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La democracia como escenificación

7 Dic, 2011 - - @jorgesmiguel

Bajo su buen trazo literario, este artículo de Enric González parece una versión sofisticada de las elegías por la «democracia perdida» que tan de moda están últimamente. Obviemos la ironía de que haya empleado a Leo Strauss para armarla, al menos por ahora. Dice Enric:

Los electores europeos, quizá con la excepción parcial de los alemanes, ya no podrán decidir si quieren más o menos impuestos, si quieren revaluar o devaluar su moneda, si prefieren una dosis de inflación (que actúa como impuesto redistributivo) o una dosis de desempleo (que beneficia a las rentas del capital frente a las del trabajo).

Un problema con esta afirmación es que cuesta reconocer cómo han decidido los votantes europeos sobre esas cuestiones hasta ahora, especialmente por lo que se refiere a devaluaciones, inflación o desempleo, si no es de manera enormemente difusa, oblicua, diferida. De modo que una posibilidad es que Enric no se refiera a los regímenes democráticos existentes en la realidad, sobre los que se ha construido el proyecto europeo en los últimos 50 años, sino a una democracia ideal, inexistente -y, a mi juicio, sumamente improbable- donde los ciudadanos deciden directa y efectivamente sobre cuestiones relativamente técnicas de manera informada y consciente. Esto convertiría, como decía, su artículo en la versión culta del democratismo a lo 15M.

También puede ser que lo que en realidad retrate sea una idea de la democracia como escenificación o liturgia de la soberanía, de un poder que no se ejerce ni se puede ejercer pero cuya apariencia se mantiene como ficción necesaria. Que cuando Enric dice que los votantes europeos no podrán decidir, la parte importante no es el «decidir» sino el «poder». Tengo poco que objetar a esta interpretación; de hecho, me parece de lo más razonable, aparte de impecable y apropiadamente straussiana. Pero me pregunto si eso era de verdad lo que quería sugerir.


Sin comentarios

  1. Manuel dice:

    Parece que hemos llegado a una situación imperfecta a través de un sistema imperfecto, posiblemente acorde a nuestra naturaleza. Es posible que cada vez necesitemos decidir menos cosas porque las cosas que hacemos cada vez las tenemos más controladas y para que hubiera cambios importantes harían falta ideas creativas (cosa posible) y a la vez creibles (cosa improbable para un sistema cada vez más cerrado). ¿Hacen falta trescientos bancos si todos funcionan igual y compiten con los mismas técnicas?

  2. Pedro Herrero dice:

    «como una solución frente a las dificultades de la época»

    » ya no podrán decidir»

    » la tiranía suele identificarse con la represión más o menos violenta de la crítica. .. en los próximos años… ese fenómeno se convertirá en una de las características de la gobernanza europea.»

    Sobre el democratismo que apuntas, creo que quería ejemplificar y por eso ha seleccionado diferentes políticas que ahora mismo están muy vinculadas a la política fiscal y monetaria europea (pej IVA, tipo de cambio, déficit, etc), y por tanto, son en gran parte independientes de la elección de política interna que se realice. Creo que más que una crítica al modelo actual, trata de aventurar lo que en el futuro puede devenir en una tiranía.

  3. itxaso dice:

    La democracia reina, pero no gobierna.

  4. Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Bajo su buen trazo literario, este artículo de Enric González parece una versión sofisticada de las elegías por la “democracia perdida” que tan de moda están últimamente. Obviemos la ironía de que haya empleado a L……

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