Internacional

Los escándalos son buena noticia

23 May, 2013 - - @egocrata

No acabo de entender por qué Jordi Pérez Colomer parece estar dando tanta importancia a los «escándalos» que parecen «asediar» la Casa Blanca. Como comentaba el otro día, ninguno de las acusaciones parece ser especialmente seria; los republicanos llevan dos semanas mareando la perdiz, pero las revelaciones siempre son entre irrelevantes y estúpidas. El único escándalo más o menos nuevo es el de la investigación a Jim Rosen, un periodista de la Fox, para ver quién le había filtrado la información que la CIA tenía un espía en el gobierno de Corea del Norte. Aparte de ser una filtración seria (uno no va diciendo en público que Estados Unidos tiene agentes al lado de Kim Jong Un) Rosen nunca fue acusado de nada; el Departamento de Justicia sólo pidió al juez autorización para leer su correo electrónico.

Lo cierto es que la aparición de todas estas polémicas no es señal que la Casa Blanca tenga problemas u oculte casos horribles de corrupción y politiqueo en todas las esquinas. Lo que indican estos escándalos es, por encima de todo, una mejora de la situación económica.

La economía americana parece estar mejorando. No es un crecimiento económico estelar; los recortes presupuestarios se están notando, ciertamente. Pero la tasa de desempleo lleva varios meses bajando a un ritmo aceptable, el crecimiento está entre el dos y el tres por ciento anual sin demasiado aspavientos, y el sector de la construcción, tras cinco años largos a medio gas, está recuperando su velocidad de crucero habitual. No podemos hablar de una situación demasiado maravillosa, y las desigualdades están volviendo a crecer a un ritmo tremendo (el crecimiento está de nuevo concentrándose arriba), pero dado que las únicas medidas que podrían acelerar el crecimiento son tabú para los republicanos (estímulo fiscal, política monetaria aún más expansiva o retrasar los recortes de gasto) los conservadores se han quedado sin mucho de qué hablar. Están incluso poniendo pegas a intentar aprobar un presupuesto, tras cuatro años quejándose que el Senado no aprobara uno; imaginad.

¿Qué les queda? Bueno, tienen dos posibles frentes de ataque. El primero es oponerse a los programas estrella de Obama para este año, control de armas e inmigración. El primero ya lo han hundido, como era de esperar, el segundo es algo que los conservadores no pueden rechazar si quieren mantener alguna esperanza de atraer algún día al voto latino. El segundo es buscar conspiraciones por las esquinas, fingir hacer mucho ruido y seguir utilizando su control de la Cámara de Representantes para hacer tanto ruido como sea posible mientras no aprueban ni una pizca de legislación. Las investigaciones mantienen distraídas a las bases, mientras que los adultos del partido van dando pasitos hacia la aprobación de una reforma migratoria. Obama sigue siendo igual de popular que siempre (esto es, no mucho – 51% de aprobación), con los escándalos ofendiendo a los republicanos, dejando indiferentes a los demócratas y el resto fijándose en la economía.

Lo cierto es que los Presidentes no hacen nunca gran cosa en su segundo mandato. Si Obama saca adelante una reforma migratoria, algunos cambios medio decentes en el código impositivo y consigue que los republicanos no hagan saltar por los aires el país con sus algaradas con el techo de la deuda ya estará bastante por encima de la media. La reelección era importante para evitar un retorno a la austeridad desaforado estilo Cameron en Reino Unido, implementar la reforma de la Sanidad y nombrar un par de jueces al Supremo con un poco de suerte. Como Clinton con Lewinsky, Reagan con Iran-Contra y Johnson con Vietnam antes que él, Obama tendrá cuatro años con sus escándalos en paralelo a una economía más o menos decente.

El secreto mejor guardado de Obama, me temo, es que es de hecho un político bastante normal. Tiene un talento descomunal, su producción legislativa en su primer mandato fue inmensa y la salida de Estados Unidos de la crisis ha sido infinitamente mejor que el patético desastre Europeo, pero sigue estando sujeto a las leyes de la política: un segundo mandato aburrido, el Congreso sigue siendo más importante que él (este es probablemente el secreto mejor guardado de la política americana, por cierto), y sus oponentes ideológicos lo odian igualmente. El hombre ha hecho un trabajo decente, pero no puede hacer magia. La verdad, nunca he entendido las expectativas que despierta.

Nota al margen: ¿os acordáis de la enmienda sobre matrimonios homosexuales en la ley de inmigración? Ha acabado exactamente donde dije: Leahy la retiró antes de llegar a votación.


6 comentarios

  1. Alatriste dice:

    «el Congreso sigue siendo más importante que él (este es probablemente el secreto mejor guardado de la política americana, por cierto)»

    Eso de que la Cámara y el Senado tienen más poder que el presidente es algo crucial y que siempre me pareció que a los europeos no nos entraba en la cabeza porque el sistema americano es muy parecido al europeo en apariencia (y cuando digo apariencia me refiero a lo que sale en las noticias y en la mayoría de las películas, donde solo aparece el presi tomando decisiones él solito con cara de machote) cuando en realidad es completamente diferente, pero creía que los americanos lo tendrían asumido ¿Ellos también tienden a sobreestimar los poderes de la presidencia, entonces?

    Luego, y en otro orden de cosas, vaya, que sorpresa, así que los presidentes no hacen nunca gran cosa en su segundo mandato…

    Creo que ya lo he dicho antes, aunque tal vez no aquí: les tengo verdadero odio a las limitaciones de mandatos.

    En primer lugar, son una limitación de nuestros derechos y libertades. Del derecho a presentarse a las elecciones, y del derecho a votar a quien queramos ¡Es fuerte que se admita que se nos prohibe elegir a Fulano, y más cuando si está prohibido es precisamente porque hemos decidido que Fulano es el gobernante que queremos!

    En segundo lugar, debilitan terriblemente el control democrático en sistemas donde la disciplina de partido es fuerte. El mandatario que sabe que no va a presentarse otra vez y domina su partido (cof, Aznar, cof) se parece demasiado a un monarca absoluto ¿El pueblo? ¿Por qué le va a importar un comino lo que piense el pueblo? Bien podría decir «Après moi, le déluge», como Luis XV.

    y finalmente, porque cuando la disciplina de partido no es fuerte, entonces debilitan terriblemente la eficacia del gobierno. Resulta difícil de aceptar que desde ya podamos decir que el presidente de los Estados Unidos será irrelevante en 2015 y 2016 y que si estalla una crisis del tipo que sea no podrá actuar ni de cachondeo con la prontitud y la decisión de un primer mandato porque estará ya «haciendo las maletas» y todo el mundo le prestará más atención a quien parezca que va a ser el próximo presidente.

    Solo hace falta pensar en la historia de la Segunda Guerra Mundial: no fue precisamente irrelevante para su desarrollo que tocaran elecciones presidenciales en 1940 y que aunque Roosevelt rompiera con todos los precedentes y se presentara para un tercer mandato su gobierno fuera casi impotente en la práctica durante 1939 y 1940 (Nota: hoy en día lo que hizo sería ilegal, pero entonces la limitación a dos mandatos era un precepto no escrito, una tradición… aunque fuera una tradición de mucho peso mantenida durante 160 años)

  2. Oskar dice:

    Visto desde España, un buen gobernante dista de ser algo normal: En los últomos 16 años hemos tenido a un inútil que lleva meses sin responder una pregunta dentro del país, un inútil que pensaba que el optimismo era mas importante que las matemáticas para levantar la economía, y antes que estos dos, un matón de barrio que levantó la economía a base de echar leña al fuego de una burbuja inmobiliaria e intentó

    • Oskar dice:

      continúo con mi comentario, cosas del móvil. E intentó colarnos una de las mentiras mas vergonzantes que se le recuerdan a un gobernante del orbe occidental, con el país en shock por el atentado mas salvaje de su historia reciente. Es comprensible que Obama nos parezca un milagro…

  3. Lole dice:

    «su producción legislativa en su primer mandato fue inmensa»

    ¿En serio?
    Firmó la Obamacare, una ley sobre crímenes de odio, una de estímulo económico y una de educación.

    No está mal teniendo en cuenta las zancadillas que pone el Congreso, pero de ahí a decir que es inmensa…

  4. Jose Meto dice:

    ¿Nunca has entendido las expectativas que despierta? Te lo voy a explicar: Es negro.

    Vivo y trabajo en Londres desde hace 15 años, en una empresa en la que hay gente de 250 países (somos 450 en el edificio). El día que Obama ganó su primera legislatura y dio el discurso, los negros de mi trabajo (ni uno americano y/o inglés, por cierto; todos africanos y de West Indies) pidieron poner una TV en el hall para poder presenciar este evento «HISTÓRICO». Siempre me preguntaré qué tenía eso de histórico.

    En fin, que yo lo que pensaba era que negro, amarillo o a rallas, es un político. Pero los españoles nunca entenderemos el rollo de la raza blanca vs negra como lo entienden ellos. Hoy sin ir más lejos, saqué una moneda de £2 del bolsillo y vi que ponía 1807 y unas cadenas rotas, conmemorando la abolición de la esclavitud. Y me pregunto yo por qué en España no recordamos eso también; que llenamos centroamérica de esclavos africanos.

  5. He ido a mirarlo, pero por suerte no puse «asedio» en el enlace arriba. No creo que sea un asedio y lo dejo claro.

    Es verdad que la economía apunta mejoría. Pero los republicanos se comportan como es de esperar de la oposición. En cuanto a los «escándalos», que cada cual decida su tamaño: sobre todo merecen una explicación las dudas sobre la agencia tributaria y el comportamiento del Dept de Justicia con las filtraciones. Eso es lo que he hecho.

Comments are closed.