Con el gesto de hoy, Izquierda Unida prosigue su carrera por echarse al monte y cobrar los réditos del 15M. Se me ocurre que hay dos lecturas de la estrategia de IU, no necesariamente excluyentes entre sí.
Por un lado, siendo optimistas, si el partido recoge una cierta proporción de los elementos antisistema del 15M, podría servir de válvula de escape dentro de las instituciones o vía de reintegración en el sistema. En este caso, IU vendría a ser como la clase de religión: no vale para nada -no desde luego para acercar políticas de izquierdas realistas, mucho menos para «evitar el avance de la derecha»- pero, al menos, mientras están en ella los chavales no andan drogándose por la calle.
Por otro, cabe preguntarse si la apuesta de IU por la radicalización es viable en el medio y largo plazo. Se habla mucho de ese sector de votantes «prestados» de IU al PSOE que periódicamente posibilitan amplias mayorías de izquierdas frente al estable electorado del PP. Pero el votante al que está apelando IU con acciones como la de hoy es también fundamentalmente voluble y difícil de contentar o fidelizar: su Reino no es de este mundo. Su integración en el sistema sólo puede ser condicionada y temporal. Con la ridícula controversia de la semana pasada sobre el teléfono del diputado Garzón hemos tenido un adelanto en versión farsa del tipo de dilemas que va a afrontar la coalición durante la legislatura. Quizás asuntos más serios que la tableta -sí, amigos, es posible que los haya- obliguen a IU a rodar aún más por la pendiente de la demagogia o enfrentarse a la deslegitimación total como portavoz de los indignados. O, por tirar de refranero español, cuando uno se va a la cama con niños, cabe la
posibilidad de que le meen encima.
IU solo ha conseguido capitalizar 700.000 de los 4,3 millones de votos que ha perdido el PSOE. No sé cuál es exactamente el motivo por el que están tan ufanos y se regodean en la autocomplacencia. La lectura debería ser otra: han tocado techo. En el peor escenario posible para su rival directo, el SOE, solo logran 11 escaños. Nos quieren vender que viven instalados en un purismo ideológico casi religioso (yo creo que es, más bien, un claro caso de estasis evolutiva, pero bueno). Que, efectivamente, su reino no es de este mundo. Sin embargo, gestos como el de hoy delatan lo reaccionario de su discurso. Cuando el PSOE se recupere (cosa que ocurrirá) y UPyD les adelante, se llevarán las manos a la cabeza. Pues que lloren, oye.
PS: Por cierto, se dice «endrogándose». 😛
Vota PSOE
Yo no soy tan optimista en cuanto al futuro de IU. De hecho, tener al hooliganismo sociata con la mirada puesta en IU -y en el 15M- en lugar de tenerla puesta en el PP explica más cosas sobre el PSOE que las que pretende explicar sobre IU.
A mi me parece vergonzoso por parte de IU, que se «apropie» del 15M ya que ellos mismos se definen sin color político.. Pero claro, como parece que «la izquierda» tiene derecho de pernada sobre la palabra revolución, no han tardado en subirse al carro.
El problema de España está en una clase política acomodada, donde sólo destacan 4 o 5, pero cientos viven sólo calentando la silla y diciendo «Si, Líder»
¡Hoy en día a cualquier cosa llaman radicalismo! Es un pequeño gesto de disconformidad, hombre de dios, no han incendiado el Congreso.
En uno de tus últimos post se citaba un chiste sobre un mitin de la Sociedad Fabiana (“¿Qué queremos?, ¡un cambio gradual! ¿Cuándo lo queremos?, ¡a su debido tiempo!”). Si H. G. Wells y sus amigos levantaran ahora la cabeza, les volverían a enterrar por antisistemas y extremistas.
[…] una facción de los republicanos que recuerdan a un militante fanático de Izquierda Unida (“su reino no es de este mundo“) en su obsesión por la pureza ideológica y convencimiento que un conservador […]