La gente me pregunta a menudo sobre el futuro político de Marco Rubio, Senador republicano por Florida. Rubio es joven (41), latino, con aspecto de actor honesto de anuncio de compañía de seguros. Muchos han querido ver su carrera política (representante estatal a los 28, Senador a los 39) como el equivalente conservador a Barack Obama.

La verdad: no lo veo, y creo que una comparación rápida entre dos videos basta para darse cuenta por qué. Aquí tenéis el discurso de Barack Obama en la convención demócrata del 2004 (el de One America); aquí tenéis a Marco Rubio en la convención republicana del 2012. Aunque Rubio no es un mal orador, nadie realmente se acuerda sobre qué demonio dijo en la convención el año pasado. El discurso de Obama (aunque no es tan bueno como se dice), sin embargo, es casi universalmente recordado; no fue sólo cosa de un gran orador en el sitio correcto, sino el de un político dando con el tono exacto en el momento preciso. Rubio es un buen político, no lo dudéis, pero no es un tipo demasiado excepcional.

Josh Marshall comentaba hoy algo que llevo tiempo dándole vueltas desde hace una temporada: Marco Rubio es un síntoma de las limitaciones del partido republicano, no una imagen del futuro del partido. El GOP moderno es una organización atrapada en una pesadilla demográfica: el partido es cada vez más blanco, rural y anciano en un país cada vez más moreno, urbano y con unos votantes jóvenes cada vez menos conservadores. La reacción de los líderes e intelectuales del partido no ha sido preguntarse qué demonios estarán haciendo mal para que jóvenes y minorías pasen de ello, sin embargo. Lo que parecen haber hecho es «rápido, buscadme un latino de menos de 60 años que escuche música grabada hace menos de veinte años» y encontrado en Rubio su Santo Grial.

Es algo parecido (como comenta Marshall) a la extraña obsesión de los demócratas con Wesley Clark en el 2002-2003 («rápido, necesitamos a alguien progresista y machote»), o la incomprensible nominación de Sarah Palin como candidata a la vicepresidencia el 2008. Son reacciones de un partido que ven un agujero en su línea de flotación electoral que les está hundiendo el barco, e intentan evitar el naufragio cambiando al primer oficial por alguien más joven y apuesto. El problema de los republicanos no es la identidad de sus candidatos; el partido tiene una diversidad racial más que considerable en sus cuadros intermedios. El problema es que sencillamente el mensaje del partido se ha quedado obsoleto. Los latinos votan demócrata no porque el partido tenga candidatos con lo que se identifiquen, sino porque defienden los servicios sociales y educación pública, primero, y porque no hablan de inmigración como si tuvieran ganas de pegarles una patada en la boca y meterles en un tren hacia Méjico. Marco Rubio será un poco más sensato que la media del partido en temas migratorios (algo nada complicado), pero cuando habla de sanidad o educación suena como un conservador de toda la vida, igual que cuando habla de otras cuestiones sociales.

En fin, quizás me equivoque, pero no veo a Marco Rubio como futuro Presidente de los Estados Unidos. Si el partido republicano realmente cambiara (y la verdad, creo que va camino de hacerlo – la derrota les ha sentado bien) y finalmente se las arreglaran para atraer jóvenes y minorías, es muy probable que el partido pueda encontrar un candidato más sólido que él. Si los republicanos deciden que el problema es de caras, no de mensaje, y apuestan por Rubio el 2016, el mensaje del partido no está ahí, y perderán de nuevo.

Ya sé, mis predicciones sobre política acostumbran a ser espantosas. Al hablar de candidatos, sin embargo, la pifio un poco menos; acerté con Obama y McCain el 2008, y con Romney el 2012. No descartaría que Rubio se llevara la nominación el 2016, pero creo que la fascinación del partido (y los medios) por el joven Senador de Florida es más un síntoma de los problemas del partido que su solución.


17 comentarios

  1. heathcliff dice:

    Nos encontramos aquí ante el síntoma de un viejo problema de calibre mayúsculo:

    Los beneficiarios de los servicios sociales son muchos y quieren que eso servicios se mantengan. Quienes los sufragan con impuestos, son menos y quieren que se recorten.

    En una democracia, está claro que las mayorías humildes pueden acordar que las minorías acomodadas paguen más impuestos, pero queda siempre en el aire la pregunta de cómo y en qué medida estas minorías acomodadas se defienden del posible alcance ilimitado de esa tentación.

    El verdadero enfrentamiento se focaliza entre los que pagan más de lo que reciben y los que reciben más de lo que pagan. Y nunca se resuelve cambiando caras ni con palabras sedantes, o laxantes.

    • Alatriste dice:

      Lo siento, pero eso es una falacia. Y además, no se la inventó Romeny con su cuento del 47% de vagos parásitos, es una de las falacias más viejas del mundo: esa historia de los pobres votando por mayoría quitarles su dinero a los ricos nos llega directa de los tiempos de la antigua Grecia. Leer a Platón y Aristóteles es sumamente instructivo al respecto…

      Pero es una falacia, y lo es por dos motivos:

      – el primero, que esa dicotomía entre pobres que reciben pero no pagan y ricos que pagan pero no reciben es falsa. En realidad la inmensa mayoría recibe servicios y también paga impuestos, no hay un abismo entre dos campos uno blanco y otro negro, sino una gradación continua donde la inmensa mayoría está entre el gris marengo y el gris perla.

      – el segundo, derivado del primero, es que es perfectamente posible que la mayoría vote democraticamente por menos servicios y menos impuestos, y de hecho lo hace con harta frecuencia. No sé si eres consciente de que tu posición de los dos bandos, uno menor que paga y otro mayor que recibe, implicaría que cada vez que alguien ganase unas elecciones prometiendo bajar impuestos lo haría engañando a una parte de los votantes…

      Y pasando al tema del artículo no sé si fue aquí o en RealClearPolitics donde enlazaron a un mapa que cruzaba la densidad de población con la tendencia de voto, republicana (rojo), demócrata (azul) o equilibrada (más o menos púrpura según los resultados). Poducía un impacto psicologicamente potente ver el territorio estadounidense mayormente rojo intenso y salpicado por auténticos rascacielos azules. En todas partes, en todos los estados, las zonas urbanas han votado arrolladoramente demócrata, y las zonas rurales muestran un marcado predominio del GOP.

      • heathcliff dice:

        Sí, por supuesto que la mayoría recibe servicios y paga impuestos, pero hay una percepción del saldo de cada cual.

        En los países en los que un alto nivel de renta hace que disminuyan los derechos del contribuyente, esto se percibe como un expolio, dando lugar a toda clase de tensiones.

        El ejemplo típico es el caso en que tienes que pagar tu propia sanidad por encima de un nivel de renta, los niños no tienen derecho a elegir colegio y no tienes acceso a justicia gratuita, y todo por haber declarado una renta superior a un cierto nivel.

        Las mayorías de las que hablas, con ser ciertas, requieren de unas capas de clase media realmente abrumadoras, precisamente por la percepción de la que hablo.

        Creo que a eso se debe, en gran medida, la división entre el voto rural y el urbano.

        Lo llamativo es que las zonas rurales son receptoras netas de impuestos, pero no lo perciben así la mayor parte de las veces…

      • un bostoniano dice:

        Habrá una gradación continua de saldos desde el muy negativo hasta el muy positivo, pero el cero divide claramente entre pagadores netos y beneficiarios netos.

        • Alatriste dice:

          Difiero en una sola palabra: «claramente»…

          • un bostoniano dice:

            Sin duda, hay una masa bastante grande que pasa de una a otra categoría de un año a otro según haya necesitado o no los seguros sociales. Supongo que una sociedad capitalista democrática aspira a construir esa única gran clase media.

      • Mapero dice:

        Aquí tienes algunos mapas. El cleaveage rural-urbano en EEUU es brutal.

        http://politicalmaps.org/2012-electoral-map/
        http://elections.nytimes.com/2008/results/president/map.html

        el mapa que comentas debe ser este, aunque no veo claro algunas cosas (Obama ganó algún condado en todos los estados)
        http://www.climaticoanalysis.org/post/the-progressive-states-of-america-%e2%80%93-will-states-help-shape-obama%e2%80%99s-green-agenda/

    • Hander dice:

      Los ricos y las empresas en Estados Unidos no pagan tan pocos impuestos desde 1930.

    • Homelandz dice:

      Tu comentario no responde a la realidad americana, aunque tenga algo de verdad. Los beneficios sociales en EEUU no son especialmente redistributivos, la mayoría va a parar a sanidad y a la clase media con cosas como las deducciones por compra de vivienda. Los mayores beneficiarios son la clase media y los ancianos, así que el discurso del makers v. takers en el que una mayoría de pobres vota para sostener servicios y transferencias de rentas que paga una minoría acomodada no aplica a este caso.

      The Economist hizo un especial muy bueno sobre el tema recientemente, llamado True Progressivism.

      • Quevedin dice:

        Homelandz, no te olvides de programas como SNAP (los cupones de comida), en el que hay sólo en Texas más de 4 millones de personas, y que están limitados para las rentas bajas (y particularmente si no tienen hijos).

  2. Francisco dice:

    (Rand) Paul 2016

  3. Epicureo dice:

    En Estados Unidos no lo veis porque la idea de «clase» es anatema, pero el problema del GOP no es sólo demográfico, es también político y socioeconómico.

    Los republicanos ya han conseguido que el marginal del impuesto sobre la renta y el índice de Gini vuelvan a los niveles anteriores a 1930. ¿Qué más les queda por hacer? ¿Eliminar la asistencia social y la enseñanza pública? Ese programa no va a dar muchos votos. Aunque las caras de los que lo proponen sean morenas.

    Cuando la desigualdad es tan grande que no hay forma de justificarla basándose en «merecimientos», los ricos se enriquecen cada vez más y los demás van a peor, es normal que la mayoría empiece a considerar que algo no se está haciendo bien y se vuelva un poco de izquierdas. Vamos, digo yo.

    • Molari dice:

      Evidente, pero la unica pega es que no esta tan claro que los democratas sean muy de izquierdas.. Como ha evolucionado el indice de gini los annos de Obama?

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