Internacional

Leyendo encuestas americanas: guía básica

12 Jun, 2012 - - @egocrata

Una breve nota sobre cómo leer e interpretar las encuestas políticas en Estados Unidos de cara a las presidenciales de noviembre. Esto va a sonar horriblemente obvio a cualquiera que sepa un poco de estadística, pero empiezo a estar harto que los periodistas en todos los medios hablen de sondeos tontamente, así que tened paciencia.

1. Ahora mismo, las encuestas no sirven para (casi) nada

Las elecciones están lejísimos para el americano medio, es decir, ese ser perfectamente normal y sensato que ahora mismo no está prestando atención a la campaña electoral. El poder predictivo de un sondeo a seis meses vista es casi siempre atroz. Y este año más aún, con la eurozona flirteando con implosionar un poco demasiado.

2. El electorado es muy estable

La inmensa mayoría de votantes no cambia nunca de opinión, salvo en casos muy excepcionales – leáse año 2008, quiebra de Lehman y el pánico y horror absoluto de esos meses. Si la eurozona no revienta provocando un desastre similar, el 90-95% de votantes va a votar hoy como ha votado siempre.

Esto quiere decir, por tanto, que las encuestas se mueven muy, muy poco. Mirad la gráfica de popularidad de Obama, o la carrera entre Obama y Romney. En la primera, una vez pasada la luna de miel post-electoral, la división entre votantes se ha movido en una banda muy estrecha. En la segunda la evolución ha sido parecida, una vez acabaron las primarias. Los cambios son casi siempre muy lentos, y a menudo minúsculos. Es difícil ver nada a partir de un sondeo aislado.

3. El margen de error y ruido estadístico

Lo más obvio: las encuestas tienen margen de error. En el caso de Estados Unidos, muchos medios publican encuestas con muestras muy pequeñas y márgenes realmente atroces. Cualquier oscilación que esté dentro del margen de error de un sondeo en relación con otro realizado por la misma empresa con igual metodología es poco menos que irrelevante, puro ruido estadístico. Cada día me encuentro con alguien diciendo cosas como que «la popularidad de Obama cae 1,5%» sólo para ver que la encuesta tiene un margen del 3%, o que (aún peor) están comparando datos entre dos empresas demoscópicas distintas.

4. No hay dos sondeos iguales

En Estados Unidos hay una auténtica barbaridad de empresas demoscópicas, y cada una tiene su librillo para descubrir los misterios del complicado sistema electoral americano. Hay sondeos que dan cifras globales, otros sólo para votantes registrados, otros sólo para votantes probables. Hay gente que usa llamadas automáticas, otros con humanos al teléfono, algunos no llaman a móviles y otros sólo encuestran en internet. Todos pueden dar datos interesantes, pero pueden estar intentando medir cosas distintas o hacer predicciones en base de modelos de movilización completamente diferentes.

Por añadido, cada empresa tiene su sesgo partidista. Comparar los datos de Rassmusen (tradicionalmente con un sesgo conservador) con los de Public Policy Polling (demócratas) es básicamente perder el tiempo, sin ir más lejos. Esto no quiere decir, por cierto, que estén ofuscando datos a consciencia; sencillamente algunos usan modelos o sistemas que tienden a sobreestimar un bando. A veces aciertan, a veces no.

5. Las encuestas nacionales son secundarias

En las presidenciales, todo se decide en el Colegio Electoral, estado por estado. Esto quiere decir que un candidato puede estar por delante a nivel nacional pero ganar igualmente (Bush en el 2000), o que un margen de victoria que parece minúsculo sea en realidad bastante cómodo, dada a la arimética estatal.

6. El oráculo de Silver

Nate Silver, del NYT, es el mejor analista de encuestas electorales en cualquier medio americano. Seguidle. No acierta siempre (nadie lo hace), pero explica los métodos, errores y sesgos como nadie. Si Silver no ve movimiento en las encuestas, no hay movimiento en las encuestas. Punto. Antes de decir cualquier cosa sobre cómo va la campaña, acudan a su bitácora.

Ahora mismo Silver da a Obama un 60% de probabilidades de salir reelegido. Y esa sería mi apuesta también.


2 comentarios

  1. polkillas dice:

    Quitando los puntos 5 y 6, la entrada se podría titular Leyendo encuestas: guía básica.
    Pena que tantos periodistas no se quieran enterar.

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