Antropología & Política & Sociología

El hombre antiguo y el sujeto moderno

12 Ene, 2012 - - @jorgesmiguel

Repasando el libro de Francis Oakley, encuentro una cita que resume y amplía algunas cuestiones que apunté aquí:

To adopt such a stance is, of course, to challenge the (by now) common set of claims to the effect that «Homer’s man experiences himself as a plurality, rather than a unity, with an indistinct boundary», reflecting, it may be, the survival in the Homeric psychology of an archaic pattern of thought to which a clearly differentiated concept of individual identity was foreign, one that saw, in effect, no strongly defined boundaries between the self and the collectivity to which it belonged. To adopt such a stance is to brush to one side related but broader claims to the effect that the later world of the Greek polis was still something of a shame culture, one that predicated norms of behavior embedded in the existing mores of society. A culture, in effect, that lacked a sense of what Charles Taylor has called «reflexive inwardness» and of the notion of the individual will that is presuposed by the modern emphasis in the judgment of action on inward intention and moral responsibility. (…)

Few today, I suspect, would wish to deny that the average inhabitant of the Greek polis was conceived (and, like his archaic forebears, somehow intuited himself) less as an individual possessed of a personal history unique to him and standing ultimately alone than as an integral part of the society to which it belonged, deriving therefrom his identity and whatever value he possessed. So far as participation in public life was concerned, and if we take as an illustration Athens, about which we are comparatively well informed, even the members of the small and exclusively male minority that enjoyed the privilege of citizenship did not do so by virtue of their status as individuals. The political society to which they belonged was constituted not by a body or community of individual citizens but by a collection of genes and phratries, groupings based on blood or tribal relationships, whether real or fictitious -or, from the time (507 BCE) of the reforms of Kleisthenes onward, composed of territorial groupings
known as demes. Those who enjoyed the privilege of citizenship, then, did so not by virtue of any individual status but because of their membership in a demos to which their ancestors had belonged and which was possessed, like the earlier gene or phratries, of its own ancestor or hero cult and of the priesthood that went with it.


19 comentarios

  1. Epicureo dice:

    Muchos antropólogos han hecho el ridículo al confundir cómo una sociedad es realmente y cómo se representa a sí misma.

    Los privilegios heredados no han pasado a la historia: ahora mismo, lo que uno hereda en dinero, educación y relaciones (en la mayoría de los casos) define más su vida política y económica que sus cualidades personales. Y en tiempos de desigualdad creciente y servicios públicos menguantes, esto va en aumento.

    Claro que ahora la movilidad social y la responsabilidad personal son mayores que entonces, pero no tanto como para que esté justificada la visión individualista del liberalismo más craso.

  2. Jorge San Miguel dice:

    En ninguna parte dice Oakley, ni yo, que los vínculos grupales, el nacimiento, etc, se hayan abolido o no tengan importancia ahora. Eso no es asunto del post ni del libro. Pero toda nuestra cultura política y nuestros presupuestos teóricos sobre la democracia y la participación política se fundamentan en la existencia de un ciudadano individual con capacidad de juicio autónomo.

    De lo que va esto es de señalar que en la Antigüedad, tanto en la teoría como en la práctica, ese individuo autónomo no existe como sujeto político. Y que lo que ahora concebimos como libertad y democracia son cosas muy distintas de lo que significaban entonces.

  3. MuGaR dice:

    La culpa es de los franceses y de la contradicción derechos del hombre/derechos del ciudadano xD

    Uno se hace persona a través de la sociedad (y si la biología/neurología no puede explicar esto peor para ella) y sino eres un salvaje y ahí no existe la política ni los derechos.

    Y, evidentemente, tampoco ahora el sujeto político es el «individuo corporeo».

    Cada día coincido más con los que piensan que el individuo es una abstracción.

  4. Epicureo dice:

    Ya me he dado cuenta de que el libro trata sólo de aspectos teóricos. Lo que quería matizar es que no se vive sólo de aspectos teóricos. En la práctica, ni el individuo era tan insignificante en Atenas ni es tan preeminente en la sociedad actual como se representa.

    En lo que sí estoy de acuerdo es en que la democracia ateniense poco o nada tiene que ver con lo que entendemos hoy por democracia. Si acaso, con la de la Sudáfrica racista.

    Otra gran diferencia (que me parece aún más interesante) es que entonces no existía la ética del trabajo; de hecho, para Aristóteles el tener que trabajar es incompatible con una vida honorable.

  5. Jorge San Miguel dice:

    «En la práctica, ni el individuo era tan insignificante en Atenas…»

    Hombre, Epi, supongo que para zanjar con ese aplomo una cuestión tan compleja te apoyarás en datos o lecturas que igual deberías compartir con nosotros. Pero bueno, de entrada, ¿tan insignificante como qué?

  6. Epicureo dice:

    Tan insignificante como «ese individuo autónomo no existe como sujeto político» (mensaje 3).

    No estoy zanjando ninguna cuestión, Jorge. Al contrario, la estoy «deszanjando», quiero decir que el asunto es más complejo de lo que parece indicar el texto.

    Me parece que gente como Pericles y Sócrates tenía un estatus individual que no dependía exclusivamente de su deme, o como se diga. Claro que para participar en la política había que formar parte de determinados grupos, pero eso es porque era una sociedad cerrada, como tantas otras que ha habido y hay. Y eso no implica necesariamente que la individualidad no tuviera importancia. Por supuesto, no de la misma forma que ahora, tampoco digo eso. Pero desde luego no se puede decir tajantemente que «no existe».

  7. Jorge San Miguel dice:

    Es que, y ahí sí que me permito ser tajante, estamos hablando de teoría política, y en la teoría política premoderna no existe el individuo autónomo como sujeto político por la sencilla razón de que no se concibe su existencia en ningún ámbito de la realidad. Aquí voy a ser foucaultiano o lo que queráis, pero ese sujeto moderno no viene «dado», no es natural, es una construcción histórica que sólo determinadas formas sociales, de propiedad, parentesco, etc, además de ideológicas hacen posible en Occidente a partir de la Edad Media y, sobre todo, la modernidad. Y esa es una de las razones por las que en ocasiones los occidentales nos sorprendemos tanto ante la incapacidad de exportar determinadas formas políticas y determinados valores que a nosotros nos parecen de cajón: presuponen sujetos políticos que en otras partes no existen o no están enteramente conformados.

    Ahora bien, eso no quiere decir que en la Antigüedad no hubiese individuos operando como tales en política; ni que hoy en día el nacimiento, la clase social, la afiliación, etc, no tenga un peso, a veces determinante. Pero estábamos hablando de teoría política, y la nuestra está construida sobre el individuo autónomo como la antigua estaba construida sobre la comunidad, el demos, la gens, etc -o más exactamente, sobre unos individuos determinados inevitablemente por esas afiliaciones.

  8. Epicureo dice:

    Cita (Aristóteles, Política, libro tercero):

    «… es ciudadano el individuo que puede tener en la asamblea pública y en el tribunal voz deliberante, cualquiera que sea, por otra parte, el Estado de que es miembro; y por Estado entiendo positivamente una masa de hombres de este género, que posee todo lo preciso para satisfacer las necesidades de la existencia.»

    Dado que Aristóteles no era ningún revolucionario, sino más bien un reaccionario que abominaba de la democracia, me parece prueba suficiente de que el concepto de «individuo autónomo como sujeto político» era común. En lo que no había acuerdo era en los requisitos necesarios para considerar que alguien era ciudadano, y sobre esto había distintas teorías constitucionales, como las hay ahora. Aristóteles, por ejemplo, excluía a los trabajadores, porque «el aprendizaje de la virtud es incompatible con la vida de artesano y de obrero», pero contempla otras posibilidades aunque no le gusten.

    Luego la idea de ciudadanía desapareció durante bastantes siglos, al menos desde la caída de Roma hasta el siglo XIII.

    La novedad de la sociedad moderna es la idea de que todos los seres humanos de un país son ciudadanos libres e iguales. Esta idea no empezó a circular hasta el siglo XVIII, y en algunos países europeos (como España) no acabó de imponerse hasta el último cuarto del siglo XX. Así que, efectivamente, no podemos esperar que los países de cultura no occidental la adopten de la noche a la mañana. Lo extraordinario es que algunos sí han conseguido adoptarla, o adaptarla, con cierto éxito.

  9. Jorge San Miguel dice:

    «me parece prueba suficiente de que el concepto de “individuo autónomo como sujeto político” era común.»

    No. Sigues confundiendo los términos. El ciudadano puede ser la base funcional del proceso, porque para votar o deliberar de otra manera haría falta telepatía o que las fratrías estuviesen compuestas de clones o siameses. Pero de nada de lo que dice Aristóteles se sigue que dichos ciudadanos se consideren sujetos autónomos en su juicio moral y político, que es de lo que estamos hablando.

    Si coges libros actuales de teoría política, generalmente no perderán el tiempo en explicitar que se dirigien a ciudadanos autónomos moral y políticamente, que el concepto de ciudadanía se extiende a ambos sexos, etc, etc, porque todos los que vivimos en sociedades occidentales después de San Agustín, Hobbes, Kant y Stuart Mill sabemos de lo que está hablando. Platón y Aristóteles no se molestan en explicar lo que todos los atenienses sabían y, probablemente, no podían concebir de otra manera. Para entender eso tenemos que estudiar la estructura de la sociedad, del parentesco, de las constituciones políticas, y a partir de ahí es donde se hace evidente que el concepto de individuo era muy distinto entonces -como lo es hoy, por ejemplo, en muchas poblaciones rurales o subdesarrolladas del mundo; o marginalmente distinto incluso en países desarrollados de Asia.

    Sí, los plebeyos romanos votaban individualmente las leyes en comicios. Pero dichos comicios estaban organizados por tribus que votaban por orden, y cada plebeyo pertenecía no sólo a su tribu, sino a una estructura clientelar más general de patronazgo encabezada por algún patricio o notable. Un sistema así, que a nosotros nos parece anómalo -piensa en cómo empleamos el término «caciquismo»- funcionó durante prácticamente toda la historia de Roma. Si vas a la estructura del parentesco, resulta que en Roma en época clásica había familias agnaticias, o sea, familias extensas encabezadas por un varón donde el parentesco se transmitía únicamente por los varones y estaban incluidos «parientes» sin relación genética real. A partir de Imperio, este modelo de familia empieza a convivir con el modelo cognaticio que es el común hoy; pero, como te puedes imaginar, estas cosas tienen implicaciones desde el punto de vista ideológico y el funcionamiento de la sociedad. La concepción del individuo en una sociedad organizada
    -aunque sea residualmente- en tribus, con parentesco agnaticio y basada para su funcionamiento cotidiano en redes clientelares antes que en burocracias administrativas neutras no puede de ninguna manera ser la misma que tenemos hoy.

  10. Epicureo dice:

    Jorge, si no paras de moverte no hay quien te acierte.

    Cuando te digo que el individuo sí existía en la práctica, me dices que hablamos de teoría política. Cuando te pruebo que sí existía en la teoría política, me dices que lo que hay que estudiar es el parentesco y la estructura social. A ver en qué quedamos.

  11. Epicureo dice:

    Aristóteles no se priva de explicar cosas que todos los atenienses sabían, como por ejemplo que los esclavos, los extranjeros, las mujeres y los hijos son inferiores y en muchos casos propiedades. Por otra parte, toda la Política se basa en que los ciudadanos son (o deben ser) sujetos autónomos moral y políticamente.

  12. Jorge San Miguel dice:

    «Por otra parte, toda la Política se basa en que los ciudadanos son (o deben ser) sujetos autónomos moral y políticamente.»

    No. Precisamente ese era el sentido de la cita y del post. Pero, vamos, que tú a lo tuyo. Y no voy a seguir discutiendo cuando es evidente que no quieres o no puedes entender el objeto de la discusión.

  13. Basilio dice:

    Por cierto, enhorabuena por el post, principalmente por acompañarlo con unos comentarios tan didácticos.

  14. Lamidaeff dice:

    Qué conversación más interesante.

  15. MuGaR dice:

    Yo quiero abundar en que la tesis del post no tiene que aplicarse a los tiempos antiguos y no a los modernos.

    Que los actores y los destinatarios del juego político no son los individuos puede verse de forma clara en muchos aspectos del funcionamiento «real» de la política:

    desde la administración en temas como las subvenciones, en las que se trabaja con ciudadanos agrupados (discriminados) por aspectos económicos (relativos tanto a las rentas como a las propiedades) o de edad o de salud… los sujetos de la acción del Estado no son los individuos sino sus «clases» (a falta de una palabra mejor).

    pasando por los partidos políticos que realizan su campaña de acuerdo a técnicas de marketing (aceptando por tanto que los individuos son clasificables en distintos grupos homogeneos)

    hasta el propio concepto del ciudadano (cada vez más extendido – la reacción del 15m prueba que es así) de que la política la hacen los partidos y da igual (más o menos igual) si lo lidera fulano o mengano…

    Resumiendo, la caída del antiguo régimen supone la incorporación de todos los hombres al juego político, al menos sobre el papel, pero esto no significa que la realidad política deje de estar protagoniza por grupos, los verdaderos protagonistas, porque uno es algo no por si sino por su posición en un determinado partido, organización, empresa…

    Lo demás es ideología justificadora y el formalismo de una ciencia política universitaria contaminada por los jodidos licenciados en derecho y su estrechez de miras.

    Ah, y que la democracia no tiene que ver con un individuo autónomo y consciente porque en ese supuesto no podría haber democracia XD

  16. MuGaR dice:

    Olvidaba comentarl el propio funcionamiento de las cortes, donde el protagonista es el grupo parlamentario, por encima del diputado (aunque este mismo supuestamente representa a X ciudadanos y por tanto vendría a ser una metáfora-miles de personas en una xD)

  17. Jorge San Miguel dice:

    Basilio:

    Gracias, siempre se me olvida Constant… También habría que hablar de Fustel de Coulanges.

    MuGaR:

    «Resumiendo, la caída del antiguo régimen supone la incorporación de todos los hombres al juego político, al menos sobre el papel, pero esto no significa que la realidad política deje de estar protagoniza por grupos, los verdaderos protagonistas, porque uno es algo no por si sino por su posición en un determinado partido, organización, empresa…»

    Tíos, la próxima vez que escriba un post sobre teoría política e historia de las ideas lo advertiré en el encabezamiento en letras fluroscentes de cuerpo 72.

Comments are closed.