Economía

La huelga de los que nunca protestan y el futuro de la desigualdad

5 Sep, 2013 - - @egocrata

Estos días los medios de comunicación americanos se enfrentan a una noticia a la que no están en absoluto acostumbrados: una huelga. Los conflictos laborales en Estados Unidos son una cosa del pasado; no porque reine la justicia y la paz social, no hace falta decirlo, sino porque la lucha de clases acabó hace treinta años y perdieron los de abajo. El sindicalismo americano nunca fue gran cosa comparado con sus parientes europeos, pero estos días es poco menos que irrelevante más allá de unas pocas industrias y empresas antiguas, ligas deportivas profesionales (¡!) y  Hollywood (¿!). Las huelgas, por tanto, son criaturas francamente inusuales que sólo aparecen en redes de metro, colegios y en la NBA/NHL/NFL/MLB muy de vez en cuando; son casi una curiosidad histórica.

La huelga de estos días, sin embargo, es doblemente inusual. Primero, ya por el mero hecho de existir, y segundo por estar ocurriendo en un sector completamente olvidado que nunca ha tenido presencia sindical: los restaurantes de fast food desperdigados por todo el país. A pesar de no ser una gran huelga (el sector está cualquier cosa menos paralizado, y las protestas se han concentrado en varias ciudades aisladas), la protesta tiene el mérito de haber movilizado un sector increíblemente complicado de organizar: trabajadores muy poco cualificados, en lugares de trabajo muy pequeños en una industria muy fragmentada con cientos de franquicias en casa estado. Sacar a la calle cocineros que cobran salario mínimo y tienen cero protección contra despido es complicado, pero está sucediendo a una escala suficiente como para hacer bastante ruido.

¿Las demandas? bastante familiares: sueldos dignos (piden $15 la hora, algo que suena extravagante en España, pero es un sueldo de clase media-baja en Estados Unidos), derecho a sindicalizarse (ahora no lo tienen. No, no es broma) y mejores condiciones laborales. Son demandas justas, pero  En vista del mercado laboral y el clima político en el país, por pedir podrían demandar unicornios para todos. Sencillamente, los republicanos no están para estas cosas.

Aun así, las protestas dan pie a dos preguntas interesantes, al menos a medio plazo. Por un lado, sobre la viabilidad política de los sindicatos en Estados Unidos (y Europa, en cierto modo); por otro, sobre el origen de las desigualdades económicas y el papel de las instituciones para resolverlas. Sobre viabilidad política del sindicalismo americano, la verdad, soy bastante escéptico. El partido republicano detesta a los sindicatos casi más que al Presidente. Por añadido, un sector no precisamente marginal del partido demócrata tiene poco interés en resucitarlos. El grupo de presión más poderoso en Estados Unidos es la (otra) NRA, o National Restaurant Association. Son con diferencia el lobby más temido en los capitolios de todo el país, al combinar cantidades ingentes de dinero con el Santo Grial del trolleo legislativo, representar a pequeños empresarios, y no hay nada que odien más que legislación sobre salario mínimo (para camareros, $2,13 la hora, por cierto. De aquí las propinas) y derechos sindicales. Mucho tiene que cambiar el país electoralmente para que veamos una resurrección del movimiento obrero lo suficiente fuerte como para crear cambios legislativos importantes.

Sobre desigualdades económicas, el problema de los salarios bajos en los restaurantes de comida rápida no es algo que se limita a este sector. El mercado laboral en Estados Unidos (y en el resto del mundo, pero las instituciones americanas refuerzan esta tendencia) parece estar polarizándose; se crea empleo en los dos extremos de la escala salarial, trabajadores ultracualificados y empleo totalmente sin cualificar, mientras desaparecen muchos trabajos tradicionalmente de clase media. Por qué esto está sucediendo es motivo de debate, y puede deberse o no a motivos políticos o tecnológicos. Si el cambio es político, la solución es «fácil» (ganar elecciones); si es tecnológico/económico, la cosa es un poco más complicada.

Supongamos que la evolución tecnológica e inteligencia artificial nos trae un mundo donde prácticamente cualquiera tarea que no requiera creatividad o talento para improvisar puede ser automatizada. Los taxistas son substituidos por coches automáticos, la mayoría de abogados por sistemas expertos (experimentando algo parecido a los departamentos de contabilidad cuando apareció Excel), los limpiadores por robofregonas, los obreros industriales por robots. La mano de obra pasa a ser, en muchos casos, una alternativa cara y protestona al enorme poder del software. Tendremos  un mundo en el  que los retornos del capital son mucho mayores que digamos en 1960, y donde la mano de obra tradicional es sólo competitiva en trabajos en el sector servicios de baja calificación. Esto tiene unas consecuencias redistributivas fortísimas entre aquellos que tienen capital y los que no; dedicar recursos a la educación es un poco perder el tiempo si estamos buscando generar igualdad. Si la evolución tecnológica está realmente creando una mercado laboral polarizado (y muy marxista, todo sea dicho), las medidas de que debemos tomar para redistribuir renta tienen un aspecto bastante distinto.

Cómo hacerlo, sin embargo, es un tema un poco más complicado. Los trabajadores en huelga estos días, por ejemplo, tienen entre poco o nulo poder de negociación. Recuperar cosas como sistemas sindicales de closed shop (sólo trabajadores afiliados pueden acceder a empleo, forzando las empresas a negociar) puede no ser del todo absurdo, sin ir más lejos. El sistema fiscal debería tener un aspecto distinto, igual que el sistema educativo. El impuesto de sucesiones pasaría a ser muchísimo más importante casi de forma automática.

Aún así, es pronto para llegar a conclusiones. Las desigualdades se han disparado en Estados Unidos, Reino Unido o Alemania, pero no en España, Francia o los países nórdicos. El efecto de la tecnología en el mercado laboral no es independiente de las instituciones de cada país, y no tiene por qué ser lineal. Como siempre que se habla de grandes cambios económicos, es preferible ser cautos antes de empezar a legislar como posesos. Lo curioso es que el viejo sueño del fin del trabajo y la sociedad de la abundancia gracias a la robótica no es tan absurdo estos días como solía ser….

Hasta la inevitable rebelión de las máquinas, claro. Pero eso es para otro día.


33 comentarios

  1. Ignacio Paredero dice:

    100 puntos de experiencia y un clon extra por la cita friki.

  2. En esta línea ya hay quien asume que será imposible crear suficiente empleo y que será necesario crear una renta básica universal, como única medida factible para mantener la demanda. Las máquinas son geniales creado cosas y muy eficientes, pero les trae sin cuidado lo que producen, y no se emocionan vistiendo la última moda, o comprando el último televisor. Otra posibilidad es el Job Guarantee, pero también plantea problemas.

    Por otro lado, es probable que en el futuro sean mucho más valorados trabajos que nunca podrán hacer las máquinas. Por ejemplo, educación, cuidado de mayores, y todo lo relativo al tercer sector.

    Una nota final. El partido republicano históricamente ha estado ha favor de los sindicatos. Vean, vean…

    https://twitter.com/StephanieKelton/status/365111412395225088

    • Uno que pasa dice:

      Por lo visto esto se va a convertir en una parodia de un pub cualquiera de principios del Siglo XIX en Ye’ Oldie Britain.

      Las máquinas nos roban el trabajo, la solución es romperlas, prohibirlas o que la gente tenga dinero porque sí.

      Porque las máquinas pueden ser abogados, RRHH (bueno, esto puede serlo un chimpancé si hace falta), pueden diseñar nuevos procedimientos de fabricación, pueden diseñar nuevas campañas de márketing, por supuesto pueden crear arte en cualquier forma, pueden investigar ellas solitas en todos los campos que se abren ante nosotros (biotecnología, industria aeroespacial, nuevos materiales, nuevas energías…), las máquinas, por supuesto, se arreglan a sí mismas (salvo en Trántor)…

      Ahora más que nunca es cuando se debe apostar por educación de alto nivel y preparar a toda una generación de gente que ya no podrá echarse en brazos de trabajos tayloristas. Esto exige la responsabilidad de la gente (fracaso escolar, ¿hola?) pero es un argumento más sonoro el reclamar el regreso del ‘closed shop’ (!) o incluso hablar de rentas universales para todos (y un poquito de Kalise también).

      • Capitalismo y globalización dice:

        Pero entonces la fast food ¿quién la sirve? ¿Las máquinas o trabajadores pobres como ratas y «que se jodan»?

      • David dice:

        ¿Y va a haber demanda suficiente para que todo el mundo pueda tener empleos altamente cualificados?

        Es más: ¿todo el mundo está capacitado (y no me refiero a inteligencia solo) para tener este tipo de empleos?

        • Uno que pasa dice:

          Es impensable pensar que el trabajo poco cualificado va a desaparecer. Quizá llegue a desaparecer en el sector primario y secundario (más bien creo que se verá reducido a mínimos dada la robotización) pero seguirá siendo necesario un control humano frente a imprevistos que ningún logaritmo puede controlar.

          Ahora bien, ¿en el sector terciario? ¿De verdad la gente llevaría bien que su comida se la sirviese un robot que sueña con ovejas eléctricas a que se lo sirviera una persona de carne y hueso? No. El ser humano se basa en empatía, y en puestos de cara al público esa empatía te puede hacer ganar o perder un cliente.

          La apertura de nuevos campos tecnológicos ha logrado crear empleos, además, de muy alta cualificación. Un ejemplo es el de los servicios financieros. El HFT ha ampliado la necesidad de contratar a ‘traders’ que controlen el sistema, así como ingenieros que lo mantengan, que desarrollen nuevas aplicaciones o sistemas que le hagan ganar un milisegundo que puede conllevar millones de ganancias…

          Sí. Quizá ya no tendremos gloriosos trabajadores taylorianos en una cadena de montaje, fuertemente sindicados y con un fondo de pensiones pagado por GM (o MoTown y el contribuyente americano, je). Si ése es el precio a pagar por un mundo económicamente más eficiente y con mayores oportunidades de trabajo cualificado, bienvenido sea.

          El precio del progreso. Tonnies escribió hace dos siglos sobre esto, en otr tono.

          • Capitalismo y globalización dice:

            ¿Un mundo económicamente más eficiente es aquel dónde la mayoría de los trabajadores no tienen pensiones ni salarios dignos? Carai con la eficiencia.

  3. Uno que pasa dice:

    Porque no hay nada más romántico que ponerle puertas al campo, en vez de invertir en educación y dar salida a las nuevas demandas del mercado y la tecnología (biotecnología, ingenierías varias, nuevos problemas legales, nuevos nichos de mercados en Internet, data-mining…) lo que aquí se propone es volver a un closed shop.

    (Closed-shops con magníficos resultados como GM y MoTown, claro)

    Por no hablar de lo magníficamente absurdo que resulta hablar de un sindicalismo poco menos que irrelevante en EEUU. Tan irrelevante que se tiraron buena parte de las primarias demócratas de hace unos años logrando bloquear cualquier atisbo de reforma migratoria en la agenda demócrata. No vaya a ser que esos hispanos nos quiten al trabajo a nosotros, buenos blancos y protestantes del Medio Oeste americano.

  4. […] La huelga de los que nunca protestan y el futuro de la desigualdad […]

  5. Capitalismo y globalización dice:

    ¿Los obreros van a tener que vivir con salarios de subsistencia en el sistema capitalista? Que sorpresa, quién lo habría dicho.

  6. davidm dice:

    Una referencia interesante y extensa sobre el tema de la tecnología, con una idea provocativa: el trabajo insustituible por máquinas NO es el que requiere «creatividad o talento», y hay mucho más trabajo insustituible del que creemos (una vez aceptamos que no es una cuestión de creatividad vs. rutina):

    http://www.ribbonfarm.com/2013/07/10/you-are-not-an-artisan/

  7. GuidoCor dice:

    Roger algún día deberías dedicar un post largo y extenso a los cambios sociales, económicos y demográficos de la tecnología!

    Respecto a Robots, la tecnología estará lista muy pronto (mi hermano trabaja en un equipo de robótica) pero lo que hará falta es ENERGÍA los robots requieren cantidades desproporcionadas de energía que seguramente no llegará hasta que la fusión / fisión de torio esté lista (y quedan 20 años con estimaciones muy positivas….)

    Saludos!

  8. Epicureo dice:

    Ya está bien de insistir con eso de que las máquinas lo que destruyen son trabajos sin cualificación y poco creativos. Es justamente lo contrario.

    Con un ordenador y un buen paquete de programas, el trabajo que antes hacían media docena de ingenieros especializados lo hace un ingeniero de nivel medio (cobrando menos que cualquiera de ellos). Lo mismo, o peor, ocurre con el diseño gráfico.

    Los trabajos que requieren un más alto nivel de creatividad son pocos, de hecho cada vez menos, requieren talentos especiales, y están tan competidos que simplemente no se puede contar con ellos.

    • Javier dice:

      Totalmente de acuerdo. Es mucho más fácil y barato desarrollar un software, por ejemplo, para redactar noticias que desarrollar una máquina que pode automáticamente un viñedo, por decir un caso, además de ser más rentable. Por eso, paradójicamente, trabajos de muy escasa cualificación como los agrícolas (los que quedan) serán los únicos supervivientes (lo cual obviamente no servirá de nada a nivel colectivo, el petardazo económico va a ser el mismo).

      • Uno que pasa dice:

        ¿Los ‘softwares’ pueden filtrar mediante ideología y crear un texto que se adapte al humano ideólogizado?

        A ver si lo desarrollan rápido, que en EL PAÍS últimamente hay mucha falta de ortografía y coherencia en sus textos.

  9. Javier dice:

    Me gusta mucho el artículo, sobre todo la parte en la que hablas de desempleo tecnológico. Tenía ganas de que tocaras ese tema, cosa que ya hiciste una vez (aquí: http://politikon.es/2012/11/21/crecimiento-economico-y-revolucion-digital/) aunque entonces parecías decir que las tecnologías destructoras de empleo eran buenas para el crecimiento (lo cual yo no entendía o me parecía un poco surrealista) mientras que ahora creo que le das otro enfoque.

    Me gustaría ver una entrada desarrollando este tema, aunque personalmente no comparta el optimismo (hay varios autores que sí defienden esta «economía de recursos» por la desparición del trabajo, pero yo apoyo más a otros como Lanier o Martin Ford que preven un colapso total de la economía por el desempleo masivo y la caída mundial del consumo, aunque tampoco es que mis conocimientos económicos se salgan y por eso me gustaría ver algún buen análisis del tema en español).

    Desde luego es cuestión de tiempo que la tecnología se coma a la clase media, y posteriormente también irá a por la clase baja (los camareros robóticos sólo necesitarían una buena inversión en i+D, lo cual se hará cuando resulte rentable que no será dentro de mucho). Y la idea de un pacto social para que vivamos sin trabajar, bueno… me parece que no lo veremos.

  10. Javier dice:

    Por cierto, un apunte más: la tecnología destructora de empleo NO es ciencia ficción y NO tiene que ver con robots ni hay que irse al futuro para encontrarla. Ya existe. La gratuidad en internet, por ejemplo, tiene mucho que ver (comparemos la capacidad como empleador del actual El País digital y gratuito con la de El País de hace veinte años impreso y vendido en tienda). Por no hablar del factor más importante aquí que es la extensión del trabajo gratis y su aceptación social (véase Huffington, diseñadores gráficos que trabajan por nada en Behance «para hacerse un nombre», y otras tres tazas para periodistas, fotógrafos y un largo etc.) y esto está afectando bastante más a los trabajos creativos que a los de rutina que (sólo por ahora) aún no están automatizados (aunque hay unos cuantos programas como Siri o Watson que le van a resultar muy simpáticos a los trabajadores de los servicios de atención técnica o gestión comercial).

    Vamos, que internet destruye empleo, puede parecer bien o mal, pero es un hecho objetivo y no es ciencia ficción ni una cosa de aquí a diez años, es un hecho de ahora y es constatable.

    Y perdón por el doble comentario. Un muy interesante tema.

  11. oalfonso dice:

    ¿Podrías hacer algún día una entrada sobre cómo funciona el sindicalismo en EEUU? Desde España se tiene la imagen de que en todas partes los sindicatos son iguales con unos sindicatos multisectoriales tipo CCOO y UGT.

    • Jose R. dice:

      La AFL-CIO es un sindicato multisectorial pero su funcionamiento es muy anglosajón, para poder actuar en un centro ha de ser «legalizado» y para ello los trabajadores han de votar (o afiliarse) a favor d ela constitución del sindicato en la mitad más uno, eso los hace muy débiles a las estrategias de union bustering.

  12. navarta dice:

    La tecnologia sólo respetará, al menos en el corto plazo pues a la larga todas las cosas tienden al equilibrio, a dos sectores sociales: Los ricos riquísimos, que lo serán cada vez más, y los pobres paupérrimos, que lo seremos cada vez más.

    Tampoco es nada nuevo bajo el sol.

    • Javier dice:

      Sí es nuevo porque antes había clase media, cosa que ahora no existirá. Además, tampoco habrá pobres paupérrimos, sus puestos de trabajo también van a desaparecer gracias a la magia de las impresoras 3D.

  13. Johnny Taxi dice:

    «Los taxistas son substituidos por coches automáticos» .
    Ahora queremos una propuesta del futuro de los farmacéuticos.

  14. viernes dice:

    Todo tiene un límite, y algunos tensan demasiado la cuerda. El fordismo está olvidado:

    http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2013/07/21/guia-mcdonalds-para-aprovechar-bien-su-dinero/

    Se les puede ayudar, se llama boicot.

  15. matías dice:

    Una aclaración sobre las closed shop. El Tribunal de Estrasburgo tiene varias sentencias dejando claro que este sistema viola el derecho de asociación. Creo que en una de ellas eran trabajadores de los ferrocarriles británicos, de hecho. No sé en EEUU, pero tengo entendido que en la mayoría de los países nórdicos han ido eliminando la mayor parte de las claúsulas que permitían esto.

    • Uno que pasa dice:

      British Rail v. Young, James & Webster.

      Muy criticada por el laborismo británico porque estos señores estaban cercanos al BNP/UKIP. Está claro que ser del BNP/UKIP implica que tu derecho de asociación no vale una mierda.

  16. […] La huelga de los que nunca protestan y el futuro de la desigualdad (los cocineros de los comida rápida en Estados […]

  17. Ramón B dice:

    Hola Roger,

    Desde luego este es un asunto del que cada vez se habla más. Supongo que este artículo está relacionado con el que ha aparecido en MIT Technology Review esta semana.

    http://www.technologyreview.com/view/519016/stop-saying-robots-are-destroying-jobs-they-arent/

    Desde mi punto de vista en España también tenemos el problema de que si no diseñamos la tecnológía necesaria para esta revolución tecnológica no tendremos tampoco los puestos de empleo cualificados que se requerirán en los próximos años.

    Por no hablar de que si el capital es extranjero poca redistribución de riqueza habrá en España…

  18. […] De huelgas y el futuro de la desigualdad […]

  19. Enrique dice:

    Me ha recordado a una historia corta que leí en reddit hace algún tiempo, y que empieza también en un burguer: http://marshallbrain.com/manna1.htm

    Como ya han dicho es un tema interesante.

  20. Joshua dice:

    Excelente análisis, aunque aquí te pasas de frenada:
    » Las desigualdades se han disparado en Estados Unidos, Reino Unido o Alemania, pero no en España, Francia o los países nórdicos». Estamos en 2013 y, aunque España ha ido con el paso cambiado por nuestra historia particular y hemos montado el estado del bienestar aprisa y corriendo cuando el baile se acababa en el mundo occidental, meterla en el grupo de los países nórdicos en temas de desigualdad es, a mi juicio, un importante patinazo.

  21. […] unos días hablaba  del debate  sobre el aumento de la desigualdad económica de las últimas décadas.  Aunque no […]

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