Speakers' Corner

Speakers’ Corner: Copago

19 Mar, 2012 - - @juanfont

Hoy inauguramos una nueva sección: Speakers’ Corner. En ella, los autores de Politikon darán su opinión en unas 300 palabras sobre un tema de actualidad y sin haber leído previamente los textos del resto.

Para esta primera edición el tema elegido es el copago.

Cives:

Pienso que hay un argumento a favor del copago con una parte fuerte y otra débil. El copago permitiría disciplinar el consumo de sanidad eliminando la ilusión de que es “gratuito” al imponer un coste marginal al consumidor (esta es la parte fuerte) y permitiría así recaudar dinero (parte débil).

El consumo de sanidad se caracteriza por dos cosas: por un lado, depende poco de las preferencias individuales y la “necesidad” es fácilmente verificable y por otro, tiene graves problemas de información de forma que para el consumidor individual es difícil elegir. Esto es un argumento a favor de que el papel de las decisiones individuales en la asignación de cuidados sanitarios sea pequeño y en cambio el Estado pueda asumir una parte mayor. Sin embargo, la decisión de acudir al médico, sigue perteneciendo a cada cuál y la atención médica tiene un coste. Si comprobamos que a coste cero (cuando la gente está completamente asegurada) estas decisiones no son las correctas (se sobreconsume), hacer soportar una parte del coste al consumidor puede llevarle a tomar la decisión correcta.

Recaudar dinero a través del consumo en sanidad, es algo sobre lo que tengo mala opinión. Es, grosso modo, un impuesto que grava con más fuerza a la gente más expuesta al riesgo sanitario –muy correlacionado con tener trabajos de peor calidad o con la herencia genética y que por tanto es un buen proxy para el tipo de gente a la que hacia la que hay que redistribuir-  algo que contradice lo más básico de la equidad impositiva.

Por tanto, bajo los supuestos de que la gente tiende a sobreconsumir servicios sanitarios, su demanda es moderadamente sensible al coste y de que la gente más expuesta al riesgo sanitario es la más desfavorecida, el copago puede ser una buena idea si se establece de forma progresiva y con mecanismo de compensación que neutralicen el efecto distributivo.

 

Jorge Galindo:

El problema con la sanidad en España es doble, aunque la causa es la misma: nuestra evolución demográfica hacia una población más envejecida y un mayor ratio de población dependiente sobre no dependiente hace que el uso del sistema sanitario público sea más intensivo. Eso provoca un sobreuso (comparativamente) a corto plazo, porque hay más personas utilizándolo, y un riesgo en la sostenibilidad financiera del mismo a largo, dado que la base de trabajadores productivos para financiarlo vía impuestos es menor.

El copago es una forma de atacar el primer problema, que se agrava en coyunturas de descenso de los ingresos fiscales como la actual crisis, y apuntalar el segundo. Como manera de evitar el sobreuso no se puede negar que sería efectiva: si el ciudadano ha de pagar por ir a una consulta, solo lo hará si piensa que realmente es necesario. Puede hacerse manteniéndolo exclusivamente para aquellos servicios que sean susceptibles de sobreutilización, dejando de lado cuestiones como consultas de especialistas u operaciones, ingresos y demás, e introduciendo elementos de progresividad: pago reducido o incluso inexistente en función de la pensión, el nivel de renta, la situación laboral o el uso por enfermedad crónica.

Ahora bien, pensar que el copago va a solucionar el problema de sostenibilidad financiera del sistema sanitario, sobre todo si introducimos todas estas medidas de progresividad, me resulta utópico. Para este segundo objetivo, a largo plazo, es necesario mirar bien de cerca nuestras previsiones demográficas y contraponerlas con los niveles de gasto, buscando soluciones estructurales que no impliquen privatización ni pérdida del servicio universal de la sanidad.

 

Kiko Llaneras:

Antes de dar mi opinión sobre el copago haré dos acotaciones. La primera, que en España ya se aplica el copago de medicamentos, así que en adelante me refiero a su extensión a servicios sanitarios, como la visita al médico, las urgencias, o la hospitalización. La segunda cuestión importante es aclarar que según su cuantía el copago puede tener dos objetivos: (a) la confinanciación de la sanidad, es decir, que ésta deje de ser universalmente gratuita y algunos pacientes se hagan cargo de una parte (significativa) del coste, o (b) la moderación del gasto sanitario, mediante la aplicación de una (pequeña) tasa sobre ciertos servicios para desincentivar su uso abusivo.

Hecha la clasificación, puedo decir que la idea de un copago con caracter moderador me parece interesante. Creo que es un mecanismo que puede servir para que los ciudadanos hagamos un uso más racional de los recursos sanitarios —las personas respondemos a incentivos—, lo que podría contribuir a hacer mejores estos servicios. Si efectivamente el abuso de los servicios sanitarios existe, un copago moderador podría descongestionar las urgencias y reducir las listas de espera.

Por supuesto, para implementar la medida hay que pulir muchos detalles. Habría que fijar cada tasa para que cumpliese su función moderadora sin gravar en exceso a las rentas bajas, y valorar excepciones como enfermos crónicos, bebes, o mujeres embarazadas. Afortunadamente el copago moderador ya funciona prácticamente en toda Europa (pdf), así que no parece difícil adaptar un mecanismo viable. Por ejemplo, en Alemania se paga 10€ por visitar al médico, pero puedes volver las veces que necesites durante tres meses, en Suecia se pagan 15€ por visita, aunque se aplican exenciones a niños, jóvenes, mayores de 65 años y personas con bajos ingresos.

 

Ramón Mateo:

En principio no me opongo a la idea de introducir algún tipo de copago en la sanidad (y me refiero al servicio sanitario, sobre un copago en los medicamentos progresivo con la renta mi postura es claramente favorable). No obstante, necesito hacer algunos matices. Primero, que nuestro sistema sanitario en la actualidad es bastante eficiente, sobre todo en términos de contención de costes (una característica cuya contrapartida natural son nuestras listas de espera), por lo que en ningún caso el copago puede considerarse una medida esencial o de urgencia para la sostenibilidad del sistema. Segundo, que aunque el copago sí puede ser una medida interesante para disuadir el abuso de la sanidad por su carácter gratuito actual, ni este abuso es grave, ni tampoco es exclusivo de la sanidad pública; más bien, se trata de un problema inherente a todo servicio público, y en este punto es donde entramos en la cuestión de la accountability sobre los impuestos, en particular sobre el destino de los mismos.

Efectivamente, aunque la sanidad no suponga un coste para el usuario en función de su uso del servicio, en términos reales no puede decirse que sea ‘gratuita’. Nada es gratis, tampoco la sanidad, y como cualquier servicio público, ésta se financia a través de impuestos, también de aquéllos que eventualmente utilizarán el servicio de salud. Sin embargo, qué parte de lo que se paga en impuestos va a cubrir el gasto sanitario, cómo éste varía en función del uso que se le dé o cómo podría reducirse su coste (aspectos que generalmente sí se transmiten en cualquier seguro) es algo que resulta desconocido para la mayor parte del público. Ahí el copago podría jugar un papel positivo a efectos de información sobre el público, si bien, en tales términos, probablemente lo más efectivo fuese una reforma fiscal que, de alguna forma, ‘desagregase’ los impuestos según su destino.

 

Jorge San Miguel:

Por principio, no me opongo a la idea del copago. Sobre el papel, puede incluso ser una medida progresiva, aunque como sucede siempre con las políticas públicas, el diablo están en los detalles y todo depende de la forma concreta en que se implemente. El hecho es que la mayoría de los países de Europa tienen alguna modalidad de copago, incluyendo estados de bienestar más antiguos y desarrollados que el español. Entiendo que se trata de una medida de sostenibilidad del sistema que en algún momento nos tocaba abordar. Por ejemplo, me gusta el sistema belga, en el que el ciudadano elige el médico, paga por adelantado y luego recibe un reembolso de la seguridad social de un porcentaje (elevado) de la factura.

En cualquier caso, lo que parece imprescindible es diseñar un sistema sensible tanto a las condiciones del paciente (renta, aunque no sólo) como al tipo de servicio. Implantar el copago en la atención primaria pero no en las urgencias, por ejemplo, puede incentivar el uso de estas y generar consecuencias indeseadas. Y parece que el copago sí tiene algunos efectos negativos en el caso de pacientes crónicos y con menor renta.

 

Roger Senserrich:

El copago sanitario es una mala idea. Como medida de recaudación es bastante regresiva, ya que penaliza de forma irracional a aquellos que tienen la mala suerte de necesitar medicamentos. Un impuesto sobre la mala salud podría tener sentido si coger un catarro fuera algo opcional, ciertamente, pero me temo que acabará por afectar a los más vulnerables.

Si tomamos el copago como medida de ahorro de gasto, la cosa no está tan clara. La mayoría de estudios que he leído (muy centrados en Estados Unidos, que estamos en plena implementación de la reforma sanitaria) señalan que los copagos tienden a reducir la cantidad de servicios médicos inútiles u opcionales, pero tienen un efecto entre escaso y nulo en medicina preventiva y servicios necesarios. Eso se traduce que para conseguir que los mecanismos de precios sean efectivos para reducir costes es necesario diseñarlos cuidadosamente, penalizando los servicios caros e inútiles y dejando la medicina preventiva y tratamientos necesarios y efectivos como gratuitos.

No hace falta decir que la medida propuesta por la Generalitat no sigue este modelo en absoluto, así que su efecto sobre el gasto sanitario agregado será probablemente limitado, cuanto no injusto. En el planteamiento actual, el copago es una medida puramente recaudatoria y notablemente injusta. Un sistema mejor diseñado merece ser considerado, y puede que sea necesario a medio / largo plazo. Pero puestos a crear impuestos nuevos, hay alternativas mucho mejores.

 

Pablo Simón:

El propósito expreso de fijar el copago es la racionalización en el consumo, que tan solo recurran a la sanidad aquellas personas que realmente lo precisen, así que parto de que no se busca simplemente recaudar más. Lo primero que hace falta es situar cuales son los sectores que realizan tal abuso (de darse). Sabemos que las personas de mediana edad y con trabajo no van demasiado al médico (tienes costes extra, por ejemplo, pedir horas en el trabajo) y los inmigrantes tampoco lo abusan demasiado (suelen ser población joven). El abuso se sitúa, principalmente, en los ancianos de bajo/medio nivel de renta (los de alto tienen mutua privada) y los enfermos crónicos.

Si se fija un copago de bajo nivel con exención por renta no se consigue reducir el abuso porque la barrera de entrada es demasiado baja o no afecta a los que en teoría hacen este abuso. Si se fija alta, tiene un coste de equidad importante y carácter regresivo, ya que gravará a los que lo usen con más frecuencia, precisamente los sectores con niveles más bajos de renta, los ancianos de pensiones bajas. No termino de ver como se podría conseguir un óptimo.

No creo que estos sectores de “abusadores” se lleven la mayor parte del malgasto sanitario, mi intuición es que el gasto farmacéutico tiene más importancia o el desajuste territorial en la prestación de especialidades en municipios pequeños/ medios, por ejemplo. Por lo tanto, veo que hay otros sitios preferentes en los que meter mano antes que lo del copago. Es más, si de verdad estos ancianos son un problema, a lo mejor es preferible derivar recursos a los servicios de atención geriátrica (centros de día de mayores) a introducir el copago.


 


24 comentarios

  1. Folks dice:

    Parece que nadie habla de que, aunque la gente responde a incentivos, muchas veces no lo hace en un plano estrictamente bidimensional.
    Cuando se aumentaron los requerimientos de seguridad en ciclistas en NZ, muchos dejaron de usar la bici por no llevar todas las protecciones y demás, y con esto pasa lo mismo: En muchos sitios donde se ha estudiado el copago, los costes no se reducen sustancialmente sino que se reducen en la atención primaria y otros servicios «baratos» pero las urgencias de cosas graves aumentan, sobre todo porque la gente espera hasta estar segura de estar realmente enferma y acaba poniéndose realmente enferma, y muchas enfermedades es mejor (mucho más barato) tratarlas en fases iniciales y generalmente de síntomas poco agresivos.

    http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2442363/?tool=pubmed

  2. Folks dice:

    Egócrata sí, me lo había saltado al leer (el subconsciente y eso)

    • Jorge San Miguel dice:

      Sí, yo he mencionado también el efecto sobre la atención de urgencias, que aparece en varias fuentes de las que he consultado.

      • Folks dice:

        Pero el problema ahí no es que «haya un efecto sobre las urgencias» ni el efecto redistributivo en términos estrictos de renta; el efecto real es: La gente llega a las urgencias más enferma, generalmente gente que tiene una menor propensión a pagar por saber si está realmente enferma o no. En términos de salud general (y muy probablemente de la salud de los pobres) es un efecto neto importante.

        Por otra parte, si dejas las urgencias gratuítas porque son «urgencias» pedir hora en la consulta ordinaria no tendría ningún sentido ni en términos de tiempo ni de precio, que al fin y al cabo puede asumirse como equivalente.

        Es decir, la segunda parte de tu argumento bien desarrollada lo que hace es contradecir la primera parte: Da igual como lo enfoques, eso no es progresivo, no veo por dónde puede ayudar eso a la sostenibilidad del sistema más que una racionalización real y, desde luego, el ejemplo belga (muy similar al francés) tiene detrás mucho más que el copago, que es una forma de no disparar costes en un sistema semiprivado.

  3. Un guiri dice:

    Aquí en UK cada vez que viene una epidemia de gripe, (cada dos por tres, dado que aquí vive gente de todo el mundo que se trae los virus más peregrinos consigo en el avión) en las puertas de hospitales, ambulatorios y servicios de urgencia se pone un cartel ENORME que dice:

    «Si usted tiene los siguientes síntomas: blablablablabla…

    Quédese en cama, descanse y beba muchos líquidos. Si tras una semana se sigue encontrando mal, acuda a su médico de cabecera. Si quiere más info, llame al 0000000000 o vaya a http://www.xxxxxxxxxxx.com»

    Y ta-chán!!! como por arte de magia, el 90% de las urgencias han desaparecido, con el correspondiente alivio para los pobres médicos y enfermeras y el consiguiente aumento en la calidad del servicio.

    Cada vez que leo que en España una epidemia de gripe colapsa los servicios de urgencia, cosa que he vivido en mis carnes, y juro que es terrible, no trabajaría allí ni por todo el oro del odissey, me dan ganas de cogerme un vuelo y poner los carteles yo mismo.

    Moraleja: El copago, repago y pago es totalmente innecesario. Que yo conozca, a nadie le gusta ir al médico, salvo a algún vejete que no tiene otra cosa que hacer (por cierto, que aquí a los vejetes las recetas se las da una enfermera, y alivia las consultas, que vayan tomando nota también), y lo de que la gente se aprovecha de lo gratis, es una falacia. Hay soluciones sencillas, fáciles de aplicar, que no molestan ni enfadan a nadie, y que no se aplican. Y una de dos, o el PP quiere aprovechar el río revuelto para desmantelar la sanidad y entregársela a las privadas (que están ahí, a las puertas), o lo que tenemos son una panda de gestores totalmente incompetentes para la tarea que se les ha encomendado. O si aplicamos la teoría de los incentivos de politikon para averiguarlo, son las dos cosas a la vez, que es para echarse a temblar.

  4. nineu dice:

    Siempre que oigo hablar del copago me quedo con la sensacion de que quienes lo promulgan tienen seguro privado y no han pasado por un ambulatorio en su vida. El argumento de que la gente se aprovecha y ademas esta lleno de inmigrantes es clasista y racista.

    Creer que la gente va a pasar las tardes a urgencias porque se aburre delante de la tele es una aberracion. Si existe un uso desmedido de ciertos servicios habra que ver como atenuarlo, reforzar centros de dia con atencion geriatrica, atencion pediatrica remota para padres primerizos, gestion de epidemias optimizada…. Seguro que hay vias que no impliquen cobrar por estar enfermo.

    Lo que me parece una atrocidad por lo que supone de despilfarro es la necesidad de que para un tratamiento de 5 dias, tres pastillas/dia me financien una caja de 200 pastillas. ¿No se puede regular la cantidad de medicamento prescrito? ¿Porque esa medida nunca esta encima de la mesa? En este punto es cuando aflorarn mis mayores prejuicios conspiranoicos contra las farmaceuticas y su capacidad de influencia.

    • Frost dice:

      Esto tiene una explicación sencilla, que me ha proporcionado de primera mano una persona que trabaja en el sector sanitario. Es lo más rentable para las empresas farmacéuticas. Para ellas, crear un producto (un medicamento) en un formato único lo más grande posible es rentable, porque se aprovechan de las economías de escala. Sin embargo, aquí también hay incentivos perversos. Como la administración subvenciona a la farmacéutica por cada caja que el paciente consume, los medicamentos que se administran a enfermos crónicos vienen en cajas absurdamente pequeñas en comparación con los medicamentos «de consumo masivo».

      A mí me soprendió notablemente que muchos medicamentos fueran más baratos en Alemania que en España, cuando allí existe copago y la sanidad está en una fase más importante de privatización. La razón es simple: las recetas se hacen obligatoriamente por principio activo, y de genéricos si estos existen. Muchos medicamentos para los cuales en España no existe genérico, en Alemania es gratuito con receta médica.

      Todo esto es aún más sorprendente, si tenemos en cuenta que los alemanes son bastante tendentes a automedicarse. Más que en España.

      En este paper de la OMS hay datos sobre ello (también de España, por cierto): http://apps.who.int/medicinedocs/pdf/whozip58s/whozip58s.pdf

      Esto sí son medidas de ahorro propias de un estado de bienestar. El copago bajo el modelo actual simplemente beneficia a las farmacéuticas, que comercializan medicamentos sin receta mucho más caros (y no necesariamente más efectivos) que aquellos que se producen como genéricos (¿a que no habéis visto un analgésico generico contra el dolor de cabeza? Pues por ahí van los tiros).

      Respecto de las personas que se aburren frente al televisor y van al médico en busca de medicamentos, con el copago solo estaremos reemplazando al médico de cabecera por el farmacéutico. El médico no necesita recetar nada para justificar su sueldo. ¿Qué creéis que hará el farmacéutico? No quiero ser conspiranoico, pero el copago español promete ser un engaño masivo a personas de la tercera edad.

  5. Marisol Yravedra dice:

    Estoy de acuerdo con alguien que sobre este asunto ha dicho lo siguiente que le copio en buena medida.

    1. Millones de familias estamos pagando al mismo tiempo la sanidad pública y la privada expulsados por los gobiernos y sus políticas migratorias y demográficas.

    2. No se paga uno o diez euros, no. Son más de cien al mes para cada uno, la pública y la privada. Eso sí que es REPAGO, una estafa.

    3. No pensemos nunca que los políticos no lo saben. Para ocultarlo lanzan la carnaza del copago de un euro como si estuviese comenzando ahora.

    4. No entremos al trapo. Exijamos que se acabe el vigente “copago”.

    Creo que tiene más razón que un santo. ¿O alguien se cree que queremos pagar dos veces por lo mismo?

    ¿Quién nos ha metido con calzador más de 8 millones de emigrantes en un sistema diseñado y pagado por muchísima menos gente?

    Suena fatal que ahora se hable del copago por unos euros y señores tan sesudos como los que aquí escriben hayan estado callados tanto tiempo sobre el asunto de fondo y justo ahora salten por un euro o dos.

    Qué casualidad ¿no?

  6. Stuart Mill dice:

    @Juan ¿esta sección sustituye a Inteligencia Colectiva?, o, en otras palabras, ¿Inteligencia Colectiva ha desaparecido con el nuevo diseño?

  7. Mohorte dice:

    No lo he visto por ninguna parte, así que pregunto: ¿tenéis algún enlace serio que demuestre que en España se abusa de una forma más o menos masiva de los servicios sanitarios?

    Si esa es la justificación del copago, quisiera ver datos.

  8. polkillas dice:

    5/7 a favor del copago. Pero comenta Senserrich en Twitter que él tiene una «ventaja comparativa porque tiene más datos. Y es uno de los votos particulares. No sé si tiene algo que ver…

  9. Alberto García dice:

    El copago estaría muy bien si el problema de la sobre-frecuentación de ciertos servicios sanitarios fuese únicamente culpa del paciente y no una característica de nuestra sanidad.

    Nuestro sistema de salud abusa del hospital en detrimento de la medicina primaria. La culpa de los colapsos en urgencias de los grandes hospitales responden a que la gran mayoría de los pacientes deberían a haber acudido a otro sitio, el ambulatorio en el caso de la patología banal o el centro de día en el caso de ancianos y otros pacientes crónicos. Atender a estos pacientes por urgencias es muchísimo más caro para la sanidad pública y un engorro para el personal médico que ha de hacer muchísimo trabajo redundante, pero para el hospital que cobra lo mismo por ese paciente que por una urgencia verdadera, que es la que le va consumir recursos, es un chollo.
    Si a un hospital de alto nivel cobra 100€ por paciente atendido en urgencias más o menos, cobrárselo al paciente que hace un abuso estaría muy bien. Pero ahora mismo, si la única alternativa es esperar más de 6 meses a una primera visita por un especialista y son los mismos médicos de familia los que animan a los pacientes a saltarse el circuito correcto, intentar solucionar el problema con un copago me parece absurdo o directamente malintencionado.

    En cuanto a los medicamentos más de lo mismo, la solución óptima que además de contener el gasto y mejorar la salud del paciente no es otra que un buen control de las prescripciones por primaria.

    Hace falta un cambio de modelo en nuestro sistema de salud: Más primaria, más educación y autonomía para el paciente y menos hospitales. Los gestores lo saben, pero entre las resistencias al cambio y el poco interés político ahora mismo en mejorar nuestra sanidad…

  10. Cives dice:

    Uh, ¿con lo que habéis quedado de mis tres párrafos es que «estoy a favor» o «en contra»?, porque yo la verdad es que no tengo una opinión definida sobre el tema…

    • nineu dice:

      Cives: «el copago puede ser una buena idea si…», se parece a no me desagrada si lo hacen bien, no? 🙂

      • cives dice:

        Sí, pero si te fijas la afirmación va condicionada a tres supuestos que no sé si se dan en realidad: que la gente tiende a sobreconsumir; que la demanda es relativamente sensible y que la gente más expuesta al riesgo sanitario es la más desfavorecida

      • cives dice:

        En general, con mis posts intento más a menudo activar un mecanismo en la forma de pensar de del lector para que él recorra el camino por su cuenta, en general, intentando dejar claro lo que estoy asumiendo (esto no es siempre imposible, pero es a lo que intento tender), que convencerlo de algo concreto. Tiendo a pensar que en una sociedad dónde la gente aspira a tener sus propias opiniones es lo suyo. Es francamente desagradable que la gente te demande afirmaciones no condicionadas y, encima, cuando las haces, te acusen de ser demasiado vehemente y de opinar sobre cosas en las que no se pueden hacer predicciones.

    • Mohorte dice:

      A favor siempre y cuando esté bien planteado y sea progresivo. Supongo que en contra en cualquier supuesto que no sea este.

  11. sergi0 dice:

    Me resulta curioso que, excepto Kiko, nadie haya mencionado que en España ya existe el copago, restringido eso si al gasto farmaceútico, cuando, en principio, podría parecer que los mismos argumentos (a favor, en contra o condicionales) podrían aplicarse a al copago farmaceútico y al copago de atención médica.

  12. Josete dice:

    Si se me permite opinar, y como parte activa del escenario sanitario español que soy, me gustaría añadir apreciaciones. Sólo aumentanto el copago existente que cita Kiko en algunos casos, se recaudaría más que con el euro de marras. Por poner un par de ejemplos:
    – Ramón es hipertenso, si toma un comprimido que contiene un sólo fármaco paga el 10% hasta un máximo de 2.64 (máximo que viene de las 400 y pico pesetas que había antaño y que NO se actualiza con el tiempo). Si Ramón no se controla y su médico le prescribe un comprimido que tiene dos fármacos paga el 40%. Si su médico es colega y le prescribe los dos antihipertensivos por separado pagará como máximo 5.28.
    – Hay medicamentos que en un pasado tenía un sentido que se pagara el 10%, porque su valor era elevado. Son aquellos que tienen un cícero en el cupón precinto. Es incongruente que se pague el 10% de algunos medicamentos que valen 3.12 euros.
    Es decir, hay que racionalizar el actual sistema de aportación. Excluir ciertas especialidades que no deberían estar financiadas. Por ejemplo, algún antifúngico en gel, que cuesta 15 euros, y que gastan alegremente los pensionistas para tratar la caspa (sea leve o grave, crónica o aguda).
    Por no hablar de que el gasto de medicamentos en hospitales ha aumentado un 70% en los últimos 4 años y nadie ha tomado ni una sola medida para atajar.
    Podría seguir aportando soluciones a aplicar antes que el euro, pero estaríamos horas.
    Como bien dice Roger, nadie escoge estar enfermo y no me parece una medida penalizable. Aunque pueda entender la idea de disuadir el excesivo consumo, y el acúmulo de ingentes cantidades de medicamentos por parte de los alegres pensionistas, al final estas tasas las pagamos los mismos, porque siempre se acabará excluyendo a los mismos (no vaya a ser que perdamos más votos de la cuenta).
    Saludos.

    • vicente dice:

      Hola a todos

      Desde mi ignorancia algunas ideas.

      1.- MIra por donde en España tenemos una Asociacion de economia de la salud http://www.aes.es/asociacion.php , con mas de 800 ,(2011) afiliados, un 32% economistas, y no veo en sus textos ninguna mencion a la misma.Quizas no son demasiados economistas o no lo suficientemente buenos, aun asi deberiamos leerlos.

      2.- Con la Crisis( algunos la llaman estafa) el copago entra en la agendas.

      3.- Debemos definir el copago y sus objetivos( recaudatorio o disuasorio de consumo de servicios). Y ser consecuentes con sus consecuencias.
      Porque por aqui el debate se centra si es necesario( o si hay otros metodos de recaudar mejor), si es justo o etico( sobre quienes recaera) , la gravedad de las consecuencias( podemos soportar las consecuencias, porque recaeran en personas sin infuencia,o como no contaremos las consecuencias no nos enteraremos y ojos que no ven…), o la comparacion con nuestro paises de nuestro entorno y justificarnos asi, sin valorar otros cosas.

      4.-Pues bien supongamos que el punto 3 lo tenemos resuelto, nos hemos puesto de acuerdo y hemos encontrado (milagrosamente un metodo perfecto, porque para hacerlo mal cualquiera puede servir, incluso un politico)un sistema de copago que recauda, disuade y ademas se han minimizado las consecuencias.
      La pregunta es ¿De cuanto dinero estamos hablando?Vamos Uds los expertos pongan una cifra.

      5.- Pues bien, supongamos que alguien les dijera que solo con reducir las ineficiencias del sistema sanitario actualmente , se podria doblar la cifra que uds proponen en el punto 4 , como lo calificarian a ese alguien de loco o de loquisimo, pero y si puediera ser verdad, no valdria la pena al menos escucharlo. Claro que siempre se puede ser mas eficiente y recaudar mas , ambas cosas no incompatibles.

      6.- Asi pues porque no hablamos de ineficiencias.Algunas son como el huevo de Colon o el chiste de Forges con un paciente con varias flechas en la cabeza y el medico diciendole , su dolor de cabeza va a ser cosa de los indios.

      Van algunas
      En España, sistema publico una receta una hoja y de dos colores, pa que una receta multiprescripcion, si de la otra manera podemos gastar miles de toneladas de papel inutilmente. y poco importa si se hacen con la famosas TIC.
      En España si ud necesita para sus anginas 30 pastillas, le daran( prescribiran 40) y las que le sobran – pagadas- al cajon, que somos ricos.( Uds deberian hablar de central de compras , sistemas de establecimiento de precios de productos o de margenes comerciales,etc,,,)
      En España si algo lo puede hacer un administrativo, no la hara, porque se le mandara al escalafon superior , enterrandolo en tareas burocraticas y empleando su valioso tiempo , pagando tareas burocraticas con sueldo de profesional sanitario. Con la doble consecuencia , que mientras hace A , no hace B.

      En España la falta de sercicios sociales, cuando no se puede curar todavia se puede cuidar, lo lleva todo al sistema sanitario.

      En España la media de visitas medicas/habitante/año esta en la parte alta de la distribucion en Europa.¿Porque? Sistemas burocraticos absurdos, hiperconsumos de asistencia por aquello de todo gratis y para todos, o racionalizamos en que queremos emplear el dinero.

      En fin lo dicho, desde mi ignorancia.

      Saludos

  13. futurman dice:

    Debería ser relativamente sencillo implementar un sistema de venta de medicamentos a granel, pastilla a pastilla. Además, no veo por que no deberíamos dejar de subvencionar los medicamentos que tengan genéricos, se quejaran farmacéuticas y farmacéuticos, pero ahorraríamos muchísimo más que con el copago.

  14. Fernando dice:

    Personalmente creo que es empezar la casa por el tejado. Antes de implantar un copago hay mas medidas para poner en marcha. No creo que se racionalice el consumo si no tomas medidas respecto a la prescripcion que hacen los medicos con lo que solo vas a gastar menos por el mismo consumo, con la.alegria correspondiente de quien te los vende que se garantiza el cobro, o sea que aumentas ingresos y no actuas sobre el gasto. Siempre se habla de la central de compras, es como el dia de la marmota, pero nunca se hace. Parece que solo se va a tocar el gasto reduciendo el numero de prestaciones (eso afecta a la calidad del servicio??) No sabemos que se va a hacer con los genericos, y yo creo que mayor aumento de prescripcion de genericos si reduce el gasto… y como esto mas cosas. . Solo digo una cosa, recuerdo haber leido en un periodico (El Economista) un articulo de hace mese en el se decia que se le habia encargado a la patronal de farmacia la elaboracion del programa electoral del PP en eltema de racionalizacion del gasto farmaceutico. Tiraran piedras contra su tejado? Al final……

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