Uno de los espectáculos más deprimentes de la política americana ha sido contemplar el fracaso de la legislación de cambio climático en el Congreso. La Cámara de Representantes aprobó una ley (relativamente) decente en otoño; la idea era que el Senado pasará legislación en primavera, y tener algo en los libros, por cutre que sea, antes de las elecciones de noviembre.

Hace unas semanas explicaba como, de forma completamente surrealista pero extrañamente racional, el vertido de crudo en el Golfo de Méjico hacía que aprobar la ley fuera más difícil, no menos. Una reforma dirigida a reducir el uso de ese crudo que estaba cubriendo de basura cuatro estados se veía abocada al fracaso. Ya me diréis qué dice eso del país.

La crisis en el Golfo se ha convertido en un problema para la Casa Blanca, en uno de esas polémicas estúpidas que uno sólo ve en Estados Unidos. La prensa anda todo soliviantada porque Obama no está lo suficiente cabreado con BP estos días, mientras el pelotón de conservadores antigasto público se exclaman que el gobierno federal no sea capaz de detener el peor vertido de la historia del país de forma infalible y perfecta. La primera queja es absurda (¿qué esperan, que el increíble Hulk arregle el problema a tortazos?), la segunda tiene cierto sentido, aunque en vista de la herencia recibida y  la magnitud del desastre es difícil ver cómo un gobierno como el americano podía hacer mucho más.

Hoy Obama respondía a estas críticas recurriendo a algo que los presidente americanos hacen de vez en cuando: un discurso televisado desde el Despacho Oval. Algunos ingénuos esperábamos que Obama intentará hacer lo que hace mejor que nadie – coger un problema que tiene a todo el mundo histérico, explicar su origen de forma sencilla, y dar una solución clara que cambia el debate. Lo hizo con su discurso sobre relaciones raciales durante la campaña, lo hizo en más de una ocasión en el debate sobre la sanidad, y tenía la remota esperanza que haría algo parecido ahora. Una intervención valiente sobre por qué el petróleo es un problema, por qué genera externalidades graves y por qué debemos arreglar el problema del cambio climático no habría hecho gran cosa para afectar la opinión pública americana a corto plazo, pero habría cambiado el debate.

¿Qué ha hecho Obama hoy? Por primera vez en tiempo, se ha quedado a medias. Ha estado muy bien (increíblemente bien – sigue siendo un comunicador excelente) explicando los planes del gobierno federal para contener el vertido y regenerar las costas, exigiendo responsabilidades a BP con ello. Sobre cambio climático y reforma del mercado de energía… bueno, ha sido muy, muy tímido. Ha hablado de cambiar el modelo energético, pero sin especificar qué ley quiere, defender poner precio a las emisiones de carbono o hablar de forma realista sobre regulaciones y límites de polución. De hecho, ni siquiera ha mencionado el cambio climático. La Casa Blanca parece haber decidido (con razón) que no podrán conseguir suficientes votos en el Senado.

Si los demócratas son incapaces de sacar una ley adelante con las ámplias mayorias que tienen en el Congreso y el mejor orador en décadas en la presidencia, incluso cuando BP da un ejemplo perfecto de todas las externalidades negativas derivadas del uso de hidrocarburos, es que esto no tiene solución. El resto del mundo tendrá que arreglar este problema sin Estados Unidos – y hacerles pasar por el aro a base de aranceles o algo parecido.

En fin. Al menos la crisis bancaria y el odio visceral del electorado hacia Wall Street si que traerá algo de provecho. La reforma del sistema financiero, esa que ya salió reforzada en el Senado, parece que va a endurecerse aún más en la negociación entre las dos cámaras. El sistema funciona mal, pero el populismo aún es capaz de aprobar ciertas reformas.


16 comentarios

  1. Pregunto, por simetría: ¿No pasó algo parecido con el vertido del Prestige? Parecería que el que las oposiciones de todos los países utilizasen catástrofes naturales para hacer política es ley de la naturaleza.

  2. Citoyen dice:

    El problema es que lo del Prestige habia ocurrido ya un par de veces antes (de ahi lo de «Nunca mais») y era obvio que no estabamos preparados para hacer frente a nada parecido a pesar de eso; el gobierno estuvo especialmente torpe gestionando el tema del barco cuando se estropeo en alta mar (no sabian que hacer) y ocurrio en una de las regiones mas dependientes, desde el punto de vista economico, de la pesca del pais.

  3. No sé que es peor. El «no estábamos preparados para hacer frente a algo así» (España) o «estábamos preparados para hacer frente y sin embargo se nos está yendo de las manos» (EE.UU.). La verdad, no dejo de ver «politización» del asunto por parte de la oposición en ambos casos (y en ocasiones de forma bastante descarada, todo sea dicho).

  4. Ender dice:

    «incluso cuando BP da un ejemplo perfecto de todas las externalidades negativas derivadas del uso de hidrocarburos»

    … entonces, si un avión de pasajeros tiene un problema, se estrella en la Amazonia, se prende fuego y el fuego se vuelve difícil de controlar y arrasa hectáreas y hectáreas de bosque… ¿lo consideraríamos un ejemplo de las «externalidades negativas» de la aviación comercial?

  5. Tito el Elfo dice:

    Por descontado. La diferencia es que los aviones ya pagan un montón de tasas e inspecciones, y el pozo de BP no lo hacía.

  6. Javi dice:

    Ender, supongo que quieres decir que lo del pozo Macondo es un hecho fortuito, raro, único. Pero los derrames de cientos de miles de barriles, e incluso de cientos de miles de toneladas de petróleo ya son unos cuantos. Además hay que considerar que la exploración en aguas profundas es relativamente reciente y que está claro que no tienen preparado como cegar un pozo rápidamente a un kilómetro de profundidad. La escasez de petróleo barato y fácil nos lleva a extraer el que queda: el difícil, sucio y peligroso.

  7. Ender dice:

    Javi, lo que dices tiene sentido. Pero es otro tipo de discusión.

    Lo que no tiene ningún sentido es considerar externalidad negativa de una actividad un accidente industrial. Insisto: cuando reviente una presa hidráulica (cosa que ya ha pasado varias veces), destroce el ecosistema del valle aguas abajo y arrase algún pueblo… ¿es una externalidad negativa de la limpísima por antonomasia energía hidráulica?

  8. citoyen dice:

    «Lo que no tiene ningún sentido es considerar externalidad negativa de una actividad un accidente industrial.»

    La externalidad negativa (el coste social) es el riesgo de que ocurra que creas con la actividad.

    En teoria, para esto estan los sistemas de responsabilidad civil (que te obligan a indemnizar a la gente) y penal.

    Pero en la practica, ejecutar los derechos que nacen de la resonsabilidad civil y penal no es posible en ocasiones (si el destrozo es muy grande, por ejemplo, la empresa puede declararse insolvente o es posible que los daños sean simplemente irreversibles); asi que tienes que tener un sistema preventivo que lo solucione ex ante: o bien prohibir la actividad, bien regularla, bien ponerle un impuesto. Es la misma idea que subyace para regular el riesgo sistemico en la actividad financiera; la insolvencia de un banco tambien es un «accidente industrial» http://www.voxeu.org/index.php?q=node/4841 .

    El valor de la externalidad es la probabilidad que ocurra multiplicada el valor del daño en cuestion.

  9. Ender dice:

    «El valor de la externalidad es la probabilidad que ocurra multiplicada el valor del daño en cuestion»

    Eso es la definición de «RIESGO». Es la primera vez que oigo definir así el concepto de externalidad.

    «asi que tienes que tener un sistema preventivo que lo solucione ex ante: o bien prohibir la actividad, bien regularla, bien ponerle un impuesto»

    Ahí voy. Eso sirve para regular las externalidades del «running business» de una determinada actividad. Ningún sistema preventivo te librará de la probabilidad de sufrir un accidente catastrófico (salvo la propia prohibición de la actividad, claro), ni ninguna regulación, ni ningún impuesto. Eso son medidas para el running business, para la contaminación intrínseca a tu actividad en el día a día, por ejemplo. Pero no para un accidente industrial catastrófico que, dicho sea de paso, suele tener una probabilidad de ocurrencia tan pequeña que ése «valor de la externalidad» al que te refieres sería bajísimo en comparación con el running business.

  10. Miguel dice:

    Ender,

    yo diría que la probabilidad de accidente catastrófico sí se puede reducir mediante regulaciones, considerándose entonces que el sobrecoste incurrido en cumplir con las regulaciones es el pago por la externalidad.

    Volviendo a tu ejemplo de la presa hidroeléctrica, la autoridad competente tiene que aprobar los planos, los materiales y los márgenes de seguridad. Otro ejemplo son las medidas de seguridad a que obliga la Ley de Protección de Datos.

  11. Ender dice:

    Miguel:

    Es cierto, la regulación puede disminuir las probabilidades de un accidente catastrófico (aunque nunca reducirlas a cero). Pero lo que quiero decir es que hay un grado importante de azar en un suceso así, que a menudo excede toda regulación. En muchos accidentes industriales se demostró después que se cumplía la normativa… el accidente industrial a menudo va «por delante de la normativa», es decir, se cuela por resquicios no previstos, que pueden servir precisamente para complementar la normativa e ir «cerrando» esos resquicios». Pero sigue habiendo un punto fortuito en todo esto, a menudo relacionado con el fallo humano, y lo que no veo es considerar un accidente fortuito una externalidad de dicha actividad.

  12. citoyen dice:

    «Eso es la definición de “RIESGO”. Es la primera vez que oigo definir así el concepto de externalidad. »

    Claro, porque

    La externalidad negativa (el coste social) es el riesgo de que ocurra que creas con la actividad.

    que la empresa no soporta/interioriza.

    Q.E.D.

    No se como de grande es la probabilidad en la practica; pero aunque sea muy pequeña, si el coste del accidente es muy alto, el impuesto puede ser sustancial. Todo esto en teoria, porque mi conocimiento de la industria en cuestion es cercano a nulo.

  13. Ender dice:

    A ver… una externalidad negativa no es un «riesgo», es un «coste»… es un coste producido por una actividad, que pagan terceras partes en lugar del que realiza la actividad. La misión de la autoridad administrativa es tratar de que los costes, o parte de ellos, recaigan en el que realiza la actividad, mediante regulación o imponiendo un impuesto… pero es mucho pedirle al regulador que ponga un impuesto o una regulación sobre LO IMPREVISIBLE.

    En un accidente catastrófico es evidente que va a haber terceras partes afectadas, y la tentación de considerarlo una «externalidad negativa» por similitud es alta… pero para mi, eso es pervertir el concepto: primero, porque el responsable va a pagar, segundo porque es algo imprevisto e indeseado… sinceramente, no se si tiene sentido tratar de regular, o tasar, LA PROBABILILDAD DE UN ACCIDENTE…

    Vuelvo al ejemplo de una actividad que tradicionalmente se considera con pocas externalidades: la generación hidroeléctrica o la eólica. Cumplen la normativa, los permisos, pagan sus impuestos, etc. De repente, un día revienta la presa. O se cae un molinillo y provoca cualquier desastre… ¿vamos a cambiar a posteriori el nivel de externalidad negativa que le otorgamos a la actividad? Para mi no tiene sentido…

  14. citoyen dice:

    «A ver… una externalidad negativa no es un “riesgo”, es un “coste”…»

    Un riesgo es un «coste esperado» y su valor es una «prima de riesgo» que la persona que genera el riesgo deberia pagar para estar soportando todo el coste de lo que hace. Vamos, no quiero tener una discusion sobre terminologia, pero funciona asi.

  15. Ender dice:

    Sí, pero para eso están los seguros, como tú mismo dices más arriba, no los impuestos… a no ser que quieras que los conductores paguemos un impuesto por el riesgo de sufrir un accidente de tráfico…

  16. citoyen dice:

    Es lo mismo: piensa en el impuesto como una «prima de riesgo» donde la compañia aseguradora (que absorbe el coste) es el sector publico.

    Los seguros (privados) y mecanismos interindividuales funcionan cuando a) Las victimas estan bien identificadas b) Todas tienen suficientes incentivos para reclamar las perdidas. Antes de que ocurra el accidente, cada cual paga a su aseguradora el seguro del accidente o soporta el riesgo. Si hay un accidente, las victimas (o mejor, sus compañias de seguros) demandaran a la empresa (a su compañia de seguros) una restitucion.

    Pero cuando los daños son difusos, afectan a mucha gente no claramente identificada o a bienes publicos (el caso del medioambiente) y son dificiles de identificar o evaluar, y nadie tiene realmente incentivo para demandar a la empresa de forma individual, es mejor que una parte absorba todo el daño, cobrando un impuesto «a priori» que hace la veces de seguro. Repito; es la misma logica que para los bancos: si sabes que el sistema bancario va a implosionar periodicamente y queno tendras mas remedio que absorber el coste recapitalizandolo, tiene sentido economico que les hagas soportar ese coste.

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