Economía & Internacional

Navidades y desastres financieros

29 Nov, 2008 - - @egocrata

La economía americana, y más especificamente, el sufrido consumidor americano, tienen un papel central en cómo la crisis financiera global llegará a una solución más o menos razonable. La inmensa mayoría de la deuda tóxica tiene su origen, de un modo u otro, en algún americano que se las arregló para meterse en problemas, y en las toneladas de contabilidad creativa que los banqueros y aprendices de brujo de Wall Street se inventaron para ocultar que de hecho esas deudas no se pagarían nunca.

Los bancos utilizaron para ello el equivalente a coger un cagarro, partirlo por la mitad, y declarar que ahora es el doble de delicioso. Lo llamaron Credit Default Swaps, instrumentos derivados o creación de paquetes de riesgo, pero básicamente lo que hacían era hacer que todo el mundo dependiera que la mala deuda se pagara. El problema, obviamente, es que muchos consumidores no pagarán nunca, así que todo el sector financiero está metido hasta las cejas en ello.

Es en este punto en que el mercado financiero empieza a comportarse de una manera que hace daño real a la economía. Los bancos se han repartido unos a otros deuda impagable, obligaciones de pagar deuda impagable, apuestas sobre como la deuda impagable de hecho no es impagable y básicamente cantidad de tonterías derivadas. Los instrumentos utilizados son tan complicados que nadie sabe realmente quién tiene toda esa basura (o derivados de basura), así que nadie tiene demasiadas ganas de dejar dinero a otros bancos para operar normalmente.

El problema, sin embargo, va más allá de eso; con todo el mundo temeroso de parecer débil (y sufrir un pánico financiero), los bancos no sólo temen a los otros bancos, sino que además prefieren tener tanto dinero en sus manos como sea posible. Tener mala deuda es una mala idea, pero con los temores generales los bancos no quieren ni tener buena deuda; básicamente han parado de dejar dinero a todo el mundo, tenga las ideas correctas o no. Para cualquier empresa que quiere invertir o consumidor que quiere comprar algo caro que necesita financiación, eso es muy, muy malo; dinero que pueden utilizar y necesitan no está en el mercado.

Esto crea efectos por toda la economía. Coches que podían ser comprados no se venden. Casas ya construidas se quedan vacias. Empresas que necesitan dinero no lo tienen, sea porque el banco no les presta o porque los coches que fabrican no los puede comprar nadie. Estas empresas despiden trabajadores, que obviamente compran menos cosas, haciendo que otras empresas vean menos dinero, enviando a más gente al paro. Esa gente tiene a su vez deudas (hipotecas, etcétera) que pasan a ser mala deuda impagable, empeorando aún más el mercado financiero, y reforzando el ciclo.

Si los consumidores compran menos, las cosas van a peor. Si los consumidores por algún motivo extraño niegan la realidad y siguen comprando, la crisis será mala, pero no catastrófica. Si los consumidores actúan de forma completamente racional y anticipan problemas, la economía se estrellará de mala manera. Ayer viernes era Black Friday, el inicio no-oficial de la temporada de compras de navidad, y todos los economistas del país andan cruzando los dedos que las ventas minoristas sean menos malas que lo anticipado. Eso, y televisores, que son el último fetiche consumerista. Los datos preliminares parecen indicar que las cifras serán atroces. Veremos.

Cuando los políticos americanos hablan de crear un estímulo fiscal grande, rápido y caro están hablando básicamente de romper parte de este ciclo; evitar que los consumidores (en agregado) reduzcan la demanda demasiado. Eso no arreglará el problema financiero completamente, sólo hará dar crédito algo menos arriesgado (si la economía está en recesión hay menos negocios que merecen préstamos), pero es imprescindible para que cualquier reforma financiera funcione. Es una condición necesaria, pero no suficiente.

El resto de reformas… bueno, son aún peores. Y la verdad, empiezo a creer que más allá de los inacabables rescates y parches de Paulson (el último, de Citi, extraordinariamente ineficiente), incluirá la palabra que empieza por N. Lo dicho, veremos cosas raras, increíbles y maravillosas estos días.


3 comentarios

  1. Baobab dice:

    Iba a enviarte una especie de curiosidad simpática a modo de felicitación navideña, pero sigues sin tener manera de contacto por aquí….
    ¡Con la cantidad de gente deseosa de contratarte que debe de haber!

  2. Roger Senserrich dice:

    Mi correo anda escondido en la página de presentación de la bitácora; enlace en la columna de la derecha.

    Aviso: soy muy malo contestando.

    Aviso 2: quien ose enviarme powerpoints, videos o tonterías sufrirá la ira de la Gran Sepia o deidad primigenia equivalente de mi elección.

  3. […] El pasado día 29 esta bitácora publicó un post dónde argumentábamos que era de hecho necesario que los responsables políticos tomaran en cuenta las lecciones que algunos aprendimos jugando a la llamada de Cthulu: cuando tu amigo falla la tirada de cordura, es hora de emplear remedios drásticos. No granadas o cosas de niñas: explosivos, a ser posible de origen soviético. Casi al mismo tiempo, es Egócrata -conocido su gran experiencia exorcizando persnajes de Chulu- aportaba algún comentario sobre como resolver la situación […]

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