Cada vez proliferan más en Internet perfiles de personas que afirman ser Community Manager, Social Media Expert, Net Strategist y, cada vez más, personajes que se declaran asesores en comunicación política y asesores en comunicación 2.0. Tras cuatro años trabajando para asentar a un partido político en las redes, estoy interesadísimo en todo lo que la gente pueda contar acerca de estos temas y leo con avidez sus blogs, cronologías de Twitter, acudo encantado a sus conferencias y hasta he tenido el honor de compartir charlas o conferencias con algunos de ellos yo mismo.

Muchos tienen en común afirmar que han asesorado en campañas o a políticos con los cuales he tenido estrecho contacto. Y me temo que nunca coincidí con ellos. Una de las cosas que tenemos que preguntar cuando alguien se presenta como “asesor de comunicación política” es: ¿Qué experiencia tienes? Descubriremos que, en el mejor de los casos, la experiencia se limita a estudiar atentamente todo lo que hace y dice Obama. Y, en el peor, a haber visto la serie de televisión que más daño ha hecho a la comunicación política en España: “El Ala Oeste de la Casa Blanca”.

En mi descargo diré que me encanta la serie. Compré religiosamente todas las temporadas, vuelvo a ella a menudo y echo de menos algo de atrevimiento en el panorama audiovisual español para que hagan algo parecido (no, “Moncloa, ¿dígame?” no vale). Pero esta gente tiende a pensar que haber visto las 7 temporadas ya te cualifica como asesor. En serio. Sin embargo, hay una serie de errores que te condenarían el despido el primer día que te dejaran ejercer:

Es una serie estadounidense. Es estupendo saber lo que es el filibustering y que los jueces del Tribunal Supremo de EEUU lo son de por vida, pero… ¿Sabes cómo se nombra al Tribunal Supremo en España? ¿Qué ley es más importante: un Decreto-Ley o una Ley Orgánica? ¿Cómo nombran a los candidatos los partidos españoles?

Es una serie de ficción. No es real, sólo realista. Si los discursos escritos por Sam Seaborn dejan a la gente sin palabras es porque esa gente es ficticia, el discurso trata de problemas en un mundo imaginado y la omnipotencia del guionista evita cosas como los titulares de, “Fox News” o que algún diputado rival grite y gesticule desde su escaño, sin dejarte acabar las frases

Nadie es tan listo. Jed Bartlet ganó un Nóbel de Economía antes de ser Presidente de los EEUU. Ahora buscad algo remotamente parecido en la realidad. En cualquier país. Los políticos, pese a que muchos de ellos son personas de gran capacidad y preparación, no dejan de ser seres humanos. Y, siendo más modesto: si encontráis a un político y un periodista que sean capaces de mantener conversaciones como las de “El Ala Oeste” o “The Newsroom”, avisad, pues sabré a quien votar y a quien leer en estos tiempos de incertidumbre.

Estos asesores, estudiosos de las campañas de Obama y de los brillantes guiones de Sorkin, tienden a creer que el político es un envase vacío, esperando ser rellenado con brillantes discursos y de sabios consejos. Son asesores desiderativos: no trabajan en el mundo real, sino que buscan moldear al político ideal a su imagen y semejanza. Y no basan sus argumentos en una opinión profesional o en la experiencia, sino en sus preferencias éticas o estéticas personales. Intentaré aclararlo en una serie de puntos:

El político tiene sus propias ideas. De hecho, la gente se suele meter en política para defender sus ideas. Y el político manda y su gabinete y asesores obedecen. Así que el asesor no es un grifo, sino un colador, que tiene que escoger las partes de la actividad política que sean relevantes para la opinión pública y beneficiosas para la imagen del político. Un ejemplo práctico: La famosa “Ley Sinde”. Nuestro asesor desiderativo diría que lo mejor es forzar la dimisión de la ministra y hacer a David Bravo nuevo Ministro de Cultura. Semejante consejo sería un gigantesco error. Primero, porque una decisión de semejante calado es política y no técnica. En democracia, tales decisiones han de ser tomadas por los cargos electos y no por sus asesores. El sufrido asesor del mundo real lo que tiene que hacer es explicar la Ley Sinde de la mejor manera posible y hacer todo el énfasis posible en los motivos por los cuales una ley así sería necesaria.

Que algo no te guste, no quiere decir que no sea efectivo. Veo a muchos asesores desiderativos decir que Rajoy se equivoca en sus tácticas de comunicación. Que es ambiguo, que es hermético. Que está mal asesorado. Y, sin embargo es otro error. Rajoy sabe lo que hace cuando no comunica. Su hermetismo convierte en relevante cualquier declaración ante la prensa y su ambigüedad le evita tener que retractarse más a menudo y, lo que es mejor: la gente tiende a llenar los vacíos. Y la gente, inconscientemente, llena los espacios en blanco de los discursos de Rajoy con aquello que más les gusta. ¿Es ético? No le corresponde al asesor juzgarlo, sino al político y a sus votantes. ¿Nos tiene que gustar? De ninguna manera. ¿Es efectivo? Pues sí. Pese a su caída en popularidad, Rajoy volvería a gobernar si se convocaran elecciones hoy mismo. Y eso se debe, en gran parte, a que la gente sólo imagina qué es lo que en realidad hace Rajoy. Y lo que imaginan se ve reforzado cuando Rajoy tiende a responder siempre con el discurso de “déjenme tranquilo, que tengo mucho trabajo”.

Gran parte de la eficacia política del dospuntocerismo es exagerada. Me encanta mezclar Internet y política. He trabajado en ello varios años y aún creo que hay mucho por hacer, pero debemos partir de unas bases realistas. Las hordas de trolls desmienten el mito de la ciudadanía ilustrada 2.0. En la red que pone casi todo el conocimiento del mundo a tu disposición, la gente se fía de ForoCoches o Yahoo! Respuestas. Y, con todo el respeto, muchos de los éxitos 2.0 que tenéis en mente son profecías autocumplidas. Que Enrique Dans pidiera la abstención o el voto a otros partidos no es causa de esa abstención. Es un síntoma que nos avisó de ella, pero ya llevaba tiempo ahí. Que el 15M sacara a la gente a la calle no forzó la caída del gobierno del PSOE, sólo anunció a gritos lo que ya se intuía: que el electorado progresista se sentía abandonado y traicionado. Pretender adjudicarse esos hechos es comparable a pretender que se controla el tiempo sólo porque se han reunido firmas para que haga calor en verano.

-Y, por último, la comunicación efectiva (política, corporativa, institucional, de cualquier tipo) se consigue siendo constante, no mediante grandes golpes de efecto. Usando una analogía un tanto desgastada: es como lanzar botellas con un mensaje al mar: a mayor insistencia (y número de botellas), mayores posibilidades de éxito. Así que me temo que memorizar “El Ala Oeste” no nos acercará más a ser expertos en comunicación más allá de lo que “Star Trek” nos acercaría a ser físicos teóricos.

Me dejo muchas cosas en el tintero, pero, como buen experto y gurú, sólo hablaré de ellas cuando una campaña masiva de “Tweets”, comentarios en Facebook y E-mails obliguen a los amigos de Politikon a dejarme escribir de nuevo.

Y como diría cualquier presidente televisivo: que Dios os bendiga y que Dios bendiga a América.

 


35 comentarios

  1. heathcliff dice:

    Buenísimo.

    Que escriba más a menudo este tío, por favor…

    🙂

  2. Juan de Juan dice:

    A mi me parece que en materia de comunicación política en general lo más importante es lo que apuntas en parte del texto: puedes aspirar a que tu candidato haga mejor las cosas, pero no puedes aspirar a que sea otra persona.

    El mundo de la imagen es muy complejo y en él se dan casos de antiimágenes que funcionan. Por ejemplo, Jesús Gil; un tipo objetivamente impresentable que se llevó de calle a una parte importante de la sociedad española (es, que yo sepa, el único político democrático de la Historia de España que ha tenido programa de televisión propio), Si sus asesores hubiesen intentado convertirlo en Rita Irasema, se lo habrían cargado, y se habrían cargado su glamour.

    La parte más artificial de The west wing es, precisamente, ésa. Los asesores no necesitan luchar contra la personalidad de su jefe porque su jefe es un pollo angélico, que se parece a Kennedy físicamente, es profundamente creyente, muy inteligente, sensible, y tal.

    Eso sí, yo tengo mis dudas de que la estrategia de Rajoy sea eso: una estrategia. Y, en todo caso, si lo es me parece bien; pero creo que es un error de lesa democracia que esa pretendida estrategia se haya llevado por delante cosas como el debate del estado de la nación.

    • Carlos Hidalgo dice:

      Claro, Juan. Pero esas consideraciones sobre el Debate del Estado de la Nación son políticas. Desde el punto de vista de un asesor de comunicación, poco se puede decir acerca de ello. Lo que trataba de decir es que, a efectos de comunicación, la transparencia y el hermetismo pueden ser igualmente efectivos. Otra cosa es la valoración que podamos hacer de ello como ciudadanos.

  3. aldelgadog dice:

    Corroboro específicamente lo de «El político tiene sus propias ideas. De hecho, la gente se suele meter en política para defender sus ideas. Y el político manda y su gabinete y asesores obedecen.» Y es que asesorar en puridad es sólo dar consejos (que pueden ser aceptados o no).

    Además, otra parte, que no se menciona, del trabajo real del «asesor» es «engrasar» la maquinaria burocrática en la que trabaja el político, en este caso gobernante, y por eso es un crasísimo error que los gabinetes españoles estén llenos de (y dirigidos) periodistas (al igual que considerar que éstos de por sí puedan ser «analistas políticos»), que sabrán de comunicar, pero no tiene por qué saber vérselas con sus Sir Humprey Applebys, es decir, ser capaces de implementar una política (o como yo digo, transformar una orden del jefe en un acto/procedimiento normativo/administrativo).

    • Carlos Hidalgo dice:

      Pero eso ya son asesores de gabinete. Un humilde asesor de comunicación tiene que regatear con menos funcionarios y menos reglas del Derecho Administrativo

    • Carlos Hidalgo dice:

      Y, por cierto, muy buena la apreciación acerca de equiparar a periodistas con asesores de comunicación. Daría para otro post.

      • Juan de Juan dice:

        Hay dos tipos de periodistas que trabajan como asesores de comunicación: los que sueñan con volver a las redacciones, y los que no.

        A los segundos no les suele ir mal.

        • Carlos Hidalgo dice:

          Hay un tocayo tuyo que es el mejor ejemplo de lo que dices y un maestro de la comunicación. Pero, normalmente, de lo que se trata es de que tienen que hacer otro trabajo que ya no es ser periodista, sino que se aproxima más a ser un comercial. Y para muchos periodistas eso es muy frustrante

      • aldelgadog dice:

        Tengo ganas de que le pregunten a Escolar qué competencias cualifican a un licenciado en periodismo para autoproclamarse analista político.

  4. Navarta dice:

    Hacia tiempo que deseaba leer algo parecido a esto, eran ideas que rondaban mi cabeza, pero hasta ahora no las habia visto expuestas de forma sistemática y clara. Bravo.

  5. Me alegra ver que entre esas profesiones de cantamañanas 2.0 no has incluido a los content curator, que es a lo que yo me dedico desde hace más de quince años.

  6. Gary dice:

    Felicidades por el artículo

  7. Lole dice:

    Oye, ¿conoces el personaje Eli Gold de la serie The Good Wife?
    ¿Es más fiel a la figura del asesor político?

    • Carlos Hidalgo dice:

      No he visto «The Good Wife», lo siento 🙁

    • Roger S. dice:

      Y no es que sea demasiado fiel a la realidad. Aunque dé un miedo espantoso, «The Thick of It» tiene en Malcolm Tucker el personaje más parecido a la realidad.

  8. PaulJBis dice:

    Esto es una exageración, ¿verdad? Quiero decir, *no* hay en realidad pululando por ahí asesores políticos cuya única cualificación es haber visto «The West Wing», ¿no? Algo más tendrán en el currículum: una licenciatura en Políticas o Sociología o lo que sea, un master, experiencia en partidos políticos… Lo que sea, vamos. Porque si no, es de «#vamosamorirtodos».

  9. Curro dice:

    Muy bueno. Me ha gustado mucho. Espero seguir leyendo más.

  10. Andreu dice:

    Me siento muy identificado contigo. Siendo técnico analista en una administración, creo conocer a los políticos con suficiente distancia como para saber que llegan a los cargos con unos principios y unos proyectos que al poco de aterrizar cambian. O mejor dicho, cambian las prioridades.

    Estoy harto de escuchar políticos hablando de reformas administrativas en sentido genérico, de transparencia, de eficiencia y de cohesión social. Todo ello son conceptos propios de la comunicación mal entendida, de quien no tiene nada que ofrecer y se basa en clichés impuestos por el lenguaje que parece técnico y no lo es.

    En el mejor de los casos el político dedica un 80% de su tiempo a preparar discursos, presentaciones, reuniones y entrevistas. El 20% restante lo dedica a conocer cómo desarrollar su proyecto. Es muy difícil hablar de un proyecto cuando dedicas el tiempo a saber cómo comunicar ese proyecto.
    Es muy sencillo decir que la cosa va muy bien porque lo estamos haciendo buen o va muy mal por culpa de los de antes, sin ni siquiera dar un dato de impacto o un planteamiento realista de por qué esa obra que estás prometiendo para de aquí a 4 años en realidad no se va a cumplir.

    En definitiva, la comunicación al estilo West Wing ha dejado en un tercer nivel al contenido que se debería comunicar. Y con esto no estoy diciendo que el político se vuelva tecnificado. Simplemente me refiero a que el político sepa como mínimo de qué se habla.

    • Carlos Hidalgo dice:

      También existe el caso contrario: el político que cree que todo el mundo lee el BOE y que el resto del mundo es consciente de que está trabajando 16 horas diarias. Luego se sorprende y se enfada porque nadie conoce las contribuciones que ha hecho al bien común.

      • Creu dice:

        Cada vez que oigo decir que los políticos no trabajan y pienso en lo que hacen los 3 que mas conozco, me dan ganas de gritar.

  11. Muy bueno. Ha faltado la escuela argentina de antipensamiento 2.0 eso sí.

    • Carlos Hidalgo dice:

      A esa escuela y a otras ya les zurró apropiadamente Roger en su día. ¡Y mucho mejor que yo!

  12. Yo también creo que los dodotis deberían venderse sólo en las farmacias.

  13. Julio Otero dice:

    Me gusta mucho el post. Creo que la diferencia entre asesores de comunicación y de gabinete es digna de otro post, así como la diferencia entre un gabinete de prensa y otro de comunicación. En España hay muchos más asesores de prensa, que provienen del periodismo, que consultores puros en comunicación política.

  14. […] on politikon.es Share this: Pin ItShare on TumblrDiggmenéameTuentiPrintEmailLike this:LikeBe the first to like […]

  15. Nacho N. dice:

    Me ha parecido un gran post y estoy muy interesado en el tema.

    Desearía realizar una consulta, ¿hay algún medio para poder ponerme en contacto con el autor?

    Un saludo y gracias.

  16. Yo no habría escrito todo lo dicho mejor que Carlos. Y menos tan bien explicado. Y punto.

  17. prensa14 dice:

    Qué bueno!!!

    Tan sincero y transparente como en cada una de tus intervenciones.

    Abrazo

  18. Jesús J, dice:

    Este domingo vi el último capítulo de la serie… como me ha hecho disfrutar…

    No tengo un profundo conocimiento de como se organizan los dos grandes partidos americanos… pero la sensación es que las figuras de los Toby, Yosh, Leo o Will representan «el partido». Son políticos. Con gran potencialidad de ser electos. Más cercano a los cuadros de los partidos europeos… herramientas de cohesión que trabajan sin el sostén de la «disciplina de partido». En muchos casos parecidos a la funciones de secretarios de organización…

    Me sorprende que puedan verse reflejados los «Community Manager, Social Media Expert, Net Strategist y, cada vez más, personajes que se declaran asesores en comunicación política y asesores en comunicación 2.0.»

  19. Pere Nuis dice:

    ¿Sólo asesores? En España somos expertos en publicistas, ingenieros, constructores, restauradores, vendedores de cómics, carpinteros, arquitectos, etc… desiderativos.

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