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Política, formación y selección de élites en los partidos

13 Feb, 2012 - - @jorgegalindo

Ayer nos desayunábamos con esta entrevista a la actual Nº2 del PSOE, Elena Valenciano. En ella, me llamó poderosamente la atención la siguiente frase:

En mi currículo pone que tengo estudios, no títulos. Empecé Derecho y luego me pasé a Políticas. No terminé, pero solo me faltan dos asignaturas de Estadística. La verdad es que me aburría y ahora me da pereza acabar.

Efectivamente, tanto en su blog como en la web del Congreso especifica «estudios». Sin embargo, cual fue mi sorpresa al ver que en el Parlamento Europeo Elena Valenciano es «Licenciada en Derecho y Ciencias Políticas (1980)». Lo cual es de por sí bastante particular, no solo por la incoherencia con lo que ella misma dice y por las otras biografías citadas, sino porque nació en 1960. Licenciarse con 20 años, toda una hazaña. Por cierto, hoy nos desayunamos también con que el Secretario de Estado de Seguridad Social no tiene el título de médico que afirma en su currículum: otro más
que no acabó los estudios. Sí, de esto nadie se libra.

Pero sigamos con la entrevista a Valenciano. En otro momento dice:

-¿Qué lagunas tiene?, le pregunto a Elena Valenciano.
-Una muy grande es la economía. Desde que empezó la crisis procuro rellenar ese vacío y tengo buenos profesores, pero…
-Tampoco ha hecho gestión. Ni siquiera ha dirigido una alcaldía.
-Sé lo que es pagar nóminas, hacer presupuestos, tratar de rentabilizar una actividad. Dirigí la Fundación Mujeres, más difícil de gestionar que muchas empresas.

En seguida me acordé de este fantástico artículo que Pablo escribió para «felicitar» a Camps por su nueva condición de Doctor, en el cual habla de que efectivamente existe una relación entre competencia/nivel de educación de los líderes y lo bien o mal que le va al país que lidera.

Como hace la Vicesecretaria, uno puede decidir que lo que un político tiene que saber hacer es gestionar y coordinar, en lugar de tener una sólida formación específica: no sé de economía, pero sé de pagar nóminas. Pero bueno, por un lado ha de ser capaz de demostrarlo (y, por poner un ejemplo, darse la hostia que se dio el PSOE en la precampaña y la campaña demuestra más bien lo contrario; por poner otro con distinto color, el estado actual de la Comunitat Valenciana también lo demuestra). Y por otra parte, no hay por qué pensar que existe un trade off entre formación alcanzada y capacidad de coordinación/gestión. De hecho, la correlación iría más bien en el sentido positivo: si no necesito un saber especializado (y un político, por definición, no lo necesita), a más formado esté más probable resultará que sepa gestionar y coordinar bien, porque mis habilidades cognitivas se incrementan.

Por lo demás, cabe destacar de nuevo algo que ya hemos dejado caer directa o indirectamente aquí: España tiene un problema de selección de élites políticas, particularmente fuerte en el PSOE, aunque se da en los dos partidos mayoritarios. El ‘capital social’ (las conexiones, vamos) y las labores de fidelidad por la cúpula (‘fontanería política’) tienden a ser más valoradas a la hora de decidir quién sube que la formación específica sobre un área relacionada con los problemas a los que el político ha de enfrentarse, o la capacidad de coordinación y gestión. En el PSPV (Socialistas Valencianos) esto es un hecho particularmente sangrante, hasta el punto de que la élite actual no parece tener incentivos siquiera para luchar por ganar el Gobierno de la Comunitat, o ni tan siquiera acabar con la mayoría absoluta de un tocadísimo PPCV, que en los años de la lucha Camps-Zaplana (luego Camps-Ripoll) sufrió del mismo sesgo perverso en la selección de sus cabezas visibles, hecho que se trasladó a las Administraciones
en forma de alcaldes y consellers que dejaron a mi tierra como ahora la vemos.

Deberíamos preguntarnos por qué tenemos este problema de selección que nos lleva a que los mejores no lleguen a primera línea. Eso, de paso, nos serviría para reflexionar sobre algunas medidas tan de moda ahora, como bajar el sueldo a los políticos (les quitas los incentivos a los mejores para dedicarse a la cosa pública), así como sobre la estructura de los partidos y de todo nuestro sistema representativo. Intuitivamente, cuando uno no está eligiendo más que al cabeza de lista como pasa en nuestro sistema electoral (donde uno no tiene ni idea de quién es el diputado por su provincia o el senador por su Comunidad) es más factible que un partido sea una caja negra que funcione con sus propias reglas no meritocráticas para promocionar a personas que de repente, oh, emergen a la superficie en forma de portavoces. Pero a la vez, cuando esta elección es más visible, tipo Estados Unidos, se incurre en un dilema entre cualificación y representatividad o «lo que al pueblo le gusta, a veces, es la gente bruta».
Hablando en plata, nada te asegura que, no sé, los valencianos vayamos a preferir a un catedrático de macroeconomía con excelentes habilidades de gestión frente a cualquier payaso que grite «miradme, tengo cosas bonitas para vosotros». Igual que en USA hay congresistas que dan auténtica vergüenza ajena y otros que son joyas. Como hipótesis, probablemente la dispersión en la «calidad» de los líderes tiende a aumentar, especialmente si tienes un país con desigualdades regionales grandes.

En todo caso, lo que no es lógico es mantener un sistema que premia a gente que ni siquiera ha acabado una carrera o se ha preocupado de aprender de verdad sobre economía durante la crisis más importante que ha pasado Occidente en décadas, solo porque en su club (que vale, es el club más importante de la democracia, pero es un club al fin) han sabido desenvolverse bien socialmente.


23 comentarios

  1. Vellana dice:

    Sobre la formación de Valenciano

    http://santiagonzalez.wordpress.com/2012/02/06/la-ejecutiva-de-la-verdad/

    Completado hoy
    http://santiagonzalez.wordpress.com/2012/02/13/nunca-es-tarde/

    Tiene gracia lo de la estadística. En fin, la número 2 del PSOE.

    Un cordial saludo.

  2. Bidatzi dice:

    Hola Jorge, en líneas generales estoy muy de acuerdo en cuanto a las disyunciones para llevar a los puestos relevantes a gente preparada para ello. Pero tengamos el cuidado de no caer en un credencialismo simplón (no te estoy señalando, es una consideración general):

    George W. Bush tiene una licenciatura por Yale y un MBA por Harvard Business School y no creo que el tipo sea un ejemplo de lo que Politikones y Fedeas llamarían élites con preparación 🙂

  3. […] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos Política, formación y selección de élites en los partidos politikon.es/deloposible/2012/02/13/politica-formacion-y-…  por Alexxx hace […]

  4. Vellana dice:

    Y además sabía hablar inglés.
    Cuidadín.

  5. Scchummi dice:

    @Bidatzi
    Está claro que las generalizaciones no son buenas, pero, al menos, Bush no mentía en su curriculum, cosa que sí suelen hacer nuestros políticos patrios y, además, si no tienen la titulación se pone «estudios en» y listo.
    Si son capaces de mentir en cosas tan nimias ¿qué harán en cosas más importantes?

  6. carlos dice:

    No hay que entrar en el credencialismo, se dice. Pero el caso es que cuando alguien tiene un título por lo menos sabemos qué ha hecho y qué tipo de exámenes, y sobre qué temas, ha pasado.

    Cuando no lo tiene, no tenemos ni idea. Igual resulta que es autodidacta y se ha leído bibliotecas enteras, pero no lo sabemos.

    Y teniendo en cuenta que en la entrevista dice que sólo le ha dado por aprender algo de economía ahora con la crisis. AHORA, CON LA CRISIS.

    Y luego nos sorprendemos de por qué estamos en crisis, resulta que nuestros políticos no tenían ni puñetera idea del tema hasta que les estalló en la cara. Manda narices.

    Y lo mejor de todo es cuando dice que la Fundación Mujeres es más difícil de gestionar que muchas empresas. ¿Pero tú cuántas empresas has gestionado para poder comparar, monina? Ah, que ninguna y que además no tienes ni idea de economía. Claro, así cualquier cosa te parece complicada.

    Uff, madre mía no sé para qué publicáis estas cosas, sólo hacen que por de los nervios a uno jeje.

  7. Livia dice:

    Cuando leí la entrevista a Valenciano me diovergüenza ajena, cuando leí lo del secretario d estado de ss me dio aún más vergüenza, llamadmeelitista pero paraser secretario de Estado, ministro, ocualquier cargo público en algo demás de ¿Qué

  8. Pepe Liks dice:

    «por qué tenemos este problema de selección que nos lleva a que los mejores no lleguen a primera línea».

    Según los cables de wikileaks, los americanos estaban anonadados de que en los partidos políticos españoles (todos) no es el talento o el carisma lo que hace subir a los candidatos en el partido, sino hacerle la pelota a las vacas sagradas del partido.

    Ahí tienes EL motivo.

  9. Livia dice:

    (como es obvio lo envié a medias)
    Decía que para ser cargo público en un lugar de más de ¿1000 habitantes? ¿1500? qué menos se puede pedir que un título universitario, tampoco estamos hablando de pedirles algo complicadísimo.
    Me parece sorprendente que nos dirijan (o aspiren a dirigirnos) aquellos que no tiene la máxima formación «al pueblo a veces le gusta lo bruto» vale, pero el título no garantiza la ausencia de «lo bruto» mientras que no haberse molestado en terminar «por pereza» sí garantiza que no le das importancia a la formación, sepas cosas o no las sepas
    Y no me enrollo en cómo estos dos individuos han mentido en su cv (dejar que otro crea que eres lo que NO eres es mentir) porque me enciendo

  10. Kantor dice:

    «Según los cables de wikileaks, los americanos estaban anonadados de que en los partidos políticos españoles (todos) no es el talento o el carisma lo que hace subir a los candidatos en el partido, sino hacerle la pelota a las vacas sagradas del partido»

    La sorpresa de los americanos hacia hechos perfectamente naturales tambien descalifica sus credenciales como hegemonia global.

  11. MuGaR dice:

    Una solución expeditiva sería poner una edad mínima para ejercer cargos políticos, pongamos 35 años. De esta manera sería sencillo valorar las cualidades del sujeto observando a qué se ha dedicado antes de esa edad. Y de paso dificultamos la aparición de políticos que no han trabajado más que en el partido. Imagino que es inconstitucional claro xd

  12. Vellana dice:

    Yo no creo que haya un problema de formación de las élites, y si lo hay, es por falta de formación de quienes los eligen.
    Es cierto que la gente elige a quienes los partidos les proponen, y que los criterios de subida en un partido poco tienen que ver con la capacidad de gestión o con la formación académica. Pero al final, nos pongan a quien nos pongan, lo acabamos tragando; por mil motivos, por la fidelidad a prueba de bombas, por lo poco donde elegir, por lo rígido del sistema, y, sobre todo, porque a la gente le da igual la formación o la capacidad de gestionar… «Sonsoles, cualquiera puede ser presidente del gobierno» es una frase que trataba de elogiar al pueblo y lo único que hace es dejarlo a la altura del betún.

    Pero todo tiene consecuencias.

    Un saludo

  13. Pepe Liks dice:

    «La sorpresa de los americanos hacia hechos perfectamente naturales tambien descalifica sus credenciales como hegemonia global.»

    Kantor, si te parece perfectamente natural que se ignore el talento y el carisma de una persona a la hora de ascender, primándose en cambio su capacidad de peloteo para trepar, entonces no sé qué estamos debatiendo.

  14. antieconomista dice:

    Bueno… solo diré que en Grecia todos los primeros ministros han estudiado en los mejores centros universitarios del mundo: LSE, Harvard, Berlin… y no creo que sean ni un modelo a seguir.

  15. Vellana dice:

    Pepeliks,
    creo que estáis debatiendo cómo conseguir que eso cambie.
    Un saludo.

  16. Tiene mucha gracia lo de no saber mucho de economía ni de estadística y alguna insistencia en los comentarios: abogados del estado o registradores tampoco tienen ni idea.

    Cosa que no exonera de nada a Valenciano, que no ha demostrado nada.

  17. Kantor dice:

    Me parece perfectamente natural que en la ecología de los partidos políticos españoles, donde la vigilancia de la opinión publica es marginal y para el superior todo depende del a lealtad de los súbditos y para los súbditos todo depende del éxito y la designación del superior, el mérito sea como mucho neutral, en general una losa.

    Y el hecho de que a los americanos les sorprendan las consecuencias del feudalismo,que es el sistema social natural, me demuestra que están poco preparados para salir de Ohio. La carambola de su Hegemonia global es casi un milagro.

  18. Pablo dice:

    Lo único que retrata lo de Valenciano y Burgos es el pésimo control a los políticos:
    qué mínimo que tuvieran que mostrar los títulos cuando publican el curriculum público; pero bueno, también se pidió que publicarán patrimonio. Y tantos daban vergüenza, que vergüenza sentía yo de este país.

  19. M. Oquendo dice:

    Desde la revolución francesa nuestras sociedades se debaten entre dos principios.
    El conocido como aristocrático o aristo-monárquico y el llamado democrático.
    Ambos aspiran a alcanzar la legitimidad otorgada por la ciudadanía.
    Desde entonces la mayor parte del tiempo hemos vivido en Regímenes que de una u otra forma pretenden ceñirse a alguno de ellos con el resultado de que la mayor parte del tiempo se vive en una farsa también conocida como tercera vía o regímenes cuasi-legítimos.

    La ausencia o pérdida de esta legitimidad otorgada es como la falta de raíces para un árbol y resulta en cataclismos políticos difíciles de prever como la caida del muro de Berlín, la primera guerra mundial, la ruptura de la URSS o el inminente colapso de la UE que carece de cualquier legitimidad otorgada desde que legislan sin atreverse a consultar a las ciudadanías tras los últimos refrendos negativos en un entorno de degradación de derechos y nivel de vida.

    Es esta falta de legitimidad, la existencia de un entorno de corruptela, farsa y manipulación lo que hace que los mejores ciudadanos huyan de la política y se concentren en ella, en sus organizaciones, gentes muy hábiles para sobrevivir en estructuras donde prima la lealtad personal al poderoso y donde no hay otro criterio de pertenencia que aporte autoestima real sostenible.

    Es, en suma, un problema estructural de los regímenes que dicen regirse por el principio democrático. No hemos resuelto el tema central: nuestra propia calidad como ciudadanos. La damos por sagrada. Pero es mentira y somos bastante más cutrillos de lo que creemos.

    Buenos días.

  20. ekivocado dice:

    Kantor, ¿desde cuando los imperios se forjan sobre la comprensión de los mecanismos sociales y no sobre la superioridad técnico-militar y el control económico? El análisis apuntado de la sociedad española es interesante, pero la excusa que se ha buscado para sacarlo a relucir es ridícula

  21. J.E dice:

    @ekivocado
    Aunque es un tema que da (como poco) para una carrera académica entera, las hegemonías, que es un concepto algo más sutil que imperio, si necesitan una comprensión de los sistemas sociales.

    Planteemoslo así: En la teoría, si TODOS los países de la esfera occidental cortaran las relaciones económicas y declararan la guerra a EE. UU. (o a la hegemonía de turno), Estados Unidos perdería.

    Y si esto suena es un planteamiento puramente de ciencia-ficción, es porque EE. UU. (y las hegemonías e imperios que han durado más de una generación) ha tejido una maraña de intereses políticos y económicos que posibilita poder controlar la situación. Osea, la perdida total y repentina del control se hace inviable porque o tienen mucho que perder, o prefieren a EE. UU. antes que a otro aliado.

    Semejante maraña de intereses no se hacen por casualidad: Requiere la compresión de las situaciones sociales de cada región, y la inteligencia para aprovecharse de las circunstancias. Debes comprender a lo que aspira una sociedad, y que puedes darle para obtener su lealtad.

    Esa es la verdadera base de la hegemonía, y del control económico. La capacidad bélica solo es una manera de solventar crisis puntuales o aprovecharse de las oportunidades que se crean.

  22. ekivocado dice:

    @J.E., en los juegos de poder hay aspectos del resto de jugadores que son relevantes para tu estrategia y otros que sencillamente no lo son, y además serán aspectos distintos para cada uno de ellos y en el tiempo. En suma, lo que una potencia hegemónica necesita saber sobre un determinado país para mantener o incrementar su influencia sobre él depende de muchísimas cosas y lo de que «debes concocer las aspiraciones de esa sociedad» es, como mínimo, una conclusión bastante hueca. Sin ir más lejos, ¿cuál es «la aspiración» de la sociedad española? ¿Salud, dinero y amor? ¿Volver a ganar el mundial de fumbo?

    Tomando el ejemplo de partida, los criterios para elegir a los políticos en España apenas han cambiado en los últimos 20 ó 30 años, durante todo ese tiempo los garrulos de Ohio parece que no se han enterado de como funcionamos y sin embargo la relación de España con ellos ha sido esencialmente la que a ellos les interesa… Que los del chicle y el banjo no llevan siendo los matones del pueblo dos días, caramba. ¿No ves ninguna contradicción entre lo postulados supuestamente universales que planteáis y los hechos?

    Sobre el tema militar… en fin, aparte de lo absurdo del ejemplo que tú también te has buscado (¿los yankees perderían una guerra EE.UU-Occidente? ¿y quién ganaría? ¿las cucarachas, resistentes a la radiación?), tan sólo dejar claro que la importancia de la superioridad militar hoy en día no está en garantizar que vas a ganar «crisis puntuales», sino justamente en la capacidad disuasoria que reduce los conflictos armados a eso, a casos puntuales que sólo se desatan cuando y donde a ti te interesa, siempre lejos de tu propio territorio.

  23. […] considerablemente. Una tendencia que es global. De ello han hablado bastante nuestros amigos de Politikon, que ahora se han embarcado en una campaña por el contrato […]

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