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Primary Colors (XX): El debate ha cambiado

26 Oct, 2011 - - @egocrata

Llevo siete años en Estados Unidos. En todo este tiempo, nunca había visto los medios de comunicación americanos hablar de desigualdad y distribución de renta tanto, y nunca había visto un partido tan pérdido hablando del tema.

El movimiento de ocupar Wall Street puede que tenga un mensaje desordenado y esté lleno de chiflados, pero realmente ha cambiado los términos del debate. Los medios se hacen eco de estudios como este, los políticos hablan de desigualdades, y por una vez y sin que sirva de precedente los periodistas parecen preocuparse de las consecuencias distributivas de la política fiscal.

No que esto haya disuadido al partido republicano de sus viejas costumbres. Herman Cain, el actual líder en las encuestas, tiene como bandera el excepcionalmente regresivo plan 9-9-9. Los medios llevan un par de semanas machacándole a preguntas sobre las consecuencias redistributivas de su programa, así que ahora lo ha corregido: 9-9-9 para clases medias y ricos, y 9-0-9 para gente con pocos ingresos, que no pagaría impuestos sobre la renta. El plan sigue siendo horriblemente regresivo (el impuesto sobre ventas lo es), pero a Cain no parece importarle demasiado.

El último que se ha apuntado a presentar planes fiscales es el impagable Rick Perry, que está resultando ser un candidato aún peor de lo que esperaba. Ayer el hombre presentó su «gran idea» fiscal, una flat tax (impuesto con tipo único) de un 20%. Lo realmente cómico de su plan es que el impuesto no es realmente uniforme, ya que mantendrá las (muy regresivas) deducciones fiscales por vivienda y donaciones, y encima es opcional. Sí, opcional. Bajo el plan de Rick Perry, uno podrá escoger qué impuesto sobre la renta quiere pagar. Si quiere el sistema actual, puede seguir utilizándolo, pero si cree que pagará menos con la «tarifa plana», puede escoger el nuevo modelo.

Dejando de lado que cualquier pretensión de simplificación fiscal es una auténtica fantasia (todo el mundo tendrá que hacer sus impuestos dos veces y comparar) el plan es horrendamente regresivo; la gente de renta cambiaría al nuevo sistema en masa. El nuevo modelo además provocaría un agujero fiscal absolutamente tremebundo, que Perry ni se ha preocupado en explicar cómo lo cerraría («el crecimiento lo arreglará», versión republicana de los unicornios para todos), pero eso es lo de menos. Lo realmente tremendo fue cuando un periodista le preguntó a Perry sobre si le preocupaba que su plan le daba una cantidad obscena de dinero a los ricos, y el tipo contestó que «I don´t care about that«.

En un país que parece empezar a preocuparse cada vez más sobre la desmesurada acumulación de riqueza del 1%, la ortodoxia republicana estas elecciones es que todos los candidatos deben adoptar el credo de la flat tax y la privatización del sistema de pensiones. Ambas medidas regresivas hasta decir basta, por cierto, en un contexto en que los medios se empiezan a tomar esto realmente en serio.

Cuando Pat Robertson, uno de los líderes de la derecha religiosa americana (y un tipo que dijo que Katrina fue la respuesta de Dios al vicio, perversión y sodomía de Nueva Orleans) dice que el partido republicano es demasiado extremista, es para empezar a preocuparse. El GOP parece obcecado en encontrar excusas para no escoger el candidato obviamente más sensato, Mitt Romney. Es realmente una casa de locos.


7 comentarios

  1. Ian Hazlitt dice:

    Hablas como si el flat tax fuera ideología y la progresividad de los impuestos no. Las dos lo son: la segunda, ideología dominante (y mucha más ideología: que los impuestos sean proporcionales, sobre todo hablando de la renta, es mucho más lógico), pero ideología al fin y al cabo.

    El sistema chileno de pensiones es lo mínimo que se debe y se puede aprobar, a no ser que creyeras a Ponzi cuando defendía su gran modelo de inversión.

    En cuanto a Pat Robertson, tú lo has dicho: derecha religiosa. Oye cosas de neoliberales y se acuerda de Cristo y los mercaderes.

    Sí, el debate ha cambiado: Reagan sería hoy en día del ala moderada en liberalismo económico. Y es que lo único que tenía era palabrería (muy buena), pero no hechos.

  2. Epicureo dice:

    No todos los extremistas están en Estados Unidos.

    Como todo el mundo debería saber, el sistema chileno de pensiones es más insostenible que el sistema de reparto (que no tiene nada que ver con Ponzi). Si hay una crisis financiera fuerte (y habrá unas cuantas durante la vida de cualquiera), los fondos de pensiones se hunden, y el Estado quiebra porque no puede cubrir la garantía mínima. Con el sistema de reparto, basta con bajar un poco las pensiones. Porque el sistema de reparto depende de la economía real, no de la imaginaria.

    Tampoco es lógico que los impuestos sean proporcionales. Lo lógico es que sean progresivos. Si ganas 1000 euros al mes, quitarte 200 te deja en el límite de la subsistencia. Si ganas un millón y te quitan 200.000, seguirás viviendo de lujo, o si acaso tendrás que tirar un poco menos de avión privado. Es cuestión de utilidad marginal, no de ideología. Otra cosa es cómo se implementa un impuesto progresivo en un mundo sin fronteras para el dinero (ni para los millonarios).

    Por otra parte, los liberales siguen sin tener más que palabrería. Los hechos indican que se vive mucho mejor en Noruega que en Somalia.

  3. Roger Senserrich dice:

    Una flat tax puede ser progresiva, y de hecho he hablado en favor de ella en el pasado. Las versiones que los republicanos están proponiendo, sin embargo, son totalmente psicoticas. Son salvajemente regresivas, y lo son aposta.

  4. Moctezuma Mortera dice:

    Saludos. En mi opinión un impuesto único a las ventas es un buen impuesto. Tiene un costo en eficiencia mínimo. Si en un impuesto tienemos que escoger entre la mayor recaudación posible y eficiente o recaudar y redistribuir, deberías escoger la recaudación eficiencia. En el tema de la redistribución cuentas con otras opciones de políticas publicas (educación, salud). Me gustaría saber tu opinión.

  5. Alatriste dice:

    Personalmente encuentro insultante la seguridad con la que ciertas personas sueltan alegremente que los sistemas de pensiones son estafas Ponzi. Así, sin más, como si semejante barbaridad en lugar de ser una tontería fuera un hecho sabido.

    En una estafa Ponzi (hoy en día deberíamos llamarlas Madoff, pero bueno, eso es secundario) se ofrece una rentabilidad desmesurada, muy por encima de la de mercado y pagada desde el primer momento, a todo el que entre. Pero en realidad el estafador no invierte nada, o solo una pequeña cantidad, y los intereses pagados salen del capital aportado por nuevos incautos; toda la contabilidad se falsea para ocultar la verdad. Mas que estafas deberíamos llamarlas timos, porque como en ellos la base es que el timado se cree más listo que nadie. El no es un tonto de esos que regala el dinero poniéndolo en una cuenta bancaria, acciones o letras del tesoro, a él no se la dan… nooooo, qué va.

    Un ejemplo reciente, Afinsa y Forum Filatélico, que ofrecían elevados intereses fijos basados en la supuesta revalorización de unos sellos que se suponía que compraban con el dinero aportado por los inversionistas. Por lo que parece, la mayoría de esos sellos ni siquiera existía, pero además, había que ser muy «listo» para creerse que se podía ofrecer un elevado interés fijo basado en un artículo de valor muy inseguro y variable. Incluso si no hubiera sido una estafa se hubiera tratado de una inversión muy arriesgada.

    Pero volviendo al tema, el sistema de pensiones

    – No necesita ofrecer ganancias anormalmente altas (si acaso todo lo contrario) porque la pertenencia es universal y obligatoria.

    – No te garantiza ninguna ganancia, porque si mueres antes de jubilarte no verás un duro; en un caso límite, quien se muera el día de su jubilación (una gran cabronada, de acuerdo, pero a alguien tiene que tocarle) habrá pagado toda su vida laboral sin cobrar nada.

    – No paga desde el primer día, sino que cotizas durante 30 o hasta 40 años antes de ingresar un céntimo.

    – En último caso, tanto las aportaciones como las prestaciones son revisables para asegurar la viabilidad a largo plazo – como se acaba de hacer en España y bastantes otros países, algo que a Ponzi seguro que le hubiera encantado poder hacer… si la viabilidad le hubiera importado, claro.

    – En una palabra, la diferencia es la que va de lo creíble y lo viable a lo increíble y lo inviable. Y por supuesto, también influye que Ponzi y Madoff no montaron sus tinglados sonriendo como el Joker, buscando deliberadamente crear el caos por amor al caos, sino que su objetivo era sustraer todo el dinero que pudieran para sus propias arcas.

  6. Ian Hazlitt dice:

    La única diferencia verdaderamente importante entre Ponzi y la SS es que la segunda es obligatoria, estás obligado a entrar en ese sistema. A entrar a Afinsa no te obligaba nadie.

    Como todo el mundo debería saber, el sistema chileno de pensiones es más insostenible que el sistema de reparto (que no tiene nada que ver con Ponzi). Si hay una crisis financiera fuerte (y habrá unas cuantas durante la vida de cualquiera), los fondos de pensiones se hunden, y el Estado quiebra porque no puede cubrir la garantía mínima. Con el sistema de reparto, basta con bajar un poco las pensiones. Porque el sistema de reparto depende de la economía real, no de la imaginaria

    Gracias. Gran pieza de humor, al nivel de Mourinho, Berlusconi y Gila.

  7. Alatriste dice:

    Personalmente opino que hay bastantes más… la primera y más importante, que por definición detrás de una estafa Ponzi hay un estafador.

    Y conste que lejos de ser uno de esos locarios de la Berdadera Hisquierda que sostiene contra viento y marea que todo en el sistema de pensiones va de fábula y quien diga lo contrario es un neoliberal y un mentiroso, me he llevado bastantes palos por usar la cabeza para algo más que peinarme y defender que la disminución en el número de cotizantes futuros hace imprescindible que paguemos más, o nos jubilemos más tarde, o cobremos menos cuando nos jubilemos…

    De hecho, creo que lo único que podría cambiar eso es que los robots avancen tan rápido que para dentro de 20 o 30 años hayan reemplazado a un porcentaje significativo de trabajadores humanos, pero eso cambiaría las reglas del juego de forma tan radical en la economía y la sociedad, que el futuro de las pensiones iba a ser el menor de los problemas.

    Pero volviendo al tema – que estamos peligrosamente cerca de secuestrar la discusión – creo que con el tema de las ocupaciones, los indignados y el cambio del marco de debate en Estados Unidos estamos viendo el comienzo del impacto de la crisis en la política y la sociedad, algo que hasta ahora había estado sorprendentemente ausente, cuando ésta es la crisis más grave desde 1929… y huelga decir cuantas cosas cambiaron, y con cuanto dolor, en los 20 años de 1929 a 1949.

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