Trenecitos y cemento variado

Trenes, estaciones y densidades

27 Oct, 2011 - - @egocrata

Connecticut tiene cosas maravillosas, ciertamente, pero en lo que respecta a política de transportes y uso del suelo este estado no hay por dónde cogerlo. Mi última obsesión, y tontería favorita, es la nueva estación de Metro-North en Fairfield, y las peculiares ideas de los responsables de urbanismo sobre cómo aprovecharlas.

Para que os hagáis una idea, Fairfield es uno de los municipios de la Gold Coast de Connecticut, los suburbios cerca de la ciudad de Nueva York. Son pueblos increíblemente ricos, con precios de vivienda increíblemente prohibitivos. Fairfield tiene una renta familiar media por encima de los $100.000 al año (¡de media!), y eso para la región es relativamente modesto. New Canaan, el municipio más rico del estado, anda sobre $231.000, así que imaginar el precio de las casas.

¿Qué puedes hacer si estás construyendo una estación de tren en un municipio como este? En un principio, los terrenos al lado de la estación son increíblemente valiosos. Mucha gente coge el tren cada día para ir a trabajar a Nueva York y Stamford; poder ir andando a la estación cada mañana es algo muy atractivo, así que lo natural sería intentar aprovechar esto construyendo una cantidad significativa de viviendas, oficinas y servicios cerca de la nueva infraestructura. Una línea de ferrocarril puede llevar cantidades gigantescas de gente, y una vía cuadruple electrificada como la línea de Metro North a New Haven aún más. Intentar explotar este recurso tanto como sea posible exige autorizar densidades altas, y dejar que el enorme solar vacio alrededor de la nueva parada sea utilizado intensivamente.

¿Qué han hecho en Fairfield? Un aparcamiento para 1.500 coches al aire libre. Público. Este increíblemente valioso trozo de terreno en la región más cara de la tierra será utilizado durante diez horas al día como lugar de reposo de coches particulares, y estará vacio el resto del día. La idea es reducir, de un modo u otro, la lista de espera de 4.200 personas esperando para conseguir una plaza en el resto de aparcamientos municipales en la otra estación del pueblo. Fairfield cobra $340 al año por uno de estos pases, una miseria, en vista de la enorme demanda. Como comenta Felix Salmon, es un ejemplo de libro de fallo de mercado; las autoridades están ofreciendo un bien a un precio subvencionado, creando escasez artificialmente.

La solución obvia es sencilla, pero muy poco popular: privatizar las zonas de aparcamiento. Fairfield podría sacar una burrada de dinero por esos terrenos; es obvio que la gente quiere coger el tren, y que tener acceso a la estación es algo atractivo. El nuevo propietario de los terrenos puede escoger qué hacer, pero el precio que establecerá será lo suficiente alto como para que no veamos listas de espera.

Esto que vemos en Fairfield, por cierto, no es algo que se limite a Connecticut: en España hay bastantes municipios que comparten esta obsesión. Por Cataluña les dió por llamarles «aparcamientos disuasorios»; permitir que alguien deje el coche a precios ridículos en el terreno más valioso del municipio, para «promocionar» el transporte público. La mejor manera de hacer que la gente coja el tren es dejar que viven cerca de él, como más densamente mejor, y en todo caso dejar que sea el mercado el que regule si alguien quiere construir aparcamientos.

Es curioso, pero la mejor forma de hacer que las infraestructuras públicas de transporte sean utilizadas como Dios manda es asegurando que el mercado está ahí para sacarles provecho. Intentar limitar la densidad, en general, es mala idea.


9 comentarios

  1. Amalric dice:

    Casi todas las administraciones de redes de cercanias o metro en españa han caido en el truco de los aparcamientos disuasorios, en el caso de ADIF hay menos porque como las estaciones estan en el centro de las ciudades la logica hizo su efecto y no hay solares disponibles.

    No tengo datos del uso de esos aparcamientos pero creo que la demanda de transporte ferroviario es casi nula o negativa si la comparas con edificar la zona.

    De todos modos hacer una estacion de metro nueva para dar servicio a un suburbio de lujo de casitas bajas parece un poco ineficiente, sobre todo si el trafico es solo en los picos de trabajo.

  2. Undry dice:

    No se en la costa Este, pero de lo poco que conozco en la costa Oeste, si le decías a uno de allí algo sobre caminar casi que se iba al diccionario para ver que era eso. Lo de usar metro o autobús (salvo en S.Francisco que si había algo más) era para ellos como si dijera: «Pues como voy a Bilbao, no puedo evitar montar en el puente colgante» y algo de razón no les faltaba. El transporte público era algo testimonial en una ciudad del tamaño de Asturias (incluyendo prados y montes)

    Quizás tu visión pegue en Europa o en Manhattan, pero creo que en aquellos barrios llenos de casitas monas, como que no debe pegar mucho.

    Saludos

  3. Albert dice:

    Gracias.
    Me gustan tus artículos de trenes e infraestructuras.

  4. CusCus dice:

    Eso que dices, Roger, es muy sangrante en el Maresme, donde el tren discurre en paralelo a la playa (los pueblos están al otro lado de la N-II). Encima han hecho aparcamientos.

    Ahora estoy buscando oficina por Mataró («capital» del Maresme) y las oficinas chulas están a 15 minutos a pie de la estación, cruzando por una zona de aparcamientos, descampados y hierros. Mientras, hay unos solares preciosos pegados a la estación llenos de coches.

    En resumen: tendremos que ir los 8 en coche a la oficina. Promoción del transporte público se llama.

    Y Mataró no es lo peor.

  5. amalric dice:

    @cuscus
    Lo peor es cuando la estacion esta en zona urbana consolidada y el alcalde va llorando de que el ffcc le hace feo en su casco urbano.

  6. MªROSA dice:

    Pero, porque no les dices lo que tienen que hacer? a lo mejor te hacen caso.En el Maresme el reclamo para venta de pisos es que queden cerca de la estación,bueno esto tú ya lo sabes .

  7. Rob dice:

    Interesante entrada. De hecho, en nuestras ciudades hay tantos y tantos coches en gran parte gracias a que el aparcamiento está fuertemente subvencionado con cargo al erario, y no porque exista ninguna «cultura del coche».

    Si los conductores pagasen por ocupar el espacio público con un coche en el centro de una ciudad su verdadero precio, la ‘mano invisible’ del mercado nos libraría de padecer tantísimo tráfico y contaminación.

  8. Ian Hazlitt dice:

    «Como comenta Felix Salmon, es un ejemplo de libro de fallo de mercado; las autoridades están ofreciendo un bien a un precio subvencionado, creando escasez artificialmente»

    Como buen fallo de mercado, creado por el Estado. Es decir, que no es fallo de mercado.

  9. PNCad dice:

    Como te gustan las infraestructuras, sobre todo ferrocarriles, te dejo un enlace a un reciente (y sencillo) estudio sobre la mejora del transporte en España 1990-2007: http://www.upm.es/institucional/Investigadores/6c16e85b0b443310VgnVCM10000009c7648aRCRD y http://www.journalofmaps.com/crossrefMap.php?mid=1167
    PD: vivo en Chicago y aquí el tren es de risa: todas las líneas, menos una, son diésel. Además, creo que intentan hacer los trenes lo menos aerodinámicos posible: http://www.railroadpix.com/images/passenger/pas_img_12/metra_01.jpg

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