Internacional

Lecciones de democracia en Italia

26 Feb, 2013 - - @egocrata

Las elecciones italianas deberían ser una lección para politólogos y reformistas del mundo entero sobre al menos una cosa: ninguna ley electoral sobrevive al contacto con los votantes italianos.

Lo más ridículo de todo esto es que los italianos han reformado su sistema electoral unas cuantas veces. La ley de post-guerra era un sistema de listas abiertas muy proporcional e increíblemente caótico que generó toneladas de inestabilidad (esperanza de vida media de un gobierno: 11 meses) y cantidades inauditas de corrupción. En 1993 cambiaron el sistema por un extraño híbrido mayoritario / proporcional que nos trajo los gozosos años de Berlusconi demostrando que no importa lo buena que sea tu ley, siempre hay político lo suficientemente cafre para romperla. El mismo Berlusconi acabó por aborrecerla y la acabó substituyendo por el peculiar invento actual que tantos buenos ratos nos va a dar a partir de ahora.

Los resultados de ayer nos muestran que no importe el entusiasmo con el que uno diseñe instituciones y sistemas de votación a prueba de cretinos, que siempre habrá alguien que será capaz de romperlas. La ley electoral nace con la idea de crear mayorías parlamentarias estables, dando una enorme prima de diputados al partido ganador en la cámara baja (un 55% de escaños) y una prima parecida al ganador de cada región en el Senado. Cuando en unas elecciones los votantes te reparten el voto 29-29-25,  sin embargo, realmente hay poco que hacer; incluso con una ley electoral no diseñada por un demente te va a quedar un cirio espantoso. Conseguir un bloqueo institucional bajo este régimen electoral tiene un mérito tremendo; los italianos pueden estar orgullosos.

Más allá del desbarajuste constitucional / legislativo que se nos avecina, los resultados son realmente bastante increíbles. Que en una democracia avanzada un 29% del electorado siga votando a Silvio Berlusconi es poco menos que delirante. No tanto por los votantes (la gente sigue la política de aquella manera, al fin y al cabo) sino por el resto de partidos, que han sido incapaces de articular una alternativa creíble o dejar claro que Berlusconi es un cretino corrupto e inútil.

Para la UE, los resultados tienen algo de venganza kármica:  el BCE y el Consejo Europeo poco menos que forzaron la salida del Primer Ministro hace un año y medio, tras años y años de aplazar reformas y ajustes presupuestarios más que imprescindibles. Cuando su sucesor finalmente ha hecho lo que debía, los votantes han dicho alto y claro que preferían el viejo inmovilismo, gracias, y han sacado a Monti de escena a gorrazos. Como comentábamos en la tertulia el domingo, es muy difícil mejorar la calidad de las políticas públicas en un país cuando por un lado los votantes se oponen, y por otro alguien decide que es mejor aprobarlas igualmente por su bien. Crear una oferta de buenas políticas públicas y gestores competentes (Monti, creo, estaba haciendo un buen trabajo – mucho mejor que Berlusconi, sin duda) no basta para que aparezca la demanda, especialmente cuando las reformas tienen costes considerables a corto plazo.

La versión política de la ley de la gravedad es muy sencilla: si uno no tiene una coalición de votantes sólida detrás de sus medidas económicas no importa lo buenas que sean, no van a ir a ninguna parte. El gran problema de aprobar reformas estructurales en Italia y España no es que no sepamos qué hacer o no tengamos un gobierno lo suficiente fuerte para implementarlas, el problema es que gran parte de la legislación no tiene coaliciones políticas movilizadas viables para respaldarlas. En España hay más insiders que outsiders; por mucho que la horrenda segmentación del mercado laboral esté haciendo daño a ambos grupos (estamos crujiendo a las clases medias a impuestos por algo), nadie ha sabido aglutinar a los perdedores del sistema de forma efectiva. En Italia el reformismo fue lanzado con paracaídas desde Bruselas, sin que nadie hubiera creado una base social. De forma bastante previsible, cuando fue el momento de ir a las urnas nadie les hizo caso.

Beppe Grillo, el gran triunfador de las elecciones italianas, es en cierto modo la encarnación de los perdedores del sistema. Sin conocer del todo las bases electorales del movimiento Cinco Estrellas más allá de lo leído en prensa, parece o bien un movimiento populista que pide reformas o un movimiento reformista disfrazo de populismo. Dios sabe qué harán con sus votos, pero no soy demasiado optimista; me temo que veremos más antipolítica ingenua que reformismo constructivo. Veremos.

La principal lección de las elecciones italianas, creo, debería sea una cura de humildad para los que creen (creemos…) en el poder de las buenas ideas y las reformas mágicas. Uno no puede tratar a los votantes como niños de nueve años y decir que la medicina que les damos es por su bien y punto. Tampoco podemos dar por sentado que los problemas que queremos arreglar (dualidad, por ejemplo) es lo que preocupa a los votantes. No hay reformas económicas sin bases políticas sólidas; nadie puede cambiar un país sin tener el país detrás.  No basta con hacer lo correcto. Los votantes tienen que creerlo también.

Y sí, estoy hablando de movimientos sociales. Más sobre eso mañana.


48 comentarios

  1. juan dice:

    El error es considerar que la motivación del voto es para conseguir el mejor gobierno posible. Si tras varias pruebas la gente ve que su voto es burlado incumpliendo programas, permitiendo que se robe, etc, a lo mejor su motivación de voto cambia.

    Yo creo que los italianos ya no creen que nadie lo hará bien gobernando y han apostado por el espectáculo, ya que nadie lo hará bien, por lo menos que sea divertido.

    Ójala pase lo mismo en España.

    • heathcliff dice:

      Más bien, me parece a mí, sucede que hay muchos italianos que no quieren de ninguna manera que las cosas mejoren, porque una mejoría general significaría un empeoramiento particular para ellos.

      Y sí, en España pasa lo mismo…

      • Jorge dice:

        Es la explicacion mas clara que he oido sobre la resistencia al cambio en Italia – y en España (leanse Mareas de Colores, taxistas, etc.)

      • Shine dice:

        Lo malo, me parece a mí, es que si a todo el mundo le dices que un empeoramiento particular para ellos es una mejoría para otros, al final lo que haces es un empeoramiento general que significa una mejoría para no se sabe quien.

        O a lo mejor es todo más sencilla y muchos de los cambios son a peor.

      • juan dice:

        bueno, aquí el empeoramiento general es para que gente como Goirigolzarri que ya tiene un porrón de millones de euros de pensión, ahora también tenga un superjornal y 19.000 millones para que pagaremos todos para que él tenga un banco para él.
        Igual son esos los que apoyan las «presuntas reformas» marcadas de los esbirros de la troika.

  2. Juan de Juan dice:

    A mediados de los años noventa, Suecia, que llevaba treinta años cobrando una sobre-cotización para generar fondos de reserva para sus pensiones, disponía de reservas para sostener el sistema durante casi dos décadas. En esas circunstancias, el gobierno sueco le dijo a sus electores que tenían que reformar su sistema de pensiones; que, a largo plazo, no se sostendría. El resto de los partidos políticos, en lugar de sacar a un Floriano o a una Valenciano a pasear a poner a parir al gobierno, se avinieron a negociar. La negociación fue durísima pero la reforma se hizo.

    Si a mediados de los noventa, en Italia o en España, se presenta un partido a las elecciones diciendo que, aunque parezca que estamos no tan mal, estamos la hostia de mal; que hay que reformar aquí y allí, flexibilizar el despido, tocar el sistema de pensiones, reducir la generosidad del desempleo, frenar el crecimiento del gasto sanitario, etc., es posible que en algunos pueblos despistados de la montaña hubiera conseguido más del 2% o el 3% de los votos.

    A mí el fenómeno Berlusconi no me sorprende nada. Nada es nada. El mal político nace en el mal votante.

  3. Chucho dice:

    A mi lo de «antipolítica», lo de que en realidad no se ha sabido explicar las buenas políticas necesarias a unos votantes ingratos, ingenuos o directamente incapaces, no me sorprende nada. De perspectivas teóricas limitadas nacen análisis y comentarios limitados.

    • MuGaR dice:

      A mi lo de antipolítica me lo expliquen. En serio, llevo tiempo con ganas de que alguien se atreva a aclarar ese concepto.

      • juan dice:

        A ver, cuando les mueven el cortijo a los incumbentes de cada lado ideológico con nuevas propuestas transversales que no saben calificar…se ponen nerviosillos y lo llaman antipolítica, populismo, etc.
        Todo para descalificar a gente que realmente sigue las reglas, se presenta a unos comicios tratando de acumular el mayor número de votos.

  4. jose alfaro dice:

    Seguramente sean extraibles muchas conclusiones a partir del resultado electoral, no solo para el caso italiano. Entre ellas la política a espaldas de las preferencias de la gente y de sus elecciones directas, como fue la imposición de Monti desde Bruselas. Y por otro la imposición de reformas «por el bien del pueblo» pero sin el pueblo. Reformas que en lo inmediato son percibidas por el conjunto de la población de manera negativa por el deterioro inmediato en sus condiciones. Ejemplo, el resultado electoral de Monti, el voto «rechazo» de Grillo y el victimismo de Berlusconi.

  5. Marc dice:

    Hablando como un auténtico desconocido en la materia:
    Los políticos tienden a tener una comunicación con el ciudadano PENOSA. Rajoy y el no ponerse el cinturon de seguridad en un video, Mas levantando la mano con solo cuatro dedos (sombolizando las cuatro barras rojas de la bandera catalana), pareciendose, el gesto, al saludo fascista.

    No se trata de creer que los votantes son niños de 9 años, se trata de explicarles: «Mira, el taxista ese vive de un chanchullo que te voy a explicar. Mira este notario vive sin tus preocupaciones por estos motivos». No creo que seria bueno usar mis palabras explicitas, pero sería bueno que los políticos explicasen mejor lo que hacen puesto que con frases del estilo: «con esto salimos de la crisis fijo», uno cree que no lo toman por un niño de 9 años sino por un imbécil.

  6. malaprensa dice:

    La ley electoral italiana es un desastre. ¿Qué es eso de dar, porque sí, a la coalición (que no partido) ganador, un plus de diputados hasta llegar al 55% de la Cámara? Es una auténtica locura, sólo matizada porque en el Senado, que tiene un poder similar a la cámara baja, no se hace así a nivel nacional, sino regional. Y si por una casualidad la izquierda hubiera ganado, aunque fuera por poco, en unas cuantas regiones más, y tuviera también la mayoría absoluta en el Senado, con un 30% de los votos, o poco más, sería igualmente un resultado desastroso, a mi juicio. Cualquier sistema electoral que «fuerce» que pueda gobernar en solitario un país un partido con el 30% o el 35% del voto es un mal sistema.

    Pero es que en realidad el problema para la gobernabilidad no es ni el sistema electoral, ni el reparto de votos 29-29-25, sino quiénes son y qué proponen esos partidos, y cómo está el país y los retos que tiene.

    Seguramente en países del norte de Europa ha habido situaciones en los que los tres primeros partidos han estado también muy cerca, y no ha habido mayor problema en formar una coalición y gobernar, incluso de manera estable, un próspero y tranquilo país. Y en Alemania hace no tanto hubo una gran coalición entre los dos grandes partidos, cuando la aritmética no permitía gobernar con la típica coalición de grande+pequeño cercano.

    Y aquí también, si los tres partidos principales fueran «normales», los números permiten múltiples combinaciones con mayorías absolutas. El problema es que dos de los tres grandes partidos son casi por definición incompatibles con los demás.

    Simple y llanamente los italianos están muy divididos, con propuestas muy contradictorias. Ese es el problema, de fondo, que ninguna ley electoral debería camuflar o sustituir con mayorías forzadas de nadie.

    • Pescador dice:

      Como ha comentado Roger, aquí con un 30% del electorado ya podemos crear un ente que gobierne por decreto y de la vuelta la país en cuatro años. Permitir que eso mismo lo pueda hacer un gobierno con solo 21-23% del electorado es abonarnos a los problemas.
      Ahora nos lo tomamos a broma porque hay un bipartidismo bien asentado y una gran cantidad de escaños asignados sí o sí a los grandes, gracias a las circunscripciones con 2-3 escaños, pero de seguir asi, como saliera un Frente Popular Cabreado – alias Syriza- no nos ibamos a reir nada . Pero nada

    • Juan de Juan dice:

      Te matizo, Josu, que para gobernar comme il faudrait un país no hacen falta coaliciones. El caso sueco es bastante significativo en ese sentido. Todo lo que hace falta son partidos políticos que entiendan que la labor de oposición para llegar al gobierno en las elecciones siguientes tiene unos límites.

  7. Jorge García dice:

    Cuidado con el Movimento 5 stelle… Sí que tiene una cierta componente «antipolítica», pero contra esa «política» que se entiende en Italia. La gente que pertenece (y vota) a M5S son, en general, informáticos, ingenieros… gente joven y bien preparada que está harta de un sistema político que lleva años demostrándose inoperante. Hasta ahora han construido un discurso «negativo» basado en evidenciar las cosas de los partidos tradicionales que no funcionan. Ahora deberán hacerlo positivo, seguramente matizando las decisiones del PD. Veremos, porque como pongan pies en pared supongo que tendrán que volver a hacer elecciones en pocos meses.

    • claudio dice:

      ¡Ondia! Uno de cada tres votantes italianos es informático o ingeniero. Si eso no es nivel… Y, claro, con tanta preparación vienen las propuestas racionales y meditadas. Así, la salida del euro.
      A ver si cuando salga el equivalente español nos hace igual de gracia.

      • Jorge García dice:

        Aquí ya hacen mucha gracia nuestras élites, con sus propuestas tan racionales y meditadas. Así nos va.

      • Shine dice:

        Aquí ya tenemos a Toni Cantó.

      • juan dice:

        A mi particularmente sí me haría gracia la salida del euro cuyos tipos de interés se fijan a conveniencia exclusiva de los alemanes.
        Me parece tan meditado y racional opinar que debe seguir como decir que mejor que se liquide.

  8. ZesTT dice:

    Me encanta cuando Roger se pone pragmático y nos da una ducha de realidad. Muchas veces nos enfrascamos en las ideas buscando la perfección (o lo más aproximado), cuando no existen las bases para poderla llevar a cabo (ni tan siquiera acercarse). Es interesante empezar a pensar qué se puede hacer con las mimbres que hay, no olvidemos que los mayores incentivos del sistema los da la población cada cuatro años.

  9. ortega dice:

    Paso a paso, hacia un final cantado.

    «There is no European demos, and you’re not going to create a demos by setting up a system in which you say, ‘We will give you money, you will follow these rules,’ » says Mr. Connolly. «It simply will not work.»

    http://online.wsj.com/article/SB10001424127887324445904578285503854758408.html

    • Alatriste dice:

      Puede que tenga razón, pero el demos estadounidense se formó solo después de casi 100 años de independencia y de una guerra civil de campeonato que dejó medio país devastado… si es que se formó. No voy a ir de experto en ese tema pero muchas veces me he preguntado hasta qué punto existen «los estadounidenses» o si están más o menos tan divididos como los europeos a excepción de hablar el mismo idioma…

  10. Fulano dice:

    Pero Roger, ¿este no es el tipo de interpretaciones que en otro momento ridiculizarías con «Italia está llena de italianos, lo que importa son los incentivos, etc, etc»? ¿En qué quedamos?

    • Roger Senserrich dice:

      El post es ligeramente sarcástico, aunque la verdad, no veo que sea culturalista. Que los votantes son reacios al cambio no es una particularidad italiana.

    • Carles Sirera dice:

      Sí, el post parece anunciar un cambio de línea: los tecnócratas necesitan una base social para gobernar.
      ¿No era que elites superlistas y superpreparadas con sus Ipads podrían con todo?
      El batacazo de Monti ha sido una señal para navegantes expertos en política con agenda reformista (¿Quién necesita la política si tenemos politólogos?).
      Democracia: 1. Tecnocracia: 0
      Y como Grillo sí reforme el sistema nos reiremos mucho.
      Al fin y al cabo, no es más que otro Vicente Blasco Ibáñez.

      • Carlos dice:

        Lo mejor que podrían hacer en Italia es contratar a Carles Sirera como asesor. Seguro que así solucionan todos sus problemas. Eso sí, que no le regalen Ipad, que él es muy purista.

        • Shine dice:

          Habíamos pensado en enviar a José Ignacio Conde-Ruiz, que como es de FEDEA gusta mucho por aquí. Como estuvo en la Oficina Económica de Moncloa de 2008 a 2010, nadie puede dudar de su solvencia.

        • Carles Sirera dice:

          Mhmm… ni tengo blog, ni tengo twitter, ni me dedico a escribir posts que orienten o iluminen a los demás, ni he estudiado políticas, ni he militado en partidos políticos… y me proponen sarcásticamente para arreglar Italia.
          Supongo que molestan mis críticas, pero no entiendo por qué hacer críticas que suelen insistir en las limitaciones de las «ciencias sociales» como herramienta política me convierten en la herramienta para resolver problemas. Es una paradoja…
          Tampoco me presento al cónclave, por si te quitaba el sueño.

  11. heathcliff dice:

    Italia, como España, es un país donde prácticamente no existe sociedad, sólo asociaciones.

    Cuando nos demos cuenta de lo importante que es esta diferencia, comprenderemos lo que les pasa y nos pasa.

  12. […] Lecciones de democracia en Italia […]

  13. José Jarauta dice:

    El viejo problema del huevo o la gallina es tan viejo en términos políticos (expresados en negro sobre blanco) como «La República» de Platón.

    Las reglas del juego, cómo evolucionan y cambian obedecen a factores internos y externos, algunos muy lejanos en el tiempo.

    Sin irnos demasiado atrás, si el 22 de junio de 1941 no hubiera ocurrido lo que ocurrió no es muy aventurado suponer que las reglas de juego en Europa (y Alemania) serían muy diferentes.

    Jugamos en gran medida con reglas y situaciones dadas, muchas externas e irremediablemente y forzosamente aceptadas. Inevitablemente se generan contradicciones curiosas. Si no fuera así todas nuestras lucubraciones (aún fundadas) serían una gigantesca pérdida de tiempo. En algo tenemos que ocuparlo, algo sacaremos de ello.

    • Perplejo dice:

      Una vez más, los politólogos miran el dedo y obvian la luna.

      La miopía de esos politólogos es comprensible: viven de su (presunta) capacidad para interpretar la (presunta) profundidad de los fenómenos políticos.

      Por fortuna, cada vez veo más extendido, en este y otros foros, el diagnóstico cabal: la calidad política de un sistema es extraordinariamente parecida a la calidad política media del votante. Un país con una ciudadanía fundamentalmente sólida, responsable y honesta goza de un sistema político sólido, responsable y honesto. Y lo contrario.

      Podremos enredarnos en discusiones bizantinas sobre los sistemas electorales, el método de selección de elites, la organización interna de los partidos y todo lo que se nos antoje. Asuntos importantes, sin duda. Pero colosalmente inútiles cuando la cuestión de fondo, la base que califica un sistema, es la calidad política media de sus ciudadanos.

      ¿Para qué caramba necesita Italia una reforma de su (pésima) ley electoral cuando casi 20 millones de italianos se ponen en manos de Grillo y Berlusconi? ¡Grillo y Berlusconi! A mí me basta constatar este simple hecho (y tantos otros precedentes) para concluir que la sociedad italiana no tiene remedio.

      Italianos, griegos, españoles, etc. tenemos un problema mucho más grave que la ley electoral o las listas cerradas. Y es que nos va la marcha. Adoramos al populista, al salvapatrias, al mesías que nos convence de que somos perfectos tal como somos; de que nos lo merecemos todo. Porque yo lo valgo. Ellos se harán cargo por nosotros de los problemas, para así poder centrarnos a gusto en «el Clásico». Él proveerá. Pues basta con tener fe en el líder para que sea posible el mundo en el que todos ganan. Al cabo de más o menos tiempo, si no se impone un mínimo de cordura, estos países acaban por convertirse en Argentina. Pero ya nos pondríamos entonces en manos de otro líder aun más populista, aun más salvapatrias y redentor.

      ¿Es esto una caricatura? Repásese la historia reciente de Italia. Ténganse en cuenta los 20 millones de votos a Grillo y Berlusconi. Y después discutimos si son mejores las listas abiertas y tal o cual ley electoral.

  14. Xanflins dice:

    Lo que pasa en Italia es que la oposicion no ha sabido agregar los intereses de una mayoria. And that’s it. Si hablas con italianos jovenes te das cuenta de que tienen muy claro el discurso del enfrentamiento intergeneracional. Mucho mas que Pablo Simon. Por eso, en vez de votar al PD (que tambien es un partido de viejos) votan al M5S u a otras opciones, desviando el voto de la coalicion opositora principal. Desde mi punto de vista, en Italia ha pasado lo que vosotros llevais tanto tiempo pidiendo precisamente, que alguien defienda a los outsiders. Lo que pasa es que no son mayoria por si solos. Pensadlo: si todos los votantes espanoles outsiders votaran a un M5S peninsular y el resto de gente se repartiera entre PSOE y PP, que resultado pensais que obtendriamos? 30-30-30%? La encuensta del ultima CIS?

  15. Fabio dice:

    «Que en una democracia avanzada un 29% del electorado siga votando a Silvio Berlusconi es poco menos que delirante.»

    El partido de Berlusconi ha conseguido el 21,56% de los votos (el 29,18% es de su coalición). En las elecciones previas había conseguido el 37,38%.
    21,56 siguen siendo muchos votos, pero poco a poco vamos mejorando 😀

    «Sin conocer del todo las bases electorales del movimiento Cinco Estrellas más allá de lo leído en prensa, parece o bien un movimiento populista que pide reformas o un movimiento reformista disfrazo de populismo. »

    Si nos basamos en lo que dice la prensa para hacer estas conclusiones, estamos fritos.

  16. Aloe dice:

    Para aceptar reformas duras hay que creer:

    – Que se van a implantar equitativamente, y la dureza se va a repartir.

    – Que van a servir para algo.

    – Que las van a implantar gobernantes medianamente honrados y no completamente tontos,

    – Y que esos gobernantes y los electos de sus partidos no se van a pasar los próximos años como se pasaron los cincuenta últimos: mintiendo, robando y callando acerca de todo lo importante.

    Los electores italianos evidentemente no creen eso, y en eso demuestran no que estén en la inopia, sino lo contrario. Otra cosa es qué opciones les quedan.

    Italia es una muestra a gran escala de un «dilema del prisionero» gigantesco, más claro y más grave que otros, pero que ilustra el mismo problema que tienen otros (aquí también): como crear esa coalición eficiente de perdedores que se reclama, cuando no hay reglas adecuadas, reputación, medios de castigo…

    Para hacer diagnósticos amplios y clarividentes como el de la entrada (que son clavaítos a los que hacía un amigo de mi padre,carlista y sargento chusquero él, en los años 70 y sobre España), ¿cuiantos años dice que hay que estudiar?

  17. Epicureo dice:

    Hace falta una explicación muy, muy buena y una capacidad extraordinaria de convicción para convencer a los votantes de que para mejorar la situación del país es necesario empeorar la situación de la mayoría de sus habitantes. Y todavía más para convencer a una persona de que le conviene ser más pobre y tener menos seguridad. Yo diría que es casi, casi imposible.

    El que la gente rechace las reformas no es nada irracional: simplemente, se le están ofreciendo perjuicios ciertos e inmediatos a cambio de beneficios muy inciertos en un futuro hipotético, con la autoridad de expertos que en otras ocasiones se sabe que se han equivocado o cosas peores (Monti fue asesor de Goldman Sachs). Es normal que la gente desconfíe.

    Y si encima se presentan esas políticas como las únicas posibles y sensatas y se insinúa que el que vote otra cosa es tonto, tampoco me extraña que la gente se rebele y vote al payaso que más gracia le haga. Ya que no tenemos derecho a decidir lo que van a hacer nuestros gobernantes, al menos nos queda el derecho al pataleo. Y gracias si se expresa pacíficamente en las urnas.

  18. Planckaert dice:

    Vamos, que al final el problema es que la gente vota lo que le da la gana, y eso no puede ser. Pues para llegar a esas conclusiones mejor nos ahorramos la democracia. Si total, nunca va a salir como nos gusta a los sobradamente preparados.

    • Shine dice:

      Es que queda feo, pero si por algunos fuera sólo tendrían derecho a voto los que publican en el primer cuartil.

  19. José Jarauta dice:

    Las diferencias regionales son significativas:

    http://www.articolotre.com/2013/02/speciale-analisi-del-voto/145137

  20. José Jarauta dice:

    Información y mapas bastante completos:

    http://it.wikipedia.org/wiki/Elezioni_politiche_italiane_del_2013

    Italia es un país muy diverso.

  21. José Jarauta dice:

    El impacto de la crisis tiene efectos muy «majos».

    A un brutal impacto de la crisis económica con efectos asimétricos centro-norte vs. periferia corresponde una onda de choque política igualmente asimétrica. Los efectos se replican regionalmente en los países más grandes de la periferia.

    Veo poca imaginación y audacia para resolver el problema, hemos entrado en una curva de 60 a 200 por hora y el conductor no parece haberse dado cuenta. Creo que se le llama ir por detrás de la curva.

  22. John Cleese dice:

    Diría que han sido dos los factores que han llevado a algunos italianos a votar a Berlusconi. Primero que no había ningún partido político que realmente presentase una alternativa seria y creíble. Es decir, aun pudiendo castigar a Monti por su gestión y pudiendo responsabilizarlo del rumbo de Italia, los demás partidos políticos y candidatos tampoco han mostrado ningún tipo de opción plausible.

    Y segundo, que a Monti se le ha percibido como una persona que ha tomado medidas impopulares muy costosas socialmente (la subida del IVA, del IBI etc.). Si viene un político que dice que no solo va a volver a bajar estos impuestos, sino que también devolverá el dinero que se haya perdido con ellos, ¿Cuantos ciudadanos estarán dispuestos a votarle? ¿Estamos seguros que los votantes de Berlusconi son tontos? ¿O quizá algunos italianos están dispuestos a sacrificar un poco de calidad democrática a cambio de unos beneficios suculentos a corto plazo?

  23. […] resultados electorales en Italia deberían servir de lección: es imposible aprobar reformas económicas e institucionales contundentes sin una mayoría social detrás. Cualquier cambio de […]

  24. […] Pero no solo hay problemas con la democracia participativa, sino con las listas abiertas. Algo que es obvio a la vista de que Grecia las tiene y son más corruptos que la mitad de países de África y Oriente Medio. O de que nosotros en el Senado también las tenemos. Y es que no son una solución. No evitan el hundimiento de un país ni lo sacan del fango. «No importe el entusiasmo con el que uno diseñe instituciones y sistemas de votación a prueba de … […]

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