ingeniería institucional

De privatizaciones y burócratas

16 May, 2012 - - @egocrata

Hace algo más de una década, allá por 1996, el Congreso de los Estados Unidos decidió privatizar sus reservas de helio. Resulta que aparte de ser utilizado para inflar globitos, el helio es muy útil, siendo parte esencial de muchos procesos de fabricación complejos y equipamiento avanzado.

Como he comentado más de una vez, el Congreso de los Estados Unidos no es precisamente el órgano regulador más competente del mundo, así que la privatización no se hizo del todo bien. No estamos hablando de una privatización bananera, con las reservas de gas en manos de amiguitos ni nada por el estilo, sino algo un poco más sutil. Para evitar que el precio del gas se desplomara, las reservas se venden poco a poco, utilizando una fórmula bastante compleja para establecer su precio. El pequeño problema es que alguien pifió los cálculos sobre el tema, y el gas se acaba vendiendo a un precio ridículamente barato, hasta el punto de expulsar al resto de productores del mercado; otro ejemplo más de control de precios cargándose una industria.

Esta chapuza legislativa (y la escasez de helio que tiene el país ahora – comprar globitos sale caro) me ha hecho pensar en los dos artículos de Alex y Octavio sobre privatizaciones y su efectividad. Tener empresas públicas competentes es perfectamente posible, pero requiere un nivel de competencia administrativa bastante alto; buenos burócratas, buenos controles internos, buenos administradores, tolerancia cero con la corrupción y el patronazgo, etcétera. Del mismo modo, privatizar una empresa pública de forma más o menos decente (sin que se convierta en un monopolio que se cargue un mercado) requiere a su vez un grupo de administradores competentes, buenos burócratas, controles internos, seguridad jurídica, etcétera. El Congreso de los Estados Unidos, con su burocracia minúscula y ultra politizada, no tiene ninguno de estos atributos, y parece que ha hecho un trabajo horrendo.

Lo curioso, como dice Yglesias, es que los requisitos para tener una empresa pública bien gestionada son muy, muy parecidos a los de hacer una buena privatización. En ambos casos necesitas buenos funcionarios ferozmente neutrales y muy competentes, y en ambos casos el resultado será, casi siempre, muy bueno. Es muy probable que haya algunos sectores que ni siquiera una administración pública ultraeficaz pueda gestionar bien (os presento la industria del automóvil británica, 1975), pero en las cosas en las que el estado tiene cierta ventaja (infraestructura, bienes públicos, monopolios naturales, seguros contra la mala suerte, educación, etcétera) que el proveedor de servicios sea público o privado será casi indistinto, ya que la burocracia será capaz de regular y vigilar bien el sector.

Es uno de mis temas recurrentes, pero insisto de nuevo: casi nadie habla de la importancia de tener una administración pública competente en España, y es un tema crucial. El gobierno central es, en general, bastante decente (aunque hay demasiados cargos políticos, y la administración de justicia es un manicomio), pero hay muchas autonomías y municipios que son auténticas verbenas. Es una de esas reformas estructurales de las que nadie habla pero necesitamos desesperadamente.


4 comentarios

  1. Ovejas_Eléctricas dice:

    Y también necesitamos más investigación en ciencias políticas y de la administración, y políticos formados en gestión y en políticas públicas. Vamos, profesionales formados en su profesión, como en cualquier otro trabajo.

  2. […] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos De privatizaciones y burócratas [Opinión] politikon.es/2012/05/16/de-privatizaciones-y-burocratas/  por mfaustino hace 11 […]

  3. Carlos_LdG dice:

    La mejor reforma de la administración pública es una invasión alemana y/o austríaca.

  4. oalfonso dice:

    Pero eso no aplica solamente a la administración pública, también a la privada.

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