Política

Nota rápida sobre pactos de estado

31 May, 2013 - - @egocrata

Una de las obsesiones del partido socialista en el último año y medio es ofrecer pactos de estado. Rubalcaba lleva meses y meses pidiendo a Rajoy toda clase de acuerdos alrededor de los grandes temas de España. La oferta a menudo viene acompañada de una propuesta más o menos definida, pero a veces ni eso. Pactar ya es una recompensa suficiente.

Dejando de lado lo extraño que resulta tener un líder de la oposición horriblemente impopular en las encuestas ofreciendo un acuerdo a un presidente del gobierno tan o más impopular que él (son los niños feos de la clase sin pareja de baile, más o menos), la utilidad de estas maniobras para el PSOE es realmente difícil de entender. Por un lado, debemos partir de la idea que a Rajoy no lo quiere nadie; partirse los cuernos semana tras semana pidiendo salir en la foto con él es como opositar para ser miembro de NAMBLA. Pedir pactos de estado para parecer una persona respetable es un poco tonto ya de por sí, especialmente cuando sabemos que los votantes tienden a premiar al socio mayoritario de una coalición y no a los fieles escuderos; juntarse con un tipo con fama de incompetente redomado es una necedad, simplemente.

Un pacto de estado tenía sentido a finales del 2010 o incluso a principios del 2012. En el primer caso tenemos un gobierno en minoría afrontando una situación económica crítica que debe afrontar una serie de reformas necesarias e impopulares. Un pacto de estado podía ser utilizado como una señal clara al electorado que los problemas del país son enormes, graves y urgentes, y la única manera de salir de esta es aprobando una serie de reformas muy ambiciosas y valientes (esto es, que ofenden a gente con capacidad de protestar) para evitar el desastre. Un pacto de estado daba cobertura al gobierno, y permitía a la oposición «salvar el país» sabiendo que la recesión iba a acabar con Zapatero igualmente. En los primeros meses del 2012 un pacto de estado podía ser tanto una forma de entonar el mea culpa para los socialistas (que siguen actuando como si hasta el 2011 hubiera mandado Aznar) como una manera de garantizar que las reformas no se escoraran demasiado a la derecha, a cambio de cubrirle las espaldas a Rajoy. Una vez nos dimos cuenta que Rajoy no tenía ni planes, ni intención, ni ganas de reformar nada, ofrecer pactos de estado para apoyar la inoperancia es perder el tiempo.

La verdad, incluso en los dos escenarios anteriores, un pacto de estado es una idea bastante estúpida; si alguien quiere aprobar reformas porque cree que son necesarias y van a funcionar, en la mayoría de casos lo mejor que puede hacer es tirar adelante él solo. Las únicas excepciones son, me parece, en temas donde un gobierno ha hecho promesas de gasto insostenibles / fantasiosas, y la oposición tiene incentivos para decir lo contrario. Es el caso de la reforma de pensiones, por ejemplo, o el sistema de financiación autonómica (no preguntéis dónde es insostenible; nadie entiende cómo funciona), ya que de lo contrario nadie tendrá incentivos para arreglar el potencial desastre. Para cosas como el mercado laboral, emprendedores, liberalizaciones y demás, el que manda debe ser quien corra el riesgo, que para algo le pagamos.

Los socialistas, más que buscar pactos tontos con alguien que no quiere hacer nada (y anda rompiendo promesas en serie, así que buena suerte con vuestro acuerdo), deberían preocuparse más de buscar nuevas ideas y propuestas, poner millas con su gestión pre-Rajoy, y plantearse como una alternativa nueva y renovada. Es incomprensible que la dichosa conferencia política para cambiarlo todo, etcétera no vaya a tener lugar hasta dos años después de perder las elecciones, y lo haga con Rubalcaba intentando apoyar al gobierno como ruido de fondo.

A veces el PSOE parece actuar buscando el aplauso de los editoriales del País, más que otra cosa. A los periodistas y tertulianos les chifla el consenso, pero al electorado en general realmente les importa bien poco.


8 comentarios

  1. Marc dice:

    Estas pidiendo autocritica en el PSOE? Estas pidiendo que se renueve? Estas pidiendo que actue como lo que deberia ser, partido de la oposición? Mientas el señor Gonzalez y su pareja de baile el señor Guerra sigan andando libremente por los campos de España, el PSOE no se va a renovar. Lo intentó Zapatero y le duró media legislatura (luego hubo cambio de ministros más «afines»).

    Dicho lo primero, para mi que el PSOE busca decir que existe y que cuenten con el para lo que sea, incluso comerse gatitos si esto le ayuda a salir en la foto. Sus votantes tienen que saber que en Ferraz no están vegetando que hacen «cosas», que trabajan y aplican las mismas tacticas que el PP en la oposición, vender el contenedor sin el contenido. Ya rellenarian el contendor una vez en el poder, a saber con que…

  2. Pedro dice:

    Hola,

    Creo que deberiamos hacernos unas cuantas preguntas.

    – ¿Hasta qué punto las intenciones pactistas de Rubalcaba vienen impuestas desde fuera?

    – A Zapatero eso de proponer pactos desde la oposición le fue más o menos bien. Quizá si el pacto llega a materializarse lo capitalice el gobierno, pero si el gobierno acaba no pactando ese rechazo lo puede usar la oposición. Quizá se busca el pacto esperando que la otra parte rechace el pacto.

    – ¿Y si el PP y el PSOE están actuando como lobby inmovilista? Su desgaste es grande, afecta a ambos y es posible que si vamos a un sistema de muchos partidos todas las ventajas del bipartidismo (colocación de cuadros, politización de la justicia, sistema electoral que los beneficia) podrían desaparecer.

    Desde mi personal punto de vista este país camina hacia un gobierno de concentración PP-PSOE en cuanto la aritmética parlamentaria no de otra opción (sino antes). Quizá todo esto es un juego de dos para ver quién se lleva la cabeza de cartel y, por tanto, la mayor parte del pastel.

    Saludos,

  3. gsc dice:

    Leía hace poco (no recuerdo si por aquí), que los pactos de estados están bien en procesos constituyentes y similares. ¿No tendría sentido, igualmente, buscar un pacto de estado para dotar de cierta estabilidad a una ley concreta? Si el grupo mayoritario consigue que otros la apoyen, cuando haya cambio de mayoría, a los que la apoyaron se cuidarían de modificar una ley que previamente han aceptado. El ejemplo más claro donde esto sería aplicable son las 99 leyes de educación de los últimos años, claro.

    Este tipo de pacto de estado tiene sentido principalmente cuando la aproximación se realiza desde el gobierno a la oposición, pero Zapatero ya intentó una aproximación parecida antes de llegar al poder.

  4. EduHomer dice:

    Para mí el problema no es tanto el planteamiento del pacto de estado como estrategia política de los partidos, como el fondo del pacto. Si el contenido del mismo me parece justo y favorable para una ciudadanía harta de que entre unos y otros se achaquen por entero los problemas del país, sin asumir una pizca de autocrítica, me parecerá bien. Si por el contrario lo único que se intenta con este pacto es una estrategia política en la cual los dos partidos se ven favorecidos por un enrocamiento que excluye a las minorías en el Congreso y, en consecuencia, también a la mayoría social que protesta en las calles de este país, me parecerá mal.

    Es tan fácil como entrar a examinar el contenido del pacto para darse cuenta si beneficia a los ciudadanos o no. Que beneficie a unos partidos políticos o a otros, es una materia que en estos momentos me parece poco o nada prioritaria.

  5. Txaciana dice:

    La obsesión de Rubalcaba para hacer «pactos de estado»… Estoy totalmente de acuerdo con la totalidad del articulo.
    Van a esperar, o en principio eso han dicho, dos años desde la humillante derrota electoral para hacer la dichosa «Confere…ncia Politica», de todos es sabido, y demasiadas maniobras desde dentro de la cupula socialista, así lo demuestran, que será algo blindado, manipulado y muy lejos de las exigencias democráticas que militantes y simpatizantes quieren de este partido.
    «Buscar nuevas ideas y propuestas»… solo añadiría mi particular versión. Rubalcaba y su equipo, deberían de hacer dos cosas, o mejor abrir dos puertas, 1.- La de sus despachos y salir para no volver y 2.- La de ese «baul» donde tiran esas «Nuevas ideas y propuestas» que tanto necesita su partido para, al menos recuperar confianza y credibilidad. Porque nuevas ideas, propuestas y gente joven preparada y sobradamente capacitada para dirigir el PSOE sin alejarse de los ciudadanos, como dicen en Galicia… «Haberlas haylas»

  6. Shine dice:

    Parafraseando a aquel: ¿pacto para qué? No es lo mismo un pacto para putear a terroristas que para bajar las pensiones. Eso sí, decir que deseas un pacto como pose queda muy bien.

  7. Javier dice:

    Coincido con uno de los comentarios: la manía pactista viene de lejos. ZP era muy amigo de los pactos, recuerdo especialmente el seguidismo que le hizo a Aznar con el tema ilegalización de Batasuna… y mi impresión, ya entonces, es que no le ayudó mucho (ganó las elecciones raspadas). Al electorado del PSOE lo que quiere es que le den cera al PP, y punto.

  8. MuGaR dice:

    De toda la vida el pacto se debe a falta de fuerzas de las partes o a un intento de entrampar. A veces salen bien, a veces salen mal, pero intentar imputar la bondad a los medios en lugar de a los fines es una de las consecuencias indeseadas de la democracia que resultan muy jodidas de explicar…

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