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Por qué Alemania está llena de alemanes (y otras perlas culturales)

15 Ago, 2011 - - @egocrata

El sábado escribía (¿alguien lee cuando escribo un sábado?) sobre el estupendo artículo de Michael Lewis sobre la peculiar situación alemana en esta crisis financiera, y cómo los alemanes han reaccionado a ella. Kereck, en los comentarios, preguntaba algo que está implícito en el artículo, pero que queda sin contestar: si Alemania no ha sufrido demasiado en esta crisis en gran parte porque sus políticos y votantes parecen disfrutar obedeciendo reglas y siendo responsables, ¿no será que el problema es una cosa cultural, no institucional? ¿Es el principal problema de Europa que el continente no está lleno de alemanes?

Para contestar a esto, empezaremos con un pequeño modelo abstracto. Suponed que en una región tenemos dos pueblos, Valdebotijos y Salvacañete, cada uno con cien habitantes, un alcalde y tres policias. Los habitantes de ambos pueblos son igual de listos, igual de religiosos, igual de inteligentes e igual de gordos. Todos son felices. Cada día  dos policias patrullan las calles y el otro vigila que el alcalde se porte bien.  Los dos municipios son idénticos en todo menos en un pequeño detalle: en Valdebotijos, uno de los policias es cuñado del alcalde.

Ahora imaginad que un día cualquiera los dos alcaldes tienen que construir una escuela. El de Salvacañete sabe que los tres policias le vigilan, y adjudicará la escuela de forma imparcial, sabiendo que le cazarán. En Valdebotijos, el alcalde sabe que un día de cada tres su cuñado está por el ayuntamiento. Sabe que su primo, el albañil, necesita un poco de trabajo, así que se esperará a que tenga a su amable familiar dormitando en el consistorio para darle la obra a su pariente.

Es un cambio pequeño, ciertamente, pero es un cambio. En las próximas elecciones, el alcalde de Villabotijos recibirá el apoyo entusiasta de su primo y su cuñado, casi seguro, y probablemente el de un buen puñado de familiares que hayan oído qué ha sucedido. En Salvacañete, sin embargo, las elecciones seguirán igual de reñidas, y el alcalde dependerá de su trabajo y nada más.

No hace falta ser un genio para ver que si al señor alcalde de Villabotijos le gusta mandar, el hombre empezará a firmar todos los contratos el día que su cuñado le «vigila», claro está. Los otros dos policias puede se huelan que algo está pasando e incluso puede que cacen algún caso extraño, pero el alcalde ganará las elecciones igual. Cuando llegue el siguiente alcalde, al cabo de unos años, es probable que sepa cómo funcionan las cosas y cómo se ganan elecciones: todo el mundo espera que el ayuntamiento le eche una mano, y lo más probable es que la reciba. Mientras tanto los habitantes de Salvacañete creerán firmemente que si alguien roba en el ayuntamiento la policia te cazará seguro,  ya ya que nadie nunca ha robado, y estarán muy contentos y felices exigiendo un alcalde honesto y responsable.

Un cambio muy pequeño en uno de los dos pueblos puede provocar cambios enormes en cómo funciona el gobierno a largo plazo, por el mero hecho que los problemas tienden a acumularse en un lado mientras que permanecen escasos (y por tanto, fáciles de detectar y aislar en el otro). Desde un mismo punto de partido (o uno muy parecido) puedes llegar a dos equilibrios completamente distintos, según aparezca un círculo virtuoso o un círculo vicioso.

Ahora dejamos a pueblos imaginarios de lado y pasemos a hablar de países. En el artículo del viernes sobre el peor Rey de la historia de España daba pistas sobre por qué Alemania ha acabado llena de alemanes mientras que España está llena de españoles: en un sitio tuvieron mucha más suerte con sus monarcas que en otros. Los reyes de Prusia tuvieron desde siempre una curiosa afición a construir burocracias efectivas. Ya fuera porque Federico el Grande era un obseso de la eficiencia, ya fuera porque Prusia estaba rodeada de enemigos y necesitaba recaudar impuestos de forma eficaz para pagarse guerras, lo cierto es que creó una administración mucho más eficiente y muy poco tolerante con la corrupción. Los funcionarios prusianos son gente honesta, eficaz, seria y aburrida porque eso es lo que todo el mundo espera de ellos. Si hay alguien en Berlín que no es honesto, eficaz, serio y aburrido el tipo parece un marciano, y no  es difícil controlarlo.

Ahora recordad el historial de la administración pública griega, que ni administra ni es pública. Durante 300 años fueron una provincia del Imperio Otomano, que fueron muchas cosas, pero no destacaron en competencia. Desde 1829 en adelante son un estado independiente, pero toda la burocracia sigue con los viejos patrones anteriores: amiguismo, reyes clientelares, golpes de estado ocasionales y constante injerencia exterior en la política local.  En el s.XX tienes dos guerras mundiales, unos cuantos golpes de estado, dos guerras civiles y una dura dictadura militar.  Lejos de tener gobernantes pensando cómo evitar que los rusos marchen sobre Berlín, lo que tienes es una olla de grillos con gente emperrada en llevarse todo lo que no esté clavado en el suelo del ministerio.

En el caso de España tenemos un problema similar en muchos sitios: el antiguo régimen hizo del clientelismo su forma de sobrevivir en muchos sitios, así que la administración pública tiene a menudo una curiosa tendencia a preocuparse más por hacer amigos que en ser efectiva. Como todo el mundo en la función pública tiene una idea de moralidad parecida, y como todos los votantes están acostrumbrados a recibir prebendas cuando les toque, el sistema entero tiene un montón de incentivos para que las cosas sigan como están. Los políticos honestos no salen reelegidos tan a menudo, los responsables no gastan lo que se espera de ellos, y los que quieren romper privilegios sólo consiguen hacer enemigos, ya que no tienen aliados naturales. La expectativa no es ver funcionarios eficientes, es ver un montón de chupatintas perdiendo el tiempo. El resultado es, efectivamente, un montón de chupatintas.

¿Cómo cambiar de un equilibrio a otro? Esta es la pregunta realmente complicada. Es posible hacerlo, diría. Tenemos pistas que la influencia exterior puede cambiar estas tendencias. Pero sobre eso, hablamos otro día, si hay tiempo.

Nota al margen: sí, es una explicación básica de un proceso de path dependence. Normalmente pongo el palabro académico serio, pero hoy se me olvidó.


14 comentarios

  1. Ignacio Paredero Huerta dice:

    Si titulas el artículo «Path dependence» y lo resumens en una fras, hubiese sido igual. Aunque bueno, siempre se disfrutan tres o cuatro metaforas extremas y un par de comparaciones divertidas. Y un poco mas de frikismo. Mejor Vulcanianos y Romulanos, por ejemplo 😉

  2. cachorro dice:

    Hablar directamente de Path dependence revestiría la entrada de cierto aire de rigor académico. Obviamente no es lo que pretende el autor.

  3. Ian Curtis dice:

    «amiguismo, reyes clientelares, golpes de estado ocasionales y constante inJerencia exterior en la política local.»

    Respect our eyes.

  4. mictter dice:

    En España nos salva un poco que las instituciones del Estado central están algo más a salvo de corruptelas y pillajes: quizá sea porque están más fiscalizadas por la prensa y el público, porque el proceso de selección de los funcionarios es mucho más limpio o porque el porcentaje de funcionarios de carrera respecto a los cargos de libre designación es superior.

    Sin embargo, según vamos bajando a los niveles autonómico y municipal, el panorama es desolador.
    ¿Cuál es tu opinión sobre esta diferencia? Contradice algo tu tesis, ya que es precisamente la Administración Central la que fue puesta en marcha por los sucesivos monarcas, repúblicas y dictadores, mientras que las autonomías son una creación del régimen democrático.
    Los ayuntamientos, aunque muchos vienen de los concejos medievales, yo diría que tienen mucho que ver con el caciquismo del XIX.

  5. Roger Senserrich dice:

    El patronazgo es siempre algo local! :-). Un político nacional nunca será tan tonto de mancharse las manos directamente.

  6. Albert dice:

    Hace poco tiempo visité Berlín por primera vez en Alemania. Me llamaron muchas cosas la atención, para aportar al escrito destacaré un detalle intrascendental pero que dice mucho de su filosofía de vida:
    En los semáforos urbanos no existe el color ámbar. O rojo, o verde; sin medias tintas que aproveche el listo de turno. Si un peatón no ha terminado de cruzar en verde, los vehículos le dejan pasar. Nadie pita al peatón, ni por supuesto al vehículo que se detiene para dejar paso. Respeto y civismo.
    No sé si es el huevo o la gallina. Pero la administración prusiana surge de una sociedad prusiana.

  7. Kereck dice:

    No termino de verlo claro. Si una administración se dedica al clientismo con frecuencia, siempre habrá una mayoría de la población que no este recibiendo un beneficio directo de ello en cada momento, si no más bien lo contrario: ven que otras personas, normalmente cercanas a los cargos públicos, reciben algo que no se merecen. ¿No sería lógico que la sociedad tendiera a repudiar estas prácticas?

    Entiendo que una ayuda económica a determinados colectivos desfavorecidos, o becas para estudiar, o cosas así, no se podrían considerar clientismo, salvo las que se asignan a dedo a alguien conocido, y esas asignaciones son pocas respecto al total asignado, por tanto el resto de beneficiarios deberían ver mal esas asignaciones a dedo, y en consecuencia no votar a los cargos que las dan, aunque solo sea porque no se las dan a ellos.

    ¿Donde está el fallo? ¿Acaso la mitad de los votantes de un determinado pueblo o región son amigos de cargos públicos y reciben ayuda directa de ellos (lo cual me parece difícil de creer, aunque quien sabe…), o hay alguna otra razón para explicarlo?

  8. Roger Senserrich dice:

    No necesitas la mitad. Sólo necesitas suficientes como para hacer que las elecciones no sean competitivas o que la dictadura sea más o menos estable.

    Recuerda, la mayoría de gente siempre vota lo mismo. Sólo necesitas capturar un porcentaje relativamente pequeño que acabe de rellenar tu hueco.

    Más allá de eso, no es tanto el volumen, sino el hecho que defraudar sea visto como algo habitual. Si todo el mundo cree que pagar impuestos es necesario, cazar a los que no lo hacen es fácil: tienes muchos policias vigilando pocos ladrones. Si todo Dios defrauda, cazar a los ladrones es complicado, y disuadir al resto aún más. La probabilidad que te pillen es ridícula.

  9. J.E dice:

    Como habitante en una de las regiones más caciquistas de España (CLM), y aparte de lo dicho por Roger:

    1. La información a nivel local esta más viciada. Casi todos los periódicos locales o regionales son enormemente deficitarios, y procuran no pisar callos de los políticos locales porque a menudo sus ingresos depende de las instituciones públicas. i.e: Los mayores accionistas del Aeropuerto de Ciudad Real son los propietarios de la mayoría de medios de comunicación locales de Castilla – La Mancha.

    2. La dependencia se hace más directa. Si el Ministerio de Obras Públicas recorta un 10% las inversiones, soy consciente que me afectará pero un modo un tanto nebuloso. Si mi jefe me dice que si Eufrasio no sale elegido concejal todos nos vamos a ir a la puta calle, como que la influencia es más directa. [También llamada «Táctica Porcelanosa»]

    3. Con los medios de comunicación locales más domados, las…. llamemoslas «transferencias creativas de dinero» se hacen más fácil y discretamente. Siempre hay unas asociaciones que consiguen proyectos más fácilmente que otras, empresas que consiguen más contratos que otras… y si tienes a esos beneficiados hablando maravillas de la gestión del capitoste al mando, pues tienes montones de personas haciéndote campaña electoral gratis.

  10. Manuel dice:

    Gran artículo, este es para mi el gran problema de España, sin solucionar este problema no hay futuro por ninguna vía, porque nunca remaremos todos en la misma dirección…

  11. JL Salgado dice:

    Mejor que el artículo, académico/coloquial, está el comentario de J.E. mucho mas real y como por ejemplo:
    http://www.elpais.com/articulo/espana/Genova/obliga/PP/Camps/retirar/denuncia/televisiones/elpepiesp/20110415elpepinac_13/Tes

    Para el PPCV aquí , es de lo mas natural …

  12. Antonio Luis Delgado Gómez / @aldelgadog dice:

    Invoco la Ley de Godwin para hacer dos apuntes:

    1) La opción tecnocrática/burocrática no es ‘per se’ lo mejor para un país: Alemania fue muy eficiente montando el Holocausto.

    2) Alemania no ha sido siempre el paraíso de honradez: los nazis eran unos chorizos redomados.

  13. BorjaHH dice:

    Es legítimo invocar la ley de Godwin: esa «eficiencia» y/o «disciplina» prusianas se deben a que la alemana es una sociedad de esclerotizados mentales y de acomplejados. La competencia de la burocracia alemana está necesariamente unida a una cultura política despótica y autoritaria, es decir, la monarquía prusiana y el Reich, en sus diversas fachadas. Y ya sabemos como terminó todo eso.

    No sé, seguro que las administraciones de Inglaterra, Holanda, Suiza o Francia no tienen nada que envidiarle a la alemana.

    Albert:

    En mi experiencia, en España la gente suele respetar los semáforos, no se pita al peatón ni se pita a los coches excepto cuando el semáforo se ha puesto en verde y el de delante sigue parado. No somos italianos. Si vas a fundar la superioridad alemana en que ahí no tienen el ámbar… menudos frenazos pegarán para no pasarse de largo.

    Por cierto, también habría que hablar de los peatones que se saltan las normas y no respetan los semáforos, sobre todo de ancianos y jubilados, para quienes la cosa parece que no va con ellos.

  14. gerardo dice:

    He estado investigando sobre el sueldo de Ortseifen y es falso que cobrara 805.000 euros en 5 años. En la página de la Wikipedia en alemán,
    http://de.wikipedia.org/wiki/Stefan_Ortseifen, se dice que ya sólo en el año fiscal 2006/7 siete ejecutivos del banco cobraron 6,837 millones de euros por objetivos cumplidos, se entiende que además del salario. Es probable que no cobre lo que algunos brokers de Wall Street ni los grandes banqueros (decenas de millones de dólares), pero oye, no son los 200.000 que parece que aquí se da a entender.

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