Ciencia recreativa & Política

El Devenir de la Socialdemocracia en Europa: Reseña de «Socialdemocracy inside-out» de David Rueda

6 Jun, 2012 -

Terminé recientemente el libro de David Rueda “Social-democracy inside out”  , uno de los libros más interesantes que he leído para entender lo que ha ocurrido desde el punto de vista político en los últimos años en España y, como ya adelanté en este post, cuál es el futuro de los partidos socialdemócratas.

La tarea central que se fija Rueda es revisar el modelo tradicional de competición partidista. Según el planteamiento clásico, mientras que los partidos de derechas (conservadores, liberales, democristianos) tienen un electorado dónde los miembros de las clases medias o medias altas (profesionales, cuadros, etc) están sobrerrepresentados, los partidos de izquierdas (socialistas, socialdemócratas, laboristas) basan su estrategia en atraerse en construir una coalición dónde predominen apoyo de las clases más desfavorecidas. Por eso, tradicionalmente se ha venido asumiendo que los primeros tienen una actitud más “pro-business” y los segundos más “pro-labor”.

Rueda piensa que esta caracterización no encaja con lo que se observa en la historia de Europa en los últimos treinta años, dónde hemos visto a partidos socialdemócratas reducir determinados servicios públicos del Estado de Bienestar y en ocasiones lo contrario para los partidos conservadores. La clave de bóveda de la explicación que ofrece Rueda se encuentra en la dualización del electorado tradicional de la izquierda. Lo que podemos llamar «las clases medias y bajas» ha dejado de ser  un grupo coherente con intereses homogéneos y ha pasado a ser un colectivo atravesado por tensiones de intereses opuestos de dos grupos diferenciados. Un conflicto, este, ante el cual los partidos progresistas han tenido que elegir a cuál de los dos amos prefieren servir.

Para caracterizar este planteamiento, el libro se apoya en la literatura sobre “insiders y outsiders” que se ha desarrollado originalmente en economía. Esta es una línea de investigación que a su vez tiene dos tendencias. Por un lado, una de corte más heterodoxa dónde vale la pena mencionar a Michael Piore  o incluso al marxista David Gordon (por el que tengo un soft spot, especialmente a raíz de leer la entrevista qeu aparece en este librito) y otra más ortodoxa que fue propuesta por Assar Lindbeck y Denis Snower . Sin entrar en los detalles de las dos visiones, lo que les es común, y es en lo que se apoya Rueda, es su descripción del mercado laboral como uno en el que conviven dos grupos diferenciados. Por un lado, un mercado laboral primario, de trabajadores bien protegidos, relativamente más formados, aislados del riesgo de desempleo y con salarios comparativamente altos; por otro, un mercado laboral secundario que está en los márgenes del primero, de trabajadores desprotegidos que viven en una situación precaria.

Este es un fenómeno, al menos en su intensidad actual, relativamente reciente en Europa. En tiempos de las “trentes glorieuses” (en el caso de España serían las “douze glorieuses»), cuando el pleno empleo era la regla, esta distinción tan definida no existía. Sin embargo, cuando con las crisis enérgticas vino el paro, los déficit públicos y la crisis del modelo de crecimiento extensivo en los años 70, los gobiernos de toda Europa reaccionaron aumentando la rigidez de los mercados laborales para proteger a los trabajadores.  El libro documenta, con estudios de caso de España, Reino Unido y Holanda, como esta evolución supuso una transformación de la competencia política en toda Europa.

La clave está en que los insiders están muy poco expuestos al riesgo de desempleo. A la hora de definir sus preferencias políticas, sus preferencias no son las de un subsidio de desempleo generoso o unas políticas activas que garanticen la reinserción laboral. La principal preocupación de un trabajador poco expuesto al riesgo de desempleo es a) Mantener ese status (es decir, mantener una indemnización por despido sustanciosa) b) Conseguir mejoras salariales, aún a costa de que esto tire el desempleo al alza. A la inversa, los outsiders (trabajadores precarios, muy expuestos al riesgo de desempleo) preferirían tener un mercado de trabajo con un subsidio de desempleo generoso que los cubra en las transiciones de un empleo a otro y políticas activas (podéis leer este artículo escrito por el propio DR para la Fundación Alternativas sobre este mismo tema) que les ayuden a reciclarse. Rueda usa datos demoscópicos para documentar estas preferencias opuestas..

La tesis que sostiene y documenta DR es que este fenómeno ha transformado la política de la socialdemocracia en Europa. Ante este conflicto de intereses, los partidos socialdemócratas y los sindicatos han apostado en mayor o menos medida por proteger a su principal electorado, “los insiders”. Al mismo tiempo, esto ha abierto una brecha de trabajadores que no están representados y una oportunidad para los partidos conservadores para gestionar alianzas con los “outsiders”, concretamente mediante la liberalización del mercado laboral y reducción de la indemnización por despido, dónde los intereses de outsiders y clases altas están alineados.

El trabajo que hace Rueda es muy interesante no solamente por la tesis que intenta demostrar, sino que porque aborda en los distintos capítulos la evolución de las políticas de empleo en Holanda, Reino Unido y España, reconstruyendo su formación dentro de su narrativa, lo que da al lector la oportunidad de aprender más sobre el funcionamiento de las instituciones laborales en los distintos paises.

El libro plantea en mi opinión muchas más preguntas de las que consigue responder o documentar (soy, por ejemplo, escéptico sobre la utilidad de los datos demoscópicos para explicar las preferencias). Pero pienso que la problemática que plantea está en el fondo de lascontradicciones actuales de la socialdemocracia. El panorama que describe el libro es, al fin y al cabo, uno en el que los partidos socialdemócratas y los sindicatos, han traicionado -se han visto obligados a traicionar para mantener su apoyo social y ganar elecciones- su adhesión formal a la construcción de una sociedad basada sobre el mérito y la igualdad vendiendo, a algunos de los colectivos a los que pretenden defender: los trabajadores poco cualificados, los jóvenes, las clases bajas, los trabajadores desprotegidos. Por eso, cuando hablamos de  la importancia de reducir la dualidad en el mercado laboral, no se trata solo de asegurar un mejor funcionamiento de la economía; se trata de asegurar la viabilidad política del proyecto socialdemócrata- es decir, de coaliciones de izquierdas solídamente soldadas sobre los valores progresistas. En esto, más que nunca, a uno le da por mirar al norte…


14 comentarios

  1. Héctor M dice:

    Muy pero que muy interesante, ahora, siguiendo, digamos, la heurística de Politikon, me queda la duda de saber, Cives, qué hacen tradicionalmente en Suecia los partidos socialdemócratas, ¿también tienen ese sesgo para con los insiders?

  2. Seguramente esa fractura dentro de los trabajadores entre insiders y outsiders se puede replicar dentro de lo que sería el mundo de la empresa. Y no solamente entre grandes empresas y pymes, sino entre empresas y autónomos, estos últimos a caballo del mundo de la empresa y el trabajo asalariado.

    Siendo un colectivo que ha crecido y todavía tiene que crecer más — por la terciarización de la economía, por la irrupción de las TIC donde un ordenador es todo el capital que necesitas — es sorprendente que ninguna opción política haya sabido encajar a esta nueva figura del autónomo en su discurso.

  3. Doblador dice:

    A mi todo esto que dices no me vale porque no hablas ni escribes en sueco ¡neoliberal tecnócrata!

    En serio: sensacional conclusión, me quito el sombrero.

  4. Francisco dice:

    ¿Quitar la dualidad no es «ir contra» esos trabajadores donde han conformado su base electoral?

    No digo que no sea justo, buena idea y todo eso. Pero es precisamente lo que han estado tratando de evitar.

    Personalmente creo que si lo hacen y gestionan un proyecto socialdemocrata decente no tienen porque perderlos, pero soy un iluso….

  5. Pau dice:

    A vueltas con la dualidad en el mercado laboral… ¿en serio para acabar con la dualidad hay que igualar por abajo?

    ¿Qué hay de igualar por arriba el mercado laboral y profundizar en facilitar el reparto del trabajo en tiempos de crisis dentro de las empresas?

    • Francisco dice:

      En nuestro caso creo que el tema es igualarnos a la media europea.

      Más rigidez del despido es menos flexibilidad y menos competitividad.

  6. Manuel dice:

    Creo que hay otras opciones. Olvidémonos de todos esos conceptos y vayamos a la lógica. Estoy de acuerdo en quitar toda indemnización por despido siempre que esté detrás el estado para «darme su apoyo» cuando no tenga trabajo. En el fondo no es lógico que un empresario tenga que aguantar a un trabajador porque lleve 20 años en la empresa, para eso paga impuestos (y el propio trabajador también). Debería hacerse un fondo (para formación)con un impuesto en base al deterioro de la empleabilidad que sufra el trabajador estando en la empresa (algo que pague el día de mañana la formación del trabajador despedido) y eso debe ser con criterios «objetivos» no con la actual fórmula de 20-30 días por año.Debería pagar una parte la empresa y otra el trabajador. Entiendo que es complicado, pero también que es justo. El punto de vista del empresario podría ser que la empleabilidad se la tiene que buscar cada uno por su cuenta, pero ahí está la gracia, encontrar un termino medio justo donde ambas partes tenga que estar preocupadas de ese factor. Si cuando el trabajador se jubile sigue en la empresa ese dinero vuelve a la empresa (y al trabajador). De esta manera el dinero está disponible aunque la empresa quiebre y la empresa no paga nada si no hay deterioro (se preocupa por su empleabilidad). Quizá también una parte debería aportarla el trabajador (para ser consciente de que no va por el camino correcto en su caso).
    Paralelamente cambiaría la forma de cobro del paro. Lo haría en función de la empleabilidad. A más empleabilidad más dinero (en lugar de por el dinero cotizado como hasta ahora).

  7. Kereck dice:

    Manuel, buen trabajo describiendo un modelo de flexiseguridad con mochila austríaca. Respecto a lo último, es una idea muy interesante, pero cuidado con crear un círculo vicioso de menos indemnización -> menos capacidad para formarse -> menos empleabilidad -> menos indemnización…

    • Manuel dice:

      Gracias por el comentario me acabo de dar cuenta que «he inventado el huevo».
      Efectivamente hay un peligro en ese círculo vicioso dificil de romper, más en una situación como la actual donde hay tanta gente sin ninguna base formativa, el principal problema que veo en España y que además no parece haber nadie interesado en resolver,,,

  8. Iago dice:

    Interesantísimo. Gracias por esta entrada, Cives.

  9. heathcliff dice:

    Con perdón: ¿Qué coño es eso de tener un soft spot?

    Háztelo mirar no sea que te haga falta un bypass o algo así…

    🙂

  10. […] seguridad y garantías para asentarse y formar familias? Solución vía Cives y Jorge Galindo[1, […]

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