Economía & Política & Uncategorized

De políticos, guardianes y política fiscal

9 May, 2013 - - @egocrata

Uno de los temas recurrentes en la blogosfera reformista es la necesidad de crear en España una autoridad fiscal independiente. Es una vieja obsesión de la gente de NeG, y es algo que hemos discutido alguna vez por estas páginas: una agencia estatal, no-partidista que se dedique a evaluar la sostenibilidad de las cuentas públicas, calculando el coste de cada ley propuesta o la capacidad recaudatoria de cada nuevo tributo. Algo parecido a la CBO americana o al Consejo de Política Fiscal sueco, pero repasando y haciendo proyecciones sobre los presupuestos españoles.

La pregunta que nos surgía hoy hablando con Cives por e-mail era bastante simple: ¿por qué algunos países tienen esta clase de instituciones políticas y otros no? Los políticos de Suecia y Estados Unidos, en algún momento de su historia, decidieron crear un organismo lleno de funcionarios muy bien pagados, mejor preparados y completamente aislados de presiones políticas y les dieron como misión en la vida enviarles a parir cada vez que hacen una propuesta fiscal descabellada. Aunque algunos políticos no hagan puñetero caso a estas agencias (léase: el partido republicano moderno), estas agencias a menudo son capaces de marcar el debate político de forma considerable (la reforma de la sanidad de Obama, sin ir más lejos, está casi diseñada para hacer feliz a la CBO), a menudo mejorando la calidad de las políticas públicas. Es curioso que algunos países las tengan y otros no.

La explicación, en este caso, creo que es relativamente sencilla: los políticos incompetentes no quieren que los vigile nadie. Los países con una clase política más llena de inútiles serán más reacios a crear instituciones que miran todo lo que hacen por encima del hombro, no sea que vayan a quedar mal.

Por supuesto, los políticos no están pensando eso de forma explícita. El razonamiento seguramente va más en la dirección de desconfiar de tecnócratas no elegidos democráticamente en las urnas, decir eso que los economistas nunca aciertan sus predicciones o decir que ciertas formas de análisis económico son ideológicas y no tienen en cuenta muchos supuestos cruciales. Véase la obsesión de los republicanos con el dynamic scoringy el rechazo de Izquierda Unida a las matemáticas, sin ir más lejos. La cuestión es que los políticos, en general, no son demasiado aficionados a que nadie les lleve la contraria, y más si es una voz de autoridad en alguna torre de marfil que ellos han creado. Si un político tiene intención de hacer cosas más o menos extrañas y fuera de lo que recomiendan los economistas, lo último que van a hacer es darles un altavoz.

Los políticos que tienen ganas de demostrar que son aburridos seguidores de las leyes de la aritmética a lo largo del ciclo económico, sin embargo (esto es, los alemanes, holandeses, suecos, el partido demócrata, etcétera), tienen algo que demostrar. Por mucho que vayan por el mundo diciendo que son fiables, adultos y responsables y no van a hacer nunca barbaridades fiscales montando enormes programas sociales sin recaudar un duro, siempre se enfrentan al pequeño problema que nadie se los cree demasiado. Sus vecinos en países con políticos vocingleros, populistas, analfabetos matemáticos o con un miedo atroz a los brujos que utilizan calculadoras se pasan la vida diciendo que ellos también son fiables, adultos y responsables. Incluso dentro de su propio país los líderes de la oposición con problemas para tener contacto con la realidad dicen exactamente lo mismo, prometiendo mil cosas y diciendo que lo pueden pagar igual. Tenemos una especie de mercado de coches de segunda mano, con todos los vendedores diciendo lo mismo y votantes incapaces de ver quién está diciendo la verdad.

¿Qué estrategia puede tomar un dirigente político responsable en estos casos? Hacer como un vendedor de coches usados, y crear un certificado de garantía: un consejo fiscal independiente. Básicamente tenemos a un político creando una institución pública creíble creada especialmente para tirarle tomates y ponerle de vuelta y media cada vez que haga una barbaridad. El creador de una institución así, obviamente, no tiene intención alguna de portarse de forma irresponsable, así que de hecho no está haciéndose ningún daño. Un guardián independiente de las cuentas públicas, en el fondo, una institución creada para aplaudirle.

La paradoja de los consejos fiscales independientes, por tanto, es que sólo aparecen en países donde no los necesitan. A un gobernante no va a hacer burradas fiscales le interesa tener un guardián bien ruidoso e independiente (total, le va a llamar guapo);  un cretino irresponsable incapaz de entender una hoja de Excel nunca dará importancia a un policía fiscal independiente y mucho menos creará uno. En el fondo, son instituciones parecidas a los bancos centrales independientes; otra señal a los votantes y a los mercados que son gente responsable y no harán tonterías.

Lo más curioso de estos arreglos, sin embargo, es el componente de señal de las instituciones. Un consejo fiscal independiente (y un banco central, en tiempos pretéritos) es una criatura legal nacida de una votación de un parlamento soberano. Los mismos políticos que juran portarse bien ahora  pueden cambiar la ley pasado mañana, eliminar la agencia y empezar a diseñar presupuestos leyendo las entrañas de palomas silvestres. Los políticos no pueden crear una ley (o constitución, aunque estos mecanismos raramente acaban esta) que ellos mismos no pueden reformar, al fin y al cabo. Las normas presupuestarias, autoridades independientes y demás arreglos institucionales, sin embargo, crean una «línea roja» clara: un político puede ofuscar cuentas con relativa facilidad, pero eliminar la CBO local sin que se note es más complicado. Como más visible es la institución, más creíble es la promesa de gobierno responsable, y más capacidad para condicionar el debate político una vez ha sido creada.

El pequeño detalle final, claro está, es qué sucede si a los votantes esto de la responsabilidad y el buen gobierno fiscal les importa un comino, como parece suceder en épocas de burbuja financiera. Creo que en España tenemos cierta experiencia sobre ello. No vale decir más.

Oh, y el «consejo fiscal» propuesto por el gobierno Rajoy es una santa castaña, por cierto. Imaginad por qué.


12 comentarios

  1. Alatriste dice:

    A ver si adivino la pregunta del final ¿Porque lo único que quieren conseguir creando esa «autoridad» es impresionar favorablemente a Merkel y la troika, porque unos tipos capaces de cosas como decir que con un crecimiento del 0,5% en 2014 y el 0,9% en 2015 se van a crear más de medio millón de puestos de trabajo netos no pueden estar interesados en fundar una institución que se ría en su cara, y porque si su presidente lo nombra el gobierno para un plazo de 3 años de independiente no tiene nada?

    Para poner un ejemplo y comparar, el director de la CBO es nombrado por consenso de los «presidentes» de la Cámara de Representantes y el Senado, entre los candidatod propuestos por las comisiones presupuestarias de las dos cámaras. Y puede permanecer en el puesto indefinidamente. No es lo mismo ¿Verdad?

    http://en.wikipedia.org/wiki/Congressional_Budget_Office

    Por cierto, me pregunto qué quiere decir Montoro con eso de que tendrá «autoridad jurídica propia». De hecho, me pregunto si lo sabe el mismo Montoro.

    • Marc dice:

      Yo creo que la respuesta a la pregunta es más sencilla:
      En el articulo de linkea Roger, se dice que quien nombra al director de la agencia es el gobierno, por una durada de 3 años prorrogable a 6. Es decir, el director que tiene que opinar sobre las cuentas del gobierno lo nombra el gobierno.

      Menuda agencia independiente. Y si nos preguntamos quien deberia nombrarlo, es evidente que tendria que ser el gobierno pero la durada del mandato tendria que ser lo suficiente mente largo como para no depender de las felaciones que le hace uno al gobierno de turno.

      Además, también se confunden los conceptos «neutral» e «independiente» como bien se vió cuando Zapatero nombró al presidente del banco de España….

      En esa agencia tiene que haber gente que le importe un comino quien esté en el poder. Si los vas cambiando cada 3 años, dudo que se consiga dicho proposito.

    • Drissang dice:

      Yo creo que es fácil de entender. «autoridad jurídica propia» significa que será otro ente capaz de emitir leyes y reglamentos, porque eso es lo que necesitamos: más leyes.

      De hecho, si se lo montan bien podrán «convencer» al Consejo Fiscal de que emita las leyes de ámbito económico que el gobierno quiera y, si son polémicas, desentenderse al mismo tiempo de ellas alegando que ha sido cosa del propio Consejo Fiscal.

      Así tendrán un (otro) chivo expiatorio y se quitaran de encima a esa gente molesta que no hace más que buscarle pegas y defectos a todo lo que hacen.

  2. En realidad el CBO es un triunfo de la ideología de la austeridad por encima de la cualquier consideración (y en este sentido dotarnos de uno sólo reproduciría la labor del BCE), incluso de la aritmética más elemental. En prueba de ello:

    «the CBO’s projections are not stock-flow consistent […]. In other words, they are incoherent. […] The Levy Institute often finds that economic growth rates (for example) plus government deficit projections used in CBO forecasts imply highly implausible balances in the other two sectors (domestic private and foreign) as well as private debt ratios.»

    http://neweconomicperspectives.org/2011/06/mmt-sectoral-balances-and-behavior.html

  3. Josei dice:

    Vaya argumento sociológico acabas de dar, Roger: «Los países con una clase política más llena de inútiles serán más reacios a crear instituciones que miran todo lo que hacen por encima del hombro»

    Entre eso y lo de que España está llena de españoles, no hay apenas diferencia.

    • Roger Senserrich dice:

      Hay bastante diferencia. La calidad de los políticos no es un artefacto cultural. Hay motivos estructurales que explican por qué tenemos políticos peores, como por ejemplo la explicación en el enlace sobre la burbuja.

  4. Branson dice:

    Estadística, imparcialidad y poder. Handle with care.

    Alain Desrosieres

    «El uso masivo de los indicadores por el New Public Management ha tenido efectos paradójicos. Al difundir ampliamente esas herramientas confiriéndoles una suerte de evidencia poco interrogada, ha quitado la exclusividad a los profesionales estadísticos o economistas, que, anteriormente, tenían el monopolio de su producción y de su interpretación. En su raíz, su construcción está dispersa entre actores a menudo interesados directamente en sus definiciones y sus evaluaciones. La informática permite constituir gigantescos depósitos de datos (data warehouse), que pueden ser explorados por las técnicas de data mining. Como garantía, su uso no es siempre integrado en las modelizaciones susceptibles de controlar la coherencia y las calidades. Paralelamente, los profesionales continúan aplicando técnicas sofisticadas de cuantificación (sondeos complejos, data editing) y de análisis (econometría, análisis de datos). El hecho de que los indicadores ocupen un lugar creciente en la gestión pública comienza a ser bien observado y comentado por los especialistas de las ciencias políticas. Sin embargo, los estadísticos y los economistas están a menudo disgustados frente a esa copiosidad que, en parte, se les escapa.»

    http://www.apuntescecyp.com.ar/index.php/apuntes/article/download/337/315

  5. Teresa Cabarrush dice:

    Llevas mucha razón en esto: » La explicación, en este caso, creo que es relativamente sencilla: los políticos incompetentes no quieren que los vigile nadie. Los países con una clase política más llena de inútiles serán más reacios a crear instituciones que miran todo lo que hacen por encima del hombro, no sea que vayan a quedar mal.» Mi pregunta es la siguiente ¿ y podrían quedar mal ?…bueno, un poco de broma.

    De todas maneras, en cualquier campo puede interesar los inútiles son más dóciles. Y otra pregunta…¿ todos son inútiles o no ?.

    http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=NZM9ID06TdY#!

  6. Branson dice:

    Por cierto, también hay estadísticos críticos con la tecnocracia. Y de los gordos

    D.E.P.

    http://alternatives-economiques.fr/blogs/raveaud/2013/02/15/alain-desrosieres-est-mort/

  7. Epicureo dice:

    Quis custodiet ipsos custodes?

    No se me ocurre ninguna manera de conseguir esos funcionarios superpreparados y políticamente neutros, que se limitan a hacer números, si no es por ingeniería genética. En nuestra especie no hay gente así.

    Todo el mundo tiene una ideología y una agenda política, lo quiera reconocer o no. Una institución formada por gente bien pagada y muy preparada siempre tenderá a defender los intereses de la gente bien pagada y muy preparada (y de la gente aún mejor pagada con la que se relacionan socialmente y que les da trabajo antes y después de desempeñar su cargo). Si no están sujetos al control democrático, los intereses de la mayoría no les importarán lo más mínimo. Y si son básicamente inviolables y nadie juzga su desempeño, tampoco les importará equivocarse.

    Y es exactamente lo que ocurre. Siempre que se pone la política económica en manos de estas agencias, llámense FMI, OMC, UE, bancos centrales, consejos de política fiscal, o lo que quieras, el resultado es un aumento desorbitado de la desigualdad económica. Sin excepción alguna, ni siquiera en Suecia. La mayoría de las veces no porque los ricos mejoren mucho y los pobres mejoren algo menos, sino porque los ricos mejoran una barbaridad y los pobres y medianos empeoran.

    Además, con alarmante frecuencia los resultados de esa «independencia» para el conjunto de la economía y para el equilibrio de las cuentas públicas son de malos a desastrosos. Pero no pasa nada. Si acaso, se da aún más poder a los «independientes» a ver si arreglan lo que ellos mismos estropearon. Gran solución.

    Recordemos, a pesar de los intentos de Politikon de reescribir la historia, que la España de la burbuja estaba considerada (por los organismos independientes) un ejemplo de responsabilidad fiscal, con su superávit y su mínima deuda. Que la burbuja se debió a la política de tipos de interés bajos del independiente BCE. Y que nuestras actuales dificultades se deben (además de tener pésimos gobernantes) a la política absurda del BCE, que exige equilibrio presupuestario en plena depresión y a la vez que el Estado gaste enormes millonadas en rescatar a los bancos.

    Espero que, para cuando se acabe la crisis, una de sus víctimas (que ya son millones) sea la idea de «independencia» de las agencias controladoras.

  8. Klaus dice:

    Roger quiere cambiar de trabajo.

  9. […] por cierto, la lectura de una versión sofisticada de este argumento en este magnífico post del blog Politikon sobre políticos y […]

Comments are closed.