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El problema de las cajas de ahorro: un marco de referencia (I)

16 Feb, 2011 -

Jorge decía ayer que lo de tener cajas de ahorro no es de izquierdas ni de derechas, es una soberana estupidez. ¿Cómo de sólida es esta idea? Lo que voy a intentar en este post es construir un marco para entender el problema. Lo haremos en dos entregas porque la cuestión es compleja.

Vamos a empezar entendiendo que es lo que hace, grosso modo, un banco: la provisión de servicios financieros. Grosso modo y simplificando bastante, el problema tiene dos patas: por un lado, un banco capta depósitos de gente que quiere o ahorrar o tener una forma cómoda de manejar su dinero, y por otro, el banco intenta sacar rentabilidad a ese dinero, típicamente prestándoselo a gente que puede hacer algo útil con él.

Con lo anterior en mente, pensad que en muchos de sus aspectos, la industria bancaria no es demasiado distinta de la de las patatas o los coches. Las empresas (los bancos) compiten por atraer clientes (depositantes) ofreciéndoles un servicio lo mejor posible. Al igual que toda empresa, genera un valor añadido que se reparte entre los distintos inputs que se utilizan para gestionar el proceso: típicamente hay una serie de inputs de remuneración fija (alquileres de locales para sucursales, remuneración de empleados) que solemos llamar “gastos” y otros de remuneración variable que reciben el residuo (lo que queda después de remunerar el resto de inputs). Esta última parte es típicamente el capital, que obtiene la diferencia entre ingresos y gastos (“beneficio”).

¿Qué nos asegura que una empresa se gestione correctamente y no se desperdicia dinero? Es decir ¿Qué nos garantiza que lo que produce la empresa se hace al coste mínimo posible? Todo lo que sabemos sobre economía de las organizaciones viene a sugerirnos que la persona que toma las decisiones debe ser la que encaje la responsabilidad. Es decir, el “residual claimant”, debe ser también el decisor último. Es un tema largo de contar –mi libro favorito de economía le dedica un capítulo entero- pero esta es la principal razón por la que en las economías capitalistas los órganos de gobierno de las empresas están controlados por capitalistas: si la empresa se la pega, ellos encajan el golpe. En resumen, lo que da una ventaja económica a una empresa capitalista frente a otras formas de organización
económica (por ejemplo, una cooperativa) es que la gente que decide es la que se juega su dinero y por eso tiene incentivos para decidir bien.

¿Se cumple este esquema para un banco? Mathias Dewrapoint y Jean Tirole sugirieron a principios de los 90 en un libro maravilloso lo que llamaron la “hipótesis de la representación”. El principal problema de gobierno corporativo de un banco es que una parte importante de sus recursos no viene de los accionistas que controlan la empresa, sino de sus depositantes. Así mientras que una empresa, normalmente los acreedores suelen estar bien concentrados y ser fáciles de identificar, en el caso de un banco los depositantes suelen estar dispersos y desorganizados. Esto implicaba que, mientras que cuando el Santander presta dinero a Iberdrola, el Santander tiene muchos incentivos para investigar si Iberdrola está en condiciones de devolverle el crédito –porque tiene medios y se juega mucho dinero-, cuando yo dejo mi dinero en el Santander mis incentivos para ver si el Santander va a invertir el dinero que le presto en algo como una
empresa de transfusionadores de fluzo que posee el hijo del director general son relativamente pequeños. Esta es una de las 3 o 4 razones por las que los bancos están fuertemente regulados – tienen que respetar unos ratios capital/deuda adecuados- porque el regulador/supervisor “representa” a los depositantes que están dispersos y desorganizados.

Con la salvedad anterior, la organización de la industria bancaria no es demasiado distinta de la de la industria automovilística: las empresas compiten, generan renta, la renta de reparte entre factores de producción como “gastos” y “beneficios”. Cuando una empresa cree que puede hacer lo mismo con menos gastos, entra en la industria e intenta quitarle clientes a su vecino. En última instancia, la competencia disciplina a las empresas.


Sin comentarios

  1. Renaissance dice:

    Fui a escribir un comentario, pero me salió tan excesivamente largo que lo puse en mi blog.

  2. […] This post was mentioned on Twitter by Jorge Galindo, citizenempodera and Jorge San Miguel L., Politikon.es. Politikon.es said: En el blog: El problema de las cajas de ahorro: un marco de referencia (I) http://bit.ly/fxe8YG […]

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