Política

Políticos cazando elefantes

20 Nov, 2012 - - @egocrata

El partido republicano perdió las elecciones hace apenas dos semanas. Una derrota clara, aunque no apabullante; Obama sacó algo más de tres puntos a Romney en el voto popular*, un margen claro pero no catastrófico. Los conservadores americanos, sin embargo, no se han tomado este resultado como una dulce derrota o nada por el estilo. Un par de días después de las elecciones el partido entero estaba metido en un furioso debate interno intentando explicar la derrota y trazando planes de futuro para el 2014 (legislativas) y 2016 (presidenciales). El blanco principal de las críticas, como no, ha sido el pobre Mitt Romney, probablemente el hombre más odiado de América estos días. Sus declaraciones estos días (confirmando que el tipo en el video sobre el 47% era el «verdadero» Romney) no le han ayudado demasiado, ciertamente.

Esta reacción no debería ser una sorpresa. Cuando un partido político se pega un morrazo electoral, la reacción natural es intentar encontrar un culpable / cabeza de turco y hacerlo filetes. Un partido político, como organización, sólo tiene sentido si gana elecciones; sus miembros quieren cambiar la sociedad de un modo u otro, y eso sólo puedes hacerlo desde el gobierno. Llevarte una tunda electoral es el peor fracaso organizativo posible, como un barco que se hunde antes de salir del puerto. Es casi imperativo intentar solucionar el problema.

Los últimos años, sin embargo, hemos visto varios partidos políticos en España sufriendo derrotas electorales sin inmutarse. El PSOE se llevó la madre de todas las palizas a finales del año pasado. Tras unas primarias cortísimas y un congreso sin el más mínimo contenido ideológico, el partido volvió a zarpar con un barco casi idéntico al del reciente naufragio. Los resultados han sido previsibles: once meses después, la recesión ha empeorado pero los votantes siguen huyendo del partido como la peste. Y no me extraña lo más mínimo.

En Cataluña, el partido hermano/ primo (según tenga el día) del PSOE anda metido en un proceso de descomposición aún más deprimente. Tras ganar las elecciones de forma brillante (ganar al partido de Jordi Pujol tiene mucho mérito, no lo olvidemos – CiU es una formación competente) y acabar saliendo por la puerta de atrás gracias por su incompetencia / mala suerte / socios de coalición (táchese lo que no proceda), el partido lejos de empezar a debatir sobre su futuro se sumió en un letargo deprimente. El PSC ha perdido militantes a espuertas durante el último año. Sus líderes estaban tan poco preocupados por ganar elecciones que fueron incapaces de tener un jefe de filas claro hasta diez minutos antes de empezar la campaña electoral. Los votantes pueden tener información limitada y no ser del todo racionales, pero no son imbéciles; si un partido político parece no tener ganas de gobernar, sus bases no se molestarán en acudir a las urnas. Las encuestas dan al PSC un resultado entre catastrófico y apocalíptico este domingo. Realmente se lo han ganado.

¿Por qué vemos partidos metiéndose en estas espirales autodestructivas? ¿Por qué un partido como el PSOE puede llevarse una paliza descomunal y no preocuparse lo más mínimo de intentar hacer limpieza? Parafraseando a Tolstoi, todos los partidos felices se parecen, pero cada partido infeliz lo es de una forma bastante única.

En los partidos españoles tengo la sensación que la pasividad de los derrotados tiene dos causas principales. Para empezar, los partidos españoles son relativamente pequeños, pero el PSC es francamente minúsculo: el partido tenía hace un par de años menos de 3.500 militantes en Barcelona ciudad, y no ha dejado de perder miembros desde entonces. Cuando la organización es tan ridículamente pequeña un porcentaje no precisamente trivial de sus miembros están, literalmente, en el gobierno ocupando algún cargo de libre designación en la muy politizada administración pública. El partido, en tiempos de bonanza, no tiene espacio apenas para un sector crítico; cuando las cosas van mal y la inmensa mayoría de cuadros intermedios pierde su trabajo, la organización se vacía todavía más.  Los líderes apenas tienen competencia interna.

El segundo motivo va asociado al primero: los partidos políticos son a menudo increíblemente hostiles hacia sus bases. No me refiero a hostilidad estilo Romney diciendo burradas sobre la mitad de la población, sino a su tendencia a intentar disuadir la participación hasta límites grotescos. A pesar de ser cuatro y el de la guitarra, los partidos no intentan reclutar nuevos militantes, se esfuerzan tanto como pueden en reprimir cualquier conato de talento político incontrolado y hacen todo lo posible para evitar hablar con nadie del exterior, no sea que parezcan desleales. Esto se hace, por un lado, para limitar el acceso a patronazgo a los más fieles, y por otro, siguiendo la larga decadencia de las organizaciones intermediarias y el fin de los partidos de masas. Tras la derrota, los naúfragos supervivientes más que querer recuperar el poder se centran en administrar la miseria, excluyendo a las bases todavía más.

Por supuesto los sabios líderes del PSC y del PSOE dicen, tras cada derrota electoral, que es hora de una reflexión interna y calmada, hablan de crisis de la socialdemocracia y la opresión de los mercados y rechazan decidir nada en caliente después del trauma. Esperemos, comentan. Nombremos gestores distintos, pero cierta continuidad, y tengamos un gran debate sobre nuestro futuro. Los nuevos gestores, parte del equipo de los viejos gestores, forman un par de comisiones, se reunen con patronal y sindicatos, leen «la doctrina de shock» y ven «Inside Job» y hablan de volver a las esencias, repitiendo las mismas tonterías una y otra vez. Después se exclaman sobre la desconfianza de los votantes sobre la política y el ascenso de los partidos extremistas y antisistema.

Lo único peor a este lento caminar hacia la irrelevancia es que la crisis les haga ganar unas elecciones por accidente, y lleguen al gobierno sin plan, sin guía y con un barbudo hablando de poner cara de seriedad para arreglar los problemas del país y generar confianza. Imaginad lo horrible que sería eso. Imaginad.

En fin.


22 comentarios

  1. Roberto González dice:

    Sería bonito ver a todo el 15M afiliándose en bloque al PSOE. Por ver que pasaba.

    • Curro dice:

      No sé con que sentido has dicho eso pero espero que no sea por considerar al 15M como un movimiento representativo. Concuerdo en parte de sus reivindicaciones pero las propuestas de fondo son bastante ridículas.

    • Javier dice:

      Para eso tendrían que querer hacer política y dado que «PPSOE» es uno de sus lemas, parece obvio que la política les repugna. Quieren tecnócratas.

      • J.E dice:

        Tecnócratas, pero con sabor chachi-piruli. Amorocratas, por así decirlo.

      • homelandz dice:

        PPSOE es una expresión bastante acertada que refleja el rechazo a los dos grandes partidos que han gobernado España desde hace tres décadas. A pesar de sus diferencias, tanto el PP como el PSOE han participado de la destrucción de las cajas de ahorro, la instrumentalización al servicio del partido de las televisiones públicas, el patronazgo, la corrupción, la infiltración del poder judicial con el descrédito resultante y un largo etcétera. De ahí «PPSOE».

        Es una expresión que refleja sintéticamente todo ese hartazgo. Yo la uso a veces y no me repugna la política, más bien al contrario.

  2. Israel Mármol dice:

    Un apunte, modestamente: cuando dice «los miembros (de los partidos políticos) aspiran a cambiar la sociedad de un modo u otro», creo que podemos asumir que en ciertos casos (y en España es evidente en los dos partidos que pueden aspirar a gobernar ahora mismo) la aspiración es a cambiar la situación personal de los propios miembros, los cambios sociales en ocasiones no son más que un subproducto, a veces incluso indeseado o no buscado.

  3. Raúl S. dice:

    «acabar saliendo por la puerta de atrás gracias por su incompetencia / mala suerte / socios de coalición (táchese lo que no proceda)»

    Mójate, Roger. ¿Cual tachas tú? 😉

  4. Bidatzi dice:

    Hola Roger, cuando dices (sobre el PSC) «Tras ganar las elecciones de forma brillante (ganar al partido de Jordi Pujol tiene mucho mérito, no lo olvidemos – CiU es una formación competente) «… ¿a qué te refieres? ¿A elecciones al Parlamento catalán? ¿¿Y cuándo se supone que ha ocurrido eso??

  5. Es cierto que el PSC lo tiene mal, fatal, pero me a da a mí que no perderá tantos votos como reflejan las encuestas…

  6. heathcliff dice:

    ¿Y quién dice que los partidos pretendan ganar elecciones? Tengo vistas varias ocasiones en que no: preferían perder.

  7. Rist dice:

    Foro Asturias nació con la escusa de que el PP asturiano no quiere, nunca ha querido y nunca querrá gobernar.
    Y lo grave es que es posible que tuvieran razón… No se puede despreciar tampoco el efecto de pactos y equilibrios fuera de las organizaciones.
    Me consta que en CLM también pasaba algo parecido, mientras aún estando en la oposición el gobierno de algo del pastel, y la presión interna dentro del partido no sea muy grande, hay incentivos fuertes para ser básicamente parásitos.

    • Rist dice:

      Quiero decir; puestinos y nada de responsabilidad, ¿Quién da más?

    • Undry dice:

      Eso no es correcto.

      El PP ganó en Asturias hace años, con Sergio Marqués al frente pero un enfrentemiento personal con Alvarez Cascos (los dos son del mismo partido) les mandó a la calle y le dió la mayoría absoluta a Areces.

  8. Alatriste dice:

    Heathcliff, es posible, pero como dijo Filipo II (que sí, se retiraba pero como un ariete, solo para volver golpeando con más fuerza) si quieren perder una es porque creen que es el mejor modo de ganar dos en el futuro.

    Y respecto al tema general en parte Roger tiene razón, pero también ocurren más cosas, al menos tres:

    – Una, que en Europa esa no es la reacción general, diría yo, ni siquiera cuando el defenestrado es un Berlusconi. Es una sensación, no algo en lo que haya pensado mucho, pero me parece que los partidos europeos tienden a hacer una cuestión de honor de proteger a sus líderes retirados, aunque como a Thatcher les haya faltado poco para apuñalarla entre todos en la Curia de Pompeyo…

    – Dos, que lo de «sostenella y no enmendalla» y lo de «en tiempos de tribulación no hacer mudanza» no se hicieron lugares comunes porque no encajaran con el sentir general de la nación, que a veces parece que sigue en el siglo XVII, obsesionado con la puerca honra, que diría Reverte, y ver como una humillación corregir el rumbo, no digamos invertirlo.

    – Y tres que en España el partido que no muestre una disciplina prusiana suele recibir un severo castigo en las urnas; de nuevo es una sensación, no algo meditado, pero sospecho que si un partido se presentara a las elecciones en España después de la clase de cosas que son usuales en los partidos británicos (por ejemplo) a la hora de renovar líderes el electorado no se lo tomaría demasiado bien.

  9. carlos dice:

    Este es el único sentido en que veo positivo un sistema mayoritario. En los proporcionales hay cargos y demás que se reparten por la cuota de diputados (empezando por los diputados mismos y hasta consejos de administración de cajas de ahorros, pasando por todo tipo de otras cosas), es decir, incluso perdiendo te llevas algo y puedes efectivamente administrar la miseria.

    En uno mayoritario es o todo o nada. Si pierdes perdiste y no te llevas ningún puesto ni colocas a parte de tu lista como diputado, todo se lo lleva el ganador.

    Esto sí que puede ser un buen incentivo a hacer las elecciones competitivas, aunque luego en el Reino Unido por ejemplo tampoco lo son en un altísimo porcentaje de los distritos …

  10. torderacarrasco dice:

    PSOE de Toledo: Más de la mitad de los militantes son altos cargos, ex altos cargos en la Admon o familia o amigos de éstos.

  11. Alvaro dice:

    El Psoe no puede hacer una renovacion a fondo por que hay tantos responsables del desastre (perdieron casi todas las comunidades y ayuntamientos mas importantes), que si hicieran limpieza no quedaria nadie en la sede

  12. […] desde el PSC nos esforcemos por suicidarnos electoralmente, seguimos siendo, independientemente del resultado del 25N, la fuerza política que puede impulsar […]

Comments are closed.