Política

Un cambio de paisaje, dos incógnitas y una enseñanza

9 Oct, 2013 - - @jorgegalindo

Como viene siendo tradicional el 9 de Octubre (fiesta autonómica valenciana), El País trae una encuesta de intención de voto para la Comunitat. Los resultados están dentro de lo esperado y obtenido el año pasado: con una alta abstención (que puede mantenerse o no, que puede incluir voto oculto o no, yo me inclino a pensar que la prima en abstención representa desafección más que indecisión o voto oculto), el PPCV perdería la absoluta. Compromís y EUPV subirían lo suficiente como para más que doblar sus escaños. El PSPV descendería, pero esto no impide que la aritmética parlamentaria (según las estimaciones de El País, claro) posibilite un pacto de legislatura. UPyD, por último, metería en el parlamento valenciano hasta al barrendero, por así decir: de 0 a 5 escaños. A mi modo de ver, esta encuesta deja un cambio de paisaje, dos incógnitas y una enseñanza.

El cambio de paisaje es claro y no hace sino confirmar lo que se esperaba y lo que ya mostró la anterior encuesta de Metroscopia: tras una década y media de hegemonía popular, la tendencia que tímidamente apuntaron los resultados electorales en 2011 se ve confirmada. Puesto que el PSPV no solo no supone una alternativa de oposición sólida sino que también pierde apoyos, el bipartidismo se ve seriamente afectado. El resultado es una Catalunya light, si se quiere: una derecha (no nacionalista en este caso, claro) que no tiene los suficientes votos para ser hegemónica, y el voto a la izquierda dividido en tres partidos que no pueden gobernar sin pactar. La primera incógnita es la de siempre: si, a un año y medio de los comicios, estos resultados se van a mantener, si la caída de la derecha se va a pronunciar o por el contrario recuperará terreno. El ritmo de una hipotética recuperación económica afectará a esto, por descontado. Parece relativamente seguro esperar que no va a haber booms de aquí a 2015, así que el PP no puede contar con ellos para recuperar terreno. Pero es que este boom tendría que ser realmente grande (más de lo normal, pienso yo, y más adelante explicaré por qué) para que el PP vuelva a la situación anterior.

La segunda incógnita es Compromís, su estructura interna y la posición que tomaría ante la posibilidad de un pacto para echar al PP y darle el gobierno al PSPV. Compromís es una coalición que desde fuera parece nueva y consistente, pero por dentro agrupa a partidos relativamente alejados entre sí en los ejes ideológico y nacional. Además, el partido que supuestamente domina la coalición (Bloc Nacionalista) no es quien tiene al mayor activo electoral de cara a la galería entre sus filas (Mónica Oltra). Hasta este mismo momento, Compromís está manteniendo un perfil ideológico bajo y articulando un discurso en torno a la corrupción, la crisis como estafa y la representación de «los intereses de la patria». Parece legítimo preguntarse hasta cuándo podrán mantenerse así, sobre todo con primarias a la vista. Esta situación les pone difícil la negociación de un pacto de legislatura porque primero han de llegar a una posición interna común y a una lista de peticiones que trasladar después a un partido (el socialista valenciano) que, por lo demás, está moribundo.

Por último, la enseñanza está encerrada en un dato aparentemente simple: el 89% de los encuestados considera que la corrupción ha afectado mucho o bastante a la crisis económica. Esta vinculación es lo que rompe la hegemonía del PP, un partido que había conseguido construir una identificación entre su gobierno, la prosperidad y Valencia como unidad de destino en lo universal (más aquí, o aquí, o aquí). El riesgo de tal apuesta es que cuando la prosperidad se hunde es probable que tus apoyos se vayan justo a continuación de una forma bastante intensa. Es decir, y aquí comienza el terreno de la pura hipótesis, si un Gobierno decide jugar sus cartas en términos de voto económico («nosotros lo hacemos mejor que los de al lado porque os damos crecimiento, mirad: nosotros somos el Futuro») mucho más que en los ejes de competición ideológica, la recompensa será mayor mientras todo vaya bien, pero el castigo también será más duro. Más aún: si además la corrupción y la acción política era un factor importante de la prosperidad, así sea en apariencia, el castigo puede amplificarse. Recordemos el bonito paper de Pablo Barberá, Pablo Fernández y Gonzalo Rivero en el que muestran cómo si la corrupción puede incrementar el bienestar de la ciudadanía el castigo electoral no aparece como significativo. Hace meses, nada más leerlo pensé en Valencia, en cómo de bien esto aplicaba a la época de la burbuja en mi tierra, y en cómo puede ser que esta omisión del castigo se dé la vuelta si la recesión aparece justo con un estallido de casos de corrupción obviamente ligados al modelo de crecimiento económico. El mecanismo es bien sencillo: culpar a los políticos de la crisis es igual de fácil que premiarles por darnos crecimiento cuando se considera aparente que ambos provienen de sus acciones. Ese 89% muestra el vínculo entre corrupción y crisis. Si la encuesta permitiese analizar microdatos, es probable que observásemos el segundo vínculo, esta vez entre voto fuera del partido en el gobierno (o, mejor aún, cambio de voto) y el grado de relación atribuido a la crisis con la corrupción.

Es por esto que Compromís puede recoger tantos apoyos sin concretar demasiado su programa económico: al fin y al cabo, un argumentario que identifica crisis con estafa casa perfectamente con las percepciones de los ciudadanos valencianos sobre las causas de la crisis (corrupción). Ahora bien, esto tiene fecha de caducidad. De hecho, la intención de voto a la coalición no ha subido entre 2012 y 2013. Y parece razonable que las dos dimensiones de competición política normales (el eje izquierda-derecha y, en menor medida, el eje nacionalista o centro-periferia) sean en el largo plazo las que definan la reestructuración del paisaje electoral valenciano, sin burbujas, corrupción o explosiones. Que todos tomen nota.


15 comentarios

  1. Álvaro dice:

    Me ha gustado el post. Cre que los argumentos tienen sentido y quizá se confirmen en las próximas elecciones. Sólo queria añadir una interpretación alternativa al clásico mecanismo del voto económico que defiendes. Hay una interpretación alternativa sobre los mecanismos del voto de premios y castigos propuesta en 1996 por Susan Stokes en un famoso artículo publicado en Comparative Political Studies «Public Opinion and Market Reforms: The Limits of Economic Voting». En el artículo la autora argumenta que los políticos pueden escapasarse del castigo electoral por una grave recesión si son exitosos en el uso de argumentos exonerativos centrados en las reformas necesarias para salir de una situación de crisis. El paper se basa en el caso de reformas económicas en Latinoamérica, pero presenta evidencia interesante y amplia los horizontes del voto económico en la sociología electoral proponiendo mecanismos más complejos de castigos y recompensas. Si en el PP valenciano son inteligentes deberían leer a Stokes.

    • Jorge Galindo dice:

      Gracias a ti por el comentario, Álvaro, acertado e interesante. Si no me equivoco, esa explicación es análoga a la que la misma Stokes desarrolla en su libro «Neoliberalism by surprise», no? El problema para el PP valenciano es que no hay posibilidad de exonerarse porque, creo, en la mente del votante la interpretación que subyace es «estamos peor que la media de España porque nuestro gobierno nos ha llevado a la ruina a través de corruptelas y burbujas». Intentar blame shifting con la corrupción como punto central es imposible. Máxime cuando el partido gobernando en el centro es el mismo que en la periferia, y bueno, culpar al PSOE de ZP de la situación de Valencia es algo con un efecto muy limitado en el votante. Tratar de vender sangre, sudor y lágrimas (reformas para mejorar y luego los buenos tiempos volverán) tampoco funcionaría demasiado, creo, dado que la credibilidad del actual partido no existe no por la recesión, sino por el vínculo entre ésta y la corrupción/mala gestión. Además, seamos realistas: no hay mucho que una Comunitat pueda vender por ahí cuando las reformas estructurales y fiscales dependen de Madrid. No sé muy bien entonces qué alternativas le quedan al PP para poder exonerarse.

      • Juanjo VLM dice:

        Al PP Valenciano les queda otra baza que sin duda van a jugar, máxime si se piensa en los buenos resultados que les ha dado otras veces y duarnte mucho tiempo : el anticatalanismo, la cuestión identitaria Valenciana, etc. De hecho, ya han empezado hablando en más de una ocasión del futuro «tripartito», tratando de crear una analogía con el tripartito Catalán. Lo que de verdad asombra es cómo eso se asienta en la mente de la gente, como se lo creen. Es lamentable ver que, por una parte la gente traga esos argumentos, y por otra, el pesimismo va calando al mismo tiempo en esta sociedad. Lo raro es que no haya habido esos estallidos sociales que parece daban tanto miedo hace unos mese a Rajoy. Igual es que la gente no lo exterioriza. O tal vez si, pero todo queda en el ámbito personal, íntimo, familiar.
        Saludos.

        • B. y Ana dice:

          «Lo que de verdad asombra es cómo eso se asienta en la mente de la gente, como se lo creen»

          Es cierto, asombra tanto como cómo se asienta el odio a España que azuzan ERC y CiU para conseguir apoyos.
          Un saludo.

        • Carlos Jerez dice:

          Juanjo, tienes razón, el anticatalanismo es su última baza, pero no creo que sea suficiente. Aún así también dependerá que el futuro «tripartito valenciano» sepa jugar bien sus cartas. Si los más extremistas se empeñan en pasar en imponer sus demandas nacionalistas (o catalanistas) por encima de dar una alternativa de centro-izquierda al PP, asustarán a muchos.

          Saludos.

  2. heathcliff dice:

    Lo raro en Valencia es que no gane una coalición entre Falange y CNT…

    🙂

    • Carlos Jerez dice:

      Jeje, lo malo sería que alguien se tome eso en serio. Los valencianos en general no somos ni económicamente ni moralmente conservadores, mayormente como el resto de España. Lo que si hemos tenido son dos factores muy españoles especialmente desarrollados, el boom inmobiliario debido al sol y playa, y un conflicto con el catalanismo, desde los pro hasta los anti, aunque es una bandera fácilmente agitable por los dos extremos, creo que a la mayoría de los valencianos les importa relativamente poco.

  3. Alvaro dice:

    Si, yo tambien veo muy dificil, Jorge, que el PP en Valencia pueda tener exito con estrategias exonerativas…, pero haberlas hailas y conviene estar alerta para ver si la susan. Por completar las referencias, me quedo por senalarte que hay una interesante aplicacion del modelo de Stokes al caso espanol por Maravall y Przeworski. El articulo esta publicado en la REIS, numero 87 y lleva por titulo «Reacciones Politicas a la Economia» A lo mejor ya lo conoces, pero si no, echale un vistazo. Esta muy bien. Es de libre acceso

  4. B. y Ana dice:

    «Parece relativamente seguro esperar que no va a haber booms de aquí a 2015, así que el PP no puede contar con ellos para recuperar terreno.»

    Según he oído por ahí, en el PP no piensan como tú y sí cuentan con ellos (supongo que algo hay que buscar para mantener alta la moral).
    Ya veremos.
    Un saludo.

  5. Pedro dice:

    Yo creo que en la C.Valenciana todo el mundo da por hecho que va a haber tripartito den 2015, el primero de todos el PP que está en oposición ya desde el año pasado. A lo que parece que se juega es a mantener las cosas como están en las encuestas, porque el PP ya está mirando hacia 2019 pensando que ese tripartito va a acabar como el rosario de la aurora.

    En el campo de mis percepciones personales creo que hay cosas que pueden ser algo diferentes a la encuesta. Creo que el efecto Oltra será potente cuando gane las primarias de Compromís. También creo que el resultado de UPyD va a ser más alto de lo previsto, pues lo veo un partido que cuadra bien con Valencia y su idiosincrasia más urbana.

    Aunque todo el mundo da por hecho el tripartito hay otra opción que nadie comenta pero que podría suceder, que es un bipartito PSPV-EU con apoyo de UPyD, más o menos a la asturiana. Si la aritmética lo hiciese posible no lo descartaría, pues sería un escenario más cómodo para PSPV y EU que tener a Oltra como estrella indiscutible del consell.

    Saludos,

    • juan dice:

      Ufff, apoyo del UPyD,
      ¿los que en Asturias exigen suprimir su Defensor del Pueblo para ahorrar pero su único diputado necesita 6 en el pesebre para que le asesoren puesto que no debe saber de nada?
      ¿UPyD cuyo programa contra las otras lenguas de España es tan radical?

      Vamos, el PSPV como va en barrena sería capaz, pero vamos sería más esperable del blavero y beato Alarte que de los que están ahora.

      No creo que EU entre en ese juego, en el fondo es mejor pactar con Compromís y hacer el tripartito, y que se jueguen el futuro apoyo electoral a cómo ejecute cada uno la acción de gobierno en los puestos que se repartan.

      • Pedro dice:

        Sé que suena difícil, pero no es imposible por varias razones:

        – EU, en el fondo, fue debilitada por la escisión de IdPV, y la pusieron al borde de desaparecer de les corts. Ya no está Gloria Marcos, pero Compromís no es una fuerza cómoda para ellos después del pasado que han tenido.Si pueden quitárselos de enmedio, lo harán.

        – Es mucho más cómodo un bipartito (aunque dependan de diputados externos fuera del gobierno) que un tripartito.

        – A UPyD le gusta estar fuera del gobierno pero condicionar las leyes.

        – Si por alguna de aquellas las futuras primarias del PSPV las ganara Francesc Romeu creo que éste es mucho más «radical-demócrata» y menos pro-nacionalista que Ximo Puig. Con Romeu un pacto con UPyD y con EU sería posible, porque digamos que tiene un alta muy izquierdista y otra muy regeneracionista.
        Vale, es muy difícil que gane Romeu, pero lo pongo como posibilidad remota.

        Saludos,

        • juan dice:

          Mucha gente que se siente contraria al blaverismo-españolismo y que vota al PSPV tener un gobierno en minoría condicionado por UPyD y sus políticas anti-otras lenguas de España dejaría de votarles para las siguientes. El escenario que propones es con un PSPV gobernando bajando seguramente en escaños…cualquier desliz contra los votantes que les queden pueden forzar un sorpasso de Compromís a la siguiente.

          Tampoco veo a EU teniendo que estar condicionados ante UPyD.

          Ahora, te doy la razón en que todo es posible, aquello de «la política hace extraños compañeros de cama».

        • juan dice:

          y por último, aunque la combinación que propones numéricamente diese, podría ser que para las alcaldías de las capitales, hiciesen falta los 3, PSPV, EU y Compromís, no tendría mucha lógica que solo buscasen a Compromís para hacerse con las capitales y la dejasen fuera de la Generalitat.

          Lo gracioso es que podemos asistir al lamento del PP pro-lista más votada, olvidando que Rita llegó a la alcaldía con 9 concejales con 8 de UV (Lizondo) contra el PSPV (14) y EU (2), y para más INRI sin bajar el PSPV, bajó EU de 3 a 2 creo recordar.

        • elbitxet dice:

          Pues yo lo veo más que posible. ¿Desde cuándo la ideología o las opciones programáticas han motivado la política de alianzas de ningún dirigente del PSPV? Si supone afianzarse en el poder y librarse de la sombra de Compromís, hasta Ximo Puig pactaría con UPyD.

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