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De ejecutivos, pensiones y salarios: las nuevas superestrellas

17 Abr, 2006 - - @egocrata

En los últimos días ha existido cierto debate en los medios de comunicación americanos acerca de los salarios de los CEO de las grandes corporaciones del país. Menciono el hecho por lo inusual; Estados Unidos es un país tradicionalmente alérgico a hablar de clase social y redistribución, con una fuerte mentalidad de que «todos somos clase media». Sacar el tema en un debate político siempre lleva a la acusación de querer resucitar la guerra de clases (class warfare, que suena muy bien), una expresión que me parece no se usa como acusación en ningún otro sitio.

Lo cierto es que los últimos titulares eran lo suficiente rotundos para generar una buena discusión. Como señalaba USA Today, en el 2005 el incremento salarial medio (nominal) para los trabajadores de las 100 mayores compañías fue un patético 2,5%, mientras que para los CEO el
aumento de ganancias fue de un 25%. Los ingresos en algunos casos sobrepasan los 100 millones de dólares anuales, con compensaciones en forma de avión privado o residencias varias sencillamente extravagantes. Estamos hablando de directivos de empresas, no sus propietarios; no es que Richard Fairbank (Capital One, un tipo que ha obtenido $250 millones en un año) sea un gran accionista del banco, sólo es su director.

Para añadir sal a la herida, las noticias sobre las pagas por despido o jubilación de algunos ejecutivos rozan lo extravagante. El ex-jefe de Morgan Stanley, aparte de unos bonitos $52 millones de dólares y una pensión vitalicia, tendrá también $250.000 anuales a cargo del banco para donarlos a sus ONGs preferidas. Mientras tanto IBM, una compañía que está recortando como loca los planes de pensiones de sus trabajadores, acaba de aprobar una pensión de jubilación para su CEO de
unos «modestos» cuatro millones de dólares anuales, para que no pase hambre cuando se haga mayor. Al menos comparado con los seis y medio que cobrará el jefe de Exxon no suena tan grave.

Lo preocupante es que esto no siempre ha sido así. En 1970, un CEO cobraba de media 39 veces el salario de uno de sus trabajadores. En 1999, esta cifra se había convertido en 1000. Si bien los salarios de los ejecutivos descendieron un poco a principios de esta década, la espiral de crecimiento parece haber recuperado toda su fuerza estos últimos años. ¿Por qué sucede esto? Hay varios motivos y teorías, ninguna del todo satisfactoria.

La primera teoría, repetida desde los lugares habituales, es que el crecimiento no es tal, y que el que vemos está plenamente justificado por el incremento de productividad de los
ejecutivos. Aparte que no hay un sólo indicador serio que señale que las desigualdades en Estados Unidos no están aumentando a una velocidad atroz (mientras desciende la movilidad social, por cierto), resulta poco realista pensar que un jefe de una multinacional es 35 veces más productivo ahora que hace 30 años. Por mucho internet, MBAs y danzas y coros variados que uno imagine, el presidente de un banco no aporta 35 veces la riqueza por hora de sus predecesores en los setenta; el incremento de los beneficios no está ahí de ningún modo.

La explicación más original es la llamana hipótesis de la superestrella, propuesta por Sherwin Rosen. La idea básica es que la expansión de los medios de comunicación tiende a crear mercados donde unas pocas estrellas concentran un enorme porcentaje de los ingresos, mientras la inmensa mayoría se queda con las sobras. El modelo más conocido de esta clase de mercados es el de los actores de cine. Por cada Tom Cruise cobrando 25 millones por película hay una legión
de camareros en Los Ángeles soñando con ser actores y que básicamente trabajan de extras. Se ha pasado de un mundo con miles de modestos actores de teatro a uno de de decenas de estrellas con fama y reputación.

El problema con esta hipótesis es que si bien es posible argumentar que fichar a Cruise garantiza un cierto nivel de beneficios (gente pagando por verle), eso no sucede en todas partes. Fichar a Carly Fiorina no hace una compañía mágicamente millonaria, aunque los salarios de los CEO parecen sugerir que así sea. Si bien esta lógica si afecta a algunos sectores (como profesores de universidad en EUA) y parece influir la mística de las publicaciones de negocios y las reputaciones sagradas de algunos héroes del capitalismo, el incremento salarial es desproporcionado.

Otra explicación más sencilla es la naturaleza casi soviética de las elecciones a los consejos de administración de muchas grandes compañías. Muchos
ejecutivos, a base de trucos legales, manipulación variada o accionariados fragmentados consiguen llenar muchos consejos de amiguetes o gente bajo su control, de modo que pueden aprobarse enormes salarios sin que el accionista tenga demasiado a decir. Si a eso añadimos la peculiar costumbre de estar sentado en treinta consejos distintos de un modo u otro, el hoy por tí, mañana por mí sólo aumenta la tendencia.

Finalmente hay otra historia (que personalmente no me convence) defendida por gente como Piketty o Sáez, que señalan que los salarios se definen tanto por las presiones del mercado como por convenciones sociales. La era Reagan y su apología del yuppie y la avaricia tienen tanto que ver en el aumento de los salarios de los altos ejecutivos de las empresas como cualquiera de las causas mencionadas arriba. Otras explicaciones (como la globalización, que sale en todas partes), son igual de poco convincentes para explicar el fenómeno.

Sea por la
razón que sea, la disparidad salarial entre trabajadores y ejecutivos se ha disparado en los últimos años hasta niveles nunca vistos desde los años treinta, tanto en Estados Unidos como (en menor medida) en Europa. El capitalismo, que creó riqueza para todos hasta los años setenta, parece que dejó de repartirla a partir de 1980. Es hora de preguntarse si es esta la sociedad que queremos.


16 comentarios

  1. Anonymous dice:

    Hola por allí. Una cosa, hay manera de ponerse en contacto contigo, más allá del aim? (interés académico, de alguien que anda también estudiando por los states.)

    Un saludo.
    [email protected]

  2. Anonymous dice:

    La razón por la cual los indicadores de deigualdad crecen en USA (y aqui) es sencilla: importan cantidades masivas de pobreza en forma de inmigración:

    http://www.marginalrevolution.com/marginalrevolution/2006/03/paul_krugman_on.html

    Paul Krugman:

    «I’m instinctively, emotionally pro-immigration. But a review of serious, nonpartisan research reveals some uncomfortable facts about the economics of modern immigration, and immigration from Mexico in particular. If people like me are going to respond effectively to anti-immigrant demagogues, we have to acknowledge those facts.

    First, the net benefits to the U.S. economy from immigration, aside from the large gains to the immigrants themselves, are small. Realistic estimates suggest that immigration since 1980 has raised the total income of native-born Americans by no more than a fraction of 1 percent. «

    Kantor

  3. Anonymous dice:

    Un ejemplo de la productividad marginal de un directivo: Iacocca en Crysler.

  4. Anonymous dice:

    Un tipo que fue tan brillante que… ostias, Chrisler algo más de un década después estaba en problemas y era comprada por Daimler.

    Joder, mirad a gente de Enron, Tyco y demás. Sueldazos y ruina. No hay correlación entre lo que cobran y lo que producen, es absurdo.

  5. MiguelNR dice:

    El razonamiento realizado por Kantor no me parece lógico.

    Tu puedes hacer una gran gestión a través de la cual tu empresa va creciendo en volumen y beneficios, pero entiendo que si desde el principio se justifica en gran medida ese crecimiento de beneficios como una potencial reinversión en la misma empresa, no se puede justificar luego al reconversión de dichos beneficios en un «premio moral» a los resultados que has provocado para tu propia empresa cuando desde el principio es lo que se esperaba.

    Nadie niega que ese trabajo halla sido excelente, ¿pero por qué te tengo que pagar 1.000 veces más que el resto de los trabajadores de la empresa?, no te lo mereces «más», te lo mereces igual que antes porque has hecho lo que se esperaba de ti.

    De hecho, no me parece económicamente razonable derivar los beneficios de la empresa en pocos bolsillos; existen innumerables objetos de inversión en una sociedad privada que puede mejorar la empresa en múltiples
    aspectos, antes que buscar que los jefazos se puedan comprar un coche nuevo.

    Desde cierto punto de vista no me parece lógico, y es más, no me parece razonable, y sin duda, no me parece inevitable, solo una decisión errónea.

    En mi opinión, si ya cobras 20 o 30 millones al año, no necesitas 70 u 80 millones más, y mucho menos cuando se jugan cuestiones más fundamentales como el futuro de tu empresa, que puede que no se jueguen con esa parte de tu salario, pero me parece un pequeño movimiento enormemente injustificado.

    Es como si una canoa intentáse alejarse de un precipicio, y hubiese 9 personas remando para alejarse del precipicio y solo 1 remando hacia el precipicio; puede que solo por esa persona la canoa no se vaya al carajo, ¡pero no esperes de mi que diga que ese remero está haciendo algo lógico!.

  6. Egocrata dice:

    Un par de cosas:

    1. Inmigración:
    Si bien el artículo de Krugman es brillante (y debería ser leido por muchos en la izquierda) no explica el aumento de la desigualdad en los últimos 20 años. Estados Unidos nunca ha parado de recibir inmigrantes ; los recibía antes de 1970 y los recibe ahora. Si bien estos explican en parte la mayor desigualdad en comparación a Europa, no es un factor suficiente. Mira las tasas de inmigración de países como Holanda o Suecia, mucho más igualitarios que Estados Unidos y recibiendo tasas semejantes de gente.

    2. Productividad marginal de los directivos:

    Se me escapa como un mundo abierto a las fusiones y con una concentración empresarial creciente aumente la competencia.

    De todos modos, no se explican ciertas cosas. En los años sesenta, el CEO de Ford o GM ganaba un millón al año más o menos, ajustado por inflación, con sus empresas en la cúspide de su poder. Ahora el CEO de GM gana ocho millones y medio al
    año, sin contar opciones sobre acciones, y su pensión de retiro va a ser de 4,6 millones anuales, mientras la compañía va de cabeza a la bancarrota. El CEO de Ford (descendiente del fundador; viva la meritocracia) no cobra salario, cobra en acciones: 18 millones de dólares en acciones de Ford, más especificamente. Su compañía no va tan mal como GM, pero le están pegando una paliza de muerte.

    «Crear riqueza» mis cojones. Aquí hay algunos que están cobrando por encima de lo que merecen en precio de mercado.

    Por encima de eso, un banquero hoy no es más productivo que hace 30 años. Y si hay un sector donde la concentración se ha incrementado es este. La presión de mercado no está subiendo los salarios únicamente.

    Tienes razón que un buen CEO puede hacer maravillas; eso es lo que dice la hipótesis de la superestrella. Pero me parece que todo el incremento no viene de allí.

  7. Jessica dice:

    Mientras tanto, aquí Cuevas hablaba de contención salarial mientras El Periódico publicaba sus salarios y los de toda la plana mayor de la CEOE y los comparaba con los salarios de toda UGT y CC.OO. Omito explicar las conclusiones, porque ya os las imagináis.

    Tengo una pregunta: la hipótesis de la super-estrella, ¿es en la que se basa yorchtaun para contratar profesores, aunque apenas hablen inglés?

  8. Egocrata dice:

    No sé, supongo. Otros meritos… :-).

  9. Isidoro dice:

    Muy buen post, Roger. Yo a~nadiria mas. Hoy esta circulando un correo donde demandan a un tecnico con conocimiento de estadistica y informatica para un proyecto de investigacion de tres meses. Y pagan 650 euros netos al mes. En fin, a~nos de doctorado, investigaciones, estancias en universidades de primer nivel para ganar 650 euros netos. Es que no tienen verguenza….

  10. […] años me preguntaba si los gigantescos salarios de ejecutivos, banqueros y magos de las finanzas estaba justificado o no.  Mi teoría era que no, y parece que estaba en lo cierto. Wall Street ha disfrutado los últimos […]

  11. […] años me preguntaba si los gigantescos salarios de ejecutivos, banqueros y magos de las finanzas estaba justificado o no.  Mi teoría era que no, y parece que estaba en lo cierto. Wall Street ha disfrutado los últimos […]

  12. […] tampoco excluye la corrupción y el amigachismo que parece ser la regla en política: los exhuberantes salarios de los ejecutivos son una buena muestra de […]

  13. […] tampoco excluye la corrupción y el amigachismo que parece ser la regla en política: los exhuberantes salarios de los ejecutivos son una buena muestra de […]

  14. […] Para explicar este fenomeno se han dado varias explicaciones como por ejemplo la existencia de un progreso tecnico sesgado que habria favorecido mas a personas con determinadas competencias (esto es profundamente marxista, pero ellos no lo saben, claro). Esto es algo que viene respaldado por los datos: las rentas que han aumentado no son las del capital, sino las de los trabajadores muy cualificados (”business incomes”). La caida de la renta de los ricos a lo largo del siglo vino de una caida de las rentas del capital; pero su aumento a partir de los 70 es el resultado que un aumento de las “business incomes”. Piketty y Saez sugieren que esto podria venir del hecho de que las competencias “directivas” podrian haber pasado a ser menos especificas a un sector de actividad, mientras que las de los trabajadores lo seguian siendo especificas. Esto creo una competencia de muchas empresas, al reducir la segmentacion del mercado, por un grupo
    reducido de gente que vio su renta aumentar. Podeis aderezar esta hipotesis con ideas de dominacion a la Bourdieu y componentes sociologicos que querais. Egocrata habia hablado de esto aqui. […]

  15. Z dice:

    Aquí parece ser que hay gente que le parece que los CEO ganan demasiado.

    Y yo pregunto ¿los cantantes famosos no ganan también demasiado? ¿O ellos sí tienen derecho a ganar muchísimo más que un trabajador normal?

    Mirad por ejemplo a Sting:

    «Soy socialista, aunque sea muy rico» · ELPAÍS.com

    ¡¡¡Hace falta caradura e hipocresía!!!

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