¿Recordáis cuando comentaba el otro día que mantener a Robert Gates en el Pentágono era un signo de cambios profundos, no de continuidad? Bueno, por aquí tenemos otra prueba; un artículo suyo dando prioridades para el próximo Secretario de Defensa. Ahora que sabemos que es el siguiendo en el cargo, me parece que veremos cambios. Ya empezó a aplicarlos estos dos años, con muy poca ayuda desde la Casa Blanca (cancelando el programa F-22, sin ir más lejos) y parece que con Obama va a poder hacerlos en serio. Al menos, esta parece ser la opinión de no pocos analistas.

El más peligroso de los reformistas es el que viene de tu propio partido, al fin y al cabo.


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