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Camino de otro fracaso presupuestario

17 Sep, 2013 - - @egocrata

El Congreso de los Estados Unidos va camino de hacer el ridículo en materia fiscal. Otra vez. Hace unos días hablaba sobre el debate presupuestario entre demócratas y republicanos, y como el previsible desacuerdo puede acabar horriblemente mal. Un par de semanas después, tras la distracción Siria, las cosas parecen ir a peor.

El conflicto es bastante simple: los demócratas quieren aprobar una continuing resolution* para seguir financiando el gobierno federal. Quieren aumentar el techo de la deuda. Los republicanos en la Cámara de Representantes sólo están dispuestos a hacerlo si se retiran los fondos destinados a Obamacare. Los demócratas, con el Presidente a la cabeza, no están dispuestos a sacrificar la ley más importante de los últimos años: entienden que la exigencia del GOP es un chantaje. Las posiciones de unos y otros son totalmente contradictorias e incompatibles; llevan así desde hace meses. Estas semanas, según dicen, ni siquiera están ya negociando. 

El Congreso se enfrenta durante las próximas semanas a dos fechas límite. La primera, incomoda; la segunda, aterradora. A finales de septiembre expira la continuing resolution autorizando el gasto del gobierno federal. Si llegado el uno de octubre no hay acuerdo para prorrogarla, el ejecutivo del país más poderoso de la tierra cerrará sus puertas. A efectos prácticos, un government shutdown es ante todo una incomodidad tremebunda: el ejecutivo simplemente deja de gastar dinero en todo servicio que no sea esencial. Se cierran los parques nacionales y museos. El papeleo deja de procesarse para autorizaciones, licencias, contratos, visados y pasaportes. Cientos de miles de trabajadores federales se quedan en casa sin  ir a trabajar. Los tribunales aplazan decisiones, vistas y papeleo. El cierre tiene efectos reales considerables. A pesar de todo, un cierre de pocos días no afectará demasiado la vida de un americano medio. La inmensa mayoría de interacciones con el sector público son a nivel estatal o local; el gobierno federal está poco presente.

Más allá del cierre, el Congreso tiene otra fecha límite: finales de octubre, el techo de la deuda. Si los legisladores americanos no hacen nada para remediarlo, el gobierno federal excederá su límite de endeudamiento, y no podrá emitir bonos para cubrir gasto ya comprometido. Es decir, empezará a dejar facturas sin pagar. En vista del rápidamente decreciente pero aún abultado déficit, un buen montón de facturas. Cuando un gobierno hace eso se le llama bancarrota, y el partido republicano dice estar dispuesto a forzar una si el Presidente decide no desmantelar la ley que define su mandato. Ahora repito: demócratas y republicanos no están negociando para evitar este escenario.

¿Es hora de preocuparse, llorar y empezar a comprar conservas, cabras y armas de fuego? Bueno, no tan rápido. Noam Scheiber en New Republic tiene una explicación bastante coherente sobre por qué probablemente veremos un cierre del gobierno, pero no una crisis de techo de la deuda.  El cierre sucederá porque todos los actores tienen incentivos para permitir que suceda. Los demócratas están hartos de negociar rescates ante cada pataleta fiscal del GOP, y creen que el cierre es una señal clara de ello. El sector más conservador de los republicanos quieren cumplir la amenaza y echar el cierre. El sector moderado/cuerdo del GOP quiere demostrar su odio a Obamacare, en primer lugar, pero también quiere aislar a los montañeses del tea party cuando el cierre del gobierno salga espectacularmente mal. 

He aquí la clave: si hay cierre, a quién van a echar la culpa los votantes. Todo el mundo menos el tea party y allegados está convencido que le echarán la culpa al tea party. El sector cavernícola del GOP no está en desacuerdo. Su idea, en todo caso, es que creen que los votantes quieren que el gobierno cierre. Los demócratas, la Casa Blanca y el pobre John Boehner creen que esto será un desastre político sin paliativos para el sector más conservador del GOP. Con la opinión pública en contra estos entrarán en razón y finalmente podrán llegar a un acuerdo que sería aprobado con votos de republicanos moderados y el grueso de la minoría demócrata en la cámara baja.

¿Suena plausible? No estoy del todo seguro. Sobre el papel parece el camino más lógico para salir de este desaguisado. En la práctica, requiere por un lado una flexibilidad táctica que Boehner quizás no tiene, y la presunción que al tea party la opinión pública le importa un rábano. Lo más probable, si el escenario de arriba acabara sucediendo, es que Boehner perdiera su puesto como Speaker, ciertamente.

A efectos prácticos, el debate fiscal americano va a ir a peor durante las próximas semanas. Es bastante probable que el gobierno eche el cierre. Esperemos que estos previsibles desacuerdos a corto sean sea un preludio de acuerdo a medio plazo, y el techo de la deuda se arregle con tiempo. Por el bien de todos.

*Pequeño glosario político americano: desde hace una cantidad realmente deprimente de tiempo, el Congreso de los Estados Unidos no aprueba presupuestos. Los políticos de ambos partidos son incapaces de ponerse de acuerdo. Los legisladores llevan años pagando las facturas usando continuing resolutions, esencialmente leyes provisionales prorrogando cuentas y aprobando gasto según viene. Es una chapuza. Les da igual.


17 comentarios

  1. […] EEUU: Camino de otro fracaso presupuestario. Si no hay acuerdo pronto, el gobierno federal cerrará … […]

  2. fr_carrillo dice:

    Sabiendo tus escasas simpatías por el Tea Party, ¿no hay un poco de deseo personal en eso de que les pasará factura?

    Sus bases están tan piradas como ellos, igual les aplauden.

    • HPerezTapia dice:

      fr_carrillo,

      Estoy totalmente de acuerdo contigo. Las bases del Tea Party son las que piden siempre «menos estado». Si al final lo consiguen no creo que afecte negativamente a esas bases, sino que posiblemente les refuerce en sus convicciones.

      El resto de votantes no sé, pero la opinión de los que piensan que están chalados desde el principio no creo que afecte al Tea Party (no hay ganancia en votos en esa parte) y el resto muchas veces se acerca al ganador de la película. Así que esto, como viene siendo habitual, será una pelea por ver quien vende mejor «su victoria».

      Héctor

      • Atlas dice:

        Hombre, una cosa es tener la convicción interior, no probada y basada principalmente en cuentos de hadas, que una vez se vaya al carajo el estado el mundo vivirá en una Arcadia de armonía, paz, felicidad y libertad para hacerse muchimillonario sin que los malvados recaudadores de impuestos te roben el sudor de tu frente para dárselo a indignos untermensch que no se lo merecen ni lo saben apreciar, y otra es vivir en las carnes un mundo en el que los servicios más básicos como los bomberos, la policía, o los bonos de comida para los que no tienen ni un duro han desaparecido. La risa iba a ser de órdago.

        • Ignacio Paredero dice:

          En efecto. Creo que puede hacer conscientes a la gente de la cantidad de servicios que dependen del estado y que no tienen alternativas o soluciones viables fuera de el.

          • Ferrim dice:

            Yo, en cambio, sospecho que seguirían encontrando alguna forma de culpar al gobierno por esas desgracias. Es como los comunistas, sólo que desde otra religión… perdón, desde otro punto de vista.

        • HPerezTapia dice:

          Pero es que el cierre del gobierno estatal. Los servicios que mencionas son locales o estatales, por lo que no se verán afectados.

          Poniéndome en la piel de uno del Tea Party: «¿A mí que me afecta que el Smithsonian, la biblioteca del congreso y el servico postal no funcionen o los visados y pasaportes no se den? ¡Pero si además la burocracia administrativa de Washington no va a funcionar tampoco!»

          Quizás un poco burdo, pero en el día a día, como dice Roger, parece más una incomodidad centralizada en Washington que un problema nacional.

          Héctor

          • Atlas dice:

            Bueno, va, de acuerdo, la cosa no iría de un día para otro. Pero hay cosas del gobierno federal que sí afectan, y mucho, al ciudadano de a pie. Entre ellas, como has dicho, el correo. Y hay una, muy importante que sí que afecta al americano medio de manera gorda. Hay cerca de 2 millones y medio de norteamericanos en las fuerzas armadas (incluyendo reservistas). Imagínate si llega Octubre y a ese montón de padres, madres, hijos e hijas que están fuera defendiendo a su país y (en más de un caso y de dos) sosteniendo económicamente a sus familias les dicen que porque los republicanos se han puesto chulos van a dejar de cobrar a partir de ahora mismo. O todos esos millones más cuyos empleos dependen directa o indirectamente del gobierno: proyectos de investigación, funcionarios federales, contratas del ejército.Eso son varios milloncetes de parados más e un momento en el que Estados Unidos no anda boyante en el apartado Y podríamos seguir y seguir…

            Además, como Roger ha dicho en múltiples ocasiones, es Washington quién equilibra las balanzas presupuestarias de los estados con transferencias de pasta brutales. A ver cómo se las apanyaban los estados deficitarios (curiosamente, aquellos donde la presencia de las ramas chungas del GOP está más arraigada) si el grifo que asegura que no hagan un default se corta porque el gobierno ha implosionado. Y eso SÍ que afectaría a las competencias estatales.

            Yo, vamos, en un escenario como ese lo menos veo a los Estados Unidos balcanizados y convertidos en un ciento de reinos de taifas a la Hispanistán en pleno siglo 12.

            *Perdón por las «ny». Estoy escribiendo en un teclado inglés.

            • Alatriste dice:

              Para eso se puede recurrir al viejo ASCII. Mantén presionada la tecla ALT y pulsa 164 en el teclado numérico para conseguir una ñ, 165 para la Ñ.

            • Jetkom dice:

              ¿Dejar de pagar a las fuerzas armadas?

              ¿Eso no sería muy arriesgado? No se practicamente nada de política americana, pero incluso con el cierre de gobierno, si dejasen de cobrar los ejercitos… ¿No sería eso ofrecer munición a los del Tea Party para que empiecen a acusar a los demócratas de no estar comprometidos con los soldados, de conchabarse con los talibanes, etc.? Ya se que objetivamente este argumento no se sostendría, pero por lo que leo desde el otro lado del charco, eso nunca ha sido impedimento para que los del Tea Party lo esgriman… y tampoco para que los votantes lo compren.

  3. Lluís dice:

    Idea descabellada que tengo Roger, ¿Y si más allá del cierre del gobierno federal, que no sería algo que no hayamos visto antes, el sector montañés del GOP estuviera dispuesto a provocar una quiebra de los EEUU?… Total, por un cierre del gobierno federal Obama y otros pueden culpar al Tea Party, pero de una quiebra creo que no se salvarían.

    Al fin y al cabo, si realmente quiero cambiar de pies a cabeza el sistema, me interesa el cuanto peor, mejor, porque sólo en tiempos de caos tendré oportunidades.

    • EduardoE dice:

      A estas alturas lo del Tea Party es más efecto manada, el seguir el camino diseñado sin importar cuales sean las consecuencias.

      El problema de fondo es quieren deshacerse de Obamacare (y lo han intentado más de dos decenas de veces con el esperable fracaso una y otra vez) y parece que esta vez creen que pueden lograrlo mediante el chantaje vía presupuestos – continuing resolutions – techo de deuda. Y muchos de ellos pueden estar a favor incluso de eso.

      Por otro lado ellos también tienen incentivos para no hacerlo, y es porque una paralización del gobierno federal va a tener muchos efectos en los estados que los apoyan, ya que muchas veces son también aquellos que reciben aportes del estado federal. Por otro lado esto también afecta ciertas industrias, como la militar, de los que ellos dependen en financiación para sus campañas y tienen gente contratada en sus distritos que van a perder sus trabajos si la paralización obliga a suspender proyectos.

      El tema es que como ellos han decidido quemar todos los barcos sencillamente estan en una situación en que si llega la paralización ellos van a terminar mal ante sus votantes porque de partida quedará claro que todos los efectos de la paralización serán responsabilidad exclusiva de ellos. Por el otro lado si deciden ceder a último minuto también van a terminar mal ante sus votantes porque ellos han dicho que Obamacare es la amenaza roja y eso debe ser eliminado si o si.

      Supongo que la salvación para los republicanos es que el partido democrata se rinda antes de que las cosas salgan mal y puedan lograr un acuerdo, pero como lo que esta en juego es algo que se pasaron años peleando incluso en la Corte Suprema, Obamacare, lo más probable es que esten dispuestos esta vez a correr el riesgo al final.

      El problema no es que sean solamente lunaticos, es que nadie sabe cuales son los incentivos que ellos necesitan para destrabar el juego. Ni ellos mismos.

  4. Javier dice:

    Quizá es que hay cosas como el modelo de sociedad que deben consensuarse entre todos. Y si no, es mejor no intentar hacerlas. «Ahora tengo una mayoría, voy a crear algo eterno que la oposición odiará para siempre, pero tendrán que fastidiarse», es una receta para el fracaso. Aquí nos lleva pasando siglos.

  5. […] partido republicano seguía hoy con su cruzada contra la reforma de la sanidad de Obama. La Cámara de Representantes  se dispone a votar una resolución que permite financiar el gasto […]

  6. Josep dice:

    Atlas.. Tienes que usar el teclado numerio del ordenador para ALT+ 165 y no los numeros que hay en parte superior del teclado.

    • Atlas dice:

      ¡Por fin lo conseguí! Al final el único problema era que me había olvidado de tener activado BloqNum. O lo que es lo mismo, que como decía antes, soy retrasado.

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