Antropología

El mito de los pueblos naturales

7 Abr, 2011 - - @jorgesmiguel

Es difícil juzgar si la contraposición radical de «civilización» y «naturaleza» es más que una expresión de las tensiones de la misma psique «civilizada», o un desequilibrio específico de la vida psíquica producido en el estadio reciente de la civilización occidental. En cualquier caso, la vida psíquica de los pueblos «primitivos» no está menos marcada históricamente -esto es, socialmente- que la de los pueblos «civilizados», incluso si los primeros son escasamente conscientes de su propia historia. No hay un punto cero en la historicidad del desarrollo humano, así como no lo hay en la socialidad, la interdependencia social de los hombres. Tanto en los pueblos «primitivos» como en los «civilizados» hay prohibiciones y restricciones inducidas socialmente junto con sus correlatos psíquicos, ansiedades inducidas socialmente, placer y displacer, disgusto y deleite. Al menos, por tanto, no está muy claro qué se pretende cuando se opone el así llamado estándar primitivo como
«natural» al «civilizado» como social e histórico. Por lo que a las funciones psíquicas de los hombres concierne, los procesos naturales e históricos funcionan indisolublemente juntos.

Norbert Elias, El proceso de civilización


3 comentarios

  1. Ian Marteens dice:

    Eso me recuerda una pancarta, esgrimida por una manada de indios mapuches en aquel famoso aquelarre de Durban, en la que se leía: «Somos milenarios». Toma… ¡y el sarpullido!

  2. Jorge San Miguel dice:

    Toma, qué risa. Como si mi abuelo hubiera salido de una probeta o lo hubiera dejado caer una nave espacial.

    En fin, ya decía Víctor Pérez Díaz que una de las principales exportaciones europeas a Hispanoamérica ha sido la confusión.

  3. Javier dice:

    El mito del buen salvaje es como los zombies de Romero, siempre vuelve a levantarse.

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