Hace unas semanas se difundió mucho este artículo de El País que ya tenía un año. En él se habla de los españoles jóvenes y cualificados que están emigrando por la falta de oportunidades en nuestro país. Hace unos minutos, me decían por Twitter algo que ya había oído alguna otra vez, esta vez referido solo a la Comunitat Valenciana: que si alguien puede arreglar la situación desde dentro, somos nosotros. Y es cierto. Un país, una ciudad, una región necesita de gente joven y preparada para poder crecer, tanto cuantitativa como cualitativamente. ¿Por qué, entonces, se van tantos? ¿Por qué (lo siento, no hay cifras oficiales que conozca) en torno al 80% de mis amigos valencianos jóvenes y con una mínima preparación o talento (biólogos, economistas, cocineros, fotógrafos, ingenieros) se han ido ya? ¿Acaso no amamos nuestra tierra? ¿Nos da igual lo que con ella suceda?

No exactamente. Creo que puede ser útil comenzar pensándolo en términos del dilema del prisionero. Vale la pena recordarlo una vez más. Cito a Wikipedia:

La policía arresta a dos sospechosos. No hay pruebas suficientes para condenarlos y, tras haberlos separado, los visita a cada uno y les ofrece el mismo trato. Si uno confiesa y su cómplice no, el cómplice será condenado a la pena total, diez años, y el primero será liberado. Si uno calla y el cómplice confiesa, el primero recibirá esa pena y será el cómplice quien salga libre. Si ambos confiesan, ambos serán condenados a seis años. Si ambos lo niegan, todo lo que podrán hacer será encerrarlos durante seis meses por un cargo menor.

Vamos a suponer que ambos prisioneros son completamente egoístas y su única meta es reducir su propia estancia en la cárcel. Como prisioneros tienen dos opciones: cooperar con su cómplice y permanecer callado, o traicionar a su cómplice y confesar. El resultado de cada elección depende de la elección del cómplice. Por desgracia, uno no conoce qué ha elegido hacer el otro. Incluso si pudiesen hablar entre sí, no podrían estar seguros de confiar mutuamente.

Si uno espera que el cómplice escoja cooperar con él y permanecer en silencio, la opción óptima para el primero sería confesar, lo que significaría que sería liberado inmediatamente, mientras el cómplice tendrá que cumplir una condena de 10 años. Si espera que su cómplice decida confesar, la mejor opción es confesar también, ya que al menos no recibirá la condena completa de 10 años, y sólo tendrá que esperar 6, al igual que el cómplice. Y, sin embargo, si ambos decidiesen cooperar y permanecer en silencio, ambos serían liberados en sólo 6 meses.

Confesar es una estrategia dominante para ambos jugadores. Sea cual sea la elección del otro jugador, pueden reducir siempre su sentencia confesando. Por desgracia para los prisioneros, esto conduce a un resultado regular, en el que ambos confiesan y ambos reciben largas condenas. Aquí se encuentra el punto clave del dilema. El resultado de las interacciones individuales produce un resultado que no es óptimo; existe una situación tal que la utilidad de uno de los detenidos podría mejorar (incluso la de ambos) sin que esto implique un empeoramiento para el resto.

Si se razona desde la perspectiva del interés óptimo del grupo (de los dos prisioneros), el resultado correcto sería que ambos cooperasen, ya que esto reduciría el tiempo total de condena del grupo a un total de un año. Cualquier otra decisión sería peor para ambos si se consideran conjuntamente. A pesar de ello, si siguen sus propios intereses egoístas, cada uno de los dos prisioneros recibirá una sentencia dura.

¿Qué tiene esto que ver con el problema al que nos enfrentamos? Imaginemos que en vez de dos sospechosos tenemos miles de jóvenes que han de enfrentarse a la decisión de si emigrar o no. Emigrar les permite desarrollar su carrera profesional, pero hay una penalización porque no les gusta separarse de la familia, los amigos, el clima, la comida, etcétera. Si todos nos quedásemos, lo más probable es que en poco tiempo, cuando volviese la fase alta del ciclo económico, pudiésemos desarrollar nuestras carreras profesionales y tener además todos los extras. Pero para que eso fuese así tendríamos que quedarnos todos, o una gran mayoría. Si no, no hay con quién crear empresas o intercambiar saber en la universidad, o trabajar en el sector público. ¿Cómo puedo coordinar con toda mi generación un acuerdo en virtud del cual nos quedamos, aguantamos el chaparrón y luego prosperamos juntos? Como es obvio, no puedo. La paradoja es que cuanto más ve el joven a su alrededor que la gente se está yendo, más prisa le entrará por irse porque menos confianza tendrá en que tal coordinación suceda. Simplemente, se quedará sin incentivos para pensar que la situación tiene solución. O sin incentivos para salir por la noche a tomar una copa, lo que viene a ser lo mismo, dado el caso.

Además, hay un factor añadido: ¿por qué he de esperar? ¿Qué garantías tengo de que aunque me quede todo vaya a ir bien en cinco años? ¿Qué valor (utilidad) asigno yo a esperar cinco años aquí multiplicado por, digamos, una probabilidad del 70% de que vaya bien, pero un 30% de que no? Cómo ese 20% acaba pareciéndonos mayor a partir del análisis a largo plazo con incertidumbre es lo que se llama time discounting (comprad este libro cuya recomendación siempre agradeceré a Cives): la capacidad de una situación futura de afectar a nuestra decisión presente de planificar mirando hacia entonces está afectada por el tiempo que queda hasta que eso llegue y la probabilidad que asignamos. A más incertidumbre tengamos sobre ambos, menos contemplaremos tal opción.

Así que podemos decidir que «de momento nos vamos». El «de momento» es importante, porque creo que la mayoría de los jóvenes que se están yendo se lo plantean así (insisto, es una mera intuición porque lamentablemente no tengo investigaciones al respecto). El problema es que quienes se van dejan pocas ataduras atrás. A diferencia de lo que pasaba con los emigrantes españoles de los años sesenta, que más comúnmente se movían hacia países para desarrollar trabajos de temporada o poco cualificados y dejaban a sus familias atrás para volver, ahora estamos hablando de personas sin familia nuclear establecida (es decir, no casados y sin hijos) que buscan empleo cualificado y tienen la capacidad para aprender el idioma de destino, así como de adaptación cultural. Además, las mejoras y abaratamientos en transporte aéreo y la existencia de internet hace que las distancias percibidas con respecto al hogar y al núcleo de amigos sean sustancialmente menores. Por último, un pasaporte español hoy vale mucho más que hace
cuarenta años, especialmente dentro del Espacio Schengen.

A este análisis, que se basa en la premisa de que los individuos (los jóvenes) actúan como seres racionales (de racionalidad limitada en el caso concreto del time discounting) se pueden añadir otros muchos factores, como el empeoramiento perceptivo de la idea de quedarse en España o el atractivo cultural y «experiencial» de viajar y vivir en el extranjero, que constituye de hecho una institución (o moda) dentro de los jóvenes formados de hoy en día (vivir fuera mola).

En conclusión, no es que quienes se van no amen su tierra. Es que para poder prosperar en ella necesitan una garantía de coordinación que no se puede conseguir, y que por eso mismo es cada vez más imposible, conforme cada uno va saliendo. Además, el objetivo final se antoja lejano y difuso. Y por último, las barreras para poder salir son cada vez menores. Es por todo ello que el dilema para los jóvenes preparados tiene una respuesta cada vez más sencilla, y no es la que más conviene a nuestro país.


19 comentarios

  1. Josei dice:

    No hablas en ningún momento de las barreras de entrada: de la legislación laboral pésima, de una administración pública caduca que exige ingentes cantidades de papeles y listas de espera, y de todas estas cosas que desde politikon os habeis estado quejando día sí, día también.

    El primero que debe arreglar el país es el gobierno, por más jóvenes que haya en él.

  2. RothHandle dice:

    Hola Jorge,
    Aquí hay algunos datos, aunque como verás el autor del post no respalda tus suposiciones.
    http://blog.elreydelabaraja.com/2012/01/cientos-de-miles-de-jovenes-espanoles.html

  3. Pescador dice:

    Hay otras barreras de entrada y no son ni la legislación ni el papeleo ni la Administración. Salvo en sectores emergentes basicamente es este:
    El principio de merito y capacidad son los padres. Ni para entrar en la Administración, ni para conseguir financión ni para conseguir contratos.
    Y a la gente le mola que sea así.

  4. carlos dice:

    Joer, entre Zhurrer en el hilo de Megaupload y RothHandle en este te están dando un par de lecciones sobre rigor y consultar los datos antes de hablar.

    Resulta que haces un post sobre el exilio pero no hay exilio por ninguna parte cuando uno mira los datos.

    Y, además añadiría yo que no he entendido tu argumento en caso de que lo hubiera. ¿Por qué es mejor para uno que se queden todos los demás jóvenes? Cuando llegue la fase expansiva, por muy expansiva que sea yo seguiré prefiriendo la mínima competencia por puestos de trabajo y el mínimo tirón a la baja de los salarios o de precios como la vivienda.

    Cualquier joven que tenga la intención de quedarse en España debería concluir que mejor que se marchen todos los demás.

    Así que la cosa esa de que quiero que se queden para que compartamos saber en la universidad te ha quedado increíblemente perrofláutico.

  5. carlos dice:

    [*Uepa, corrijo; al hablar de precios en general o los de la vivienda lo que uno quiere es el mínimo tirón al alza. Vamos, que uno prefiere poca competencia para que me paguen más y poca demanda para que bajen los precios.]

  6. @Josei, dices:

    «No hablas en ningún momento de las barreras de entrada: de la legislación laboral pésima, de una administración pública caduca que exige ingentes cantidades de papeles y listas de espera, y de todas estas cosas que desde politikon os habeis estado quejando día sí, día también.»

    Pues claro que no. Es que no es el objetivo de este artículo el entrar en las causas últimas por las cuales España va mal. Creo que eso está bastante claro y más que discutido (como tú mismo apuntas, por nosotros mismos). El objetivo es ilustrar cuál es el mecanismo que lleva a los que se van, a efectivamente elegir irse en lugar de quedarse y arreglarlo. Por lo demás, «el gobierno somos todos», y más cuando hablamos de clase formada. Cuando hablo de «quedarse y arreglarlo», también hablo de meterse en política.

    @RothHandle, gracias, ya conocía esos datos (no el artículo). Cuando digo que «no hay datos» quizás debería explicarme mejor. Los jóvenes que se van no aparecen en el PERE en el CERA… aún. Los registros no son tan rápidos como la movilidad, menos aún dentro de Europa. Démosles un par de añitos o cinco, y veremos cómo de grande y divertido es el fenómeno. O eso, o que alguien haga una encuesta. De momento, voy a preguntar a un par de colegas que investigan en temas demográficos a ver si consigo datos.

    @carlos, dices:

    «Y, además añadiría yo que no he entendido tu argumento en caso de que lo hubiera. ¿Por qué es mejor para uno que se queden todos los demás jóvenes? Cuando llegue la fase expansiva, por muy expansiva que sea yo seguiré prefiriendo la mínima competencia por puestos de trabajo y el mínimo tirón a la baja de los salarios o de precios como la vivienda.

    Cualquier joven que tenga la intención de quedarse en España debería concluir que mejor que se marchen todos los demás.

    Así que la cosa esa de que quiero que se queden para que compartamos saber en la universidad te ha quedado increíblemente perrofláutico.»

    Sí, vamos, te encantará vivir en un país en el que la masa laboral no puede asegurar tu pensión de tipo cualificado. O en el que aquellos que tenían que diseñar y ofrecerte buenos servicios están viviendo fuera. O mejor aún, en el que la universidad es tan sumamente mediocre porque, efectivamente, nadie se quedó para compartir su saber (ni para competir con él). Tu último punto es especialmente gracioso, porque eso ya sucede, y no tiene nada de perrofláutico: si tu sistema universitario es una mierda porque se basa en un esquema endogámico en el que precisamente el problema es que no hay competencia, lo que pasa es que se te quedan los mediocres.

    Por lo demás, so far, la experiencia en España nos dice que con mucho trabajador poco cualificado y en fase expansiva del ciclo, la vivienda no va precisamente para abajo o, como añades en tu último comentario, ligeramente para arriba, sino que creamos alegres burbujas. Espero que disfrutes de todo ello 😉

  7. Pablo dice:

    Josei,

    Que la Administración Pública española exija una cantidad ingente de papeles, cuando es una de las primeras a nivel mundial en implantación de Administración electrónica, es algo, como mínimo, discutible.

    Lo de las listas de espera, me temo, está más relacionado con la cantidad de renta que los ciudadanos (incluidos usted y yo) preferimos asignar a la compra de automóviles, viviendas o viajes al extranjero en lugar de a pagar impuestos para mantener unos servicios públicos de calidad, que a una supuesta maldad o incompetencia proverbial y nunca demostrada de las Administraciones españolas y sus funcionarios.

    Pero aún admitiendo que todo es susceptible de mejorar, y en esto se incluye también a las Administraciones españolas, de ahí a concluir que esto causa la emigración de los jóvenes al extranjero, oiga, hay un enorme trecho.

    Yo, al menos, no he visto a ningún veinteañero obligado a emigrar a Nigeria o Somalia porque en el INEM le piden el DNI y un Certificado de Empresa («cantidades ingentes de papeles») para cobrar el paro.

    Una cosa es que usted tenga sus traumas y obsesiones y aproveche la mínima ocasión para arrimar el ascua a su sardina y otra que nos tome por idiotas.

  8. Gulliver dice:

    Empezamos mal si le llamamos exilio. El problema aquí es el contrario, que hay poca movilidad geográfica. A la gente le cuesta salir de su pueblo, y no te digo nada de su país, cuando en una verdadera Unión Europea tendríamos que cambiar de trabajo y de país como quien se cambia de calzoncillos. Compáralo con la movilidad en EEUU y piensa si eso constituye una ventaja o un inconveniente para EEUU en conjunto.

    Dejando de lado la ventaja personal, no son desdeñables los beneficios para el común. Lamentablemente tenemos un exceso de parados y una falta de puestos de trabajo. ¿Qué es mejor para la Comunidad Valenciana, o para cualquier otra? ¿Tener a un regimiento de jóvenes durante años haciendo bulto en las filas del paro o que vayan a trabajar allí donde mejor saquen partido de su formación?

    Si todo el mundo se queda durante las vacas flacas habrá muchos jóvenes en el paro, sin adquirir experiencia laboral de ningún tipo, sin aportar nada y haciendo gasto de recursos del estado del bienestar (prestaciones de desempleo, políticas activas de empleo, sanidad,…), y cuando llegen las vacas gordas (bendita ilusión), tal vez dentro de muchos años, en el mejor de los casos empezarán su carrera laboral desde cero y en el peor serán carne del desempleo de larga duración.

    En cambio, si la gente está dispuesta a irse allí donde más partido pueda sacar a su formación y su capacidad, los que se marchen estarán adquiriendo durante las vacas flacas experiencia laboral, experiencia internacional, aprendiendo idiomas, abriendo su mente. Si al llegar las vacas gordas solo el 50% vuelve a su país, aún y todo serán un aporte mucho más valioso para la productividad en su tierra que los que se quedaron.

  9. Josei dice:

    Pablo, te has cubierto de gloria con tanta mezcla de churros con merinas. Y encima mintiendo.

    Ahora mismo en varias CC.AA. hay impuestos a nivel sueco, pero con servicios a nivel de Senegal. La Sanidad Pública es decente si no se miran las listas de espera. La Educación es desastrosa, con una educación primaria mal financiada, una secundaria que es el sparring de los partidos políticos y una universidad que merecería ser destruida para siempre. Unas infraestructuras de transporte de mercancías y de personas deficientes para ser de la UE

    Y en cuanto papeleo, me refiero, claro, a abrir nuevas empresas para crear puestos de trabajo para esos jóvenes que se van. Que es algo que aquí se ha hablado muchisimo como problema endémico del país. Para abrir una empresa en España, por ejemplo,te requieren 10 trámites burocráticos, mientras que la media de la OCDE es de 4.

    T ahora, sigue mareando la perdiz con tus tonterías que no tienen nada que ver ni con lo que comentas, solo para defender a ultranza tu tan cacareada Administración Pública.

  10. Amalric dice:

    Pues yo estoy de acuerdo con Jorge, pero no solo a nivel europeo sino a nivel nacional.

    Tengo la sensacion (en mi entorno) de que hay tres niveles, el que se queda en su entorno mas cercano, el que emigra a los nucleos españoles fuertes (MAD y BCN) y el que emigra al extranjero.
    La cualificacion y calidad profesional es creciente en cada grupo en general. Con lo que se esta quedando aqui el que no tiene nivel (o no quiere) para competir a nivel internacional por empleos cualificados Y lo sabe.

    Estamos perdiendo las elites futuras de españa, que, al no tener un anclaje fuerte NO volveran. Los que nos quedamos habremos perdido mucho como sociedad (aunque a nivel individual podamos salir ganadores)

    Os pongo un ejemplo, que posibilidades tienes Roger de volver a españa???

  11. Maga dice:

    @RothHandle: esos datos, por muy oficiales que sean, tampoco se corresponden perfectamente con la realidad. Hay muchos, muchísimos españoles residentes en el extranjero que no se han declarado como tales en España. Oficialmente, siguen viviendo allí (yo conozco gente que no se empadronó en el país de residencia hasta que se casó, y eso sólo porque les facilitaba los trámites…). Creo que hay muchos más españoles viviendo fuera que lo que esos datos reflejan.

    @Jorge: tampoco el problema es sólo que «si se quedan los demás, entre todos arreglamos esto». Los motivos para marcharse dependen mucho de la persona. Hay quien se va porque el trabajo que hay aquí no es adecuado al nivel de estudios/conocimiento que tenga (sí, ya sé que hay mucho universitario que no sabe cómo acabó en la uni o por dónde le da el aire, y que sólo quiere un curro da-igual-de-qué para ir tirando, pero hablo de gente consciente de por qué fue a la universidad y qué esperaba con ello). Y creo que esto no es exactamente una situación nueva en España, es así desde antes de que hubiera crisis. Las becas de doctorado son de risa (por no llorar) desde hace mucho tiempo, la inversión en investigación es lamentable, y esto tampoco es algo nuevo. Reducirlo a un problema de «solidaridad» me parece simplificarlo mucho

  12. Pablo dice:

    Josei,

    Sí, los servicios públicos españoles están al nivel de Senegal. Y los impuestos, al de Suecia.

    Igualitos, vamos.

  13. interrogante dice:

    Para alguien cualificado es mejor que se vaya la competencia cualificada que tiene y que le tira su sueldo por los suelos.

    Cuando haya curro y las empresas tengan dificultades para encontrar gente cualificada, que suban salarios y por arte de magia saldrán curritos de debajo de las piedras (nuevas generaciones y emigrantes, y emigrados regresando).

    Y cuando nos jubilemos nos vamos a ver abandonados y en la miseria por falta de juventud… probablemente en toda Europa, por el envejecimiento de la población. Pasarse 20 años en paro no va a mitigar este problema.

  14. Frost dice:

    Aunque en el anterior artículo sobre Megaupload critiqué a Jorge, esta vez voy a romper una lanza en su favor.
    Tal como dice Amalric en #10, yo también aprecio esos tres niveles. Y lamentablemente, quienes se quedan en el primero son los que cuentan con menos posibilidades de marcharse (fundamentalmente, porque nuestro maravilloso sistema educativo les obliga a estudiar en academias privadas o por su cuenta para poder dominar un idioma extranjero y largarse).

    Yo creo que sí existe ese exilio. Quizá no se note tanto en Madrid, o Barcelona, pero en regiones más periféricas (hablo en especial de mi comunidad, Galicia), la tendencia es salvaje. De los ciento y pico de mi promoción de la Universidad (por hacer una muestra estadística), puedo contar con los dedos de una mano los que tienen trabajo en Galicia. Aproximadamente el 90% se han marchado ya, y del 10% restante, solo una persona, que aprobó una oposición, tiene intención de quedarse.

    Ahora es cuando digo que he estudiado Derecho, que es de las carreras con menos movilidad geográfica, y es para echarse a llorar.

    No voy a entrar en el debate sobre la administración pública (de la que podría hablar mucho, por trabajar en ella), pero diré que aunque es cierto que se está implantando la Administración electrónica, dista mucho de funcionar apenas decentemente. Tenemos problemas a diario con ella. Y de todas formas, el modelo hiperburocratizado de la misma sigue en vigor, aunque se reemplacen los papeles por PDFs y los cuños de tinta por firmas electrónicas.
    Decir que es propio de Senegal es exagerar, pero dista mucho de tener una calidad propia de un país avanzado.

  15. Pablo dice:

    Pues sí, tenemos una Administración electrónica a nivel de Somalia, como bien queda reflejado en este artículo sacado de la web de Computerworld:

    http://www.idg.es/computerworld/La-administracion-electronica-espanola:-un-referen/seccion-actualidad/noticia-106578

    Por eso Inditex, Santander, Iberdrola y El Corte Inglés se están planteando trasladar sus negocios, precisamente, al Cuerno de África, donde, además, no tendrán que pagar esos molestos impuestos al nivel de Suecia (el tercer mundo, vamos) que tanto perjudican a los empresarios ya que no sirven para nada útil.

    La seguridad jurídica, infraestructuras, comunicaciones, suministros, sanidad, seguridad social, etc. pues la garantizamos a punta de pistola y santas pascuas. Así seguro que la gente se queda en España. No hay más que ver la dirección de los flujos migratorios para comprender esto.

  16. carlos dice:

    @Jorge

    Estamos hablando de jóvenes y de repente me dices que si se van unos jóvenes los otros no tienen garantizada su pensión. Eso no es así, por lo menos mientras el sistema sea el mismo que ahora. A alguien de 30 años se la sopla el número de jóvenes que haya ahora para saber si tendra pensión en el futuro. Debería preocuparle el número de jóvenes que haya dentro de 40 años. Y puede que para entonces España vuelva a ser receptora de emigración.

    Sobre los otros puntos. Los que diseñen y ofrezcan buenos servicios pueden ser también los que no son jóvenes. Anda que no habrá empresarios de más de 40 que, además; tienen el patrimonio que les permite un mejor acceso al crédito.

    Si yo tengo 30 años me interesa que haya en este país el mínimo de gente que compita directamente conmigo por el acceso al mercado laboral o a la vivienda. Y esos son los de más o menos mi edad. Los mayores me darán el trabajo y ellos ya tienen vivienda.

    Y en la Universidad, creo que más bien lo que hemos vivido hasta ahora ha sido una masificación en la universidad. Vaya, que si yo lo que quiero es recibir una educación de mejor calidad, aunque ahora estemos hablando de gente bastante más joven que 30 (y más bien, si de verdad la gente se exilia, lo hace una vez ha estudiado así que esos están en este país de cualquier forma, no digo que no), mejor que seamos pocos para que el ratio de inversión por alumno sea más alto.

  17. carlos dice:

    Vamos, pero lo tienes tan sencillo como preguntarle a la gente que conoces que se ha ido si sabiendo que se quedan todos los demás, se hubieran quedado.

    Me juego lo que quieras a que eso se la sopla. El mecanismo es: bajos salarios, alto precio vivienda >> me voy. Y precisamente los salarios los tira a la baja la abundancia de trabajadores (sobretitulación para la escasa demanda en España) y los precios los lleva al alza (a parte de la abundancia de crédito) también la abundancia de demanda. Resumen, si yo quiero que suban los salarios y baje lo vivienda lo mejor es que se marchen todos los que buscan trabajo (y que se queden los que lo ofrecen, que se puede pensar que son gente con más edad por el patrimonio y acceso a financiación, ya digo) y que se marchen todos los que buscan vivienda (de nuevo, mejor que se vayan los jóvenes y se queden los mayores que ya la tienen).

    No sé si me he repetido o realmente he conseguido resumir algo. El caso es que yo sigo sin ver el mecanismo que planteas.

  18. carlos dice:

    Y por último, vaya; la burbuja en la vivienda precisamente se hinchó porque no paraba de llegar gente y además cada vez más gente tenía acceso al crédito. Si le das la vuelta a la ecuación le darás la vuelta al resultado y eso es lo que le interesa a cualquier joven sin vivienda. Así que la propia burbuja creo que apoya lo que digo.

  19. Shine dice:

    @Frost, me debes una lanza. 😀

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