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Reformas, heurísticos y la mediocridad del debate político

4 May, 2011 - - @jorgegalindo

Confieso que mi último artículo era, en parte, un experimento. Quería poner a prueba uno de los atajos de razonamiento más universalmente utilizados por la ideología de izquierdas: el precio de las tasas universitarias y la enseñanza superior universal.

Un heurístico o «atajo de razonamiento» es, en psicología social, una regla simple que tenemos almacenada en nuestra cabeza y nos permite tomar decisiones complejas. En el mejor de los casos, estas reglas simples se utilizan para «saltarse» pasos del razonamiento analítico cuando éste puede ser demasiado costoso en tiempo o recursos. Surgen de varias fuentes: por ejemplo, de la experiencia reciente propia o cercana (el clásico contra-argumento de «pues yo conozco a un amigo que…», que se invalida estadísticamente). O de las creencias acumuladas en nuestro pensamiento por socialización (lo que aprendimos de nuestros padres y nuestros amigos), referencias externas (libros, películas, pretendidas autoridades en la materia), etcétera.

En cierta forma, una ideología en su sentido «fuerte» (conjunto de creencias e ideas preconcebidas y no necesariamente contrastadas sobre el mundo que nos rodea) es una caja de herramientas heurísticas. Nos permite responder rápidamente a cuestiones tremendamente complejas. Cualquier ideología es así: izquierda, derecha, nacionalismo, anarcosindicalismo, carlismo, liberalismo, da igual. Pero me interesa particularmente fijarme en la izquierda, porque creo que el uso y abuso de estos heurísticos ha sido un factor más que ha influido en lo mal que ha llevado y está llevando nuestro Gobierno la crisis.

Decía Roger ayer:

La progresía española ha reaccionado a un 21% de desempleo demonizando la palabra “reforma”, convirtiéndola en una especie de fantoche antiproletario, y negándose en banda a aceptar todo lo que no sea nacionalizar bancos y pretender que todo lo arreglamos subiendo impuestos a las “rentas altas”.

Es decir: utilizando heurísticos ideológicos para negar cualquier propuesta que pueda ser precategorizable como liberal según los parámetros clásicos y bien establecidos en la izquierda, y para proponer dos, tres o cuatro medidas del abanico también clásico sin especificar claramente cómo podrían ayudar a la situación actual.

Los partidos a la izquierda del PSOE, muchos de los miembros del propio PSOE, los sindicatos, medios de comunicación tipo Público, vetustos opinólogos sin ninguna formación en análisis económico-social, y un buen puñado más de agentes relevantes están abusando de heurísticos ideológicos centrándose en la palabra «reforma».

Por la derecha y el ultraliberalismo nos vienen otros, por cierto: privatizaciones masivas, despido de funcionarios sin contemplaciones, e ideas extrañas sobre incentivos al «emprendedor» (estas, disfrazadas de seminarios e informes en escuelas de negocio de prestigio). Endiosan la palabra «reformas» y la rellenan de su propio contenido cuando nadie mira. ¿El resultado? La discusión política española se ha venido convirtiendo en una guerra de heurísticos de uno y otro lado.

Respecto a los partidos, curiosamente más que tomar partido claro se sienten perdidos y desorientados, un tanto mediocremente, en esta marea. El PSOE se encuentra perdido entre la obligación de cumplir lo contrario que su «lógica de izquierdas de toda la vida» le parece dictar, que en realidad son heurísticos: su retórica es la de «hay que hacer estas reformas», casi pidiendo perdón, sin ningún tipo de decisión, arrojo o credibilidad. El PP, por su parte, parece haber decidido que le conviene una oposición que solo se dedica a trollear con una intensidad media-alta, pero sin pasarse de rosca, sin utilizar argumentos razonados para hacer propuestas, y pocos «heurísticos de derechas», que dejan a sus voceros.

El cuadro global es un debate muy pobre y poco fundamentado, definido muy bien por las palabras «mediocridad» y «miedo». Mediocridad de nuestros políticos y analistas, y miedo a ser valientes y mirar a la realidad a la cara, de uno u otro lado, en vez de esconderse tras las trincheras de las fórmulas clásicas.


6 comentarios

  1. Amalric dice:

    En mi opinion creo que los proyectos politicos, entendidos como conjuntos de ideas fundamentales, metodos de trabajo y herramientas para lograrlo de los dos partidos mayoritarios en españa no son capaces de gestionar la situacion actual, siguen atrapados en analisis y planteamientos de la transicion o post-transicion a los que les han añadido algun elemento adicional.

    Creo que ni el PSOE ni el PP entienden la situacion de españa en el mundo ni cuales son nuestras autenticas carencias, solo hay que ver casos como el de Rajoy, que por formacion y experiencia vital (derecho y oposicion a registrador de la propiedad) tiene un marco mental muy anticuado pre-globalizacion, o Zapatero que se ha dedicado toda su vida laboral a la politica activa a nivel nacional.

    Igual que a nivel general hay una gran generacion de españoles sobreformados para sus puestos de trabajo actuales, en politica tenemos dinosaurios o «jovenes viejos» obsoletos y muy poca gente generadora de ideas o capaz de salirse de las heuristicas de los partidos

  2. Carlos Jerez dice:

    ¿Tenemos una alternativa mejor? Para comprender estas cuestiones hace falta un gran esfuerzo al menos en horas de dedicación a su estudio, que en muchas ocasiones no sale rentable dedicar ya que las ganancias esperadas son mínimas y salvo que disfrutes haciéndolo (como quién disfruta con la prensa del corazón o el futbol) no lo vas a hacer.

    Yo reconozco que soy ignorante en muchísimas cosas pero pienso que es racional que así sea y aún así tengo que tomar una posición para participar en democracia. ¿Alguna solución?.

  3. carloss dice:

    Cuidado, te estás jugando que te digan que eres un fascista.

  4. cives dice:

    «Tenemos una alternativa mejor?»

    Pues claor, podéis leer Politikon 🙂

  5. Carlos Jerez dice:

    «Pues claor, podéis leer Politikon»

    Jaja, que cara. En el curso de introducción a la política económica habríais salido definidos como persuasores. Una de las tres consecuencias derivadas de la ignorancia racional, las otras dos eran el partidismo y la ideología. A saber cual es mejor.

  6. juanillo dice:

    Joder con el Galindo este que habla mucho y no dice nada, me recuerda a un general de Intxaurrondo que no decía nada y hablaba mucho.

    Creo que quería hablar de estos fachas, que llevan más razón que él:

    http://www.inflation.us/collegebubbleburst.html

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