Internacional

Thatcher, el suicidio de la izquierda y las casualidades históricas

9 Abr, 2013 - - @egocrata

Margaret Thatcher, eso no lo debería dudar nadie,  es uno de los líderes más influyentes de los últimos treinta años. No voy a entrar hoy en hablar de su legado (de los muertos sólo despotricamos tras un periodo de cortesía de 24 horas), ciertamente complejo, o de sus ideas, mucho menos conservadoras en la práctica que lo que su retórica puede sugerir. Lo que quiero señalar es que uno de los principales responsables de su legado no es su partido, la fortaleza de sus ideas o su liderazgo, sino algo mucho más prosaico: el partido laborista británico.

La izquierda británica, a finales de los setenta, estaba dividida en dos grupos muy claros. Por un lado el partido laborista institucional, bajo el primer ministro James Callaghan, afrontando desde el gobierno la dura tarea de combatir la inflación durante los años de la crisis del petróleo. Por otro tenemos a la izquierda sindical del partido, liderada por Tony Benn, los inefables trotskistas de la Militant tendency (un movimiento de entrismo organizado en el partido) y varios cabezas cuadradas de la TUC decididos a que la crisis no representara una pérdida de poder adquisitivo para sus bases. Callaghan llega al gobierno con una mayoría exigua y decidido a controlar la inflación, que era horriblemente impopular con las clases medias. Para hacerlo recurre a una política de negociación colectiva y moderación salarial para contener la escalada de precios evitando tener que subir los tipos de interés. La promesa de los laboristas es que ellos sí que podrían mantener la paz social, evitando las huelgas que acabaron con el gobierno conservador de Edward Heath, mientras limitaban la subida de precios. La cosa funcionó relativamente bien: la inflación se moderó, sin que el paro aumentara significativamente.

Para desgracia de Callaghan, los sindicatos, que habían empezado su mandato colaborando con el gobierno, se cansaron pronto. En invierno de 1978 la izquierda del partido laborista decide romper la baraja y abandona las conversaciones. En vez de moderación salarial a nivel nacional, las unions exigen negociar por separado, pidiendo subidas de sueldo a golpe de huelga. Lo peor, lo hacen realmente en serio: es el winter of discontent, una oleada de paros, manifestaciones y disturbios que llega a paralizar el país. Incluso los enterradores dejan el trabajo. El tres de mayo de 1979, Margaret Thatcher ganaba las elecciones por siete puntos, tras ver como los sindicatos habían hecho filetes a un gobierno de izquierdas.

Thatcher, que no estaba para historias de consenso, decidió acabar con la inflación utilizando un método tan simple como efectivo: creando una recesión a base de subir los tipos de interés de forma desalmada. La tasa de paro se disparó (faltaría), aunque los precios se estabilizaron. Es lo que tiene que mande alguien de derechas.

¿Cual fue la reacción del partido laborista, mientras tanto, ante la derrota? Los moderados, obviamente, se echaron las manos a la cabeza, atónitos que las trade unions hubieran sido tan irresponsables.  Tony Benn y sus muchachos, mientras tanto, decidieron que el partido había perdido las elecciones por la traición a la clase obrera que había sido la moderación salarial, la renuncia a nacionalizar los bienes de producción y el rechazo al desarme nuclear unilateral, y decidieron intentar tomar la organización.

Los años siguientes son, probablemente, los peores del laborismo británico. Tras la renuncia de Callaghan (en los países normales cuando uno pierde elecciones dimite), los MPs (members of parliament – diputados, vamos) laboristas tuvieron que escoger un nuevo líder. Ante los aullidos del sector radical, que pedía unas primarias abiertas a la militancia, los MPs escogieron a Michael Foot, un hombre del ala izquierda del partido, para intentar apaciguar a las bases.

No funcionó. Tony Benn y sus muchachos exigieron se opusieron a cualquier intento de Foot de parecer razonable, hasta el punto de forzar la salida de un grupo de moderados del partido que acabaron formando el SDP, predecesor de los actuales LibDems. La guerra de las Malvinas no hizo más que fracturar aún más al partido, con el ala izquierda oponiéndose a la intervención militar. Para acabarlo de rematar, los sindicatos fueron capaces de forzar un cambio de reglas y tomaron el control de la redacción del programa electoral de las elecciones de 1983, creando un documento que acabó por ser llamado la nota de suicidio más larga de la historia. El partido laborista se presenta a unas generales pidiendo nacionalizaciones, desarme nuclear, salida de la Comunidad Económica Europea (sí, en esa época eso era de izquierda radical. No preguntéis) y pierde las generales por quince puntos, sólo dos puntos por delante de la alianza entre liberales y SDP. Lo que es peor, el partido destruye su imagen de alternativa de gobierno de forma dramática, quedando atrapado en la oposición durante más de una década.

Los años siguientes, bajo Neil Kinnock, los laboristas hacen básicamente dos cosas: primero, perder elecciones, algo que a Kinnock se le daba muy bien. Segundo, contemplar como los sindicatos, que habían destruido los dos últimos primeros ministros, son demolidos a consciencia por Thatcher aprovechando la deriva radical de  sus líderes. Tercero, trabajar muy, muy duro para reformar el partido de arriba a abajo, purgando (no hay otra forma de decirlo) a la gente de Militant, limpiando poco a poco los restos de los sindicatos de cretinismo irresponsable y convirtiéndose, poco a poco, en un partido socialdemócrata moderno primero bajo John Smith, después bajo Tony Blair (sí, Tony Blair es de izquierdas. Mirad las cifras).

La gran transformación de la sociedad y la economía inglesa bajo Margaret Thatcher, sin embargo, son sólo posibles gracias dos extraordinarios golpes de suerte: primero, el winter of discontent y la implosión del viejo laborismo. Segundo, la invasión de las Malvinas y su (todo hay que decirlo) valiente decisión de ir a la guerra por ellas. Sin Tony Benn y los chiflados de la verdadera izquierda, Thatcher no hubiera llegado al poder en 1979. Sin el pobre liderazgo de Foot y Galtieri, Thatcher hubiera tenido problemas para ser reelegida en 1983 (¡un 10% de paro!), y desde luego no hubiera podido aplicar sus reformas más radicales durante su segundo mandato. Un líder sólido, carismático y transformador no sólo necesita ser listo, también necesita tener suerte. Thatcher la tuvo con sus enemigos.

Una nota final: mirad las cifras de gasto público del Reino Unido, y decidme si esto os parece un cambio radical de prioridades, comparando cifras de gasto pre y post recesión:

spending_thatcher

El cambio es relativamente modesto; la mayoría viene de privatizaciones, no un cambio radical del nivel de gasto. La mujer tiene fama, pero su política fiscal no fue tan radical como muchos quieren ver. La mujer subió impuestos de vez en cuando, sin ir más lejos. Era de derechas, pero no es la santa patrona del liberalismo que muchos insisten en ver.

 


29 comentarios

  1. heathcliff dice:

    Creo que olvidas mencionar su principal virtud, algo que echamos terriblemente de menos por aquí:

    Cuando decía que iba a hacer algo, podías apostar hasta el rabito de la boina a que lo hacía.

    Y eso, a la postre, pesa más de lo que se suele admitir.

  2. pululante dice:

    No obstante Tony Blair no dió la vuelta totalmente al legado de Thatcher, sino que se apoyó en él:
    Tony Blair: ‘My job was to build on some Thatcher policies’ http://ow.ly/jSz4V

    «Era de derechas, pero no es la santa patrona del liberalismo que muchos insisten en ver.»
    ¿Y qué político con poder en los últimos 50 años lo ha sido?

  3. Quevedin dice:

    Hola Roger

    Un factor importante puede ser que entonces los benefits todavía estaban ligados a la inflación, con lo que aunque menos gente los recibiera, la cuantía era mayor. Y la inflación durante los 80 en UK no era baja.

    Aquí un par de análisis
    http://www.newstatesman.com/politics/2013/04/how-public-spending-rose-under-thatcher

    Y una herramientita para graficar
    http://www.ukpublicspending.co.uk/spending_chart_1970_2010UKp_12c1li011mcn_F0t40t10t20t_UK_Public_Spending_As_Percent_Of_GDP

  4. Undry dice:

    Dos cositas:

    – Cambia ese «demolidos a consciencia » por «demolidos a conciencia »
    – Estás mirando las cifras de gasto, pero no sus repercusiones. Gastar, gasta unas cantidades muy similares, pero los servicios que llegan al ciudadano son mucho peores (es como el timo de los botes de champú, mismo precio, pero menor cantidad) Por ejemplo, los transportes ingleses son penosos cuando eran un ejemplo mundial o el servicio de salud ah empeorado, costando lo mismo.

    saludos

  5. […] Thatcher, el suicidio de la izquierda y las casualidades históricas […]

  6. Alnair dice:

    Quizás el mayor legado de Thatcher fue su impacto en las instituciones y la creación de reguladores independientes.

    Un elógio interesante de Lacalle en: http://blogs.elconfidencial.com/economia/lleno-energia/2013/04/08/gracias-thatcher-8257

    • Louis dice:

      Ay, pobre Dani, qué perdidito se le ve siempre que tiene que manejar algo sobre lo que ya ha pensado alguien antes que él.

  7. Manudo dice:

    Comenta tambien la desregularicación de la City. Que lo mismo tiene algo que ver con los piratas que hay hoy día en el mercado financiero.

    El crecimiento en los ochenta con esta señora fue de un 2’4%, exactamente lo mismo que en los setenta. Así que las políticas económicas de Thatcher no ayudaron al crecimiento precisamente.

    Francamente no comprendo la forma benigna de ver la figura de esta mujer.

    Y estoy hablando solo de números, no entro a valorar otros momentos álgidos como su relación con los mineros, las comunidades negras, privatizaciones de todo lo privatizable (Su funeral lo podrían pagar las corporaciones privadas, iría mucho con su ideología) su relación con Pinochet, la inmoralidad de las sanciones ecónomicas al apartheid «porque dejarían a más negros sin trabajo» (?)

    En fin la misma que como no tuvo pantalones a hacerse con la alcaldía de Londres…disolvió el ayuntamiento.

    Aún así, un placer leerte como siempre. Un saludo.

  8. Jiraiya dice:

    Con moderación salarial, hablamos de bajada de sueldos, esto es, pérdida de poder adquisitivo y empobrecimiento de la clase trabajadora.

    Es que decir «moderación salarial» y «empobrecimiento de la clase trabajadora» son dos formas muy diferentes de llamar las cosas. Al igual que reformas y recortes.

    Hoy en día el Banco de España insiste en la moderación salarial y no pide otra cosa que una bajad de sueldo. Creo que cobrar 899 euros al mes es bastante poco para el nivel de vida que hay, como para que me pidan una moderación salarial.

    Si yo cobro 899 euros, un trabajador sin estudios de tercer ciclo y sin experiencia qué debería de cobrar? 500 euros al mes?

  9. juan dice:

    Entiendo que los neocons estuviesen encantados. Con lo de las privatizaciones tipo «capitalismo popular», es decir OPV muy a minoristas recaudó, pero no generó un sistema de buena gestión de esas empresas que pasaron como siempre a ser secuetradas por sus ejecutivos. Hoy en día irrelevantes sus compañías de bandera como Brithis Telecom, en su momento de las más grandes del continente.

    Al final lo único que les ha funcionado es ser la sucursal europea de los «mercados», los que se dedican al HFT, a los derivados cada vez más extraños y a jugar a los cortos. Eso ni genera trabajo ni prosperidad general, sólo llena unos pocos bolsillos.

    En su haber no haberse dejado embaucar por la gran mentira que era la CEE (ahora UE), y mantenerse con un estatus diferenciado.

    • Alnair dice:

      En UK surgió Vodafone (la segunda compañía mundial detras de China Mobile) el año ’82 (http://en.wikipedia.org/wiki/Vodafone#History). Cosas de la liberalización de la malvada Thatcher.

      Aquí estamos muy contentos con nuestro campeón nacional Movistar que nos ha estado exprimiendo con su casi monopolio durante tantos años.

      • juan dice:

        Era una empresa pre-existente que al sacar las licencias de móvil tenía opciones, ya que eran más de 1 🙂
        Y luego lo hizo bien. Me refería a que lo que privatizó sólo dió valor a sus directivos, no sus accionistas «populares» de las OPV.

  10. Destripaterrones dice:

    Excelente artículo. Me ha gustado sobre todo el final, en el que expones como la figura política que se considera epítome de un ideario económico y político, resultó ser en realidad una política mucho más pragmática, con políticas ideológicamente más diversas de lo que se cree. Un toque de atención para todos en general, y para los liberales en particular.

    Sería interesante una comparación con Esperanza Aguirre.

    • Verlaine dice:

      No estoy de acuerdo. La proporción de gasto público realizada en los años de Thatcher no aporta en sí misma ningún tipo de información si no sabemos cómo se gastó. Qué se priorizó sobre qué. Es posible que Thatcher fuera más pragmática de lo que se piensa habitualmente: todos los políticos lo son, en realidad. Pero no creo que vender su figura como una gobernante sin ideología y amparada en la dura realidad de los números sea, al mismo tiempo, muy acertado.

      • Destripaterrones dice:

        Ojo, yo no he dicho que fuera una gobernante sin ideología, ni he entendido que Roger haya dicho eso. Simplemente señalo lo que tú mismo dices, que todos los políticos son más pragmáticos a la hora de gobernar de lo que su ideario les marcaría. Lo cual se hace especialmente obvio y relevante con una figura como Thatcher, que es símbolo de la aplicación y auge de una particular ideología.

  11. Javier dice:

    Hola Roger,

    Excelente análisis, como tantos en esta página (mi peloteo va a hacerme implosionar).

    Sólo un apunte: valiente no es llevar a un país a la guerra. Se me revuelven los higadillos.

    Es una decisión política acertada o no, pero siempre es, ha sido, y será una decisión tomada por cobardes.

    Como en todas las guerras, mandó a un montón de idiotas a morir por una causa justificada o no. Valientes eran los soldados británicos y/o argentinos en las trincheras de las islas.

    Los ejércitos y las guerras son simplemente males necesarios.

  12. José Jarauta dice:

    Para evaluar la labor de Margaret Thatcher creo que también es conveniente tener en cuenta otros gráficos:

    http://www.tutor2u.net/economics/revision-notes/a2-micro-distribution-of-income-and-wealth.html

  13. José Jarauta dice:

    Podemos añadir que el futuro se presenta prometedor para una nueva Thatcher:

    http://www.guardian.co.uk/society/2012/nov/19/breadline-britain-homeless-sleep-church

  14. […] Senserrich en Politikon: “Thatcher, el suicidio de la izquierda y las casualidades históricas“. Asegura: “Uno de los principales responsables de su legado no es su partido, la […]

  15. Capitalismo y Globalización. dice:

    ¡Que cabrones los sindicalistas ingleses y los troskos del partido laborista que no querían que los trabajadores ingleses trabajaran más por menos!Y lo de oponerse a las aventuras coloniales de la burguesía inglesa en malvinas… que despropósito.

    Menos mal que luego han llegado tíos sensatos como tony blair o gordon brown para regar de dinero de los trabajadores a la city financiera y acabar viendo como cameron arrasaba y terminaba poniéndole un impuesto a la clase trabajadora por vivir en viviendas sociales con habitaciones «de más».

    ¿Conocen a algún asalariado que viva en ese paraíso que es Londres? Que decir del sistema sanitario británico, últimamente tb es muy famoso.

  16. navarta dice:

    1979 EL AÑO DEL HORROR EN REINO UNIDO

    ESPAÑA REINO UNIDO

    Tasa desempleo 9,5% 5%

    Inflacción 15,59% 17,23%

    PIB 1980 159.100 M € 389.622 M €

    Población 37 M 56 M

    Renta per cápita 4.300 € 6.950 €

    Ante esta situación económica, ellos optan por Margarita y nosotros por Adolfo. Nuestra Margarita fue Felipe Gonzalez aunque con unos añitos de retraso, tantos como tres.

  17. Capitalismo y Globalización. dice:

    Como no todo va a ser venir a criticar a casa ajena tengo que darle la razón a R Senserrich en que la figura de M Tatcher no fue tan distinta del político occidental medio. No es la bruja malvada que vino a comerse obreros, fue otra política burguesa más legislando contra los obreros por los empresarios.

    Con otras formas su fondo no fue muy distinto al de Felipe Gonzalez, Tony Blair, Zapatero, G Schroeder, esa chilena de la que la escuela de chicago se enorgullecería y otros enemigos no-declarados de la clase trabajadora.

  18. […] Esto es, seguir la política económica de los laboristas hasta entonces, que había demostrado ser insostenible socialmente y no estaba arreglando nada. Opción dos, dar rienda suelta a las ideas del ala […]

  19. Javier dice:

    «…salida de la Comunidad Económica Europea (sí, en esa época eso era de izquierda radical. No preguntéis)».

    Lo cierto es que ahora también lo es (o al menos eso afirman los indignados).

  20. […] que Thatcher era popularment odiada, a Espanya ens hem estat de subtileses. L’esquerra-CT (i neo-CT) no ha dubtat en fer-ne l’apologia -venent-nos la seva personalitat neuròtica i autoritària […]

  21. […] Thatcher y el suicidio de la izquierda (Politikon) […]

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