Política

Los ecos del 15m

15 May, 2013 - - @kanciller

Se cumplen dos años desde el 15m y las cosas han cambiado mucho (o poco, según se mire) desde aquella convocatoria tan sorpresiva. Yo estuve entre los que participaron por entonces. Fui a algunas de las asambleas multitudinarias de Plaza Catalunya, estuve allí cuando la desalojaron “por motivos de limpieza”, reflexioné sobre sus objetivos y hacia dónde iban,  fui testigo del asedio al Parlament – aquí la crónica –, colaboré con comisión de la reforma del sistema electoral, di charlas a asociaciones vecinales sobre el tema (alguna en hogares de ancianos) y estuve en la propia asamblea de mi barrio. Dado mi conocimiento superficial sobre movimientos sociales lo que digo a continuación no es más que una mezcla de intuiciones personales derivadas de mi experiencia. De eso y de los sentimientos encontrados que me genera volver a leer los textos que escribí por entonces.

En diferentes ocasiones me estuve preguntando sobre por qué surgió el 15m en ese momento y no en otro. Probablemente lo más útil sea distinguir entre las causas lejanas y las cercanas; los factores más estructurales y más coyunturales que acompañaron a esa movilización. La causa estructural principal indudable es la crisis económica – pinchazo de la burbuja inmobiliaria, desempleo galopante e importante ajuste sobre sectores precarios gracias a la dualidad del mercado laboral (jóvenes) –. Quien piense que se puede entender el 15m, lo que se ha enmarcado como el quebranto de la Cultura de la Transición (CT), sin la crisis económica, confunde sus deseos con la realidad. Basta con ampliar el angular. Ahora bien, tampoco creo que se deba dejar de lado otros elementos estructurales de importancia como los culturales – tradición española de desafección y anti-partidismo – y materiales – mayor disposición de capital cultural y cognitivo e infraestructuras que abaratan ciertas formas de participación low cost.

Ahora bien, es verdad que hay elementos específicos propios de la coyuntura política (no del todo independientes de los anteriores) que también ayudaron mucho a la eclosión de aquellas movilizaciones. La corrupción rampante – que además sabemos que genera más indignación cuando los recursos son escasos – y una creciente deslegitimización de las instituciones fueron un empujón clave, sin dejar de lado el fracaso del gobierno de Zapatero para gestionar y articular un relato de la crisis. No solo el efecto de los llamados “decretos de mayo” de 2010, sino incluso la incapacidad de los políticos para ofrecer un liderazgo de apariencia solvente. Esto generó un importante enfado del electorado de izquierdas ante la falta de alternativa – el apoyo al Partido Popular permanecía pétreo – que terminó por acelerar y visibilizar la ruptura de la coalición de intereses que llevó al poder al PSOE en 2008. Todos los anterior, sumado al acervo acumulado en el No a la Guerra, el 11-m, V de Vivienda, y #nolesvotes, redujeron los costes de movilización y llevaron a una acción social de protesta.

Visto con cierta perspectiva, cada vez tengo más claro que el movimiento de los indignados es imposible de subjetivar al reunir un conjunto de reivindicaciones irreductibles. Incluso el consenso de mínimo no era sino una serie de buenos deseos generalistas y, a veces, de ideas equivocas. Por lo tanto, probablemente calificarlo de “movimiento de movimientos” o “marca blanca” sea lo más ajustado cuando se habla de aquello. Además, la movilización de los indignados se inscribe en un entorno de protesta callejera creciente, algo que parece la regla cuando tenemos crisis económicas en las que se opta por austeridad y recortes en el gasto. En todo caso, yo sigo pensando que cualquier comparación entre lo que pasaba en España y otros países es mera coincidencia. En Túnez o Egipto hablábamos de derrocar dictadores en procesos de resultado incierto (no se sabe si hablábamos de democracia o buen gobierno). En Grecia los que llevaban el peso de la movilización seguían siendo las organizaciones clásicas (sindicatos o antisistema). Y en Islandia… Bueno, esto. En todo caso, este proceso no puede desligarse de un cuestionamiento creciente de los actores clásicos (los cuerpos intermedios) en los sistemas representativos y el auge de nuevos mecanismos de participación. Hay corrientes subterráneas que se dan en todos los países occidentales a los que España no es ajena.

El 15m, en todo caso, marcó la diferencia en cuatro aspectos que merece la pena resaltar. La traducción más inmediata – aún a riesgo de que se me compare con ella – fue la de poner la puntilla a la derrota del PSOE y apuntalar la absoluta del PP. El discurso del voto útil (y el miedo al doberman) quedó desactivado a la izquierda, con lo que o bien se optaron por preferencias sinceras o bien al voto en blanco/ nulo. Creo que en ese sentido mis previsiones no fueron del todo desafortunadas. Lo que está por ver es si en 2015 tendremos el segundo acto, porque contrastada objetivamente solo hemos visto la erosión de uno de los dos pilares. El segundo elemento fundamental es el giro y la articulación del discurso, en el cual los propios medios de comunicación han jugado un papel fundamental como amplificador. Que hoy se considere fundamental elementos como la transparencia, la reforma de la ley de los partidos, del sistema electoral, de la financiación de partidos, los desahucios o más democracia directa son derivadas indirectas de ese estallido. Los académicos y opinólogos, en gran parte, han llegado tarde al carro (los oportunistas) o bien tienen que luchar contra molinos de viento. Cierto es que ninguno de ellos llega más tarde que los grandes partidos.

El tercer aspecto es que el 15m, al fin y al cabo, es un hito de socialización de toda una generación política. Igual que sabemos que el ciclo vital o la cohorte de edad importan para configurar las actitudes políticas, hay momentos específicos que impactan en la socialización. Este es uno de ellos. La generación de los 90 está en medio de una crisis económica e institucional, y eso necesariamente la marcará para siempre – quizá acentúe la desconfianza clásica hacia nuestras instituciones pero puede que también incentive una cultura más participativa. Por último, sea lo que sea el 15m, lo cierto es que ha permitido la eclosión de una serie de subproductos organizativos. El más importante y efectivo con diferencia es la PAH, la cual se ajusta a patrones de movilización mucho más clásica (de revolucionarios, con estructura) que persigue unos objetivos muy específicos mediante mecanismos institucionales – o no –. Lobby sin denominarse tal, enmarcando sus objetivos de manera más general pero con reivindicaciones que, cuestionables o no, son concretas. Otras ideas, como partidos del futuro o macro-coaliciones constituyentes quedan a la espera de enfrentarse con la trituradora de la realidad electoral.

Probablemente estos cuatro elementos son los principales ecos que quedan de aquellas movilizaciones del 15m. Movimientos de protesta que han logrado visibilizarse y que, previsiblemente, continuarán con o sin el concurso de actores institucionalizados. Giro del foco del debate hacia la calidad de nuestras instituciones democráticas. Vendedores de humo y crece-pelo acechando en todas las esquinas. Confusión, ruido y furia. En fin, no sé si hablamos de una auténtica peronización de nuestra política o una vía para insuflarle de nueva vida, pero no creo que haya un geist claro del 15m al que se pueda honrar en su aniversario. Solo la reacción de una ciudadanía entre enfadada y asustada que sigue sin ver luz al final del tunel. Una ciudadanía que probablemente está escindida entre los que quieren una mejor política y los que desertarían de muchas de estas demandas si pudiéramos volver a los tiempos del crédito barato. Ahora, que nadie pierda la pista de lo que nos jugamos aquí: El 15m pasa y pasará, como los hombres, solo las instituciones permanecen. Que respondan.


14 comentarios

  1. Paco dice:

    «los hombres van y vienen, pero la Tierra permanece» 😉

  2. Enrique dice:

    Digamos que el 15M ha evolucionado, y se ha diversificado.

    Lo del movimiento asambleario que está en el ADN del 15M está muy bien, pero sin una unidad real entre ellas, las asambleas del 15M por si mismas no son mucho más que plataformas para el intercambio de ideas y alguna movilización bastante local. Que no es poco. Esas asambleas cumplen una función básica, la de recordar que los cambios son posibles y que la implicación en la vida política es necesaria. Que la calidad de nuestros políticos influye enormemente en nuestras vidas, y que esa calidad depende de todos los que les votamos (o no).

    No es extraño, entonces, que a partir de esos movimientos aparecieran plataformas de ámbito más extendido geográficamente (no limitadas ya a una ciudad o barrio) pero con ámbitos de interés mas limitados pero también concretos, no tan ambiguos como la «indignación» generalizada original.

    Me ha parecido interesante este artículo donde se esboza el «árbol genealógico del 15M», y donde se ilustra precisamente esto:
    http://noticias.lainformacion.com/asuntos-sociales/el-arbol-genealogico-del-15m-de-donde-viene-y-a-donde-va_jLe4dwnZqbWWBQBiAQJrp3/

  3. bat dice:

    Bravo por el artículo. Me ha parecido de lo mejor sobre el 15M que he leído.

    Es raro que se valoren los efectos a medio-largo plazo del 15 M (cambio de discurso, efectos culturales, influencia en los más jóvenes…) que para mi son mucho más relevantes que las ‘estructuras’ que hayan podido salir de él.

  4. bat dice:

    Por poner un ejemplo ¿No créeis que el relativo éxito de algunos partidos (por los que nadie hubiera dado un duro hace 2 años) no tiene algo que ver con el ‘espiritu 15M’? Pienso en partidos como las CUP, Ciutadans, Anova… tal vez incluso UPyD y Bildu.

    Yo creo que son los que mejor se están adptando a los temas de la ‘agenda política 15M’ (demorcracía más directa, transparencia, anti-corrupción, etc.) y eso les vendrá muy bien durante los próximos años.

    • Epicureo dice:

      Más bien creo que esos partidos, además de la casi moribunda IU (que no la citas) han tenido éxitos inesperados (pero tampoco espectaculares) porque el agotamiento de los dos grandes, sobre todo el PSOE, es tal que la gente está desesperada por encontrar alternativas. Se vota casi a lo que sea.

      SI algunos de estos partidos se adaptan a los temas que indicas, y ofrecen programas coherentes y creíbles que se aparten del pensamiento único, es posible que lleguen a dar el vuelco. Pero hasta ahora no ha ocurrido, que yo sepa.

      • Enrique dice:

        Cuidado, que la «moribunda» IU esta teniendo una segunda juventud… según los barómetros del CIS crece al mismo ritmo o más que UPyD, y según la última encuesta de demoscopia está solo a 3.6 puntos del PSOE….

      • bat dice:

        Claro, pero el agotamiento de los grandes es en parte consecuencia del cambio de agenda política que ha supuesto el 15M. Creo que sin la popularización de la ‘democracia directa’ las CUP no estarían donde están y sin la ola de indignación en contra de corrupción Ciutadans seguramente tampoco. Y si hace 2 años alguien nos cuenta que Beiras le iba a haccer el sorpasso al BNG (y amenazar con hacerselo al PSOE) con una coalición rojiverde nos habríamos partido el culo.

  5. uno que pasa dice:

    Y que hacemos esa generacion (joven, 90) a quienes nos revienta el sistema actual pero mas miedo aun tenemos a lo que el 15M y derivados propugnan?

    No nos engañemos, hablamos del caladero tradicional del ala izquierda del PSOE y de IU y sus partidos satelite.

    • Enrique dice:

      uno que pasa, yo te preguntaría exactamente a que tienes miedo, o que crees que propugna el 15M. Porque para empezar en el seno del 15M hay de todo como en botica. Muchas veces se asocia el 15M a los grupos más «radicales», que son los que más atención mediática reciben principalmente la PAH y el 25S con lo de «asedia el congreso», pero en el 15M hay de todo como en botica. Por ejemplo me consta que en alguna asamblea al menos se ha debatido el tema de los escraches, o el tema de los votos en blanco, con gente a favor y en contra.

      Es complicado decir «lo que el 15M propugna» porque salvo cosas muy generales (como bien resume bat, democracia más directa, transparencia, anti-corrupción…), puede haber posiciones muy abiertas, e incluso dentro de esas cuestiones «clave» no haya unanimidad en la forma exacta de conseguirlo.

      No te voy a decir que no abunden más las tendencias de izquierda que las de derecha, pero por cada extremista que te encuentres probablemente haya uno o dos moderados para contrarrestarle (aunque he de admitir que los primeros probablemente hagan más ruido que los otros).

      Para terminar, desde luego la impresión que tengo es que se debate más y mejor en esas asambleas que en el parlamento. Al menos la gente ahi no se dedica al «y tu más», que es basicamente con lo que nos quedamos si nos atenemos a lo que sale en el telediario (visión que por otra parte puede estar sesgada por la selección que hagan en los informativos).

      • Uno que pasa dice:

        Je.

        Estuve hace dos años por Sol. La carrera que estudio me hizo ser optimista y pensar en un cambio de tercio.

        Después de pasar por allí unas horas sólo vi lo mismo que veo en la casa ocupada de mi ciudad. Nulo realismo, nulo interés en hacer las cosas bien y la misma historia de buenismo y utopía que siempre. Por no hablar de un tufo bastante repelente a ensoñación cubana y tal.

        Para alguien que cree en la democracia liberal, en el libre mercado y en una ciudadanía responsable el 15M es tan anatema como el actual sistema institucional de España.

        • Enrique dice:

          @uno que pasa, lo de la falta de realismo y la utopía ideológica sin pararse a pensar en las posibles consecuencias me temo que se sigue viendo mucho. Y ante unos argumentos, uno de vez en cuando se encuentra el muro de «cómo debería ser y no cómo es». Pero al lado de esos hay muchos que si escuchan y aprenden, o replican con argumentos muy validos y que hay que responder a su vez. Personalmente yo he sacado mucho de esas discusiones, tanto para repensar algunas de mis posturas como para reafirmarme en otras.

  6. […] Los ecos del 15m […]

  7. […] Pd: Esta semana también ha habido un aniversario, el del 15M. Daba pena el miércoles ver los TT de Twitter, antiguo germen organizativo de la protesta. Solo se hablaba de fútbol, de algún pandereteo y de los Jonas Brothers. La odisea revolucionaria va despacio.  Si alguno quiere leer análisis del tema, me han recomendado dos escritos en los últimos días. Uno del propio 2011, muy certero,  “Semillas”. Y otro de ahora, en Politikon, “Los ecos del 15M”.  […]

  8. Rafa Lodeiro dice:

    El 15M. Ay. Cuando justo después de ganar las últimas elecciones, el PP aumentó el poder de las diputaciones, único órgano de gobierno no elegido democráticamente, ése fue el triunfo del 15M. El PP le vio las orejas al lobo cuando vio que en muchos ayuntamientos pequeños y no tan pequeños, algunos importantes como Torrelodones, subían en votos hasta conseguir varios o en algún caso, 1 solo concejal, plataformas de vecinos que se unieron ad-hoc. Así se dieron casos como algún pueblo de Galicia, donde PP y PSOE empataron a concejales, y el único escaño restante se lo llevó una asociación juvenil, que es la clave para gobernar el ayuntamiento. Súmenle a eso programas como Salvados (que, gracias a su simpleza, en todos los sentidos de la palabra, traslada un mensaje muy claro), que con la entrevista que le hicieron al partido que gobierna Torrelodones dejó al descubierto el grado de pompa, corruptelas y caciquismo que sigue habiendo al nivel más cercano de la política, y ahí tienen vds. más 15M. Si hasta los de FEDEA son 15M, por dios. El 15M es hartazgo, no es nada más, ni nada menos.

    Y lo que queda por venir. A mí me parece apasionante.

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