan.

      • alci dice:

        Imaginemos, teniendo en cuenta nuestra falta de separación de poderes y la discutible prisión de Otegi, que hubiera sido Jesús Posada personalmente quien llevara a éste a prisión. Pues eso ha hecho hoy el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello; incluso ha anulado la sesión parlamentaria prevista para dedicarse a estos menesteres.

      • juan dice:

        Yo no entro ni salgo en que el modelo de Venezuela sea mejor, simplemente digo que tenemos que tener cuidado viendo la paja en el ojo ajeno obviando la viga en el propio.

        Respecto a que aquí no se cierran medios…en fin….¿Viste lo que pasó con Egunkaria? Medio cerrado, gente en prisión preventiva mucho tiempo…y al final resulta que poner el horóscopo en Euskera no era apología de nada. Cómo sería aquello para que el AN lo tumbara

        http://elpais.com/elpais/2010/04/12/actualidad/1271060220_850215.html

        Y el de Egin aún no se ha juzgado, se ve que no lo ven claro.

        • Moisés dice:

          Discrepo radicalmente con lo que tú ves como paja o como viga. Y veo las dos. Solo que cada una en el sitio contrario al que tú (más bien veo dos vigas de dimensiones muy diferentes aunque grandes las dos). En cualquier caso el post va de Venezuela. Compararla con España (o con Chusbekistán del noroeste, me da igual) no quita que lo que dices»ganó el otro, no es que haya hecho trampas» es, por lo menos, muy cuestionable.

          • juan dice:

            En el momento en que hay distritos donde alcaldes y gobernadores son de la oposición (el mismo Capriles preside uno), donde reformas constitucionales han sido rechazadas en referendum por estrecho margen y se ha reconocido, etc, ese «muy cuestionable» me parece temerario.

            En todo caso si dices que se manipularon las elecciones ya de paso habría que decir que tuvo que haber connivencia con una empresa española que las gestiona y que de paso es de la que más dinero recibien del estado español para temas de I+D y contratos públicos.

            Y bueno, también respecto a fraudes electorales, también tenemos nuestros temillas por aquí…
            http://www.diariodeibiza.es/pitiuses-balears/2014/01/17/cronologia-escandalo-trama-captar-votos/669201.html

            • Moisés dice:

              Podemos intercambiar artículos de periódico eternamente para probar cualquiera de los 2 puntos de vista. Hay gente que no se queda en labia: http://democracyranking.org/wordpress/?page_id=738#prettyPhoto%5Brank%5D/0/
              No creo que eso sea la Biblia, no creo que nada lo sea, pero cualquier estudio similar te dirá más o menos lo mismo. A no ser que lo hagan en Corea o en Cuba. Y si crees que son válidos esos, podemos parar de discutir ahora mismo. Vivimos en mundos diferentes.

              • juan dice:

                Por EU researchers…vamos, parte del sistema. De entrada falta un gran punto rojo donde el Estado Vaticano, y el informe ignora casi todo Oriente Medio, no sea cosa que se ponga en evidencia a esos países tan amigos del «occidente» que les financia esta «sesuda investigación».

                Yo aquí, ni puedo elegir a mi jefe de estado, ni puedo revocar su mandato a mitad del período. Me vale con eso.

                • Pablo Ortega dice:

                  A Egunkaria al menos la cerró un juez, aquí fue el mismo presidente quien decidió cerrar RCTV y como 40 emisoras de radio. Directamente, sin anestesia o preocupación por las apariencias siquiera alguna.

                  Por cierto, Suecia, ese Estado modernísimo y paraíso terrenal, es una monarquía cuyo jefe de Estado tampoco es electo ni puede ser revocado. ¿Acaso por eso Suecia es menos democrática?

                  Yo seré republicano, pero es más por esencia nacional (pues mi país ha sido fundado por una revolución liberal expresada en la guerra de independencia), que por una ventaja tácita de la República democrática sobre la monarquía parlamentaria.

                  • juan dice:

                    Para mi no poder elegir al jefe del estado, y ser algo hereditario es poco democráticos, a los sesudos «académicos» del democracyranking les da un poco igual.

                    A ver, en el caso egunkaria hubo una orden política de leña al mono, y la justicia «se pone a ello», como la estrategía de salvación de la infanta por parte de la fiscalía general del estado muy alineada con la frase de Rajoy sobre «que cree que le irá bien».

                    En la comunidad valenciana se ha eliminado TV3 que se llevaba viendo 30 años. Y eso lo ha decidido el gobierno valenciano, no un juez.

                    • Pablo Ortega dice:

                      Por que TV3 se supone que es la televisora autonómica oficial tan solo de Cataluña (y creo que Baleares), no de la Comunidad Valenciana. Por ende, y por ley, el gobierno valenciano podía suprimir la transmisión de TV3.

                      Y ya si tú quieres decir que Suecia es poco democrática es tu problema.

  10. andresrguez dice:

    Después de 15 años en el poder y con los precios más elevados del petróleo (ingresan 10 veces más que sus predecesores) la realidad es que el país está casi en la ruina siendo un país que en el 93 abastecía a media América y hoy es Colombia quien abastece a Venezuela además del amigo chino y ruso que son los que sostienen económicamente al país con la compra de deuda y con las divisas.

    En estos 15 años siguen sin hacer nada por el problema de la vivienda o por una alternativa a la industria petrolera, porque a día de hoy…toda la industria venezolana gira en torno a PDVSA.

    A pesar de las nacionalizaciones porque no producían lo suficiente, ahora aún producen menos y en los casos que mantenían la producción son vendidas a empresas de China para que produzcan en Venezuela e intentar lograr divisas.

    Un país que nada sobre petróleo y con una enorme riqueza agrícola y que después de 15 va hacia el abismo.

    Maduro, no es Hugo Chávez

  11. kamal romero dice:

    Enhorabuena! El mejor análisis que he leído en MESES.

    Sólo un breve comentario: lo que comentas en el 3º párrafo también fue cierto para el pacto de élites anterior al chavismo, cuando los recursos provenientes de dicha renta caen y la capacidad redistributiva del estado a través de sus instituciones clientelares se debilita, sale a la luz un sector de la sociedad que vive al margen de los beneficios materiales del clientelismo y no se ven representados por las élites políticas, ahora imposibilitadas de hacerles llegar prebendas.

    Los cambios políticos del 90 (elección directa de diputados y autoridades locales) abre el abanico de figuras nuevas dentro de los partidos tradicionales pero no logran atraer una importante fracción de la población que percibe que no es un problema de «caras nuevas» sino de organizaciones que solo velan por sus propios intereses y de los que permiten mantener la coalición (poderes económicos por ejemplo). Esto abre la puerta a la entrada de una organización distinta que precisamente vende esa idea: una parte de la población está fuera de los intereses de la coalición gobernante, ahí es donde entra lo que expones en el 6º párrafo.

    Ahora mismo parte de la población entiende que la redistribución no es un tema de recursos o gestión, sino de que la misma sea llevada a cabo por alguien que vele y represente sus intereses. Saludos!

  12. Metzger dice:

    Los venezolanos comían comida para perros y no tenían sanidad con los gobiernos anteriores a Chavez. Hablo de esos venezolanos pobres, ya se sabe, el tipo de gente que le sobra al libre mercado.

    Si la oposición venezolana quiere volver a ganar algún día unas elecciones debería dejar de llevar a gente que se opone a las ayudas sociales, a la sanidad pública y que quiere darle las rentas del petroleo a empresarios privados.

    Cuando los pobres son mayoría o gobiernas para ellos o no gobiernas. A menos claro que hagas como hacen últimamente los agentes internacionales del capitalismo y provoques disturbios y guerras civiles donde no mandan los que tú quieres: Ucrania, Venezuela, etc

    El voto de los pobres vale lo mismo que el de los ricos. Joda a quién joda.

    • andresrguez dice:

      Venezuela NUNCA ha recibido tanto por su petróleo como en los últimos 12 años (15 años de gobierno del PSUV) y a pesar de esta ingente entrada de dinero se ha malgastado en comprar armas o regalárselo a los amigos con Petrocaribe con acuerdos perjudiciales para los intereses venezolanos, porque hoy en día Venezuela no tiene industria alternativa al petróleo, ha pasado de ser un país que vendía todo a Colombia a que Colombia venda todo a Venezuela, con unos índices de criminalidad disparados y una inflación del 30%.

      Ya no hablemos de la censura a los medios críticos o el estado de terror que están imponiendo los del SEBIN, algo que ni HC se había atrevido a hacer.

      El argumento de la oposición es estúpido, desde el mismo momento en el que se recuerda que Venezuela lleva 15 años con el mismo gobierno… por lo que ya es hora de dejar de culpar a la oposición de todos los males.

    • juan dice:

      Muy bien explicado Metzger.
      Ante la desesperación por no ganar, la oligarquía puede invertir (dejando de ganar un tiempo) intentando crear un caos económicos hasta que parte de los de abajo por volver a cierto orden se pongan de su parte. Ya lo organizó la CIA en el 73 contra Allende, y el tal López es un señorito de la escuela Kennedy de Harvard, nido de preparación de los guardeses del «backyard» del imperio.

      • Maria dice:

        Este es el tipo de lenguaje que aliena a personas como yo que es independiente. Y que doy mi voto despues de evaluar los ofrecimientos que hacen los politicos. Yo pienso que si bien es cierto que en la historia contemporaria de Venezuela se han cometido muchos errores e injusticias. Apoyar a un partido politico o peor a un apoyar a una figura politica a ciegas sin questionar o demandar transparencia en su gestion de gobierno es un error. El gobierno trabaja para el pueblo no alrevez.

        La elite burquesa que esta actualmente gobernando, desafortunadamente esta implementando la igualdad pero para abajo no para arriba. En realidad, no ha habido movimiento social de la clase pobre a la clase media. Y eso es muy preocupante. La corrupcion es igual o peor que durante los gobiernos de AD y COPEI. y puedo sequir.
        No debemos olvidar el pasado pero debemos enfocarnos en el presente y ver hacia el futuro. El presente no se esta viendo muy bien.

    • Hartmann dice:

      Metzger, si los pobres te votan deberias mantener y todavía mejor aumentar la pobreza. Si los agentes internacionales del capitalismo pueden derrocar gobiernos a voluntad, deberias prescindir de los gobiernos

  13. juan dice:

    Pablo, las televisiones autonómicas han rebasado sus fronteras desde siempre, TV3 se veía en Valencia con repetidores pagados por la gente mediante suscripción popular (lo que ahora se llama crowfunding). También en Baleares. Telemadrid se veía en Toledo. Era una cosa que per se estaba aceptada. Tú dices que se cerró por la ley ok, creo que el Venezuela se hizo ley para que ciertos comunicados de estado tuviesen que emitirse y lo incumpleron. A lo mejor ni la ley que prohibe a una televisión verse en otro territorio ni tener que pasar los discursos del jefe de estado que sean son justas, pero si vale una vale otra.

    • Hartmann dice:

      ETB y TV3 no emitieron el discurso del jefe de estado español las pasadas Navidades, me sorprende tu propuesta de cerrarlas

    • Pablo Ortega dice:

      El RCTV por cable en 2010 era un canal INTERNACIONAL, por ende no estaba obligado a transmitir ningún comunicado del Estado venezolano. Por lo que su segundo cierre fue tan injusto como el primero.

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