Economía

Entendiendo sólo que nos interesa

21 Jul, 2012 - - @egocrata

Alguien me enviaba hoy este artículo de Joaquín Leguina en El País lamentándose que las cajas de ahorro fracasaran porque se llenaron de políticos. La ironía del artículo, obviamente, es que forma parte de la naturaleza de un banco público el ser una tentación constante para todos los políticos que viven cerca de él. Los políticos pueden legislar que nunca de los jamases tendrán ningún papel en la gestión de la caja de ahorros, pero son los mismos legisladores los que pueden derribar esos límites. Como repito a menudo, los políticos simplemente son malos banqueros; como más lejos los tengamos de una entidad de crédito, mejor.

La obsesión de cierta izquierda con la banca pública forma parte de una idea / prejuicio bastante común que parece dar por sentado que el estado no comete errores. Es mejor una banca pública a una privada, una eléctrica pública a una privada, ferrocarriles públicos antes que privados, telefonía pública antes que privados,sanidad pública antes que privada,  aerolíneas públicas antes que privadas, etcétera. La izquierda siempre corre a señalar todo fallo de mercado que podemos encontrar en la economía (que son muchos – más luego) pero parece incapaz de comprender que el estado es perfectamente capaz de meter la pata.

El sector público, el estado, es muy bueno haciendo algunas cosas. En no pocos sectores, de hecho, es completamente imbatible; la provisión estatal de servicios públicos (sea directamente o indirectamente) en seguridad, defensa, sanidad, educación, infraestructura, seguros contra invalidez y un largo etcétera de temas esenciales es algo incuestionable.  En muchos de estos sectores el debate político no es (o debería ser) si el gobierno debe hacer o no estas cosas, si qué nivel de gasto queremos.

Fuera de estos temas centrales y básicos (que no tienen nada de estado mínimo, insisto), el estado tiende a hacer las cosas francamente mal. Los políticos acostumbran a ser banqueros horribles, empresarios espantosos, pésimas compañías de teléfonos y  animadores culturales espectacularmente malos. Los pobres también tienen problemas haciendo cosas tán básicas como vender productos por internet, gestionando televisiones o escogiendo inversiones estratégicas. Hay cosas que el estado hace muy bien, hay cosas que el estado hace espantosamente mal; del mismo modo que hay fallos de mercado también hay «fallos de estado», y la izquierda haría muy bien de entender estas cosas.

Por supuesto esta clase de miopía no es sólo cosa de izquierdas. La derecha no tiene el más mínimo problema en identificar cientos de casos de paro, despilfarro y corrupción y de hablarte durante horas sobre la ineficiencia del estado y lo malos que son los funcionarios, pero a menudo parecen ser completamente incapaces de identificar los fallos de mercado más patéticamente obvios.

La insistencia de cierta derecha (especialmente en Estados Unidos) de ser completamente incapaces de entender que la sanidad es un mercado completamente insalvable sin copiosa intervención estatal es el caso más claro, pero no es el único. La derecha a menudo parece despreciar cosas tan elementales como la necesidad de regular el sistema financiero (y sé que Cives se pone histérico cuando menciono la banca aburrida, pero ya me entendeis), mantener duras políticas de defensa de la competencia, mercados verdaderamente abiertos, liberalizaciones hechas como Dios manda, poner precio a externalidades (como las emisiones), entre otros temas más que elementales. Los mercados pueden funcionar horrible, espantosamente mal;  el estado no es el único actor que puede meter la pata horriblemente.

La ideología, como de costumbre, hace que sólo queramos ver lo que nos conviene (estado bueno / mercado bueno), dejando de lado aquello que no entra en nuestros esquemas. No podemos olvidar, sin embargo, que en políticas públicas no hay problemas fáciles ni soluciones sencillas que sirven para todo; hay veces que la intervención estatal es básicamente inevitable (intervención, que no provisión directa de servicios – la sanidad, sin ir más lejos, está «privatizada» en la mayoría de países), hay veces que es mejor dejar paso al mercado.  Debemos fijarnos en los problemas , no en las herramientas que utilizamos para arreglarlos.


17 comentarios

  1. Roberto dice:

    No entiendo porque un banco público gestionado por personas con un perfil profesional adecuado y contrastada experiencia en el ámbito en cuestión es peor que una empresa de capital privado gestionada por personas que proceden del ámbito político. No necesariamente una empresa de propiedad pública tiene que ser gestionada de manera ineficiente dando por supuesto de que será «asaltada» por los políticos de cualquier color. Si como se da a entender en el artículo la clase política pude legislar una cosa para después legislar lo contrario es un fallo del estado de derecho y no del sector público. Simplemente garantizando que los administradores y gestores tengan la preparación y experiencia para liderar un equipo de personas es independiente que sea de propiedad privada o pública. (El como rendir cuentas es otra cosa)
    En cualquier caso comparto la opinión de que tanto el mercado como el estado tienen fallos, que hay servicios que presta mejor el sector público y otros el sector privado es evidente.

  2. «Si como se da a entender en el artículo la clase política pude legislar una cosa para después legislar lo contrario es un fallo del estado de derecho y no del sector público.»

    Coñe, no es un fallo del Estado de derecho, es el pilar del funcionamiento de un sistema democrático: que los ciudadanos puedan elegir por las urnas cambiar por completo un marco legislativo.

  3. Diego dice:

    Apartar a los políticos de la banca es necesario, de acuerdo. Sin embargo, ¿y si una hipotética banca pública no estuviera al cargo de políticos, sino de funcionarios más o menos independientes? Al fin y al cabo, es lo que hacemos con la política monetaria. ¿Por qué no regenerar las cajas con aburridos funcionarios?

    • Ferrim dice:

      No soy Roger, pero creo que a eso te responderá que para qué queremos tener una banca pública entonces, porque esa banca pública funcionaría de forma muy similar a como funciona la banca privada cuando está bien regulada.

      • Epicureo dice:

        Pero Grullo no lo habría escrito mejor.

        El problema es que cuando el único propósito de una empresa es conseguir la máxima rentabilidad para sus propietarios/gestores, normalmente no va a conseguir también la máxima rentabilidad para la sociedad, si no es por coincidencia. Da igual que estos sean políticos, funcionarios o empresarios, o que funcione en un mercado libre, regulado o planificado.

        Por eso es necesario que existan tanto la libre competencia como la intervención estatal (tanto más intervención cuanto más necesario sea un sector para la vida de los ciudadanos y mayor sea su tendencia al oligopolio).

        No imaginemos gobernantes de una perfección imposible, pero tampoco imagimemos un Mercado perfecto y omnisciente. Pensemos que, si no fuera por la costumbre del Estado de «tirar el dinero» en cosas que no tienen demanda, no existirían ni los ordenadores ni Internet.

  4. 1cualquiera dice:

    Llevado al extremo, lo que voy a decir sonará muy comunista pero, si tenemos un banco con 1000 millones en beneficios anuales, de los cuales pagará bien poco en impuestos, y cuyos dividendos irán a inversores a saber de donde…. No es mejor un banco público cuyos beneficios vayan íntegramente al Estado?
    Claro, lo mismo podemos decir del Zara o Coca cola, pero en el caso del banco, podemos ganar menos dinero y gestionarlo de una manera menos agresiva al usuario: menos tipos de interés, sin preferentes, etc.
    Sé que es idealista e irreal, pero a menor escala se podría haber hecho con la privatización de Telefónica, donde la infraestuctura se podría haber dejado pública

    • John Doe dice:

      La pregunta, querido comunista, es si ese banco público que propones será tan eficiente y bien gestionado como el privado para generar el mismo volumen de beneficios.

      Ya te lo digo yo: NO.

      Lo mismo te digo de la Coca Cola pública y la Zara pública… Hay 4 formas de gastar el dinero… adivina cuál es la más eficiente: http://www.youtube.com/watch?v=S-cFa3ipcSw

      • 1cualquiera dice:

        Una empresa pública cuyos directivos cobraran en función de los beneficios y cuyos empleados tuvieran un programa de beneficios similar al de una empresa privada no tiene que funcionar mal por definifición.
        El hecho que los beneficios vayan a las arcas del Estado no lo hace un desastre. La manera para conseguir que un director ejecutivo piense en el bien de la empresa es pagarle en acciones u opciones sobre acciones. En una empresa pública basta con pagarle en función del beneficio (sí, ya sé que no es así de sencillo, porque queremos tomar decisiones que puedan implicar un
        año mal pero 10 buenos, y eso sería un año sin beneficios, pero estoy simplifiando un poco)
        El problema de la empresa pública sucede cuando los dirigentes se preocupan más por su partido que por la empresa y su funcionamiento.
        Y otra causa de ineficiencia ocurre cuando la empresa pública funciona en monopolio (Iberia, Telefónica en el pasado)… Es evidente que el monopolio la hace lenta y perjudica al consumidor
        En un mercado con libre competencia, el problema del banco público es que juega en condicions favorables, ya que tiene al Estado detrás para apoyarle si algo va mal… Oh wait, pero es lo que está pasando en el mundo con los bancos privados que han ido mal, que los hemos rescatado con el dinero de todos (hable en general, USA, Inglaterra, etc)
        Se han roto las relgas del juego, el Estado ha ido al rescate de empresas privadas que han ido mal, por lo tanto, no me opongo a crear una empresa pública que pague los beneficios al Estado

  5. Carlos dice:

    Juraría que había mandado bien un comentario, pero vaya. Era solo para apuntar dos cosas. En Alemania hay más de 400 cajas de ahorros de ámbito casi local (Sparkassen), además de cajas de ámbito del Land, y bancos de inversión, con gran participación pública en todos ellos.

    Los políticos no nacen con la tentación en los genes :P. Un diseño institucional adecuado y unos controles en el ámbito en que pueden desarrollar su trabajo, y pueden ser de gran ayuda para la economía productiva.

    En Valencia, sin ir más lejos, tenemos el caso de Caixa Ontinyent, con un 25% de participación de la Generalitat y un 25% de los ayuntamientos, y que es solvente y no ha tenido que entrar en ningún tipo de fusión… Habrá que analizar qué ha funcionado bien en cajas como esta, y qué ha funcionado mal en la mayoría (tamaño? estatutos?)

    • Mister Furioso dice:

      A lo mejor el hecho de que La Caixa tenga participaciones en cosas como las concesionarias de autovías en Cataluña, Gas Natural, Repsol (que sea prácticamente dueña de media España, vamos) y que condone deuda a partidos políticos, tiene algo que ver.

    • Mister Furioso dice:

      Ah, perdón, te refieres a una caja que no conoce ni su padre. Disculpas.

  6. Guillermo dice:

    Sólo una cosa: en castellano es «cuanto más lejos», no «como más lejos». En catalán sí se utiliza «com més lluny».

  7. navarta dice:

    Ante la dicotomia estado/mercado, también es posible un punto intermedio en el cual el estado participa de los posibles beneficios y controla la gestión sin intervenir directamente en ella, en exceso.
    Sería el caso de Volskwaguen, cuyo segundo accionista tras Porsche es el estado aleman de Baja Sajonia. Aquí ese modelo podría aplicarse a Loterías del Estado, obteniendo financiación a corto plazo y garantizando la participación del estado en los beneficios futuros de una empresa muy rentable-
    En cuanto a la banca pública, es una polémica que recuerda aquello de «galgos o podencos». Hay ejemplos en nuestro país de banca pública perfectamente gestionada (cajas vascas) y de desastres financieros espectaculares como las cjas valencianas o la caja de la iglesia (Caja Sur).

  8. Julio dice:

    En cuanto a tu pregunta en Twitter sobre tu mal castellano:

    – Título incorrecto: Entendiendo solo LO que nos interesa

    – (…) lamentándose DE que las cajas de ahorros

    – (…) CUANTO más lejos los tengamos (…)

    – Es mejor una banca pública QUE una privada

    – Telefonía pública antes que privadA

    – (…) de ser completamente incapaZ

    y alguna cosa más que no es incorrecta pero suena raruna.

  9. Lole dice:

    Yo dejaría al sector público a cargo de aquellos campos donde no cabe la competencia. Obviamente para evitar monopolios en manos privadas.

    Por ejemplo, el abastecimiento de agua potable.

  10. Jose dice:

    De acuerdo con el fondo del asunto, pero una puntualización: no dejáis clara la diferencia entre provisión pública de servicios, y producción pública de servicios.

    La defensa de esta provisión es difícil de criticar en muchos ámbitos.

    La producción, sin embargo, genera muchos problemas, y más en nuestros queridos países mediterráneos.

    Enhorabuena por el post.

  11. Nacho dice:

    La banca pública no debería ser un tema de ideología, sino de pragmatismo. En USA podemos encontrarnos cosas como el Bank of North Dakota (http://www.capital.es/2011/10/11/%C2%BFbanca-publica-en-dakota-del-norte-existe-y-es-todo-un-exito/) que fue pensado explícitamente para fomentar la economía de su estado, sin tener como objetivo lucrarse. Y estas dos cosas, no son el objetivo de la banca privada, y si no a las preferentes me remito.
    El problema que tenemos aquí es que nuestra clase política tiene una tendencia a la corrupción más alta que en otros sitios, y tiene un sentido de lo colectivo y del bien común muy bajo. Eso hace que este tipo de proyectos sean muy complicados.

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