Sociedad

La racionalidad del segundo idioma

1 May, 2012 - - @egocrata

Los americanos están fascinados con los idiomas. No con aprenderlos, se entiende (eso es cosa de gente que vive fuera del limes de la República), sino en descubrir cómo funciona esto de poder utilizar dos lenguas de forma indistinta. Por algún motivo que se me escapa, la gente me pregunta a menudo si pienso en inglés, sueño en inglés o si me cuesta cambiar de idioma al hablar con hispanohablantes.

Mi respuestas son siempre las mismas (sí, a veces, no), pero es un tema al que le he dado bastantes vueltas. Hay días que tengo la sensación que trabajo mejor en inglés, a pesar que es mi tercer idioma; hay algo en tener que «procesar» información en otra lengua que hace que sea más fácil ver qué estás haciendo mal.

Curiosamente, parece que esta percepción no es una cosa demasiado descabellada. Un estudio reciente de Boaz Keysar, un psicólogo de Chicago, parece confirmarlo parcialmente. La metodología utilizada para comprobarlo es curiosa. Dado que es difícil medir racionalidad directamente, Keysar y su equipo decidieron utilizar dos problemas de ajuste de riesgo bien conocidos que acostumbran a generar respuestas irracionales.

El punto de partida es  una epidemia, con las autoridades enfrentándose a dos opciones.  El gobierno se enfenta a una enfermedad que puede matar a 600.000 personas. Para combatirla, los médicos pueden desarrollar una medicina A que salvará 200.000 vidas, o una medicida B con un 33,3% de probabilidad de salvar 600.000 vidas y un 66,6% de no salvar a nadie.

Por si no os habéis dado cuenta, estadísticamente ambos escenarios son equivalentes; una población estrictamente racional será indiferente entre ambas opciones. En la vida real, sin embargo, tenemos una tendencia irracional de aversión al riesgo, intentando minimizar pérdidas. Cuando la pregunta se plantea diciendo que podemos salvar un mínimo de 200 vidas, como en el escenario anterior, la mayoría de respuestas suelen ser la opción conservadora. Sin embargo, cuando se plantea este mismo escenario pero diciendo que con el fármaco A morirán 400 personas, la gente tiende a tomar la opción de más riesgo. Es un sesgo conocido y explotado por casinos en todo el mundo de forma inmisericorde; la mayoría de humanos somos así de tontos.

La idea de Keysar y su equipo fue plantear esta pregunta a dos grupos de alumnos. Por un lado, 121 americanos que han aprendido japonés; algunos recibiendo las preguntas en su lengua materna, otros lo recibirían en japonés. Para complementar el resultado,  el estudio fue repetido con otro escenario con «trampas» cognitivas similares,  estudiantes coreanos bilingües y americanos viviendo en Francia, pero con una historia sobre pérdida de trabajo.

Los resultados son muy curiosos: en el primer grupo, los estudiantes que recibieron la prueba en inglés con «truco» pro-aversión al riesgo apostaron por lo seguro un 80% del tiempo. Los que recibieron la pregunta en japonés, sin embargo, el porcentaje se quedaba entre un 40 y un 50%. El sesgo cognitivo está presente en el propio idioma, pero parece desaparecer con el segundo. El segundo escenario dio resultados parecidos, con la gente que utilizaba otra lengua siendo mucho menos propensa a caer en trampas verbales.  Incluso repitiendo el mismo escenario con dinero y apuestas reales los resultados se mantienen.

¿Qué está sucediendo? Según los autores, el afrontar un problema usando un segundo idioma crea un cierta distancia cognitiva al enfrentarse a un problema concreto. El cerebro tiene que procesar una capa de información adicional cuando está traduciendo, forzándole a evitar muchas respuestas cognitivas automáticas.

Es curioso leer en un artículo empírico que mi experiencia subjetiva al vivir en otro idioma parece ser bastante común, ciertamente. Y también explica (supongo) por qué escribo mejor en castellano que en catalán.


14 comentarios

  1. El lenguaje de la aviación internacional es el inglés. Incluso las tripulaciones, en vuelos internacionales, tienden a utilizarlo más. Pero en situaciones de oh-Dios-nos-la-pegamos-con-ese-cerro la capacidad de traducción del cerebro cortocircuita y se vuelve a hablar en el idioma nativo casi siempre.

  2. Adrián dice:

    Sin ánimo de hacer sangre, pero… ¿en serio escribes mejor en español que en catalán? Lo digo porque en español a veces cuesta entenderte xD

  3. Berta dice:

    Es interesante, porque hasta ahora todo lo que había leído, iba en la línea que si la parte deliberativa esta ocupada (digamos descifrando un idioma), la parte automática ocupaba su lugar, dejando menos espacio para corregir errores cuando se estaban haciendo dos tareas a la vez… Supongo que los idiomas están en half-through las dos partes y esto hace que la relación sea completamente distinta

  4. malamente dice:

    Eso ya lo sabían las autoridades catalanas. Por eso no dejan que los niños estudien en su lengua materna. Para que la aprendan mejor. ¿Porqué entonces los que tienen el catalán no estudian en español?, Habra que comentarselo a Boaz Keysar

  5. Ander dice:

    A mi pensar en inglés a veces me “desbloquea” los pensamientos, pero la mayor diferencia la noto cuando leo cualquier texto de lingüística; aquí el euskera, que es raruno de cojones, me ayuda lo indecible.

  6. Hipólito dice:

    Te entiendo perfectamente… Pasar en 5 minutos de una clase en inglés a otra teoría de juegos en alemán es algo que no se lo deseo ni a mi peor enemigo… aunque es bonito esto del bilingüismo, sobre todo cuando empiezas a mezclar idiomas…

    PD: otra explicación a esto es que, personalmente, ese tipo de ejercicios-dilema, si lo lees en tu lengua materna es más en modo automático, mientras que si lo lees en otra, te obligas a volver a leer porque crees no haber entendido bien la frase (hasta que entiendes que simplemente es así de rara).

  7. […] más directo ¿por el menor dominio/vocabulario? Puede. Pero también porque se ha comprobado cómo somos más racionales con segundas lenguas. Curioso efecto. Aunque no hay que olvidar la ideosincrasia de la lengua en sí, por ejemplo, por […]

  8. Jaime dice:

    Es que el hablar en un idioma «no-nativo» es un esfuerzo mental considerable. Claro, con el tiempo a todo se acostumbra uno y «hace músculo», pero requiere un esfuerzo mental muy grande.

    Ahora (tras dos años y pico viviendo en Irlanda) ya no me pasa, pero hasta que no pasó un año el cambiar de idioma de uno a otro requería un cierto tiempo de adaptación. Tanto que, si pasaba por Grafton y escuchaba una sola palabra de español (cosa nada rara, los turistas son una plaga), quedaba desconcertado y tardaba unos minutos en «entrar» otra vez en el inglés.

    Lo que no sé si es posible es escuchar dos idiomas a la vez. Soy prácticamente incapaz de pillar una palabra de inglés si a la vez hay algo en castellano en la misma habitación (por ejemplo, estar viendo la tele en inglés y que mi mujer esté hablando por teléfono en español)

    Y, esto lo he comentado con mi madre, que vive en los USA, los primeros meses, parece que no, pero estás AGOTADO de tener que estar constantemente hablando y pensando en inglés, incluyendo, alguna vez, dolores de cabeza al llegar a casa…

    Ahora, (no es una evidencia empírica, claro está), creo que eso de tenerte la cabeza «haciendo ejercicio» ayuda mucho a pensar. Estás como más lúcido, más acostumbrado…

    Además de el hecho de que muchas «trampas del lenguaje» no son automáticas y creo que hacen pensar un poco más, como dice Hipólito. Uno de mis «miedos» es que los tacos en inglés no tienen ningún tipo de connotación emocional para mí. De manera que a uno se le puede escapar la palabra incorrecta en el contexto equivocado con suma facilidad. Que no me ha pasado, pero oye, a veces me da cosa 😀 (especialmente acostumbrándome con Irlandeses, que posiblemente sean de los peor hablados del mundo sajón)

  9. Rogelio dice:

    …al igual que el dolar, el idioma ingles perdará su influenciatan tan rápido, que su utilidad se reducirá a lo sentenciado por Carlos V hace ya algunos siglos; es hora de aprender alemán, ruso o chino.

  10. Ivan K dice:

    No tiene nada que ver, pero chirría mucho ver oír de la aversión al riesgo como algo irracional. Es perfectamente racional, en cualquier modelo económico racional hay parámetros para medir la aversión.

    Tu afirmación es lo mismo que decir, no sé, que es irracional la tasa de descuento intertemporal o algo así.

  11. Muy interesante el artículo. Sólo un reproche: América no es solo Estados Unidos. Veo que te gusta reflexionar así que te pregunto: por qué crees que de forma inconsciente denominas a Estados Unidos con el nombre de todo el continente americano?

    • Fuera del imperio sólo hay chusma, dragones y franceses.

      (aparte: es como los estadounidenses se refieren a sí mismos. Es el único país que tiene «América» en el nombre del continente, así que pueden hacerlo sin problema)

  12. Frost dice:

    Interesante artículo. Desde mi experiencia personal viviendo en el extranjero (Alemania, concretamente), creo que el factor determinante a la hora de actuar con mayor o menor racionalidad cuando se utiliza un idioma no nativo está en que «uno se fía menos de sí mismo». Es decir, ante el miedo de «meter la pata», tenemos mayor aversión al riesgo cuanta menor seguridad tengamos sobre nuestra competencia en el idioma en cuestión. No obstante, también creo que hay cierto efecto campana de Gauss porque el hecho de que no entender absolutamente nada no nos impide tomar decisiones, aceptando todo el riesgo que ello implique. Imagino que esa aversión al riesgo también disminuye cuanta más seguridad subjetiva tenga una persona sobre el conocimiento del segundo idioma, ya que tenderá a pasar por alto ciertos matices de significado que podrían inducir a error.

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