Ciencia recreativa & viejecitos

¿Provoca paro subir la edad de jubilación?

21 Jul, 2011 -

Me han pedido por twitter que explique qué efecto tiene cambiar la edad de jubilación sobre el paro. Veamos si consigo explicarlo. La historia que a uno parece venirle a la cabeza es que, en efecto, es algo que crea paro. Si los jubilados no estuvieran jubilados, con su pensión, estarían buscando trabajando, probablemente competirían con otros trabajadores por las vacantes que hubiera y, o bien seguirían en paro, o bien expulsarían a esos trabajadores, dependiendo del éxito que tuvieran. Este razonamiento es cierto a veces a corto plazo pero nunca a medio largo plazo y en cualquiera de los casos transmite conclusiones equivocadas..

El número de puestos de trabajo no es fijo

En primer lugar, se está partiendo de la idea de que el número de vacantes es algo “fijo”, que hay que repartir. Esto es obviamente un supuesto arbitrario que debería justificarse y que además da la casualidad de que no está corroborado por la práctica. Al fin y al cabo, si hay más gente disponible, siempre se podrán producir más cosas (es decir, crear más puestos de trabajo) o producir las mismas de forma más eficiente.

Si yo vivo en una isla con cuatrocientas personas dónde producimos azúcar sin ningún tipo de tecnología y llegan otras cuatrocientas personas, pensar que esas cuatrocientas personas irán al paro parece un poco increíble. Lo normal sería pensar que esa gente, o bien podrán ayudarnos a recoger azúcar (no sé, construyendo unos cestos para ayudarnos) o bien producirán otro bien que nos intercambiarán por azúcar. Esto es algo, naturalmente, que llevará algo de tiempo para adaptarse; necesitaremos que construyan los cestos, que aprendan a transportar azúcar, necesitaremos reconstruir nuestra propia organización del trabajo, etc… y mientras lleva tiempo, esa gente probablemente estará ociosa; pero a medio plazo será posible encontrarles un apaño.

Algo probablemente cierto es que, para que al aumentar el número de gente que quiere trabajar y quedar el número de máquinas fijo (al aumentar la oferta de trabajo pero no variar el stock de capital), por razones tecnológicas (cada nuevo trabajador aporta menos que el anterior), el salario que tendrá que aceptar cada nuevo trabajador para encontrar empleo y seguir siendo rentable para el empresario bajará y por eso es importante que los salarios sean suficientemente flexibles.

El problema para el caso de la jubilación es, no obstante, que cuando hablamos de “salarios” estamos hablando de una parte que son cotizaciones a la seguridad social. Esa parte tiene que ser tanto mayor como más gente haya jubilada, luego al aumentar la población activa como consecuencia del aumento de la edad de jubilación, sí, bajan los salarios, pero al aumentar el número de gente jubilada también, porque habrá que pagar más impuestos que se cobrarán sobre el trabajo. Es por tanto probable que el efecto de la competencia de más trabajadores sobre los salarios sea menos que el de los impuestos.

El desempleo y la jubilación son parte del mismo problema: tener a gente dependiente

El segundo problema con el argumento es que entiende dónde está el problema de que la gente esté parada. ¿Qué significa estar “en paro”? En general, lo que se entiende por esto es gente que está buscando trabajo y todavía no lo ha encontrado. En general, entendemos que el desempleo es algo negativo porque esa persona que busca trabajo y no lo encuentra podría estar haciendo algo útil, algo que la gente estaría dispuesta a comprar para satisfacer sus necesidades y recibir un salario por ello. También es cierto que el desempleo ejerce un desgaste psicológico sobre el individuo, algo que lleva aparejado un estigma social, etc… Es algo bien documentado. Pero los árboles no deben impedirnos ver el bosque que es que el trabajo es un “mal” para el individuo.

En este sentido y desde el punto de vista social, que una persona esté desempleada o jubilada no es algo demasiado diferente. En ambos casos tenemos a una persona inactiva que no está contribuyendo con nada en ese periodo concreto al conjunto de la sociedad y que deberá consumir bienes y servicios producidos por otros. Esto es, tendremos a alguien cuyo saldo con el conjunto de la sociedad será negativo mientras que no esté trabajando.

Daos cuenta de que esto es así cualquiera que sea el sistema que tengamos que distribuir bienes y servicios. Si nuestro sistema está basado en alguna forma de mercado, nuestra persona inactiva tendrá que tirar del sistema financiero. O bien consumir sus ahorros pasados, o bien pedir prestado con la idea de devolverlo en el futuro. En ambos casos, sigue sin producir nada: solo hay un intercambio de papelitos por bienes en un periodo y de bienes por papelitos en otro, pero los papelitos no sirven para nada. En ese caso, habrá gente que deba renunciar a bienes que ellos han producido , que será ahorro, para que él los consuma.

Si nuestro sistema está basado en la familia, típicamente nuestra persona inactiva recurrirá a la solidaridad de sus semejantes y amigos. Está solidaridad podrá estar basada en la pura simpatía de origen genético, en instituciones idiosincrática, o simplemente en un contrato implícito de “hoy por ti, mañana por mi”. Pero aquí, otra vez, los familiares y amigos de nuestra persona desempleada/jubilada tendrán que renunciar a bienes y servicios para que éste pueda consumir algo y no morirse de hambre.

Por último, podemos pensar en un sistema de transferencias gestionado por el Estado. En ese caso lo llamamos “seguro de desempleo” o “pensiones” según el caso. Sin embargo, en ambos casos, al igual que en los dos casos anteriores la dinámica del problema es la misma: la gente que trabaja/produce deberá mantener a la gente que no lo hace. En los casos anteriores no basábamos en contratos explícitos o mecanismos informales, y aquí en el sistema impositivo, pero el problema es en esencia el mismo: hay un juego de suma cero entre los inactivos que consumen pero no producen, y entre los activos que producen, consumen y deben renunciar a una parte de lo que producen para que los inactivos pueda consumir.

Lo que intento mostrar con esto es que el “problema” que tenemos cuando tenemos a gente parada es básicamente el mismo que tenemos cuando la tenemos jubilada: es gente que no produce y que si elegimos subsidiarla, necesitaremos cobrar impuestos y si elegimos no subsidiarla, tirarán probablemente de sus ahorros o de la ayuda de otra gente, pero seguiremos teniendo el mismo problema. Esto es, que plantear que “subir la edad de jubilación provoca paro”, en caso de que fuera cierto, no apunta a ningún problema nuevo. El aumento que veríamos en la tasa de paro sería una ilusión estadística que apuntaría hacia otro problema que ya tenemos de todas formas: el de no tener a gente suficiente trabajando.

Ahora, está claro que, a pesar de que sea macroeconómicamente equivalente hablar de jubilados y parados (los dos son gente inactiva) existen diferencias entre ambos. Por ejemplo, un parado, normalmente, busca trabajo, mientras que un jubilado no lo hace nunca. Esto es así porque en general el subsidio de desempleo está diseñado para incentivar la búsqueda de trabajo. Esto es por un lado bueno, porque si esa persona encuentra trabajo, tendremos un nuevo par de manos dispuestas a trabajar y a producir algo útil que otros podrán consumir, del que el Estado podrá cobrar impuestos con los que hará cosas que consideramos socialmente deseables y que no será una carga adicional para el resto de la sociedad. Por otro lado, es obvio que no deseamos ver a señores de 80 años trabajando en la mina; deseamos que a partir de una determinada edad, la gente pueda dejar de trabajar si lo desea y no vivir en la pobreza abyecta.

Cuando diseñamos conjuntamente el sistema de pensiones y las instituciones del mercado de trabajo lo que intentamos, en principio, es eso. Queremos que la gente no se vuelve inempleable a una determinada edad y por eso, por ejemplo, sería razonable que los salarios no fueran uniformemente crecientes con la antigüedad (dado que la gente no es más productiva hasta que se jubila), que las contribuciones a la seguridad social se fueran reduciendo a partir de una determinada edad para compensar esa pérdida y que se incentive el reciclaje de un empleo a otro de forma no traumática mediante subsidios y programas de formación. Queremos que la gente tenga buenos incentivos a la hora de jubilarse: que soporte parte del coste que va a imponer a la sociedad al dejar de trabajar y empezar a cobrar, pero que pueda razonablemente dejar de trabajar a una determinada edad.


Sin comentarios

  1. Anonimo dice:

    Usted lo ha dicho: «Es por tanto probable que el efecto de la competencia de más trabajadores sobre los salarios sea menos que el de los impuestos.»

    Más impuestos, más pobreza (o menos riqueza).

  2. Cives dice:

    Cretino

  3. Josei dice:

    «El aumento que veríamos en la tasa de paro sería una ilusión estadística que apuntaría hacia otro problema que ya tenemos de todas formas: el de no tener a gente suficiente trabajando.»

    Mmmm, pero eso sería si el subsidio de desempleo fuera la misma cantidad que la pensión de jubilación, ¿no? Las pensiones son más caras que el paro, al menos a título individual. El presupuesto para cada parte quizás ahora sea al revés.

    Y la razón de que queramos que la gente se jubile no es por que dan pena los abueletes, sino por pérdida de capital humano a medida que se avanza en edad (y senilidad).

  4. Cives dice:

    «pero eso sería si el subsidio de desempleo fuera la misma cantidad que la pensión de jubilación»

    Claro, pero es que para poder comparar cosas hay que coger cosas comparables y la idea es mostrar que bajo ciertos supuestos son equivalentes, mientras y que si difieren debe ser por otras razones.

    Es lo que intento transmitir en la última parte del post: si lo que queremos es dinero a gente que está en una mala situación, prefiero un subsidio de desempleo adaptado a la gente mayor condicionado a la búsqueda de empleo a jubilarlos.

    «queramos que la gente se jubile no es por que dan pena los abueletes, sino por pérdida de capital humano »

    No me digas que la gente empieza a tener productividad negativa a los 70 años.

  5. Josei dice:

    Hombre, productividad negativa no, creo.

    Pero la baja productividad de la gente cerca de jubilarse (tu mismo reconoces que baja la productividad a partir de cierta edad, por lo que habría que adecuar los salarios a ello) provoca externalidades negativas de capital humano que afectan al entorno de trabajo: bajan la productividad del resto de trabajadores.

    Había un estudio de Mankiw/Sala i Martín por ahí que hablaba de ello, pero no lo he encontrado, solo una mera citación en un libro que tengo por casa, por si querías ver alguna demostración.

  6. ignacio dice:

    En el típico escenario con histéresis de paro (http://en.wikipedia.org/wiki/Hysteresis_(economics)#Causes), y si no se remediasen las rigideces existente (reforme laboral), ¿no podría acentuar un aumento de la edad de jubilacion el grado de histéresis y por ende ser un factor negativo sobre el empleo?

  7. Lole dice:

    Lo que es una barbaridad es el aumento del mínimo de años de cotización para optar a una pensión contributiva de 15 a 25 años.

    Y luego querrán que estemos abiertos a la movilidad geográfica. Pues estando así las cosas, al extranjero no será.

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