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Premiar la juventud de las empresas, no su pequeñez

6 May, 2012 - - @kikollan

Anoche leía las (interesantes) medidas que Hollande ha destacado durante la campaña electoral francesa y me llamó la atención una en concreto: Hollande ha prometido modificar el Impuesto de Sociedades para que las grandes empresas paguen un 35%, las medianas un 30% y las pequeñas un 15%.

Las medidas dirigidas a proteger las pequeñas y medianas empresas (PyMES) gustan a nuestros dos grandes partidos casi por igual, y por lo visto también a algunos de nuestros vecinos, pero aquí hemos sido muy críticas con ellas.

Hace no demasiado tiempo, Roger explicaba porqué no es buena idea proteger artificialmente a la pequeñas empresas. Al contrario, la escasez de empresas grandes es una de las razones de la baja competitividad española. En ocasiones culpamos a nuestros horarios extraños y a otras idiosincrasias, pero en realidad las grandes empresas españolas son tan productivas como las alemanas, británicas o francesas. Nuestras pequeñas empresas son en general menos productivas, pero ni peores ni mejores que las de nuestros vecinos. Nuestro problema, la razón de que España sea poco competitiva, es que tenemos muchas empresas pequeñas (poco productivas) y pocas grandes (más productivas). Es un problema de composición.

En definitiva, en un momento en el que es urgente ganar en competitividad para conseguir actividad, generar ingresos vía impuestos y crear empleos, nuestras políticas deberían ir dirigidas agrandar nuestras empresas, y no a premiar a aquellas que se mantengan diminutas.

Al respecto, es importante no confundir empresas pequeñas y empresas jóvenes. Un argumento para proteger a la pequeña empresa es fomentar la innovación y que se creen nuevos negocios. Seguramente eso es buena idea, pero si queremos impulsar la creación de empresas, hagámoslo: ayudemos a las nuevas empresas aun si son pequeñas. Pero premiemos su juventud, no su pequeñez. Lo que queremos son empresas jóvenes, a menudo pequeñas, pero luego queremos que crezcan, ¿por qué vamos a animarlas a seguir siendo pequeñas?

Andaba pensando en esto mientras leía el periódico y me he encontrado un ejemplo quizás ilustrativo. En las próximas semanas se prevé que Facebook salga a bolsa. En la empresa están muy contentos por ello; pero no son los únicos. El Estado de California calcula que recaudará 2.500 millones de dólares en cinco años gracias a los impuestos que pagaran los empleados de Facebook. Y eso sin contar el ecosistema de empresas satélite. Facebook es una pequeña empresa en origen, no más de tres personas, pero cuyo enorme crecimiento la ha llevado a contratar una legión de empleados, y cuyos sueldos suculentos suponen miles de millones de dólares en ingresos para las arcas públicas.


10 comentarios

  1. polkillas dice:

    ¿Cómo se lleva esto con la progresividad del sistema impositivo? ¿No estamos «premiando» a los pobres con un IRPF no lineal?
    Yo no me imagino a ningún empresario pensando «Huy, si vendo más me van a meter más impuestos, mejor me quedo como estoy aunque podría ganar más».

    • Kiko Llaneras dice:

      Piensa que hablamos de empresas y no personas; estamos gravando los beneficios empresariales, de empresas pequeñas o grandes, así que no veo por qué el impuesto debiera ser progresivo.

  2. Undry dice:

    Yo le veo un problema: ¿qué te impide crear una empresa, estar dos años (o los que sea) tributando con un tipo impositivo menor y luego, volver a empezar?

    No lo digo por decir, conozco casos de caza-primas que se dedican a ello en España. Son expertos en cumplir los requisitos de las administraciones, trican todo lo que pueden, cierran y vuelven a empezar.

    Habida cuenta el patio, yo soy partidario de dejar una leyes muy claras e iguales para todos, protegiendo que el grande no abuse de su posición respecto al pequeño y evitando oligopolios (ya se que es jodido, pero hay que intentarlo)

    Saludos

    • Carlos Jerez dice:

      Totalmente de acuerdo, pienso que lo importante son buenas políticas de competencia y es algo que con nuestro nuevo gobierno no tiene buena pinta.

      http://www.fedeablogs.net/economia/?p=21101

      Como también han explicado desde Fedea, el coste de despido también supone una desventaja para las pequeñas empresas, especialmente con las restricciones al crédito desde que empezó la crisis. Y también en materia laboral los convenios colectivos, al fijarse muchas veces según el nivel de productividad de las grandes empresas, que suele ser mayor que el de las pequeñas, por lo que estas no pueden competir pagando los salarios fijados por convenio.

      • Kiko Llaneras dice:

        No he entrado al tema de los incentivos a la creación de empresas (en realidad solo digo que «quizás» serían buena idea, pero que seguro que no es un argumento para favorecer a las empresas pequeñas).

        Hay que ir con mucho cuidado con todas estás bonificaciones y ayudas ad-hoc. El peligro de trampas y subterfugios, como los que mencionáis es grande.

        OK a reglas transparentes, estables y sencillas.

        PS. Otro ejemplo de la ineficacia de las empresas pequeñas es su dificultad para acceder a crédito (son menos robustas / más riesgosas).

  3. moander dice:

    Tal y como dice Undry, cambiar el objetivo de los beneficios fiscales del tamaño a la longevidad de la empresa tiene toda la pinta de acabar consiguiendo introducir grandes cambios para que todo siga igual.
    A mi juicio, lo mejor para que aumente el número de empresas pequeñas que crezcan es nada de subvenciones ni beneficios fiscales de ningún tipo. En su lugar, los esfuerzos del gobierno deberían ir hacia la reducción de todas aquellas ventajas que las medianas y grandes empresas tienen no a nivel de producción/inversión/costes, (ya que estos beneficios son intrínsecos a las empresas grandes y es precisamente lo que explica su mayor eficiencia y las hace deseables) sino por efecto de la existencia de la propia administración.
    Dicho en plata, un poco lo de siempre: Conseguir que deje de merecer exageradamente la pena tener un equipo de gente dedicada a bregar con ayuntamientos y comunidades para licencias y permisos de todo tipo, de bucear en el farragosísimo mundo de las subvenciones y por encima de todo de valerse de la ingeniería fiscal ayudaría infinitamente más a ver aumentado el número de pequeñas empresas que compiten exitosamente hasta dejar de ser pequeñas.

    Un saludo.

    • Kiko Llaneras dice:

      Eliminar trabas burocráticas, simplificar trámites y normativa, y en general aligerar el coste en procesos es algo que ya sabéis nos gusta mucho por aquí 🙂

  4. guition dice:

    En España hay una mayor proporción de pequeñas empresas con respecto a las grandes y eso no es bueno, en eso estamos de acuerdo. En esta ocasión Kiko refina un poco más observando que hay que incentivar a pequeñas empresas con potencial de crecimiento si queremos tener más grandes empresas, bien.

    Lo que sigue sin gustarme es pensar en políticas de subvenciones y beneficios fiscales, sea para grandes, pequeñas o de crecimiento. ¿Tan difícil es hacer unas reglas simples y comunes para todo el mundo? El que tiene una idea innovadora y competitiva lo último que quiere es que la administración le diga constantemente: ¿estás pensando en mí? Su mayor incentivo es su idea de negocio, basta con que no le pongas la zancadilla. Cuantas más excepciones y casos tenga la legislación más distorsiones crea, más confuso es para los quieren aportar algo de valor real, y más coladero fiscal por donde se va el dinero. La única innovación que apoya nuestra legislación es la de los listillos legales que están pendientes de la próxima oportunidad publicada en el BOE.

    Por supuesto, a los políticos les encanta que dependas de ellos, así que no espero que tengan la voluntad de cambiar las cosas para volverse más prescindibles. Mientras en España todavía damos palos de ciego con respecto al tema de las empresas, en Reino Unido veo frecuentemente un lenguaje más certero. Solo hay que ver qué títulos ponen a los informes, por ejemplo, «Barreras para el crecimiento»:

    http://www.nesta.org.uk/publications/reports/assets/features/barriers_to_growth

  5. JCAbal dice:

    En España existe algo parecido. Un sociedad, según su cifra de negocios y volumen de beneficios y/o mantenimiento de empleo, puede pagar un 20%, un 25% o un 30%.
    Todo esto, por supuestos, sin contar bonificaciones.
    Y que alguien me corrija, pero tuve un compañero de trabajo alemán que me dijo que en Alemania también aplicaban distintos tipos impositivos según el tamaño.

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