amo al líder & Política

Por qué quiero menos democracia municipal

3 Oct, 2011 - - @egocrata

Una de las grandes particularidades del sistema político americano es la gigantesca variedad de sistemas de gobierno municipal en todo el país. Sólo en Connecticut (un estado un poco mayor que Murcia en superficie) ha ayuntamientos que funcionan con town meeting (asamblea con democracia directa – sí, existen), otros con alcalde-consejo (el modelo «alcalde fuerte», similar a lo que vemos en España) y otro con consejo-gerente (con alcalde ceremonial), con sus correspondientes diferencias locales. Hay 169 pequeños gobiernos, todos con un montón de competencias y cientos de años de historia diferenciada.

Desde el punto de vista de un observador atento, la enorme variedad de sistemas de gobierno también es una oportunidad fantástica para estudiar qué distingue un gobierno municipal efectivo. Más concretamente, qué sistema es mejor para minimizar el clientelismo y reducir las tasas de corrupción, y cómo la participación ciudadana afecta o no la honestidad de los políticos.

El sistema asambleario, por desgracia, es una de esas rarezas clásicas de Nueva Inglaterra cada vez menos común. Aún se utiliza en municipios pequeños (algunos lo habréis visto en acción en cierta serie de TV), ciertamente; en ayuntamientos más grandes, lo más habitual es una combinación de consejos municipales electos para temas específicos y referéndums ocasionales. Hay bastantes ayuntamientos que votan sus presupuestos cada año, cosa que tiene mérito. En la mayoría de casos, sin embargo, los sistemas se parecen más al de consejo-gerente, del que hablaré un poco más adelante.

Muchas ciudades y pueblos del estado funcionan con un sistema de alcaldía fuerte, que es probablemente el que sonará más familiar. En estos casos, el alcalde es escogido por votación directa, con un consejo municipal con concejales escogidos en circunscripciones uninominales en cada distrito. Dependiendo de cada ciudad, en algunos casos el sistema escolar es gestionado por un consejo escogido por el alcalde directamente o votado en elecciones separadas, haciendo las cosas un poco confusas. En los sitios con más entusiasmo democrático, también existe un consejo de urbanismo que se vota por separado. Fuera de Connecticut, hay algunos sitios que votan al jefe de la policia y un buen montón de cargos más. Por aquí, sin embargo, uno acaba votando por 2-4 cargos cada dos años. Democracia para aburrir.

El otro sistema dominante es el de council-manager o «consejo-gerente», centrado en unos principios bastante distintos. Aquí el alcalde o first selectman (un título muy típico de Nueva Inglaterra) es básicamente simbólico; el cargo clave del ayuntamiento lo ocupa el city manager, no un político. Explicado en pocas palabras, en este sistema los votantes sólo escogen a los concejales, no al alcalde. Los políticos electos no se ocupan de la gestión municipal; lo que hacen es contratar a un gerente profesional (normalmente un licenciado en gestión pública con experiencia en gobierno municipal) para que haga este trabajo. Jesús Fernández-Villaverde describía este sistema no hace mucho, referiéndose a la pequeña ciudad donde tiene la suerte de vivir.

En esencia, es apostar por un gobierno tan profesionalizado como sea posible, manteniendo al mínimo el número de políticos electos. En vez de tener mucha democracia, los sistemas de councilmanager son una apoteosis del gobierno tecnocrático. No son funcionarios, por cierto; el régimen de contratación es (casi siempre) laboral, a menudo representados por sindicatos. Aún así, si el gerente recibe la orden de reducir gasto, el tipo puede despedir a trabajadores con casi total libertad, sin que los políticos tengan voz ni voto.

Volviendo a la pregunta inicial, ¿Cuál de estos sistemas tiene menores niveles de corrupción? Por un lado tenemos un sistema con cargos públicos electos, alcaldes con legitimidad directa, y elecciones cada dos años. Por otro tenemos un sistema con unos cuántos concejales y un montón de funcionarios. Si hacemos caso a lo que piden democracia real estos días, uno diría que es el primer grupo. Lo que dicen todos los estudios de política comparada, dentro y fuera de Estados Unidos es lo contrario.

Victor Lapuente lo señalaba hace unos años, en un fantástico artículo en El País sobre este tema. La mayoría de países de nuestro entorno que tanta envidia nos dan y que tienen una administración pública ultra-limpia y pluscuamperfecta (Dinamarca, Suecia, Alemania, etcétera) tienen administraciones públicas locales increíblemente profesionalizadas, con poquísimos políticos en cargos de gestión. En España, sin embargo, tenemos ayuntamientos con ejecutivos fuertes, cientos de cargos de gestión que ocupar y niveles de corrupción preocupantes.

Luchar por un sistema de gobierno más limpio, más honesto y más transparente es loable, ciertamente. Lo que no debemos confundir, sin embargo, es más democracia (o votar más a menudo) con un método para reducir los niveles de corrupción de la administración. Los votantes, simplemente, no le prestan suficiente atención a la política, y a la política municipal aún menos, como para ser capaces de controlar a sus representantes de forma efectiva. Los cargos electos son muy efectivos tomando decisiones, pero parecen ser horriblemente malos gestionándolas – especialmente en administraciones públicas a las que nadie les presta demasiada atención.

Una nota final: estos sistemas tan profesionalizados, por cierto, no tienen por qué ser agresivamente antidemocráticos. En muchos municipios en Connecticut, por ejemplo, el gerente presenta su presupuesto en el pleno, y si no es aprobado por supermayoría (algo que sucede a menudo), es votado en referéndum. Temas importantes, como obras públicas de cierta importancia o proyectos de cierta envergadura, pueden ser decididos en asamblea, votación directa o en una comisión especial. El tema clave, sin embargo, es que los votantes no escogen gestores, sino políticos que vigilan a los funcionarios.

Resumiendo: no es cuestión de pedir más democracia. Lo que debemos pedir son menos políticos.

En Connecticut, por cierto, la mayoría de ciudades grandes tienen sistemas con alcaldías fuertes. Recordad eso cuando explico épicas batallitas de corrupción municipal.


17 comentarios

  1. parvulesco dice:

    Esto de identificar democracia con votar son los padres… O por qué se quejaba el 15-M si no?

  2. AlvaroRd dice:

    Aparte de la referencia de «El Pais». ¿Tienes acceso a algún estudio reciente?

    Por cierto, meter a la «Chicas Gilmore» en un blog de economía es más friki que un post de 15 páginas de trenes. Te vas superando.

  3. Jorge dice:

    Hola, y pregunto yo, siguiendo esta idea que propones de «menos políticos», ¿no iría en esta línea la idea de reducir el número de municipios? Más de 8.000 municipios en España. Contando 45.000.000 de ciudadanos, tocamos a unos 5.600 habitantes por municipio. Parece razonable, pero si empezamos a contar los que tienen menos de 1.000 o menos de 500 la cosa empieza a escamar. Hace sólo veinte años ya se notaba la diferencia de vivir en la España rural a la urbana. Otra cosa no, pero ahora tenemos unas carreteras y autovías excelentes y si no eres un abuelito casi seguro que tienes internet en casa y te defiendes con él. Seguramente valdría más no cerrar consultorios rurales y cerrar sus ayuntamientos.

  4. Francisco dice:

    Jorge

    Para mi el número de municipios no es tan relevante (porque creo que reducirlos en España es muy dificil por miedo político).

    Con evitar que un municipio de 100 habitantes tenga 20 empleados entre funcionarios, concejales y alcalde vale.

    Puedes dejar que cada mini-pueblo tenga su alcalde (sin sueldo, solo dietas y pocas) y que la gestión se centralice en un solo organismo municipal y un solo presupuesto.

    Los mini-alcaldes que se peleen con los funcionarios en grupo.

  5. Bartolo dice:

    Estoy de acuerdo. También se deberían reducir las CC.AA.

  6. Amalric dice:

    Cuando dices alcaldes fuertes te refieres a esta forma de gestionar??

    http://www.levante-emv.com/valencia/2011/10/02/puente-flores-caro-mundo/844637.html

    La frase «apuesta personal de la alcaldesa» define la gestion del alcalde fuerte

  7. Creu dice:

    Francisco:
    Los mini pueblos, tienen alcalde sin sueldo, si hay concejales también son sin sueldo, los empleados públicos son de la diputación…
    Te sorprendería lo escaso de sus presupuestos.

  8. Jorge dice:

    Creu:

    Hablando desde el desconocimiento: supongo que todo ayuntamiento debe tener un número de funcionarios mínimo. Es decir, supongo que todo ayuntamiento ha de tener un Secretario municipal y seguramente más puestos burocráticos necesarios los cuales no pueden trabajar gratis.

    Si los trabajadores de los ayuntamientos pequeños son todos (o casi todos) contratados por la Diputación, si nos cargamos las diputaciones, ¿supone eso cargarnos los ayuntamientos pequeños a la vez?

  9. Creu dice:

    Jorge:
    No es tanto tener a un numero de funcionarios, en España hay pueblos que, basicamente, son un monte y 4 casas. El funcionario que lleva los papeles de dicho pueblo tambien lleva los del pueblo-monte de al lado, y puede que muchos mas. Y lo pone la Diputación.
    En teoría, la diputación sirve para dotar de recursos a todos los municipios que no podrían hacerlo autonomamente. Cuando se habla de cargarse la Diputación, no se refieren a acabar con esto. La mayoría de las propuestas que he oido, hablan de crear mancomunidades de municipios con una gestión profesional.
    Lo que se pretende evitar son nuestras mastodonticas Diputaciones donde, por peso de votos, las ciudades tienen mas fuerza que los pueblos a los que se pretende ayudar.

  10. oalfonso dice:

    En galicia hay exceso de ayuntamientos, hasta te lo dicen los mismos funcionarios municipales.

    Cada día pienso mas que los alcaldes deberían de ser designados por las CCAA, se acabaría con muchas rencillas, trabas administrativas y gestión redundante.

  11. Jorge dice:

    Creu:

    Entonces, si la cosa consiste en sustituir las diputaciones por otras entidades supramunicipales, sus atribuciones serían asumidas por entidades ya existentes. Cuando vivía en Asturias estaban trabajando en la creación de mancomunidades que no sé cómo les habrá ido. Aquí en Girona existen els consells comarcals.
    Es decir, partiendo del nivel municipal y antes de llegar al autonómico, encontramos como mínimo dos instituciones intermedias. Parece que al menos de una se podría prescindir. Si estas mancomunidades asumieran las competencias de las diputaciones la representación política de estas sería, en teoría, más representativa del territorio que no la de las diputaciones.

    Lo curioso es que uno habla de quitar municipios y acaba subdividiendo las diputaciones en varios organismos aumentando así, aparentemente, el número de funcionarios y cargos políticos. La buena noticia es que esto no tiene que ser así porque, igualmente, ya existen. Últimamente no nos privábamos de nada

  12. Yop dice:

    Yo me conformaria con que los mini-pueblos no tuvieran su propia piscina municipal y su propio polideportivo. Situado a menos de 2 km del mini-pueblo mas proximo con su propia piscina y su propio polideportivo.

    Vamos que recorres mas km para ir a la piscina si vives en la ciudad que si vives en muchas comarcas.

    Amalric: “apuesta personal de la alcaldesa” jajaja esa frase es grandiosa

  13. Anonimo dice:

    Cuerpo nacional de interventores. Es decir, tenemos en Fortuna a un tio de Ourense que su único compromiso es cumplir con el Cuerpo y con la Ley, que le dice al alcalde ¿Y estas facturas de aquí?

  14. Laura dice:

    Bueno, en España existen los concejos abiertos para poblaciones de menos de 100 habitantes, donde la gestión municipal es llevaba por un alcalde y una asamblea. Tampoco es que sea algo totalmente nuevo, pero es reducido, aunque también se aplica a algunas poblaciones un poco más grandes (yo soy de Castilla y es una institución tradicional que en muchos casos se ha conservado).

    Pero volviendo a la cuestión principal del artículo, sobre cómo se puede reducir la corrupción, creo que la clave es sobre todo la transparencia de la información, más que el tipo de gobierno. Ese debe ser el elemento democrático principal y no una simple votación, sea más o menos regular. Pero para eso deberían aprobar antes la dichosa ley de transparencia de la información (ley que sí tienen todos esos países que son menos corruptos).
    Una vez establecida la transparencia, creo que la diferencia entre un gobierno electo u otro más profesional se refiere principalmente a la eficiencia. Estoy de acuerdo en que el segundo es, en general, más eficiente, por lo que, si la ciudadanía tiene otros mecanismos de control, los políticos electos son en realidad poco necesarios, salvo para asegurar que la racionalización no se extienda hasta el punto de dejar a ciertos colectivos fuera del sistema.

  15. Manuel dice:

    Yo añadiría un punto más a favor de tu alegato:

    ¿Para que sirve la política en los ayuntamientos? ¿Se puede ser más de izquierdas o derechas, o neoliberal o LO QUE SEA en un ayutnamiento? Yo creo que NO, que hoy por hoy los ayuntamientos SON HABAS CONTADAS y las POCAS HABAS QUE NO ESTÁN CONTADAS sólo sirven a intereses de CORRUPCIÓN. Lo que pasa es que los partidos políticos captan desde ahí SUS VOTOS y creo que se opondrán a los cambios en lo posible. Yo dejaría 3 representantes políticos por cada X habitantes y eliminaría los PARTIDOS (cada uno que pertenezca al partido qu quiera, pero que se presente como PERSONA no COMO PARTIDO).

  16. Alatriste dice:

    Manuel, en primer lugar y suponiendo que tuvieras razón – que en mi opinión no la tienes – el pueblo seguiría teniendo derecho a elegir el gestor y/o los planes apolíticos más de su gusto.

    En segundo, ya lo creo que se puede ser de izquierdas o de derechas en un ayuntamiento. Los ayuntamientos, para empezar, establecen y cobran sus tributos propios, tasa de basuras, IBI, etc (algo que hace que me cachondee cada vez que alguien suelta que si las autonomías hicieran lo mismo se rompería la unidad de mercado, pero bueno, ese es otro tema) Ahí ya tenemos la más clásica de las opciones políticas en democracia ¿Impuestos altos y muchos servicios, o lo contrario, impuestos bajos y pocos servicios?

    Aparte, luego gastan el presupuesto que sea en cosas con un color ideológico que puede ser muy, pero que muy determinado. Por poner un par de ejemplos muy claro, si el consistorio es ecologista seguramente tendrá una política anti coche privado, cobrará una tasa de entrada al centro como la de Londres, gastará una proporción mucho mayor del presupuesto en transporte público y su flota estará cada vez más formada por vehículos eléctricos y de gas natural, pondrá carriles bici y parkings para bicicletas, etc, etc. Y si el consistorio es de derechas es muy posible que privatice muchas cosas, empezando por la recogida de basuras y llegando hasta el suministro de agua, pasando por las piscinas y los polideportivos, mientras que es improbable que uno de izquierdas haga lo mismo.

    Que conste que he intentado deliberadamente no tomar partido y dar una perspectiva neutra, pero en resumen a mí casi me parece lo contrario, que es en los ayuntamientos donde se ve más clara la división política, y que la gestión de los ayuntamientos tiene un impacto fuerte y directo sobre la vida diaria de los ciudadanos.

  17. Manuel dice:

    Alatriste: Llevas razón en la teoría en la práctica NO SE VE LA DIFERENCIA(exceptuando un caso o dos contados) y por otro lado, no es lógico que puede haber grandes diferencias en ese nivel, afectando a derechos tan básicos como que a uno le puedan recoger la basura y a otro del pueblo de al lado NO, yo estoy en la línea de que los servicios básicos se establezcan para el conjunto del estado y el presupuesto que maneje el ayuntamiento se reduzca a lo que es la promoción del entorno específico en sí (desde luego q no gestionen el suelo porque se está demostrando que es un puñetero desastre). Si ya empieza a ser una locura que las distintas comunidades tengan distintos servicios básicos, sería la reostia eso mismo a nivel municipal (y empezando por el despilfarro de recursos de tener 8100 formas de gestionar la basura).

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