Hemeroteca Politikon - De lo posible

Liberalización de horarios comerciales y escala de negocio

15 Dic, 2011 - - @jorgegalindo

Esperanza Aguirre es la primera que se ha lanzado con una de las reformas estructurales que llevan rondando el debate público desde que alguien sacó aquello de que necesitamos un «cambio de modelo productivo» (¿recuerdan? ¡qué tiempos!). Mi postura es «bien, al fin» pero con ciertas reservas. Explicaré el por qué en relación con uno de los dos argumentos más utilizados (por los ciudadanos y por los políticos) contra la liberalización de horarios: que el pequeño comercio parte en desventaja con los grandes. El segundo argumento, el empeoramiento de las condiciones laborales, lo tocará en unos días mi compañero Cives, que al fin y al cabo es el que sabe de mercado laboral, y ya les avanzo que hay razones para pensar que los trabajadores pueden salir perjudicados. Pero de momento nos centraremos en esa hipotética desventaja competitiva. Como quiera que la regulación de la competencia no es mi especialidad, me he lanzado a preguntar por Twitter contra-argumentos para discutir la
reforma de Aguirre, y la respuesta ha sido bastante espectacular (gracias a todos). Así que pueden tomarse esto como un experimento de artículo de opinión hecho a base de crowdsourcing. No será el último.

Según la tesis, una pequeña tienda no podría permitirse abrir un domingo por la tarde o un lunes de madrugada, pero sí una gran superficie, y por tanto se verá perjudicada. Analicémosla operativamente. Un empresario decidirá incurrir o no en un gasto en función de los ingresos que le pueda generar ese incremento marginal de la actividad. Vamos, que el tendero decidirá abrir y pagar el salario del vendedor (o «pagar» sus horas de ocio si él mismo atiende a la clientela), las facturas de la luz y demás costes asociados si lo que puede vender a esas horas o en esos días compensa dicho gasto. El Departamento correspondiente de, digamos, Carrefour, afrontará una decisión muy similar. ¿Por qué Carrefour iba a poder afrontar el gasto, mientras el pequeño tendero no? He lanzado la pregunta por Twitter y he recibido algún feedback interesante: Raúl Hernández  (nota: es consultor de empresa, así que de esto algo sabe) apunta que «las
soluciones organizativas para el 24/7 requieren una dimensión mínima
«. O, dicho de otra forma, «es una cuestión de factor de escala y de coste de recursos humanos por metro cuadrado del negocio«. Otras respuestas van por este mismo camino. La organización es el asunto clave aquí, y ahora voy a usar ahora los comentarios que mi compañero Cives me ha hecho llegar, casi literalmente. Si Carrefour quiere abrir más días, puede contratar a más gente porque su organización interna está diseñada de forma que puedes contratar temporalmente a quién te dé la gana (es despersonalizada, etc). Además entran en juego en cierta medida las economías de escala: para una empresa grande es más factible incurrir en un gasto mayor de personal simplemente porque tiene la base para ello (la «dimensión mínima» de la que hablaba Raúl). Cives me apunta que un comercio familiar, por su lado,
está basado en la confianza y en una relación a largo plazo. Yo añado que su perfil de clientela no es aquel que suele necesitar algo a las cinco de la mañana de un martes. Y, por último, puede no disponer de la capacidad de inversión para asumir el coste fijo de un nuevo empleado que, además, es un riesgo inicial a asumir cuando no se sabe el beneficio real de esta ampliación de horarios: si el pequeño comerciante piensa que no va a ganar más, no hay razones para pensar que se arriesgará a abrir (sirva esto como respuesta a Nacho Escolar). Lo que nos queda, pues es que las grandes superficies se ven más beneficiadas que las pequeñas ante una liberalización de horarios. Es decir: puede considerarse que la medida va a favor de los grandes sin ir en contra de los pequeños.

Por otro lado, detrás de este argumento veo una cierta sacralización de las pequeñas empresas en general y del pequeño comercio en particular. Es bien comprensible que así sea, dado que social y emocionalmente nos sentimos mucho más cercanos a éste. Pero económicamente y salvo amenaza de oligopolio (que no veo en el comercio español por ningún lado), no hay razón para profesar un amor incondicional a las microempresas, salvo que (insisto) garantizan la existencia de competencia y en algunos sectores bastante particulares su presencia es mucho más eficiente (en el sentido de generar utilidad a los consumidores) que la de una gran superficie, particularmente en el comercio de nicho o cuando estamos hablando de núcleos urbanos de baja densidad. Una liberalización de horarios no afecta a la existencia de estas microempresas, garantizadas por la existencia de demanda.

En pocas palabras: si el comercio a gran escala resulta ser eficiente económicamente, no hay razón para que el sector público se dedique a intervenir en él. Si resulta que no lo es para ciertos sectores, el pequeño se mantendrá. En suma total (añadiendo incrementos de consumo y posibles de empleo), la desregulación de horarios beneficia a la sociedad más que la regulación… sin considerar los aspectos laborales de la cuestión que, como digo, son importantes, y tratará Cives próximamente en esta web. De momento, espero críticas feroces a lo aquí expuesto. Estoy abierto a cambiar de opinión.


29 comentarios

  1. Juanma dice:

    Y qué ocurre en otros países? estaría bien conocer datos reales de lo que ocurre en otros países donde la liberación es algo normal, sin entrar en datos de ‘oídas’ y cosas así.

    Mi experiencia personal en este caso es bien escasa, ya que el único caso que conozco con cierta experiencia de uso (más allá de pasar unos días en un sitio determinado) es el de USA (sobretodo en San Francisco, aunque también lo he visto en otras ciudads), donde hay pequeños comercios como para aburrirse.

    Desconozco otras razones sociales o económicas que apoyen su funcionamiento, pero en este caso funcionar funcionan con un horario 100% libre.

  2. alex dice:

    Hmmm… A mi me gustaría vivir al lado de una gran superficie, pero lo más cercano que tengo es un Mercadona y un Corte Inglés a 15 minutos andando, así que las pequeñas tiendas de alimentación que tengo al lado me son muy muy útiles (me ahorran cerca de 30 minutos y cargar con bultos 1 km.).
    Es decir, soy partidario de tomar medidas que defiendan a estos comercios (porque, intuitivamente, me benefician- supongo que hay argumentos en contra, claro).
    Pero también es conveniente para mi poder comprar cosas en domingo o en horarios raros.
    Hablando estrictamente sobre mi conveniencia (en la perspectiva general, me preocupa muchísimo que la liberalización suponga un empeoramiento de las condiciones laborales, con lo que lo cuento como un argumento en contra de ello) entonces, lo que me gustaría es los horarios fuesen más amplios, pero que con ello no se perjudicase al pequeño comercio.
    La economía de escala a mi también me sugiere que al gran comercio le va mejor ampliar sus horarios, y creo que con ello el gran comercio se puede llevar ventas del pequeño comercio.
    Así a bote pronto, yo creo que lo que se tendría que estudiar es liberalizar los horarios en sí, pero no la cantidad de tiempo que se puede abrir un comercio. Hay bastantes pequeños comercios cerca de mi casa, y uno esperaría que con esto, en agregado, podría comprar en más horarios… y creo que no supondría un problema de competencia de pequeños contra grandes (y además, seguramente satisface mis otras preocupaciones).

  3. lopezsanchez dice:

    La verdad es que el tema es complejo de evaluar. Llevo media tarde discutiendo pros y contras en Facebook. Sólo quería añadir unas notas que no he podido hacer vía Twitter (mi prolijidad me lo impide 🙂 ):
    – El pequeño comercio tiene más problemas aparte de los horarios. Los mercados de abasto están cerrando simplemente porque el consumidor ha cambiado. Ya casi no hay amas de casa con tiempo para salir a realizar la compra del día. Esto, que antes era casi un ritual (dejo a los niños en el cole y me doy un paseito por el mercado antes de hacer la comida), se está perdiendo conforme la nueva generación -la mía- se va emancipando. En esta nueva generación, las mujeres trabajan y la compra es realizada por ambos miembros de la pareja y ha perdido el carácter de ritual para convertirse en algo odioso que hay que despachar cuanto antes. Así que se va al supermercado, se carga el carro y listo. Nada de ir a la pollería, a la pescadería, a la frutería… Este problema es anterior a la apertura de horarios y le veo difícil solución.
    – Uno de los aspectos que no suelen mencionarse al hablar de este tema son las implicaciones urbanísticas. La ciudad europea tradicionalmente se configura en torno a barrios donde se hallan mezcladas las áreas comerciales y residenciales. Por el contrario, las norteamericanas (gracias Lloyd Wright, odio este modelo de ciudad) se basan en el suburbio, con el área residencial totalmente separada de la comercial (el mall) y donde el coche es el elemento vertebrador. Personalmente, prefiero el primer modelo porque, además, estoy convencida de que ayuda a hacer las ciudades más seguras y dificulta la aparición de guetos (aunque esto es pura convicción personal que habría que demostrar con datos).
    – Por último, me gustaría hablar de un fenómeno que llevo observando con curiosidad últimamente en Madrid. Desde hace años, durante las noches de los fines de semana (y jueves) un sinfin de chinos pueblan las calles «de marcha»: se dedican a la venta ambulante de comida y bebida de madrugada. Volvías de juerga a las seis de la mañana, completamente hambriento, y les podías comprar un tupper con fideos calientes y una cerveza fría para comer mientras esperabas al primer autobús de la mañana. Una guarrada, sí, porque a saber dónde estaban guardando los fideos, pero a esas horas el hambre aprieta. Pues bien, de un tiempo a esta parte le ha surgido una competencia inesperada a estos chinos hasta el punto de que ha disminuido notablemente su número: pequeños establecimientos de pizza en porciones cuyo horario generalmente coincide con el de los bares de copas. Soluciones imaginativas para encontrar nuevos nichos de negocio. Si alguien pensaba que una solución «nacional» nunca podría hacerle la competencia a una
    de tipo «chino», esto demuestra que se equivoca.

  4. Juanma dice:

    De todas formas, internet ya ha desregularizado los horarios. El pequeño comercio se tendrá que adaptar sí o sí.

  5. lopezsanchez dice:

    Me parece interesantísimo lo que menciona alex:
    «creo que lo que se tendría que estudiar es liberalizar los horarios en sí, pero no la cantidad de tiempo que se puede abrir un comercio. Hay bastantes pequeños comercios cerca de mi casa, y uno esperaría que con esto, en agregado, podría comprar en más horarios…»
    Siempre me ha llamado la atención que en Francia, por ejemplo, las panaderías abren muy temprano (como aquí), pero también cierran muy temprano. Más allá de las 14 es bastante difícil encontrar una abierta. Han concentrado su horario en las horas del desayuno y el almuerzo, cuando su clientela es mayor. Aquí, en cambio, las panaderías con horno tienen horarios leoninos. Abren tempranísimo para hacer el pan pero su horario continúa hasta el final de la tarde. En la época de bonanza, cuando «sólo» teníamos un 10% de paro, había una demanda enorme sin cubrir de panaderos porque los sueldos exiguos unidos a esos horarios y las duras condiciones de trabajar junto a un horno hacían muy poco atractiva esta profesión.

  6. Xavier dice:

    Se puede pensar que los pequeños comercios suponían un sistema de redistribución de la riqueza y creo que es cierto. Pero no se puede ir contra el mercado ni contra los cambios sociales que vienen. Los pequeños comercios se tendrán que adaptar, aunque pocos podrán (agrupándose quizás y adquiriendo esa economía de escala que permite competir con las grandes superficies) de la misma manera que la redistribución de la riqueza en el futuro próximo será menor que la que hemos vivido. Luchar contra estos cambios es como defender Numancia, muy bonito, pero es una batalla perdida y quizás nos guste y sea mejor lo que teníamos, pero no volverá.

  7. Gracias por la mención.

    Lo primero es que es una cuestión de mercado. Si «el mercado» (es decir, la suma de lo que hacemos tú, yo, él, y el de más allá) quisiéramos el pequeño comercio, si valorásemos más lo que nos ofrecen, iríamos allí a comprar. Y si valoramos más la «gran superficie», pues déjennos ir. ¿Que el pequeño comercio tiene menos posibilidades de ofrecer precio? Pues que ofrezca otras cosas.

    Y es que sacralizamos el pequeño comercio como si todo fuesen tiendas superespecializadas, de atención excelente, etc… ¿Esa es la realidad del pequeño comercio? Yo creo que no. Hay de todo, y en ese todo hay mucho comerciante ramplón, que ni compite en precio, ni compite en nada. Y que lógicamente va perdiendo clientes, ya los pierde en «igualdad de condiciones» de horarios. Y que es mejor, para todos (menos para él, claro) que desaparezca.

    Hacía referencia a la «dimensión mínima». Si tienes un negocio que sólo da para 1 sueldo, es imposible abrir 24/7. Tendrás que dormir, librar… Si te da para algo más que 1 sueldo, puedes organizarte (yo hago L-V, tú haces S-D) aunque hay una serie de factores de control/confianza que también requieren una dimensión mínima (¿dejas al recién llegado al cargo en solitario? Necesitas una mínima estructura para el control, etc.). Si te da para 3 sueldos puedes organizarte para, con libranzas rotatorias, mantener ocupado el negocio. Y así.

    La cuestión es que si el pequeño comercio tiene que crecer para poder «permitirse» esas estructuras… pues amigo, que crezca.

    A lo mejor es que el comercio unipersonal/unifamiliar no tiene sentido. Como a lo mejor (y aquí desbarro, pero luego lo hilo todo) la minería o la industria en España no tienen sentido. Tanto a nivel macro como a nivel micro, tenemos un mercado. Y o somos competitivos en ese mercado, o el mercado se encarga de mandarnos a casa. Podemos establecer parches voluntaristas (subvenciones a sectores caducos, barreras comerciales… o limitaciones de horarios), pero al final las cosas acaban cayendo por su propio peso.

    Me espero al post sobre el impacto laboral. Pero hilando con lo anterior… si otros sectores se han tenido que reconvertir, si otros sectores han tenido que pasar de un modelo intensivo en mano de obra a otro diferente… ¿por qué parece que el comercio debiera quedar exento?

  8. admin dice:

    «Se puede pensar que los pequeños comercios suponían un sistema de redistribución de la riqueza y creo que es cierto». La idea es intrigante, pero intuitivamente no veo la justificación. Antes de jugar a especular, Xavier, ¿podrías explicarme por qué afirmas eso? En serio: me interesa.

  9. admin dice:

    (el comentario de arriba es mío, claro: Jorge Galindo).

  10. alter_ego dice:

    Solo espero que lo siguiente a liberalizar sean los horarios de los bancos, que podamos ir a hacer un ingreso a las siete de la tarde sin el menor problema.

  11. Jaime dice:

    Lo que creo que nadie se plantea, y he hecho yo (en mi oscuro pasado de tendero en pequeño comercio unipersonal) es cambiar los horarios. No es estrictamente necesario trabajar más horas (como si se hicieran pocas, de todas formas), sino trabajarlas adecuadas a tu clientela.
    Es decir, si tienes una tienda de corbatas, igual no tiene sentido que abras la tienda todas las mañanas, y sí que lo hagas el fin de semana, cuando tu clientela no está trabajando. A lo mejor es más eficiente abrir y cerrar tarde. Claro, a día de hoy el problema es que el resto de la sociedad no se adecúa y tratas con resistencias que, en principio, no deberías.

    En mi caso (friki tienda de cómics), estaba en un centro comercial (mas bien unas galerías comerciales) cerraba el lunes por la mañana y era la única tienda en el centro que abría el sábado por la tarde. Me gane cierta antipatía con los de seguridad al respecto. Claro, todo el mundo aprovechaba para, en vez de ir al pequeño comercio, irse al centro comercial que abría el sábado por la tarde, y estaba hasta arriba.

    Por lo mismo, a lo mejor las panaderías podrían cerrar a la 1 de la tarde y las tiendas de alcohol no abrir antes de las 5… El caso es que creo que se tiende a abrir unas horas fijas «por decreto» que creo que no tienen mucho sentido, se desperdicia mucho tiempo con la tienda vacía y se esta cerrado cuando a tus clientes les seria mas cómodo comprarte…

  12. alter_ego dice:

    Se me olvidaba: alguien mencionaba los comercios chinos, pero ya no están solos. Fruterías y multitiendas de toda clase regentadas por inmigrantes ya abren, al menos en Madrid, sábados y domingos sin el menor problema. Por otro lado no se como estimulará la economía esta reforma. Por muchas horas que abran los comercios si la clientela no puede permitirse gastar no lo hará, y estando los empresarios deseosos de engordar las cifras de paro con funcionarios despedidos ya me diréis. No creo que el impacto real de una medida como esta se pueda medir teniendo el actual contexto económico.

  13. Xavier dice:

    Hola Jorge,
    No deja de ser una idea basada en razonamiento deductivo sin apoyo científico y aunque la explicación que me pides da casi para una tesis, intentaré resumirla lo más brevemente posible y con la máxima claridad en unas pocas lineas (si quieres ya seguiremos debatiendo más extensamente en otro post):
    El concepto se basa en que los pequeños comercios y las profesiones liberales constituyen la base de la clase media en el sistema actual. Por contra, la mayor parte del beneficio de las grandes superficies (que siguiendo el hilo de tu post serían las grandes beneficiadas de la medida liberalizadora de horarios) se concentra en un menor número de individuos y el resto tienen unas condiciones salariales y laborales peor que en primer escenario. Lo curioso del caso es que la decisión del modelo que tendremos recae sobre el consumidor que a su vez es factor trabajo. Es decir, cuando alguien(individuo-consumidor) va a comprar un domingo y/o sólo se basa en el factor precio está favoreciendo el sistema en el que él mismo (individuo-factor trabajo) es tratado con las condiciones laborales necesarias para poder ofrecer esos servicios a esos precios y horarios, cerrando el círculo.

  14. El Burgués dice:

    En Londres abren cuando les sale del ombligo y nadie se muere. Y no veas qué gustazo poder ir a comprar algo a las 11 y media de la noche al Sainsbury’s porque te has quedado sin leche, o a las tres de la mañana al Tesco porque te aprieta el hambre y tienes la nevera leonina.

    O salir del garito y ver tiendas de nuggets y demás comida basura -y seguramente poco higiénica- abiertas por doquier.

    Si eso no es eficiencia económica, que baje Dios y lo vea.

  15. Jorge dice:

    En realidad, yo creo que el tema no es tanto el de poder estar abierto a las cuatro de la mañana, sino el de abrir los festivos.
    Yo he oído una explicación atribuida a Esperanza Aguirre que va en este sentido. Tú vas a Londres un domingo a las zonas «comerciales-turísticas» y está todo abierto. Tú vas a Barcelona y los grandes centros comerciales están cerrados. ¿Cómo hacen en Madrid? El Corte Inglés de Preciados y alrededores, ¿abre los domingos? Porque yo creo que es la (única) gracia de esta ley.
    En los alrededores de Barcelona sólo hay un centro comercial que abre los domingos. Está en Casteldefells. Está catalogado como zona turística y por eso puede abrir (o algo así, porque más turístico que la Rambla de Barcelona…). Pues los domingos está a reventar.
    Yo vivo en la Costa Brava y los supermercados abren todos los festivos excepto cuatro. Las tiendas también abren y para poder abrir también el 1 de mayo y el 11 de septiembre -lo cual lo había prohibido la Generalitat- el ayuntamiento realizó unas ferias, porque si hay ferias se puede abrir.
    Pero, vamos, en la era internet, no creo que sea cosa de que ni el Carrefour ni el Corte Inglés tengan que estar abiertos a las tres de la mañana. Si tienes un Carrefour cerca, no creo que estés tan lejos de una gasolinera.

  16. Alnair dice:

    Luego hay el efecto llamada. Si tu sabes que un comercio está abierto siempre, es más fácil que te acostumbres a ir a ese que a otro que no tienes claro cuando abre.

    Yo lo he experimentado en las farmacias. Hay farmacias con horarios normales y farmacias 24 horas, (o de 8h a 22h, 365 dias). Como a veces he necesitado comprar algo en una farmacia fuera de horario comercial (al medio día, por ejemplo) ya me he acostumbrado a ir a las farmacias con horario ampliado, porque las conozco y no tengo que preocuparme del horario.

  17. Alberto MdH dice:

    Me parece que se está exagerando el impacto de esta medida (tanto para bien como para mal) El pequeño comercio en Madrid ya tenía liberalizado el horario. Lo mismo pasaba en el centro (Zona Preciados-Sol) para todo el comercio y en multitud de centros comerciales en los que se abría hasta las diez de la noche. Además, ya se permitía la apertura muchos días festivos al año.

    Esta medida simplemente extiende lo que ya había a todo el comercio, pero creo que el impacto será paulatino y mucho menor de lo que se piensa.

    Por poner un ejemplo personal y nada científico: Un Carrefour que conozco empezó hace un tiempo a abrir todos los días hasta las once de la noche (aprovechándose de las excepciones mencionadas) y al poco tiempo, revirtió al horario habitual (cerrar a las diez de la noche) Sencillamente, no le compensó el coste adicional por el escaso aumento de clientela.

  18. Alter_ego, ¿sabemos si los horarios de los bancos están regulados? Si lo están, es absurdo.

  19. Alatriste dice:

    Este tema de las grandes superficies contra las tiendas de barrio sale una y otra vez, (y aunque con frecuencia es por la libertad de horarios, no siempre es así). En ocasiones es IKEA contra las tiendas – y fábricas – de muebles, otras El Corte Inglés contra las tiendas de ropa, otras Carrefour contra las tiendas de comestibles, y en ocasiones es la Casa del Libro o la FNAC contra las pequeñas librerías, pero la canción es siempre la misma, que si hay libertad absoluta los grandes se comerán a los pequeños y que eso supondrá un perjuicio para el consumidor y/o la economía.

    Personalmente mi opinión es que tal vez ocurra (aunque un paseo por las cercanías de un Corte Inglés, por ejemplo, no muestra un desierto comercial sino todo lo contrario, que las tiendas de ropa buscan su cercanía aunque sean la competencia) pero si ocurre será porque el pequeño comercio no sepa aprovechar sus ventajas, que las tiene, empezando por la cercanía geográfica a los consumidores ¿Para qué invertiría nadie media hora como mínimo en ir y volver a un Carrefour si un paseo por el barrio le ofreciera lo mismo? ¿Para qué iba irse nadie a IKEA si comprar muebles en una tienda pequeña no fuera en general una experiencia desagradable?

    Pero en fin, concentrándose en el tema de la libertad de horarios, coincido con comentaristas anteriores en que buena parte del problema es que el comercio esté tan acostumbrado al horario 10:00-14:00 y 17:00-20:00 que otra cosa le parezca inconcebible y lo deje completamente descolocado (uno se pregunta, por ejemplo, cuantos muebles se venden entre las 10 y las 11 de la mañana los lunes… y me apuesto algo a que las ventas de muebles se concentran tanto por las tardes y los sábados que con la calculadora en la mano abrir las mañanas de los días laborables es una pérdida neta)

  20. Frost dice:

    Alguien ha preguntado (un tanto retóricamente) sobre los horarios de los bancos y menos retóricamente sobre los horarios en otros países. Yo puedo hablar de mi experiencia en Alemania. Allí los bancos abren en horario contínuo de ocho de la mañana a ocho de la tarde. Sin embargo, es prácticamente imposible encontrar un comercio abierto un domingo. Los supermercados abren en horario continuo de siete de la mañana a siete de la tarde, con alguna excepción. Y en general, los comercios abren de nueve a siete.

    La trampa es pensar, como siempre, que lo que es válido en otros países es válido en el nuestro. Esa es la reflexión que hay que hacer, en mi opinión.

  21. Stirner dice:

    Dos cuestiones:

    ¿Por qué el debate se centra en cómo afecta al pequeño comercio? ¿Desde cuando lo que nos preocupa son los lobbystas? ¿Si se liberalizan las notarías nos preocuparíamos de como afecta a los notarios o de los beneficios para el conjunto de la sociedad?
    Si la gente prefiere las grandes cadenas irá allí. Si no irá a las pequeñas tiendas. Al comercio debe preocuparle satisfacer las demandas de sus clientes y las normas que dificultan eso no las que lo facilitan. Si alguien no puede o no quiere abrir cuando lo demanda su clientela deberá cerrar y nadie llorará por ello.
    2. Me llama la atención el argumento de que hay unas cuestiones de escala en la mayor facilidad para abrir en festivos de las grandes cadenas. Sin duda existen pero no deben ser insuperables cuando desde hace años todos los chinos de Madrid lo hacen y también cada vez más muchas cadenas tradicionales.

  22. Remo dice:

    Un par de ejemplos que desmontan la teoría de las economías de escala en pequeños comercios las tenemos en las tiendas 24 horas, tal y como su nombre indica 🙂

    Los propietarios no están obviamente en 24/7 y estos establecimientos de unos pocos metros cuadrados cubren el margen horario sin tener a los trabajadores encadenados al mostrador como también se critica por algunas fuentes.

    Igualmente ha pasado con algunas estaciones de servicio y las tiendas y restaurantes anexas. Y finalmente, cada zona geográfica y sus mercados han determinado qué locales son viables y mantienen un esquema 24/7 y cuáles han adaptado sus horarios a los mejores picos comerciales.

    En definitiva, creo que la teoría de la economía de escala cae un poco por su peso si comparamos un centro comercial con un pequeño comercio, sin olvidar también que además de los costes de personal, el resto de costes asociados a una gran superficie tienen un peso específico muy importante.

    Por ejemplo Carrefour se pemite abrir sólo 5 cajas de 40 en las dos primeras horas de apertura los días laborables pero tiene que tener la iluminación del local al 100%. Con esto quiero decir que sin un análisis por centro específico es cuanto menos precipitado agarrarnos a las economías de escala como ventaja competitiva

  23. Pescador dice:

    Las ventajas de las grandes superficies son , basicamente, condiciones de compra y disponibilidad de personal preparado – cajeras, reponedores, promotores…- bien de precio.
    En el tema de horarios la filosofia es más en plan «euro que agarramos, euro que no agarra la competencia», ya que en muchas ocasiones se abre perdiendo dinero ( pero cumpliendo otros objetivos a medio y largo plazo).
    Por lo demás, el pequeño comercio tiene mucho margen de mejora en el tema horarios – soy de los que piensa que es estupido abrir una zapatería a las 10:00-, en el tema de dar a conocer sus precios por cualquier medio – aun quedan comercios que no publicitan sus precios!!- y en el tema de compras .

    Por cierto, a ver cuando os meteis con otros «mercados regulados», como son los «Mercados Centrales», que puede que tuvieran su razón de ser en tiempos de menos asepsia y las empresas de servicios funebres , único negocio del que todos vamos a ser clientes….

  24. Pau dice:

    Hola,

    Habría que tener también en cuenta otras consideraciones que no son únicamente laborales o económicas en términos de beneficios / pérdidas de un comercio u otro en particular.

    Es muy importante el cambio urbanístico y de»forma de vida» que supone primar el comercio de grandes superficies frente al comercio de proximidad y de barrio.

    El aumento de desplazamientos en coche, con lo que eso conlleva de gasto energético y deterioro ambiental o la «necesariedad» de invertir en transporte público para llegar a esas lugares que, de otra manera, sería innecesario, son elementos muy importantes a tener en cuenta.

    Para variar, los economistas os quedáis siempre en los libros de cuentas y no miráis más allá. Con medidas como estas, cada vez nos acercamos más a Los Ángeles, y nos alejamos de lo que «se suponía» que era Europa.

    Un saludo.

  25. Pau, mi formación no es de economista tanto como de sociólogo y politólogo, y se da la circunstancia de que sé bastante de urbanismo. Te prometo un artículo respecto a lo que comentas más adelante, pero no aquí, sino en laciudadviva, donde también colaboro.

  26. Pau dice:

    Perfecto, estaré al tanto…

  27. Batracio Moreno dice:

    No creo que esta medida vaya a suponer un cambio repentino en los hábitos de consumo del común de los mortales madrileños. Hay un montón de comercios que cierran a la hora de comer porque hay muy poca gente que vaya a comprar a esas horas, y los que están abiertos no es que tengan aglomeraciones
    .

  28. Manu Oquendo dice:

    Me han gustado el artículo y los comentarios. Además he aprendido detalles que ignoraba como la progresiva desaparición de los mercados de abastos –supongo que en algunos barrios de Madrid. En las ciudades de provincias siguen en pleno vigor y son espléndidos en toda España.
    Siempre que viajo en coche saco una hora para visitarlos y comprar algo. Para mí los mejores son los de Palencia y Santiago de Compostela sin olvidar las aceras llenas de pimientos de Benavente o el de Burgos o Pamplona o Huesca.
    Donosti, que tenía dos de los mejores, (San Martín y la Brecha) los ha estropeado por una modernización un poco horterilla y fuera de lugar.
    En mi familia siempre hubo tenderos. Ahora hace unos años que ya no tenemos ninguno.

    Es un negocio para llevar en familia. Si lo haces así no tienes problema para competir salvo que es esclavo. Casi igual que tener ganado de leche.
    Lo que no se puede hacer nunca es competir con el grande con sus armas porque entonces cierras seguro.
    Y aquí viene un asunto de actualidad y muy a cuento. Clamamos por la libertad, de horarios y de todo.
    Pero para que esto sea posible hace falta que haya libertad laboral y que los grandes no puedan imponer los convenios provinciales a los pequeños porque entonces les están obligando a competir con armas de los grandes y siempre ganan los mismos.

    No volverá a haber nuevo empleo mientras no se elimine la obligatoriedad de los convenios y el estado no respete la libertad de pacto laboral para pymes.
    Seguirán cerrando y echando gente al paro.

    Nuestra economía está tan oligopolizada que parece soviética (no exagero ni un pelo), por eso el IBEX 35, la Patronal, UGT y CCOO están todos a partir un piñón y el país camino de los 6 millones de parados mientras los cuatro anteriores viven del presupuesto.
    Un asunto muy interesante este del comercio y la distribución.

    Saludos.

  29. […] en los artículos de Cives y Jorge Galindo, sobre el efecto de la medida sobre los trabajadores y sobre el perjuicio (o no) al pequeño comercio, […]

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